Pensando en negocios

Una de las primeras reglas antes de empezar un Start-up, o cuando vas a refundar tu actividad principal, es dedicar un tiempo a divertirte..., a juguetear con lo que pretendes. Para ver lo que puedes y lo que no puedes hacer.



Ayer me puse a hacer y terminé el diseño de una página completa de un crucigrama. Con todos sus cuadritos negros, sus definiciones justificadas, la línea de debajo del título..., lo que sería un producto final de página de pasatiempos. Efectivamente, lo dejé todo preparado para que, con solo modificar textos y detalles se pudiera hacer otro crucigrama, y así. Es decir, todo hecho con Python y una librería para hacer PDF's. Todo bastante entretenido, la verdad.

Hoy me empeñé en crear un Damero Literario, un tipo de pasatiempo que se perdió con el tiempo y que ya muy pocos conocen. Lo diseñé para que cupiera en la página que había diseñado, como si fuera a formar parte de ese supuesto libro de pasatiempos..., y ha quedado bien. De hecho, lo he dispuesto como para que se puedan diseñar diversos Dameros Literarios con sólo poner el texto y la pista.

Veo que puedo dedicar mi tiempo a estos pasatiempos. Luego veré si las imprentas me ofrecen imprimirlos a un precio razonable - habría que considerar hacerlo al por mayor para que me valga la pena, claro. Y ahí estaría el dilema: te haces una tirada de pasatiempos para venderlos a un precio y vete tú a saber si los venderás o no. Por eso debo planteárme bien cómo quedará, si dará el pego y cuál es el precio máximo que podría asumir de cara a darle rentabilidad al producto.

Mi competidor ofrece 100 páginas y se consigue por incluso 60 céntimos, para que cada impresión de página me cueste 0'6 céntimos tendría que hacer unas compras por rappel que sólo un mayorista quizá de nivel de megacorporación podría asumir..., o puede que no. Puede que pueda ofrecer un producto a ese precio, o incluso venderlo más caro gracias a la exclusividad.

Otro proyecto que tenía en mente era la de crear una especie de libro-juego, que en realidad era un folleto para que el que quiera pasar el tiempo lo haga haciendo cálculos, mecanismos..., mientras hace como que viaja por una especie de mundo. Lo tenía bastante preparado, pero claro: el raro que es capaz de pensarlo como para querer diseñarlo puede que no encuentre a otro raro que quiera jugarlo. Es uno de los fallos más importantes del capitalismo: sabemos quiénes lo consiguen, no quienes se quedan a medio camino.

A la gente le resulta muy fácil decir que nunca hay que rendirse. Sin embargo la cuestión es que claudicar no es de cobardes, sino de gente pobre. Cuando tienes renta para seguir insistiendo lo haces, pero si no tienes renta porque no naciste en una familia rica, entonces claudicas..., o triunfas o pereces.

El carácter absurdo de exigir al pobre ser extraordinario y al rico no ser un completo inútil hace que los problemas que ya existan de brecha entre clanes provoque que una sociedad que crece y, con su crecimiento también sus problemas, no esté a la altura para cada circunstancia que vaya surgiendo. Una sociedad que no sea meritocrática es una sociedad abocada a la autodestrucción con la llegada de la superpoblación (si aplicamos la ley Lithe en combinación con la probabilidad a que pueda suceder una explosión en cadena apocalíptica debido a un suceso en la población).

La gente se ríe de los cummings (o los lemmings, como los llaméis cada uno), cuando éstos se abalanzan contra los fiordos noruegos y se matan... Va siendo hora de comprender que ese comportamiento es más propio de criaturas conscientes que de criaturas no conscientes. Y una demostración de hasta dónde llega la estupidez humana es que, a estas alturas aún no se comprende que la Renta Básica es un mecanismo que fomenta la meritocracia, y no al revés. No entender esto me preocupa.

Por otro lado, le vuelvo a dar vueltas: ¿por qué crear un sistema de firmas digitales a la hora de crear exámenes? Eso evitaría que el profesor tuviera control sobre qué examen haría cada alumno. Con mis esquemas podría conseguir que los trabajos no tuvieran ni que corregirse, porque todos esos procesos se harían de manera automática. Menos carga para el profesor, más asepticismo en los exámenes para el alumno..., y esas prácticas que consistirían en superar el Juego de la Oca, de hecho, ya han sido planteadas en EEUU - con otro nombre o forma - nisiquiera es un invento tonto por mi parte lo que se viene haciendo manualmente... Sólo habría que automatizarlo y ya está.

No sé. Miro cómo están las cosas y es como si todo estuviera del revés. No sé ni por dónde ni cómo empezar. Mañana veré si revivo los juegos de Pura Lógica, o veo si soy capaz de montar una Cruzada.

Que sí podré..., pero hay que agilizar la mente con esas librerías.