martes, 19 de marzo de 2019

Revolución Científica

Creo que en esta entrada ya tocaré fondo en lo que se refiere a ir pretendiendo el decirle a los demás cómo hacer las cosas. El que no me tome en serio, en esta entrada se va a divertir. Hoy mejoro el actual método científico.




Ni siquiera sé cómo va a salir esta entrada, tengo pensado un ejemplo, un ambiente y una idea de lo que falla, pero creo que lo mejor que puedo hacer es introducir la idea de lo que voy a hablar.

Cuando iba al colegio una de las cosas que más me gustaba plantearme era sobre las dudas que nos genera la ciencia y el conocimiento. En el instituto, tras las persistentes promesas de que esas dudas serían resueltas, descubrí que si quería envolverme en ese mundo tendría que indagar yo mismo por mi cuenta, ¡cómo me habría gustado leer sobre ensayistas que hablaran del tema!

El asunto era que tan pronto mencionaban a Aristóteles, tenía referencias de lo precarios que eran sus silogismos. Si mencionaban a Hegel tenía constancia de las pérdidas que supone imponer toda la historia al molde que le interesaba. Aún así me interesó eso de la antítesis, a ver cómo se construía, en qué roles aparecía..., como ya sabrán los que han leído sobre el tema, en realidad se trataba de conceptos muy sosos.

La cosa ya mejoraría con Popper, Kuhn..., así con el falsacionismo se podía ya especular sobre cómo debe funcionar la ciencia. Al menos la idea de ciencia que deberíamos de tener hasta ahora.

La idea es simple: no es factible valerse de un conocimiento verificado desde una teoría que no permite ninguna clase de mecanismo de falsación. Es decir, en la medida en la que una teoría, o un aspecto de dicha teoría, no pueda ser puesta en contradicción lo más probable es que dicha teoría sea falsa. Así Popper, entiende, que las ideas que han sido puestas expresamente sin justificación muy probablemente sean producto del autoengaño. Y tiene sentido. Tiene sentido definir de esa manera el criterio de demarcación (la línea que separa la afirmación digna de ser aceptada de la que no).

Digamos que, si nos paramos a pensar un momento, este sistema tiene dos fallos importantes:
  1. Debemos valernos de una filosofía científica que nos aporte postulados que buscaremos falsar, por lo que nunca tendremos una idea de la certeza que infunde la teoría en sí.
  2. Nos consta la existencia del derecho natural por el cual se condenaron los crímenes del nazismo y éstos no son falsables, por lo que la moralidad de la ciencia no entiende de ética.
Hasta aquí, al menos, lo que ortodoxamente se considera cierto. Pero no he puesto la musiquilla de la isla ficticia de Kowloon para contaros lo que cualquiera puede deciros.

También más de uno planteará que esta idea de ciencia es más que suficiente y sobrante..., ¡pues para nada! El objeto de la revolución que estoy demandando afecta a la muerte de miles de personas en cada país por culpa de ideologías; sólo que esas muertes son sutiles y os las contarán para cuando la censura de vuestra socialdemocracia os lo permita.

Igual que los silogismos de Aristóteles permitió que su ateísmo no se extendiera entre los filósofos, bien podíamos decir que el falsacionismo de Popper, a la hora de plantear el papel de la fe y sus saltos, desgraciadamente dejaba un enorme hueco completamente infumable: lo suficientemente infumable como para que aparezcan concepciones hegelianas Vs existencialistas, con un montón de huecos entre ambos conceptos.

Concretamente: la historia del mundo, tal como la describo en mis blogs (lo desarrollo con respecto a lo que opino, porque o si no no acabo esta entrada nunca), en realidad es una sucesión literaria, no dialéctica, donde las historias que trascienden (que se recuerdan) y nos sirven de referente cumplen unos arquetipos que siempre son los mismos. De ahí, existe, como decía Kierkegaard, una angustia en cuanto al papel que desempeña el ser humano ante los memes culturales de los que puede elevarse por encima (como citaba con Proudhon en la entrada anterior). Sin embargo, el papel de la fe en mis revelaciones, coincido con Proudhon, es pura literatura..., pura poesía, y no hay que tomarla en serio.

