En economía se ha desarrollado una explicación que cuestiona la teoría económica actual: se trata de la Trinidad Imposible. Mi intención ayer habría sido explicar los diversos puntos que hacen que la socialdemocracia no sea una democracia, pero ya digo que habrá que ver qué ir exponiendo.
Se me ocurrió hacer un paréntesis sobre cómo abordar la ciencia, antes de continuar. A esta altura quisiera ahondar en las armas que usaremos para que cada uno pueda superar las pruebas por sí mismo para cuando salga de las reuniones que instruyan los procedimientos. Pero, antes de nada, vamos a ponernos en situación (que no parezca que hablo por hablar).
Las circunstancias son: dentro de unos días la derecha puede que ocupe el poder en España, por lo que habrá gente con capacidad logística y motivaciones más que suficientes como para revolucionarse. La última vez que intenté avivar la llama no tenía muy consolidado la parte teórica, digamos que no tiene porqué repetirse los mismos errores; sin embargo, es evidente que hoy día no soy ninguna clase de influencer. Por lo que estas aportaciones las dejo ahí por si son clonables, o genera alguna clase de feedback.
Hasta el Panfleto II, me había dedicado a explicar los componentes teóricos de cualquier revolución, coincidiendo con Proudhon en la manera de abordar la forma. Nótese que antes que a Hegel prefiero a Campbell, así que las críticas de Marx a la lucha de clases, aunque en parte las comparto, mi visión de la historia está más basada en cómo estuvieron evolucionando los dogmas. Y, junto con los dogmas, cómo se afrontaban los miedos.
Para poder montar teorías serias he querido indagar en una crítica al falsacionismo, pues de por sí la ciencia actual no está a la altura de dar con las espectativas éticas; pero estas cosas hay que ir diluyéndolas poco a poco. Así que, insisto, quiero ponerme en situación.
Idea: Se han reunido varias personas y están hablando sobre que hay que hacer algo. Alguien menciona la necesidad de crear un estado paralelo, un modelo liberal que le haga el vacío al sistema tributario desproporcional que incumple el pacto social que tienen con nosotros. A cualquiera eso le parecería un milagro, nadie se atreve a cuestionar las funcion moral que venía llevando a cabo... Hace falta una fuerte motivación para hacerles cruzar el primer umbral y superar sus miedos, cuestionar sus tradiciones y plantearse el reunirse en una enorme sala para que sean instruidos sobre cuál es el rol que les correspone (el vientre de ballena según Campbell).
Alguien puede emitir varias críticas:
¿Por qué usas términos tan oscuros y literarios?
Es una teoría científica, ya me gustaría tener más certezas y constatarla mejor, pero debido a la urgencia me atengo al formato que me parece más claro y rastreable.
Aquí te doy la razón, pero es que detrás de los economistas tampoco veo un discurso reconciliadoramente completo que me diga que sus planteamientos me aportarán alguna clase de futuro. Lo hago por supervivencia, y para quienes se vean como yo.
¿Pero qué esperas, nos van a coser a multas si tocamos los poderes fácticos?
Lo que espero es que si el número de personas es un contingente importante y, al mismo tiempo, el acto llevado a cabo es una extrema trivialidad liberal entonces cualquier clase de acción por parte del estado será visto por ese contingente como un acto opresor. Y muchos más se unirán.
¿Hay antecedentes de lo que dices?
Por supuesto, deja de hacer preguntas, que tengo que desarrollar el panfletito, chaval.
Ah, lo siento.
No importa. Estamos en el mismo bando.
¡Un momento! Dijiste que Proudhon era nuestro dios, ¡explícate!
Ah sí...., en fin. Quería decir que la gente adopta las leyes de la teoría del capital pero, según mi consideración que no he demostrado y que se debe coger con pinzas aunque esté plenamente seguro de ello debido a mi experiencia, considero que nuestra moral hasta hoy día queda explicada por el mutualismo y cada una de las cosas dichas por Proudhon en su filosofía de la miseria.
¿Que estamos aprobando leyes que teorizan de una manera cuando nuestras costumbres son otra?
Sí, amigo imaginario, creo que lo has entendido.
Como los micromachismos, pero aplicados a todo en general.
Una vez aclarada la postura supuestamente ya explicada, procederé a continuar.
El Panfleto III
Hay quien pensaría que el armamento que vamos a usar: fórmulas, pactos, contratos..., no podrían derrocar a un gobierno. Sin embargo, ¿qué valor tiene el euro si no lo usamos? ¿Queréis nuestras monedas? A lo mejor no necesitamos vuestra protección. Todo esto sonaría extremo, por ello mi primer postulado: se haga lo que se haga, siempre hay que dejar una puerta a volver a como estábamos. Si actuamos así, cada varapalo desgastará a un bando, y eso lo adaptará hacia las posturas más autoritarias (que no tiene porqué ser las más coercitivas).
