¿Se puede hablar de hacer que una máquina entienda a un humano cuando el propio humano no es capaz de saber dónde están los límites de lo que debe decir? El artista que pretenda ser creativo como lo es un ingeniero debe ser consciente de los límites de su creatividad. Los límites están marcados por la propia moralidad, lo que establece lo que es de mal gusto. Por eso si un artista dice que no hay límites en su creación lo que en realidad está diciendo es que su "gracia" proviene de la serendipia - como por un don divino.
Bien podemos apreciar la idea de que cada regla es susceptible de ser rota, siempre y cuando sea luego substituida por otras tantas reglas que justifiquen su ruptura, pero al final siempre se adivina una estructura. Y sí, es terriblemente fácil pecar de postestructuralista, de decir que hay que centrarse en el espectador, u otras muchas cosas, pero al final la estructura existirá - no para transmitir un mensaje bien definido, pues como decía Derrida el lenguaje no está pensado para comunicar, sino que es herramienta de discusión continua. Y es que en el fondo los postestructuralistas son estructuralistas desengañados, porque esperaban encontrar una estructura que nunca alcanzó los niveles de calidad que exigían. Y esto nos lleva a grandes preguntas: ¿el conocimiento de los transformers obligaría al postestructuralista a replantearse sus ideas derrotistas?
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Vivimos unos años tristes debido a las redes sociales, que nos han ayudado a descubrirnos tal como somos realmente. El ser humano no sabe ser sociable más allá de conocer a más de dos centenares de personas. No evolucionó su cerebro por necesidad para tanto. Así que no sabemos cómo podrá reaccionar ante redes que conectan cientos de miles, que nos obligan a ser amigos de miles de individuos, que nos conectan con influencers - los cuales están interconectados con millones. El homo sapiens nunca tuvo un cerebro tan social, hay que reinventarse.
La nueva realidad, para la cual no tenemos una programación básica en educación, provoca que las personas se relacionen con cientos que piensan exactamente como ellos mismos cerrando así su cámara de eco: solo escuchan lo que ellos mismos dicen. La cosa es que cuando sales a la calle puede resultar más difícil conseguir negociar un diálogo con alguien: no existe continuidad en la conversación. Cuando esto se produce se suele decir que no hay feeling entre esos dos, o que no funciona su diálogo.
Si esto fuera tal como lo cuento, cabría esperar que entonces cada vez haya menos familias. Pero no, desde siempre y esto no cambia desde las cavernas, si la cantidad de sexo no disminuye entonces la población no tiene por qué disminuir. Es decir, ya sea a través de las redes sociales, o ya sea porque tu pareja no es tu mejor amiga, lo dicho anteriormente no tiene que afectar al mundo familiar..., como amenaza, cuando sí en las relaciones - claro. Y lo que no te mata te hace diferente.
Pero no pretendo hablar de las cámaras de eco. Mi pretensión va sobre el modelo matemático que estoy diseñando y que me exige incorporar los elementos que aquí comento ¿Cómo va a empatizar una máquina con una persona si ésta no es capaz de albergar ofensa en según qué apreciaciones?
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Veo por la calle un coche que no para de emitir pitidos, a una hora que no es necesariamente inadecuada para ello. Además los individuos ondean una bandera gritando con júbilo el país que la representa ¿Acaba de recibir un premio nobel un integrante de su país? ¿Alguien de su país ha hecho un hallazgo importante para la lucha contra el cáncer? ¿Se ha resuelto un dilema de envergadura que permitirá a las empresas de ese país crear avances tecnológicos más innovadores? No. Lo de antes está vinculado con una reducción enorme de la morbilidad de su país, eso sí que sería para gritar ondeando banderas - sería racional, lógico..., es como lo pensaría una máquina. Sin embargo, culturalmente, cualquier transformer deduce fácilmente lo que está pasando... ¡Un momento! Ya que estoy...
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BARD:
Hay varias posibilidades de lo que podría estar ocurriendo.
- Una celebración: Es posible que el coche esté celebrando un evento deportivo, una festividad o un acontecimiento importante para el país representado por la bandera. En este caso, los pitidos y los gritos de júbilo serían una forma de expresar la alegría y la celebración.
- Una protesta: Es posible que el coche esté protestando por algo, como una política gubernamental o una injusticia social. En este caso, los pitidos y los gritos de júbilo serían una forma de llamar la atención y expresar su descontento.
