viernes, 16 de agosto de 2019

Se me ocurrió pararme a leer un poco

Hoy he estado leyendo a una feminista, al fin y al cabo mi futuro no tiene arreglo; quizá mañana empiece con vídeos sobre creación de startups, y cosas así. Tengo muchos productos exclusivos..., y el zenit de la inteligencia ajena me es pasatiempo.



Creo que por lo que estoy pensando realmente en esta entrada es altamente improbable que nadie quiera tomarme en serio. Sospecho que escribir lo que realmente pienso podría provocar que si alguien investigara en profundidad no quiera jamás hacerme entrevista alguna: lo que hace que la gente te quiera es la humildad, la enorme e insultante a la inteligencia humildad.

Me he llevado una decepción: ¿es posible que la gente no sepa leer? Yo creo que podemos observar una gran cantidad de personas que se dedican a repetir lo que ya ha sido dicho, y sin embargo como lo hacen de una manera pedagógica entonces sí cala lo que dicen.

Me pregunto qué pasaría si me hacen una entrevista y me preguntan qué libro me parece mejor, si el artículo de Alan Turing sobre la inteligencia en la máquina o los apuntes de mi profesora redactados por mis compañeros de clase relativo al mismo tema en cuestión. Parecería que comparan a Alan Turing con mi profesora en temas de computabilidad, cuando no: lo que se supone que están haciendo es preguntarme si prefiero leer los artículos en su origen o los apuntes de mis compañeros que desglosa "lo que me interesará" de los mismos.

Recuerdo cuando hace años mi profesor de filosofía en el instituto se dirigió a nosotros en clase y nos dijo que hoy día la gente era muy sosa, considerando que él vivió la época franquista, que hoy día la gente no se enfrenta contra la autoridad, que hacía lo que les decían sin rechistar. La verdad es que viniendo de un prestigioso numerario del Opus Dei eso que decía era bastante contradictorio: ¿no decía Balaguer en una de sus citas que lo que más molaba era someterse al superior?

Y este profesor añadía sus críticas, por supuesto en base a cómo veía que se comportaban sus alumnos - a saber en qué se fijaría y en quiénes, diciendo que cuando él era joven solía lanzar su coche cerca de un policía que dirigía el tráfico para pegar un frenazo y hacerle cagarse encima..., para él eso eran unas risas. Yo apuntaba en mi cuaderno, para ver cómo mi contrarréplica, en su momento justo y sin interrupciones le podía hacer ver como un vándalo y un animal. Somos más civilizados, sí, repetimos las mejores costumbres y asumimos las consecuencias en un estado donde se espera un cierto carácter cívico. Y me siento orgulloso de algo como eso. Las bromas no encajan con la carretera.

Pero el profesor, entre sus ejemplos, nos dio uno que sí me hizo pensar: resulta que cuando él era joven pudo juntarse con varios de sus colegas en la universidad y quemar el despacho del rectorado; o algo así. La reivindicación era maravillosa: no estaban dispuestos a aceptar los apuntes impuestos por el profesorado; querían tener que hacer los exámenes partiendo de sus investigaciones personales, de su lectura en primera mano.

Eso hoy día es impensable. Entonces era mi último año en el instituto, pero lo adiviné de pleno: el profesorado de universidad de hoy día ha conseguido institucionalizar su posición mafiosa. Si en los tiempos de Franco el dictador no se atrevía a atravesar las universidades, hoy día éstas han impuesto un férreo control que obtienen la legitimidad de extorsionar y delinquir de todas las formas posibles - porque no serán ni investigados.

Así que si me daban a elegir entre estudiar a partir de los originales de Turing y de lo mascado por la profesora, sí: elegiría a Turing un millón de veces. Pero entonces Internet no se había extendido a todas las universidades, aún no había tarifa plana..., todo estaba desarrollándose. Pretender luchar por tener los libros que te permitan aprobar la asignatura y, además, exigir que se deba estudiar a partir de ellos y, encima, esperar que una corrupta corrija los exámenes sabiendo la calidad judicial que tenemos..., todo eso era tirarse demasiadas piedras sobre tu propio tejado.

Por suerte llega Internet, y la universidad ya sólo es capaz de ofrecerte el aire acondicionado de las bibliotecas. El profesorado es deleznable, el intrusismo y los amiguismos ha empudrecido el nivel académico y, por supuesto, cuanto más se parezcan las respuestas de los exámenes a la última versión de los apuntes de ese año del profesor, mejor puntuación. Apuntes que son basura incomestible en su mayor parte.