Volviendo al punto: cuando observamos toda la documentación sobre la trinidad imposible, resulta que aparecen países, nombres, conflictos..., pero no se ve a Castro por ningún lado. Nadie menciona a Cuba. Existe un pacto de silencio con la única fórmula que resuelve a la Santísima Trinidad del Capital.
Así que, antes de rescatar (y criticar bien) a Proudhon, voy a recordarle a la gente que la socialdemocracia posee un porcentaje de paro estructural y, por tanto, hay una proporción de personas que son excluidas sin motivo meritocrático y, además, por culpa de la Santísima Trinidad, se convertirán en mártires del capitalismo. Es decir, el contingente motivado existe; y no es una discusión burguesa.
La trinidad imposible lo que nos dice es que es imposible reconciliar el libre movimiento de capitales (M) con el tipo de cambio fijo (F) y la política monetaria autónoma (A). Es decir, que si 1 significa que se cumple y 0 que no, entonces jamás se dará M + F + A > 2
Esto provoca cosas que mucha gente ya sabía, pero no con la certeza matemática de quien lo estudia:
que los modelos más punteros de economía ponen en contradicción la estabilidad financiera (F) con las políticas sociales del gobierno (A) y la capacidad de expansión de mercados por parte de las empresas (M).
¿Queremos un país competitivo (M)? Pues habrá que machacar a los trabajadores (A) o trastear el poder adquisitivo empresarial (F).
¿Y por qué creen ustedes que se produce esto? Pues bien, para explicar el error adoptado por los economistas me centraré en sus orígenes: cuando discutían sobre el valor de uso y el valor de cambio. Y sírvase del error de Marx para comprender el error de los neoliberalistas.
Y ahora que lo pienso, ¿por dónde empiezo? Tengo hambre, comeré un poco primero. En la tienda ya me han interrumpido unas cuantas veces y tengo que estar moralmente centrado, en vez de escuchar tanto: "¿Hay prensa? ¿Hay prensa?" Se ve que no son capaces de leer el cartel que dice que ni hay prensa ni en el hospital ni a 2 kilómetros a la redonda, y pretenden comprar ¡qué! ¿para los dibujitos? ¡La gente no lee! Y anda que no tiene una lectura pragmáticamente sarcástica el cartelito ni nada...
...
Ya he vuelto, a ver..., concentración.
En ocasiones necesitamos señales de inspiración para actuar como es debido, poder otorgarle el rol más fuerte a los más débiles para marcar el paso del conjunto. No podemos tolerar que una bofetada a una adulta tenga el mismo valor que el de una niña porque, de ser así, cualquier acto de heroicidad por su parte quedará remarcada por un techo de cristal convirtiéndola en una eterna menor de edad. Y creo que aquí todos odiamos a Hegel. No podemos caer en los mismos errores que Proudhon tampoco. Nuestra moral tiene que evolucionar y restablecer los principios que nos igualan.
Una vez entendido cuál es el significado de toxicidad en la lucha por la igualdad, poco a poco, podremos continuar expandiendo la idea para cada uno de los problemas con los que nos vamos a tener que enfrentar y que marcarán el paso de cómo debemos tratarnos a todos los individuos entre sí, para establecer una conexión entre la meritocracia y la solidaridad, que haya Justicia Social.
Cuando Proudhon criticó las miserias expuso algunas, derrotó a la sociedad hacia algunos valores. Era misión de sus coetáneos echárselo en cara; ya veremos cómo desarrollamos a sus críticos.
Para empezar, podría atreverme a resumir "Miseria de la Filosofía" de Marx contra "Filosofía de la Misería" de Proudhon en una cita significativa, para lo que quiero destacar:
Para Proudhon todas las relaciones económicas son "formas ceremoniales"
por cuyo intermedio se efectúa el consumo inmediato.
Marx asegura que Proudhon deja al libre albedrío
justo lo que es su obligación explicar como economista.
Bueno, a ver si cesan las interrupciones infructuosas y me centro un poco...
Los años y la memoria están interconectados a través de la literatura, y ésta se expresa hoy día con música, películas, etc..., sólo tengo que encontrar la manera de hacer entender lo evidente: que Marx se equivoca justo en eso. A ver si cojo el tono...
Las relaciones humanas se rijen también por una literatura, y ésta tiene un género de madurez importante. Cuando hablamos de crear una empresa en realidad acabaremos siguiendo los mismos pasos que cuando se desarrolla un cuento maravilloso. Y los cuentos maravillosos desembocan en el contrato: el matrimonio. Si se quiere desarrollar un videojuego que incorpore la consecución de relaciones horizontales entonces los arquetipos usados son los mismos que cuando leemos cuentos como Blancanieves o la Cenicienta.
