Se han hecho diversos estudios sobre el bulling. Ya he comentado en estas últimas entradas que los funcionarios suelen incorporar una perspectiva sádica, proveniente de sus pulsiones sexuales (perversiones). Sin ir más lejos en la delegación de Hacienda de Cartagena los inspectores tienen debilidad con los blancos con aspecto jovial, a ellos es a los que citan para torturarles moralmente a la cara. Se trata de una apetencia sexual, no es para nada algo profesional o azaroso.
Más allá de las elecciones pervertidas, debe haber otro tipo de pulsión que empuje a que ciertos perfiles de víctimas sean escogidos; y que sean pulsiones más superficiales. Esto es debido a que se puede comprobar que no todas las personas con el mismo aspecto acaban siendo igualmente víctimas, estando en el mismo coto de caza de los depredadores. Y eso es algo que a muchas personas nos ha preocupado bastante, a mí en concreto - el clásico: ¿por qué a mí?
Creo que esta es la primera vez que me planteo esta hipótesis, sobre lo que puede inspirar a un pervertido el seleccionar a un perfecto desconocido frente a otros, y que sea el mismo desconocido que eligieron otros pervertidos un tiempo atrás.
Las hipótesis, que siguen siendo válidas, y que hasta ahora defendía eran: el trauma del bulling provoca un comportamiento reflejo de pasividad en la victima que motiva a hacer pensar al agresor que va a tener a alguien sumiso, asímismo, el ambiente que provocó que la víctima empezara a ser como tal víctima es algo de lo que no puede desprenderse (trabajo, familia...) y por tanto hay una reacción de supervivencia en la víctima a modo de síndrome de Estocolmo que provoca una negociación con sus agresores habituales.
Esto eran dos aspectos que venía defendiendo hasta ahora, más allá de las capacidades de percepción superdesarrolladas de los psicópatas para desplazar su capacidad de relación social en la depredación para obtener ventajas donde la empatía en ellos flaquea. O también, más allá de las intenciones de venganza que quieran tener algunos depredadores al proyectar en la víctima un reflejo de algo digno de castigo.
Pues bien, aún hay un factor que no había tomado en cuenta y que, probablemente también tenga algo que ver. En mi caso con Hacienda, es posible que se deba además a la sensación de inmunidad que tienen los funcionarios para sacar provecho de cualquier situación sin tener que rendir cuentas ante nadie (el sistema vertedero). Cualquier día me vuelven loco y acabo provocando un matarife en la Delegación de Cartagena - yo no soy de los que se suicidan. Ahora mismo tengo un problema con una notificación que me ha venido de un inspector que me consta que actúa de mala fe..., estoy dejando pasar las noches para ver cuál de las dos respuestas dar ¿Debo consultar con un Fiscal? ¿Acaso existe esa figura democrática en España? No. La verdadera fiscalidad es la que proviene de la figura del influencer, votado por el Pueblo para que se encargue de los asuntos locales para lo que fue elegido y ser parte en un proceso judicial no dispositivo con todas las garantías.
Mi nueva teoría viene de las clásicas epifanías que te vienen cuando te preguntas qué es lo que se supone que está pasando, si te vale o no la pena la clase de vida que tienes: sin casa propia, con un trabajo no digno, sin perspectiva de futuro, sin alternativa... Y, al mismo tiempo, con sobrados conocimientos de idiomas, análisis de datos, delineación, electricidad, informática teórica y práctica, etc... Sorprende que una persona con ganas de trabajar y capacidades sobrantes, ni espectativas salariales altas, no consiga empleo estable. Es algo que podría tener algo que ver con la víctima escogida por los depredadores.
Cuando una persona ha sido víctima de agresiones severas en la cabeza corre el riesgo de que cambie su personalidad. Algo así me pudo haber pasado decenas de veces (sin exagerar). La corrupción del sistema judicial era incapaz de darme la cobertura mínima que pudiera protegerme de los que aparecían por detrás, a lo alto de una escalera, y me agredían en la zona occipital para desmayarme y hacerme caer. Es decir, es posible que mi personalidad se fuera trastornando hacia algo que no ayudara a inspirar a un desconocido a la hora de darme trabajo. Con esta nueva perspectiva que voy a comentar creo que podría jugar la baza de presentarme para encontrar trabajo con más posibilidades. Es decir, si la teoría que voy a exponer es cierta entonces, cabe esperar, podría llevarla a la práctica y, si encuentro trabajo, significa que tiene sentido.
La idea es simple: las personas que no estamos seguros de si hablan en serio o si hablan en broma, donde lo mismo te la juegan y cambian de tercio, poseen el síndrome que padezco. Es posible que un entrevistador necesite evidencias claras e inequívocas de cuándo una persona está hablando en broma y cuándo está hablando en serio. Este criterio es más fuerte que el método del espejo, por el cual imitas al que tienes delante para que se sienta afín contigo al dar a entender que ambos piensan igual.
Es como cuando una persona intenta ligar con otra, de una manera o de otra, si ha habido rupturas a la hora de saber cuándo se habla en serio o en broma, bien puede valer para hacer sexo - pero jamás querrás mantener una relación cercana con esa persona. Dará mucho morbo conseguir su aceptación, y guardarás cola para estar con alguien así - lo sé, pero huirás la primera de todas las personas si se oye algo que suene a compromiso.
No puedes comprometerte con alguien que juega entre el drama y la parodia. Lo he estado calculando últimamente y según puedo estipular el nivel de estrés que le supondría a una persona el tener que viajar entre el drama y la parodia rompe cualquier rapport. Bien pensado, ¿acaso no sería interesante incorporar estas reflexiones dentro de mis estudios sobre la cohesión referencial? No lo descarto, aunque antes deberé acabar mis estudios sobre las parábolas y las transformaciones de los cambios de ritmo cuando comparamos al protagonista con el aliado.
En cualquier caso, el bulling está dirigido principalmente, si no me equivoco, a los que no se terminan de posicionar entre la broma y la seriedad. Aquellos que viven bajo una comedia continua asumirán el riesgo de acabar aislados "vita comoedia est", sentenció Beethoven en su testamento para justificar su aislamiento. Le quiso echar la culpa a la sordera, ¿pero y la ironía del que necesita relajar su visión del mundo para no volverse loco?
El enorme esfuerzo de vestir como un pincel, de no mostrar expresividad, de guardarse la mayor parte de lo que tienes que ofrecer..., cuando se piensa que ya has ofrecido todo entonces es cuando aparecen los sádicos, el equipo de limpieza. Y te llevan al vertedero. Que es, básicamente, donde estoy ahora: trabajo más de ochenta horas al día sin casa propia para ganar lo que pierdo, y aún así Hacienda me acosa cada cierto tiempo.
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