jueves, 15 de agosto de 2019

Menudo dolor de cabeza

Una de esas  pulidoras la han puesto a trabajar, y se ha puesto a hacer durante dos horas un ruido espantoso..., tengo la cabeza hecha un bombo. Hoy me sale hablar de besugadas.


 
De los múltiples temas que me urgen, luego se disipan y no consigo recordarlos. Quizá, por no recordarlos, no conformen una razón sistémica para mencionarlos; así que no me preocupa.

Recuerdo que anoche me desperté por la calor, y que al volver a dormirme tuve un sueño espantoso: de cómo mis hermanas se repartían con egoísmo la poca comida que había en casa, mientras yo vivía toda una suerte de pequeños lujos. Las soñé egoístas y desnutridas, mientras yo estaba más bien preocupado por asuntos culturales.

Ciertamente me levanté dándome asco a mí mismo: parecía un juez progre.

Las mentiras del patriarcado intentan decirnos que consiste en asuntos culturales: y me hace gracia, porque se ha hecho firme la inconsistencia de la ley de género. Cuando un hombre manifestó desear ser beneficiario de esa ley, no se lo consintieron, pues el espíritu de esa ley era para las mujeres físicamente mujeres. No era una ley de género, lo era de sexo. Y, efectivamente, no era ni mucho menos integral.

El patriarcado no hace distinciones étnicas, de clase, sociales..., no distingue ni de género ni orientación sexual, sólo distingue de sexo: al que considera el primero y al que considera el segundo. Y les atribuye roles morales. Los roles extrínsecos (machismo) y los intrínsecos (micromachismo).

Como cuando una atleta decidió que podía competir entre los hombres en una competición de piraguas y no se lo permitieron. El patriarcado encarrila a cada uno en su rol, y le encanta hacer concesiones y fingimientos.

Pero mi sueño no era por el patriarcado, era por lo que había pasado en el Open Arms; no me gustaba pensar que había unas personas pasando necesidad sólo porque la Justicia Humana es lenta. Hay cosas que suceden demasiadas veces en Europa como para no automatizarlas. Es un absurdo.

Ya ha vuelto el ruido..., tal vez hoy me tome el día libre y así mi cabeza podrá descansar. También puedo ponerme tapones..., difícil para atender en la tienda, pero es lo mejor. Voy a buscar algunos...

Ya está. Hay veces en las que pienso que es en los hospitales donde hace más ruido que en ninguna otra parte de la ciudad. Cuando arreglan la carretera: primero la levantan, luego le hacen unos parches que la dejan peor, luego vuelven a levantarla..., el caso es cobrar con la excusa de hacer cosas con lo público. Ahora están puliendo el suelo con una máquina que no sirve para nada. Pero queda muy pulido, un suelo que estaba normal, y que después de pulido sigue igual de normal, pero hay que hacer que trabaje el operador. Luego quien paga es quien paga... Pero como están en la parte del aparcamiento, lo normal es que quien pague sea Florentino Fernández, que es quien se afianzó el terreno para encarecer un poco la sanidad pública...

El asunto es que vivimos bajo una amenaza continua de invasión besuguil. La gente hace cosas que no tienen mucho sentido, y la duda es si lo hacen a sabiendas o si, por el contrario, en realidad les gustaría poder decir que esas estupideces forman parte de un plan maligno.

Bien es cierto que el origen del mal viene de la torpeza, no del diablo. Una persona empieza cometiendo una torpeza, le preguntan si ha actuado así expresamente, y dice que sí por no admitir que es torpe. Entonces se convierte en una persona brillante y, con el tiempo, crecerá llevando a cabo maquinaciones más completas. Esos niños pequeños son educados expresamente para ser malos; es una educación concienzuda llevada a cabo por una repetición memética de los padres. Los padres se identifican con esa maldad, y la premian - siempre y cuando no haya sido un acto de torpeza, porque si fuera una torpeza es probable que castiguen al vástago. La mezquindad existe en los padres.

Pero una amenaza es mucho más que un acto mezquino en sí. Se puede intentar ser mezquino y, automáticamente ya se es. Pero el que intenta amenazar lo único que consigue es entrar en una espiral absurda: me intentas amenazar, por lo que no lo consigues, pero si no consigues amenazarme el intento es lo que consume el deseo de amenazarme. Así que si un sujeto no desea amenazar, sino sólo intentar amenazar, entonces estamos ante una situación besuguil: un acto de torpeza por parte del que quiere evitar la mezquindad.