Y no me refiero a que tales arquetipos deban ser machistas, ¡nada que ver! Sin embargo, si los arquetipos que conocemos son machistas está claro que nuestras futuras relaciones horizontales también lo serán.
Por tanto, eso justamente de lo que se quejaba Marx, de hecho, contradice con su insistencia en querer encontrarle a la historia una épica hegeliana, una teoría de clases. Si quiere encontrar una épica, una historia de la historia, entonces debería centrarse en el origen épico de las relaciones contractuales: cuando una persona compra algo a alguien, ¿por qué lo hace? Precisamente, debe haber una literatura detrás. No algo tan vanal como la idea de una tesis y una antítesis, sino un principio rector más apropiado y que sepamos que se repite realmente. La obsesión por querer buscarle un villano a la historia hace que al final no sea fácil dibujar con quién se tiene que casar el héroe de la historia.
Y esto nos lleva a al caos..., al enfrentamiento continuo entre trabajador y propietario.
Creo que es necesario comprender cómo es posible que Marx desdibujara los orígenes de la miseria.
Dos puntos de discrepancia importantes serían que:
- Cuanto más exclusivo es un producto mayor es su precio (valor de cambio) y, al mismo tiempo su valor de uso (la riqueza que aporta) es menor.
- Cuanto más común es un producto menor su precio se hace irrisorio y, al mismo tiempo, el valor que le otorgamos se hace inconmensurable.
(¡Vaya! Lo que no vendí ayer lo estoy haciendo hoy..., a ver si recupero el hilo)
Empecemos por coger un vaso de agua, recuerdo haber leído en Marx, al contrario de lo que injurian sus opositores, que la segunda vez ese vaso de agua tendrá menor valor. Esa idea de que la demanda contradice la propia fuerza del trabajo es algo que este hombre no explica en su teoría al completo. Ahora bien, para criticar las fórmulas ajenas Marx era un portento, bien pudo haber planteado algo que no desembocara en trilemas, y así comprender mejor su teoría.
La idea de que el agua sea abundante le hizo deducir a Marx que el valor de la misma en la utopía mutualista fuera irrisoria. Sin embargo, ¿donde se equivoca? Todos sabemos que el segundo vaso de agua vale menos que el primero, cuando tienes sed, y el tercero vale menos todavía. Sin embargo, el mutualismo en lo que se centra es en la idea de la cobertura, no en el producto en sí.
Ahora es cuando hay que hacer un ejercicio importante: el primer mes saciado con el agua que necesites tendrá un valor, el segundo mes ganará mucho más valor, así hasta que pasen los suficientes meses hasta que le des el máximo valor. Pues bien, a esta clase de cobertura se le suele denominar pública. En el sentido de que hay unos productos y servicios que son demasiado fundamentales y, por otro lado, no tienen una artesanía exclusiva por parte de sus creadores, como para ofrecerlos GRATIS.
Este tipo de cobertura es fundamental para las empresas. Hablamos, por ejemplo, de la función que ejerce las carreteras para las empresas. Las empresas deben socializar ese tipo de gasto, mutualizarlo. De esa manera todos salen ganando. Lo mismo pasa con la globalización de la información con Internet: un Internet accesible, y una cultura compartible, provoca que las personas reconozcan con el tiempo su verdadero valor, un valor no sometido a la especulación.
Cojamos un ejemplo económico actual: ¿qué pasa cuando un videojuego vende por encima de unos parámetros? Entonces la compañía que mutualiza a los autores de videojuegos le cambia el precio y lo reduce a la mitad ¿Por qué? - diría Marx. La razón es porque esas empresas venden videoconsolas.
Imaginemos un niño que va a visitar la casa de Antonio o de Bernardo; ambos tienen una videoconsola, pero cada uno la tiene de una marca diferente. Supongamos que Antonio y Bernardo viven en familias de un equiparable poder adquisitivo, y que destinan ambos la misma cantidad de dinero en juegos de consola. El niño que va a visitar a uno o a otro en lo que se va a fijar es en quien tenga los mejores juegos. Y para que el repertorio sea más probable favoreciendo a tu consola, éstos juegos deberían de ser más accesibles.
Esta es la explicación de porqué en ocasiones la oferta y la demanda se invierten, y la mano invisible se queda como tonta.
Podemos comprender, por otro lado, cuál es el valor de las redes sociales: las redes sociales no aportan necesariamente ningún valor, sin embargo, a medida de que ofrecen sus servicios gratuitos y estos son usados, automáticamente las personas le atribuyen valores importantes hacia esas redes. Lo cual podría ser un acto vicioso o, por el contrario, una manera más evolucionada de valorar nuestro tiempo.