El mundo subjetivo de Kierkegaard no lo es tanto cuando observamos las lecturas de lo que trasciende a nuestros roles: lo que se mantiene objetivamente, por definición, mediante los mismos objetos. Lo que yo llamo los eones. Son los objetos que aparecen en todas las historias, y que son figuras literarias que se mantienen.

Hay quien ve en la figura de Kierkegaard un elemento fundamental para entender la fe, y coincido: la duda es lo único que sostiene la existencia de ciertas figuras que, en el mismo instante en el que se hagan pragmáticas, dejarán de ser objeto de interés alguno. Eso pasa con la idea del dios omega, mencionado por Proudhon: en cuanto a muy superior a nosotros completamente intocable, y necesitado de un representante más terrenal que hable por él. Es decir, los saltos de fe son muy fáciles de identificar: ¿constituyen un salto a la autenticidad o al suicidio?

En una aldea vemos 100 pitufos, 99 son felices y uno es un gruñón. Resulta que la manera que tienen de ver la felicidad es pintando el cielo del color que a cada uno le agrade, pero el gruñón dice que lo que es azul es azul, y ya está. Lo curioso del tema, y una clara demostración de que esa felicidad no es auténtica, es la enorme necesidad que tiene cada uno de los 99 pitufos de importunar a hostias al resto con su salto de color; incluso a quien más odian es al gruñón justo porque le importa todo eso una puñetera mierda.

Pues si a eso lo llaman felicidad me quedo con mi angustia existencial de si el azul que yo veo es o no el que ven los demás, en vez de aceptar, como hace Kierkegaard, una idea que le es ajena y adoptarla como si le trascendiera.

Mi planteamiento sobre la ética, y de cómo la ciencia tiene funciones importantes a la hora de establecer qué es lo correcto, corresponde, como es lógico, con la esencia de lo que se describe en este blog: las fórmulas que establecen el código deóntico en los humanos coincide con las intenciones que tenemos de crear máquinas que eliminen nuestra exclusividad de ser los únicos seres conscientemente éticos.

Es por ello que el falsacionismo, el cual no supera un juego mental relativo a la ética, no ayuda a evaluar la autenticidad de un salto de fe. Por lo que se le relega a las tradiciones (la moral) el papel de saber qué pitufo tiene razón ¿Y eso cómo lo consiguen? ¿Consenso - ad populum? ¿Papá pitufo - ad autoritas? Hacer caso al gruñón de Ockham no resuelve que si aparece Wittgenstein con un atizador y le pide que falsacione la razón por la cual no atizarle aparezca la ferocidad de acción ética de Bertrand Russell para decirle a su pupilo que no aplique tan rigurosamente el uso de la razón.

Obviamente, la situación se hace insostenible. Y actualmente estamos viviendo ideologías políticas que, una vez más, vuelven a inundar el campo de la ciencia y a someter el escrutinio de los datos objetivos. Totalitarismo, censura..., y muchas muertes escondidas.

Bueno, voy a ver si incorporo un poco de luz.