- Un acto de vandalismo: Es posible que el coche esté participando en un acto de vandalismo, como una protesta violenta o una manifestación ilegal. En este caso, los pitidos y los gritos de júbilo serían una forma de intimidar o provocar a los demás.
Sin más información, es imposible decir con certeza lo que está ocurriendo. Sin embargo, en base a la información que has proporcionado, es más probable que se trate de una celebración o una protesta.
Aquí hay algunas preguntas que podrías hacerte para tratar de averiguar lo que está ocurriendo:
- ¿A qué hora del día es?
- ¿Hay otras personas en la calle participando en la actividad?
- ¿Hay algún tipo de bandera o símbolo que se esté utilizando?
- ¿Hay algún tipo de sonido o música que se esté reproduciendo?
Las respuestas a estas preguntas podrían ayudarte a determinar la naturaleza de la actividad.
Si estás preocupado por la seguridad, podrías llamar a la policía.
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Efectivamente, capturar la cultura de la gente es terriblemente fácil para un transformer. El futuro puede ser más fácil de predecir con una máquina que con la estadística inferencial, por lo pronto. Es decir, el conocimiento futuro está gobernado, el asunto está en la interpretación de la realidad pasada: cómo nos debe hacer sentir. En su respuesta Bard cree que podría estar temeroso; si yo fuera otro integrante del fenómeno futbolero compartiría el júbilo, igual puede haber júbilo por mi parte si veo cabezas de políticos puestos en picas... El transformer no tiene abordado cómo me siento, ni hay un proceso de negociación sobre mis acciones pasadas. Supuestamente ese es el trabajo de un aprendizaje de refuerzo dado por un modelo que sea lo suficientemente genérico como para empatizar con lo humano.
En realidad lo que siento es decepción. Y se entiende por lo que he escrito.
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YO: Dado el texto: "Veo por la calle un coche que no para de emitir pitidos, a una hora que no es necesariamente inadecuada para ello. Además los individuos ondean una bandera gritando con júbilo el país que la representa ¿Acaba de recibir un premio nobel un integrante de su país? ¿Alguien de su país ha hecho un hallazgo importante para la lucha contra el cáncer? ¿Se ha resuelto un dilema de envergadura que permitirá a las empresas de ese país crear avances tecnológicos más innovadores?", ¿cómo se siente su autor?
BARD: Está curioso por saber qué está celebrando la gente, y también se siente feliz por ellos.
Las preguntas que el autor hace sugieren que está tratando de averiguar si se trata de un evento positivo o negativo. Si alguien ha recibido un premio Nobel, ha hecho un hallazgo importante para la lucha contra el cáncer o ha resuelto un dilema de envergadura, entonces se trata de un evento positivo que merece ser celebrado.
El hecho de que el autor mencione la hora a la que está ocurriendo la celebración también sugiere que no está molesto por el ruido. Si la hora fuera inadecuada, el autor probablemente se sentiría molesto o enfadado.
En general, creo que el autor se siente feliz y orgulloso de su país. Está contento de ver a la gente celebrando un logro, y se siente orgulloso de ser parte de un país que ha logrado algo importante.
Aquí hay algunas posibles emociones que el autor podría sentir:
- Curiosidad: ¿Qué está celebrando la gente? ¿Por qué están tan contentos?
- Alegría: Es genial ver a la gente celebrar. Es una señal de que algo bueno está ocurriendo.
- Orgullo: Estoy orgulloso de mi país. Es genial ver que está logrando cosas importantes.
- Emocionamiento: Me emociona pensar en lo que el futuro depara para mi país.
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No está adaptado para pillar el sarcasmo, porque no ha negociado conmigo como autor. Esto es porque hay eventos que trivialmente se producirán siempre o nunca, y cuando se mezclan obtenemos un cierto nivel de sarcasmo que aún no se detecta. Tal vez se detecte más adelante, o lo hagan otros transformers. Pero ya comenté hace tiempo que esa tecnología aún no captaba partes importantes en una novela. Ojo con el "aún", porque hay literatos que no han programado en su vida y que aseveran que eso es algo que una máquina jamás será capaz de hacer - cuidado con el efecto Dunning - Kruger, está siendo realmente muy acuciante entre los que estudian historia de la filosofía y filología al llegar esta singularidad.
