viernes, 22 de marzo de 2019

El país de la Felicidad

No sé si vale la pena empezar a poner fórmulas, o si hay que seguir motivando. En cualquier caso, es fundamental comprender porqué defendemos algunos que esto no es una democracia, más adelante veré si simplifico el modelo económico para que todos lo entendamos.




Hoy toca explicar lo que he estado aprendiendo durante más de seis años como kioskero en un hospital. Creo que toca explicarle a los periodistas qué es lo que yo he visto que ocurrió al morir Franco, al aparecer Tejero, cuando examinaron Alcaser o, incluso, lo que se va a confirmar en cuanto saquen el cadaver de Franco..., o que puede que no sea así. Es lo que viene sucediendo en Cartagena y, ¡vete tú a saber! en alguna o ninguna pedanía de la capital murciana...

Hoy voy a explicar los vertederos, como vengo haciendo siempre, pero desde un punto de vista más sistémico, como cuando lo denuncié a Estrasburgo, y no hicieron nada. Ahora bien, ¿podemos sostener otra teoría a pensar que un juez prevaricador no quiso hacer nada? Vamos a ello.


El panfleto IIII

Franco está en la camita, está malito. Se muere. La gente ilusionada. Muchos angustiados, y otros, los que no son ni franquistas ni republicanos, pero que son fascistas hasta la médula (y una cierta mayoría), con ganas de que se muera ya. Por tanto, ¿Qué pasó?

Pasó que había entonces tres grandes grupos a los que yo voy a llamar los franquistas, los socialistas y los fraguistas. Donde los socialistas no eran por necesidad los que votarían al partido de Pablo Iglesias (en cuanto se legalizara), sino a los que se oponían al régimen de Franco o actuaban con inercia y miedo. Estoy seguro que en esa época habría comunistas muy valientes, pero si tiramos de la versión de Trevijano, puede que ese grupo estuviera muy diluido.

Los franquistas sí debían estar muy envalentonados: ellos marcaron el final de la guerra, la transición, el jefe del estado, la Constitución... Sin embargo, los franquistas no eran los fraguistas. Los fraguistas son aquellos que realmente eran los poderes fácticos del estado. Gente que no tenía el poder, pero que eran los ladrillos de todo el aparato del estado. Los pilares para su normal funcionamiento, y lo sabían.

Los franquistas podían autodesarticularse del poder de un día para otro, siempre y cuando acabaran ocupando posiciones entre los poderes fácticos, o marcaran los límites de la democracia..., supongo. Y digo supongo porque no lo he estudiado de primera mano, pero es la versión que mejor me encaja después de haber hablado con los tres bandos irreconciliables y, por tanto, tener las tres versiones: la versión socialista, la versión franquista y la versión fraguista. Aquí no voy a detallar cada exageración contada por cada uno.

En definitiva, no puedo saber hasta qué punto me equivoco; si realmente estoy mejor o peor encaminado, pero sí puedo asegurar que éste es el punto de comienzo perfecto para entender qué suceden en los países donde el totalitarismo no derroca al dictador: se convierte en una dictadura institucionalista. Es decir, que si no me equivoco: hoy Franco sigue gobernando pero sin gobernar, como siempre hizo, porque ése ha sido su legado. Ha dejado al gobierno de España en estado zombie.

¿Y qué pasa cuando un país está en ese estado tan lamentable? Que empiezan a olerse los estercoleros...., y aparecen los vertederos. Pero voy a ver si consigo explicarlo con ejemplos actuales.


¿Qué podríamos decir del oficio de dentista en España? ¿Y el trato que reciben los que vigilan las fronteras en los aeropuertos? ¿Hay alguna clase de control en los profesores de primaria?

Tengo como ejemplo palmario una enfermera que puso una medicación que puso en riesgo de muerte a una paciente. Para cuando rescataron a la paciente, el médico recalcó y remarcó en mayúsculas y bien grande qué medicación no debía ponerse. Entonces la misma enfermera, a la misma paciente, volvió a suministrarle tal medicación y la mató. Alguien podría pensar que se trata de un suceso anecdótico: no. Independientemente de que la enfermera no conocía a su paciente, además la enfermera no pagó por su crimen y lo máximo que habrá pasado es que esta señora estará siendo vigilada de cerca por parte de sus compañeros.

Con este ejemplo quiero recalcar cuál es el problema. Y no voy a detallar un caso detrás de otro.

La lógica investigativa del asunto explica cuál fue el móvil. Resulta que hay enfermeros con vocación y gente que no vale para enfermero. Por ejemplo, si sabemos que hay un doctor muy bueno con la etnia gentil y muy perverso con la etnia judía, el sistema fascista ario le mantiene en su trabajo, e incluso lo promociona. Toda socialdemocracia tiene un sistema de sumideros o vertederos, donde los profesionales que molestan, como no pueden ser despedidos, entonces son rotados.