Imaginemos que me llega un señor de la KGB y me plantea el siguiente enigma:
- Hola, camarrada, quisiera plantearte el siguiente eneigma.
- Hola, Dimitrri ¿Qué eneigma?
- Ni me llamo Dimitri ni hablo tan mal el castellano como tú el inglés, a ver si somos más agradecidos.
- No, si tienes razón, el juego mental no tiene nada que ver con esta angustiosa subtrama.
- Te iba a contar un enigma que tenemos: resulta que en los montes Urinales un grupo de montañeses fueron encontrados muertos todos y en fila, además incorporan mutilaciones extrañas y estaban semidesnudos.
- ¿Es posible que oyeran un oso? ¿No hay osos por ahí?
- Hay osos, pero era un grupo preparado para ese tipo de contingencias, con armas. Y sólo uno salió con un arma.
- ¿La línea apuntaba a la tienda de campaña? ¿El que estaba más cerca llevaba el arma?
- Sí, ¿significa algo?
- Que los osos no mutilan cuerpos, ¿hay alguna tribu indígena cerca de la zona?
- Sí, pero por la cuenta que les trae, son pacíficos.
- ¿Alguno del grupo se separó del resto? ¿Encendieron alguna chimenea?
- Sí, las dos cosas.
- Pues tengo una posible solución: tenemos la clásica consecución de acontecimientos que combina un suceso completamente extraordinario, uno atípico pero normal y otro muy probable pero anormal.
En este punto el dimitri me mira intrigado e interactúa conmigo:
- ¿El suceso muy probable pero anormal?
- Un miembro de la tribu, del gremio de los cazadores de osos urinales, estuvo mutilando los cuerpos ya muertos para hacer algún ritual raro relativo a la bestia que los mató, según unas costumbres no compartidas con la civilización.
- Pero eso no explica que escaparan de la tienda, donde estaban todas las armas.
- No lo hicieron porque había un oso al lado de la tienda y, al recibir un disparo, del único que tenía acceso a la misma éste se volvió loco, empezó a matar todo lo que pilló y por los gritos se alertó al cazador de la tribu esa.
- Pero eso no explica porqué salieron de la tienda.
- Digamos que desde la chimenea empezaron a comprobar cómo las ascuas empezaban a hacer cosas raras, quizá combinada con las condiciones eléctricas del lugar, se despertaron mutuamente para observar con miedo la chimenea sin percatarse de que un oso merodeaba la zona. La carambola de circunstancias podría provocar que el plasma saliera de la chimenea justo cuando todos observaban con estupor como para provocar una reacción inmediata y espontánea que alertaría al oso, justo para cuando salieron a grito pelado de la tienda.
- ¿Y el otro sujeto?
- O fue la chimenea o fue el que sobra: un psicópata que quiso tenderles un susto.
- Vamos a ver Pepito: ¿sabes lo que habría dicho el gruñón de Ockham?
- Considera la probabilidad a que se dé la carambola bajo una Poisson, algo que puede suceder en combinación con la aparición dentro de la distribución Normal de los osos en esa zona, combinado con el comportamiento Uniforme de los cazadores en la zona. A partir de ahí, podrás calcular los parámetros que faltan para determinar la distribución de la certeza de esta idea.
- El número saldrá muy pequeño.
- La distribución Normal y Uniforme sólo sirven para regular el parámetro de la Poisson, con las mismas determinamos dentro de un periodo de unos 50 años cuál es la probabilidad a que se repita algo así, bajo el modelo expuesto.
- Saldrá algo así como un 1%, o incluso menos.
- Ese será el valor de referencia con el que trabajaréis. Por último, aplicaremos una Bernoulli contando los lugares en el mundo donde haya montaña, osos y tribus nativas cerca. Esto es, para cada tipo de circunstancia corresponde un umbral de probabilidad para aceptar un modelo como probable.
- Pero eso significa que podríamos concluir afirmaciones sin necesidad de pares, salvo para confirmar los datos usados y los métodos aplicados.
- Efectivamente, este método calcula la sostenibilidad de una idea. Y es un cálculo objetivo, sujeto a errores humanos, pero comprendido dentro de las matemáticas aplicadas.

Bueno...., creo que esta entrada me ha salido larguica. Veré si ya empiezo en la siguiente con mis primeros resultados sobre la sostenibilidad aplicada, según el caso, para mejorar las redes de Markov..., o si hay que tocar más cosas intermedias antes.





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