Por otro lado, Marx se escandalizaba en su utopía comunista con la idea de que los productos raros valgan más dinero ¡De qué manera poder explicarle lo evidente! Según él, lo que no se vende no es porque sea caro, sino porque a nadie le interesa y, por tanto, no tiene valor de uso. Eso, maestro, es una falacia; y la historia lo confirma:
Supongamos que Vd. es un concejal y le dicen que tiene que gastarse la partida presupuestaria, pero no tiene ni imaginación ni inventiva - porque es un político. Así que tiene como dos maneras de hacerlo: o se lo gasta todo de golpe, o va creando decenas y decenas de partidas, una detrás de otra, para conseguir gastar en suma lo mismo.
Pues bien, la experiencia nos dice que la gente rica, cuanto más dinero tiene, más inútil se vuelve. Contaba Rockefeller que una vez, cuando fue a comprar algo, como siempre era costumbre en él, preguntaba siempre el precio en todo; aunque pudiera pagarlo y de sobra. Y que el tendero, mareado por la insistencia de sus preguntas, le dijo que sus hijos nunca preguntaban nada y, al final, acababan gastándose su presupuesto asignado. Ante esta paradoja éste respondió: "Pero es que yo soy banquero" ¡Claro, hombre! Y cuando eres padre el banco se va de vacaciones...
La clase burguesa consume lo mismo que la clase pobre, pero a un precio superior. De hecho, es bien sabido que quien vende sus servicios al sector público en España (a diferencia de en países desarrollados como Finlandia) debe vender sus servicios muy por encima de lo normal con respecto a si lo ofreciera a particulares (lo cual contradice los principios de oferta y demanda). Efectivamente, los que tienen dinero tienen como un cartelito en la frente que dice: tímame o desconfiaré de tu producto.
Otro caso que conozco me lo comentaban mis proveedores chinos: me decían que cuando ellos vendían a un precio irrisorio unos protectores de pantalla no conseguían hacerlo, pero si sus clientes españoles los vendían por más de cinco veces su valor de compra, nadie cuestionaba la calidad del producto (y era el mismo).
Eso quiere decir que junto con el envoltorio del producto se encuentra el precio como un elemento que describe al producto. Razón por la cual la exclusividad hace que el producto sea especulable. Sin ir más lejos: cuando un bien no es necesario y su generación tiene exclusividad entonces podemos decir que el bien se debe ofertar bajo una cobertura privada.
La teoría que establece un rol a los productos y servicios públicos o privados en virtud de su exclusividad y necesidad no es mía..., veré si encuentro la referencia.
En cualquier caso, va siendo hora de que nos vayamos adentrando en la solución que aportó Fidel Castro al famoso trilema.
En Cuba los problemas sociales se puede observar cómo fueron cubiertos creando dos monedas: la moneda que se encarga de suplir las políticas nacionales (A), y la moneda que se encarga de abrirse al resto del mundo (F+M). Tras la muerte de Fidel Castro, su hermano decidió que era factible ya unir ambas monedas..., él sabrá. En cualquier caso, gracias a la moneda nacional todos los cubanos disfrutaban de una cobertura de educación, sanidad, comida, seguridad y alojamiento de un simple 100%. Mientras que los negocios, la expansión de Cuba - considerando los trasbordos necesarios con EEUU o su giro logístico y el rival político que tenía a las puertas, se llevaba a cabo de manera independiente con una moneda especulativa.
La moneda nacional calcula la necesidad de cada individuo y se centra en el valor de uso exclusivamente, para luego calcular el precio a través de un valor fijo (no especulable). Así, el gobierno cubano contabilizó cuánto necesitaba una familia para sobrevivir en un mes: se materializa en un esfuerzo humano debido a la única fórmula que, en su momento, fueron capaces de imaginar, que es obligando a absolutamente toda la población 6 meses a trabajar en el campo. De esta manera, absolutamente toda la población tiene asignada, como mínimo, una renta en la moneda nacional que calculada a partir del valor de su cobertura. Y es así que en Cuba, a diferencia que principalmente en el resto del mundo, no hay hambre. Y, al ser esto un hecho constatable, se ha determinado hacer creer que se da justo lo contrario.
Cuando cambia la filosofía del valor de cambio necesitamos una moneda diferente, que sea especulativa. De esta manera se consigue independizar lo que es vital de los juegos especulativos y, claro, quiere el rico seguir teniendo un control sobre los pobres desgraciados amenazándolos de muerte con el sistema actual.
Pues bien, las buenas noticias es que, en realidad, no es imprescindible trabajar para el estado para conseguir esa independencia. Pero eso lo iré explicando en la siguiente entrada.
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