¿Creéis que no? Sólo hay que fijarse en un detalle...

¡Vaya! Me acaba de interrumpir un poltergeist de esos que me ha tirado dos juegos de tente sin tocar el resto de las cosas... ¡A ver si tengo en mi tienda algún niño de 3 años muerto en el hospital!

Bueno, decía que para estudiar la calidad de los apuntes de un profesor sólo hay que mirar Internet..., ¿trascienden sus apuntes? ¿Se llegan a compartir? Es bien sabido que los profesores suelen ser muy recelosos de compartir sus trabajos para que algún colega se aproveche de ello..., pero la verdad es que si están tan preocupados, también es cierto que no me consta de denuncias por copyright a alumnos que plagiaran sus apuntes. Sí se puede ver cómo esos apuntes no son más que meros plagios de otros apuntes y, por supuesto, no muy buenos. No saben ni copiar - razón por la cual suelen reproducir hasta las comas. Pero, y aquí lo más curioso, no los veremos mencionar sus fuentes.

En definitiva, el alumnado que se va a encargar de cumplimentar los estudios superiores tienen que superar un examen donde se les exige que respondan de la manera más exacta posible a las aberraciones que no han sabido ni copiar de un autor que no tienen manera de saber cuál es, porque no es un gran autor, sino un tío que escribe libros.

Cuando vemos ese nivel, no es de extrañar que cuando uno de esos alumnos lea un artículo de verdad se cague encima.

Lo mismo pasa ahora mismo con los millenials..., tienen toda la información del mundo, pero al final acaban eligiendo peculiares divulgadores: los más simpáticos, los que mejor se adaptan a su lenguaje... Y me parece normal, pero luego los mismos influencers no parece que sean capaces de leer de los orígenes - ir directamente al artículo, a Alan Turing, según el caso.

En definitiva, que se me pasó por la mente de que a lo mejor había alguna feminista que tuviera un discurso mejor, más renovado, que el de Simone de Beauvoir..., me pongo a leer y veo que no incorpora nada nuevo, que escribe sin el nivel de citación objetiva de la filósofa, que no cita a sus referentes filosóficos cuando no sean evidentes..., aunque claro, en una autora tan diáfana, ¿qué no es evidente?

Total: una decepción. Buscaba una filósofa y me encontré con una pedagoga sexi.

Creo que ese es el modelo que hoy día funcionaría. Un filósofo que no practique la pedagogía sexi puede que no consiga vender libros..., o e-Books. Puede que esté hablando de algo que está destinado a morir: porque la vocación, al fin y al cabo, es independiente de los ciclos marcados por el capitalismo. Es posible que la globalización de la información haya sido capaz de demandar un modelo más social en lo referente a los influencers, o algo que le haya encontrado la horma del zapato al liberalismo como para que se vuelva más socialista. 

En sus tiempos, el científico que quisiera vender sus ensayos tenía la obligación se saber latín, y ser capaz de usar la imprenta. Si tiramos atrás, el científico tenía la obligación de conocer los ensayos aristotélicos a la perfección y disponer de monjes que repliquen a mano tu obra..., a medida que íbamos atrás en el tiempo era más y más difícil divulgar. Gracias a la llegada de la globalización de la información la idea de conseguir los libros y saltar a los enlaces en tus propios apuntes personales, que cualquiera podría copiar, permitiría que iniciar según qué reivindicaciones sea más sencillo y, al mismo tiempo, hacer que esas reivindicaciones sean de interés sería más difícil. Está claro que el modelo de filósofo, pensador, ha cambiado. Ahora, como en su tiempo pasó con los grandes rockeros, ya no interesa ese modelo.

Pero, ¿entonces? ¿Cómo sabrá la sociedad ubicar los pilares de los modelos que utiliza para analizar las ideas que provienen exclusivamente de su cultura para combinarlas con lo que sintetiza de lo que ve al margen de su visión cultural? Sólo puedo decir una cosa: Nietzsche fue el primero en mencionar la existencia de un error histórico, pero Simone de Beauvoir fue la primera en confeccionar un modelo analizable completo como resultado de una síntesis profunda de su sociedad y el pensamiento. 

El Patriarcado analizable. Y hoy día, si cogemos una de las ramas de esos análisis podemos obtener temas de libros de texto, o novelas muy sexis, así como material para esas pedagogas tan sexis..., gente que no está a la altura ni de coña.

Así que estoy un pelín preocupado ¿Realmente se está enfocando bien las cosas? ¿Cuál es el complemento necesario? 

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