Yo estoy probando la siguiente teoría sobre los límites literarios, tanto en la crueldad del símil como en la de la ironía, ya sea en su modo más simple (drama y parodia) como en el más retorcido (gótico y sarcasmo). En mi juego de competición un tema es una tirada de dados, y aunque sé que es demasiado simple usar el modelo uniforme, también es cierto que por el momento no he encontrado motivos para considerar otros modelos más complejos - busco la máxima simplicidad algebraica.
Más en concreto, tras volver a ver X-men, me di cuenta de que mi modelo ya estaba "inventado": a la red social que reúne a todos los individuos para empatizar con ellos se le llama "cerebro". Por ello estoy tanteando la posibilidad de llamar a la red social: cerebro. Más en concreto: un cerebro es una correspondencia entre una configuración de red social y la estrategia ganadora de sus usuarios. La estrategia ganadora es un tema, que se divide en varias interpretaciones: cuál es la magnitud de su azar (número de caras del dado), cuánto de probable es que la estrategia sea un fracaso absoluto al llevarla a cabo (se estudia valorando los lotes), cuánto de probable es que la estrategia se usó para ganar, y cuándo la estrategia supone un éxito absoluto (el análogo al fracaso absoluto).
El tema de cuál es el turno de cada jugador también se determina por un azar, sabiendo que en ocasiones se puede tener tan mala suerte de que nunca nos toque cuando más lo necesitemos. Y, de esta manera, según mis estimaciones, se puede simular cualquier juego a base de anidamientos de éste: pues una casilla es un tema convencional, una ficha es un jugador muerto (que no puede elegir sus temas), etc... Sé que no he definido rigurosamente el modelo, pero lo tengo sobre el papel y esta entrada no va sobre eso. Esta entrada va sobre la clasificación de temas en virtud de la sensibilidad que le supondría a una persona.
Los temas, según teorizo, los clasifico en:
- Convencionales. Como elegir entre fresa y chocolate. Te obliga a posicionarte, pero no afecta el gusto a la ofensa.
- Personales. Es el tema que puede generar una sensación de ausencia o presencia fuera de lugar, define a la persona para provocar máculas. Lo escatológico, o el sexo mezclado con la infancia...
- Estructurales. Parte de elementos sociales inescrutables. Podría ser como el concepto de responsabilidad, cadena de mando... El racismo, por ejemplo, se hace personal pero porque es estructural aunque nazca de una moda personal (porque afecta a la estructura social), así como la pederastria, violaciones, etc...
- Sensibles. Temas que, a diferencia de los estructurales, suponen un verdadero peligro el memetizarlos porque pueden acabar con la estructura del sistema. Pueden convertirse en un peligro para la sociedad misma, cuyo egoísmo podría autodestruirlos. Pueden ser técnicas de crackeo del sistema, o estafas piramidales.
Clasificar un tema dentro de una clase o de otra es lo que puede suponer dificultades, porque parece que cada agente le dará su propia interpretación. De esta manera si el tema toca temas estructurales propios de una sociedad civilizada, un mal uso de los términos podría suponer una ofensa. Mientras que si se descubre que esos problemas estructurales podrían replicarse y no se pueden frenar entonces ya la ofensa se convierte en miedo: se disparan las alarmas y vemos reacciones llenas de ira para frenar esas temáticas.
Algo parecido puede producirse cuando se parten de planteamientos personales que pueden llegar a ser una decepción entre nuestras amistades, o a producir mucho asco cuando hablemos de agentes con los que no haya afinidad alguna. Quizá estos agentes consideren que la manera de abordar esos temas debería de ser como algo más bien convencional, como una cuestión de gustos y que no debe afectarle personalmente a la gente porque han creado una barrera lo suficientemente bien definida que separa ficción de realidad, por ejemplo.
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En definitiva, este modelo podría servir para valorar cualquier conversación dentro de su proceso negociador y así reconocer sus agentes en juego, estudiar la emoción de participar en él como una manera de aprender más de cómo funciona el mundo de juguete que estudian los transformers, y así capturar todos los temas (patrones) más importantes del juego. En eso consiste la función del cerebro. Aunque, según esta manera de pensar, el cerebro no se usa para hablar..., pero bueno, ya iré puliendo los nombrecitos.
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