Así que los besugos existen, y le siguen el juego a cínicos y mezquinos. Conforman el cuerpo de una sociedad llena de locos donde se intenta albergar todos los lenguajes posibles, sean coherentes o no. Y en este flujo de locura que está fuera de cualquier meme con sentido, tenemos el peor de los memes: el meme de mantener la demencia, la locura, el estado de intentar evitar la mezquindad mientras bailoteamos con ella...

El loco no viene del diablo. El loco es algo meramente cultural. No es cierto que todas las personas estemos locas por naturaleza; la demencia proviene de la educación viciosa, como lo que he comentado antes: el crear un sistema impostado de palos y zanahorias. Como recibiste esa educación impostada te encargarás de repetirla a tus hijos. El patriarcado es incompatible con ese mundo. Por eso sé que mi sueño no era de un chico que estaba en una situación mejor que sus hermanas..., era un ejemplo donde no tenía nada que ver el patriarcado de Simone de Beauvoir: en este caso era el loco, un genuino caso de demencia y besugadas. Como las besugadas que he llegado a oir con el Open Arms.

Sobre cómo pensaban dejar a esa gente en la indefensión, sólo porque unos políticos italianos no se conocen la ley..., y si no se la conocen, ¿para qué tenemos esos señores en el ejecutivo? Entiendo que los legisladores deban ser representativos de la sociedad, porque conforman cámaras y discuten. Pero el poder ejecutivo no debería tener demasiado poder, debería de ser más bien temporal, de un ámbito limitado..., y siempre que se lance catalogar el estado como de excepción, y que los legisladores vigilen cada cierto tiempo si el ejecutivo va cumpliendo sus objetivos.

Pero lo llaman socialdemocracia; lo llamo besuguildemocracia. Se trata de una dictadura. Y ante un estado dictatorial los besugos aplauden. Y si el mundo está lleno de besugos prefiero que los engranajes del gobierno sea llevado por un monarca, ya sea Borbón, ya sea Castro..., que por alguien movido por los intereses del Bundesbank.

Quitar al único árbitro al que acudirían los militares en cuanto vieran un comportamiento estructuralmente absurdo e inestable que los jueces no fueran a perseguir supone sucumbir a un país donde el estado profundo sea el que realmente controle al país (como ocurre en Francia o en EEUU). Un país controlado por los servicios de inteligencia (supuestamente) no es un país democrático. 

Pero un país que no vigile las demencias de los presidentes es un país que sería controlado por besugos. Y si realmente hay un ejército regular (como si hay hermandades y grupos de presión controlando las deudas de los partidos), es imposible pensar que cualquier besugo vaya a gobernar un país. Es más fácil analizar los poderes fácticos e invadirlos, para tener la situación bajo control.

Con el Open Arms un juez ha desestimado la besugada del político italiano..., la ley internacional marítima no es cosa de broma. Cuando hay alguien que debe ser rescatado automáticamente hay que llevarlo al puerto seguro más cercano, ningún puerto Libio era seguro y correspondía llevarlo a las autoridades en Italia. Italia no tiene poder para evitar una ley de urgencia. Lo que debían hacer los políticos es, expresamente, automatizar esta clase de procesos - e incluso que no sea una ONG la que se encargue de hacer lo que consideramos muchos que debería hacer el estado mismo.

Algunos están demasiado acostumbrados a que se lleve a cabo las acciones del estado profundo: que si un guardia civil ve a un inmigrante nadando a la costa, pues le tira piedras; que si un texano ve a lo lejos acercarse un mexicano que ha atravesado la frontera, pues le pega un tiro; que si un político israelí libera a un menor palestino de una ejecución de pena de muerte, pues un soldado de los cojones coge el fusil y lo mata ahí mismo... El estado profundo es la cara B de los dos rostros de la misma carta: no puedes escapar del meme de la locura. Actúan para evitar la locura creando más locura. Es un malvivir, un no parar nunca...


Por eso me he visto obligado a hablar de esto: este tipo de meme es muy cultural, es muy étnico, es muy de clases..., es la locura misma, y no es nada fisiológico, ni un virus en el ambiente, ni obra del Diablo...

 


 

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