E insisto: no pueden ser despedidos. Enfermeros de Murcia capital que no están a la altura son enviados al hospital de Cartagena. Ahí está el móvil. Es decir: ninguno. Se trata de que han encontrado a una psicópata y como no quieren despedirla la envían a un hospital no ario.

Por eso algunos decimos que Murcia nos roba y nos mata. Sólo hay que ver las estadísticas de la inversión pública ejecutada y la morbilidad, así como esa enorme lista de ejemplos y casos que los que suelen denunciarlo públicamente (como José López) también son CURIOSAMENTE perseguidos mediante una cadena de calumnias y difamaciones promovidas desde los medios de comunicación (¡vaya casualidad!). Y que conste que ciertos políticos no son perfectos..., pero es curioso que no sean perseguidos por sus fallos, sino por sus éxitos democráticos y de trasparencia.

Quería hablar de algo que veo muy repetido y que se me hace cada vez más evidente: en España y, por extensión, veo que en Europa también en general, distinguimos cuatro grandes clases: los superclase, los poderes fácticos, los outsiders y el resto: la única gente decente.

Un político que se quita privilegios ya no es un superclase, si un poder fáctico no hace uso de su abuso de poder entonces no es un poder fáctico..., debemos comprender que sólo hay una manera de hacer las cosas decentemente, y ésta no es abusando del poder.

Los superclase son personas con un poder democrático que, en ocasiones, ponen por escrito alguna ley o procedimiento, y son los poderes fácticos los que se sitúan en el último eslabón antes de que se lleven a cabo. El evitar el cumplimiento de órdenes judiciales es considerado sedición y, se supone, debería de ser un juicio trivial, no algo que lleve un año de preparación y otro de deliberación.

Y es que la lentitud del sistema judicial puede ser chocante debido a sus procedimientos..., como éste por ejemplo, que cuanto más conozco de los entresijos democráticos españoles más me entran ganas de vomitar encima de los que dicen que esto es una democracia. Ahora bien, ¿qué pasa cuando le preguntas a un informático experto en auditorías y con experiencia laboral como consultor de empresas? ¡Pues que esta clase de absurdos son fáciles de subsanar! A mí no me vale conque la justicia es lenta porque sea garantista, ¡no lo es! ¡Aceptémoslo! Las demoras es porque hacen cosas que no necesitamos que hagan y hay cargos que no necesitamos que estén.

Bueno..., podría desarrollar esto un poco más. Lo que quería decir es que no hay manos negras, o tramas especiales: lo que hay es mucha connivencia criminal. Nada más. Y esto se resuelve, como dice la historia, de una manera trivial: despidiendo funcionarios de manera masiva. No hay otra. Y sabemos que funciona por cómo lo dejó Putin, Merkel, Deng Xiaoping, etc..., podría desarrollarme, pero es largo, muy muy largo, y tedioso.

En cualquier caso, ya veréis como algún poder fáctico consigue romper con algún artículo de la Constitución (como ocurrió con el sedicioso cambio de opinión sobre las hipotecas contrario a la Constitución o como cuando se votó sediciosamente el artículo 135 contra la Constitución de nuevo). Digamos que esta clase de cosas es bastante habitual aún porque los poderes fácticos tienen más poder que la soberanía del Pueblo y, por ende, más poder que los superclase. Lo que pasa es que el daño que generan no se revierte sobre los superclase, y ese es el pacto de silencio, donde están inmiscuidos los medios de comunicación y la clase política (según sospecho, y cuando intenten ir a por la madre del cordero, que no es sino Franco, se certificará esta teoría de manera palmaria).

Por eso habrá extranjeros que no entenderán porqué es tan importante convertir el cadáver de Franco en asunto de estado y despropiárselo a sus familiares, así como el patriminio que le robó al pueblo. La razón tiene que ver con todos estos vertederos, simple y llanamente. La razón tiene que ver conque si un militar ensalza la figura de Franco no pasa nada, pero si hace lo contrario entonces se lleva un expediente. Y me parece curioso porque según tengo entendido Franco también fue no sólo un genocida, sino además posiblemente un criminal de guerra (si me basara en el testimonio de mi tiabisabulea que EPD).

Uff...., iba a empezar a poner fórmulas en positivo..., pero mejor lo dejo para mañana. No tengo estómago ni para esto ahora, aunque lo tuviera preparado, ni para desarrollar lo que acabo de decir. Hasta mañana.









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