viernes, 4 de enero de 2019

Reivindicando a Coelho

Todo hombre sobra la faz de la Tierra tiene un tesoro esperándole.

Lo siento señores, pero frases como ésta y otras que han sido usadas contra quienes las citan son objeto de reivindicación por su sabiduría y su simpleza.

Y a quien le moleste, pues ahora citaré un ensayo respetado "Integrated Theory of Mind" (Anderson & Bothel & Byrne, 2004) que, si bien la menciono para criticar una postura que defiende, me podré valer de Coelho para dar a entender esta postura.





Although human cognition is certainly embodied, its embodiment
is not what gives human cognition its advantage over that of
other species. Its advantage depends on its ability to achieve
abstraction in content and control.

Así empezaba el ensayo sobre neurología y su computación interna en el apartado relativo al supuesto módulo de los objetivos (Goal Module, que en la figura lo llaman Intentional Module). Según parece todavía en 2004 los expertos del cerebro seguían buscando la parte del cerebro que se encargaba de decirle al animal cuáles eran sus intenciones, objetivos, metas... Como ya nos podemos imaginar, anatómicamente esa parte aún no se ha encontrado ¡Sólo faltaba eso!

"No sería yo, sino mi cerebro, ¿entiende? Tal vez tenga algo que decir en mis últimas horas. 
Tal vez querría decir algo. [...] Estoy hablando del espíritu humano.
¡Ése es el reto! Ése es el viaje. Ésa es la expedición.
Fenómeno (1996)

Éste era el discurso emitido en una película de cine por un personaje moribundo cuyo cerebro era inaudito y al que querían practicarle una biopsia, para tener la oportunidad de dar con su funcionamiento. Sin embargo, había un error obvio en todo esto: lo que le hacía grande no era tanto la maquinaria que tenía sino cómo hacía uso de ella.

Cada vez que leemos un ensayo relativo al lenguaje natural o al cerebro humano, suele practicarse, si el ensayo está pensado para gente no muy técnica, el comentario habitual de que el individuo humano tiene una cualidad que lo hace diferente o mejor con respecto al resto de los animales. Yo me preguntaría hasta qué punto este postulado puede que se haya convertido más en una lacra que en una herramienta útil para empezar un razonamiento.

Un pensamiento putrefacto corre el riesgo de imponer ideologías o dogmas allá donde se debería de actuar con mesura e inteligencia: ¿es posible hablar de un módulo encargado para generar objetivos?

Lo primero que a mí me presenta de extraño esa teoría es: ¿qué pasa si un individuo tiene un accidente y tiene una lesión en ese módulo? ¿Moriría al instante? ¿Se convertiría en un animal y automáticamente ya podríamos cazarlo y comérnoslo? Parece obvio que ese mundo se me antoja extraño, como para pararme a pensar en cómo actuaría la gente con diligencia.

Otro aspecto que no entendería es: si está tan desarrollado en el homo sapiens y no tanto en los animales, ¿es que los animales no tienen objetivos? ¿realmente la abstracción de los mismos y su filosofía se reduce a un módulo de objetivos? ¿Esto justificaría que me invente un término como la triangularidad y que todos puedan imaginarse a qué me refiero tras hacer operaciones con ese módulo? Ciertamente, tiene pinta de ser una teoría trasnochada.

Pero el asunto es que estuve leyendo el artículo que defendía que el cerebro usaba sus distintas partes según la funcionalidad que habían descubierto en el tálamo, el cerebelo, el hipocampo y las distintas partes del cortex... No es difícil insinuar en qué partes del cerebro bien podría encontrarse una memoria para reconocer el estado, y en ese mismo estudio citan fuentes. Pero hay que distinguir un módulo encargado de almacenar un estado de lo que es un módulo que tenga por objeto interpretar dicho estado para adoptar una política intencional. Esto último es lo que choca bastante.

Podemos partir de la idea de Coelho, cuando presentó el famoso libro "El alquimista". Aquellos que estudian humanidades se suelen resistir a etiquetar a este autor como un pensador y a esta obra como una obra profunda. Es una pena, porque a lo mejor nos estamos perdiendo algo fundamental. Y es que desde el primer momento de su existencia, a cualquier ser humano le otorgamos un regalo personal e intransferible: el don de su propia identidad exclusiva. Y claro, esta frase que muchos dirían que suena a frase de Paulo Coelho es un ejemplo de frase simple, básica, válida..., y si le molesta a la gente este tipo de frases tal vez el problema esté en su propia pedantería.

Cuando leí "El alquimista" no me pude resistir a ir a la librería más cercana para regalar el libro a una persona querida. El mayor tesoro que puedes encontrar tal vez lo tengas al alcance. Y, claro, cualquier cita escogida de este autor es fácil de exagerar para que parezca poquita cosa; lo que pasa es que deberíamos de ser críticos con los que critican al Metre que nos invita a entrar a la escuela del pensamiento sólo porque éste se queda fuera.

El asunto es que no es pura demagogia: todo ser humano tiene el módulo de objetivos al 100% sano y bien, porque no es un módulo diferenciado. Ante todo, todos deberíamos de recordar que hemos de saber qué es lo que queremos, como se lee esa novela. Porque el recuerdo es un acto de reminiscencia y el saber es un acto de objetivización. Nuestro módulo estará perfecto, pero hay que alimentarlo con buenos consejos: con el recuerdo de buenas directivas porque siempre debemos estar vigilantes, no debemos descansar nunca de reconocer qué es lo que queremos.

Por eso el viaje de "El alquimista" es posible que se convierta en un viaje al reconocimiento del ente dentro del mundo: si aquello que queremos es justo lo que nos da el mundo, entonces todo estará a nuestro alcance; será como si el mundo conspirara a nuestro favor ¡Ésa es la función de nuestro cerebro! Y porque ése es el objetivo, poco a poco podemos ir entendiendo en qué consiste ese libro.

Como si estuviéramos describiendo el viejo arcano de el alquimista, arcano que en mi opinión es un recurso literario que evoca a unos patrones de comportamiento que afectan a nuestra civilización a la hora de establecer qué es infantil, divertido, deseable... Es decir, que se trata de un meme.

Es como si los cirujanos intentaran buscar en los varones la parte del cerebro que genera el patriarcado. Son conceptos independientes, nada que ver.

"Señora, ha hecho bien trayendo a su marido. Vamos a extraerle el machismo".

Volviendo al punto de partida, imaginemos la siguiente teoría: ¿qué pasaría si en realidad el comportamiento cerebral fuera producido por unos procesos dentro de la clase del Reinforcement del Machine Learning Algorithms? Si combinamos cualquiera de esas técnicas con los conocimientos que tenemos de computabilidad sabríamos que el resultado sería un mecanismo no computable; es decir, se habría llegado a una conclusión condicionada por algún principio de supervivencia debido a la existencia de alguna clase de castigo/recompensa. Por tanto, las intenciones no podrían ser expresables en ninguna clase de máquina: todo sería resultado de un comportamiento orquestado que, en un momento dado, evolucionó así.

Además, para darle más colorido a esta teoría siempre podemos decir que lo normal es que sea el propio cerebro el que busque la manera de sobrevivir (condiciones de oxígeno, temperatura, etc) y que, de ahí, es de donde nace sus apetencias y deseos. Tan simple como parece. Los que quieren encontrar módulos extraños son los que tienen la carga de la prueba.

En definitiva, que Coelho tiene razón.







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