Estos últimos días he creído que las cosas me irían mal, o que no podía esperar ninguna clase de apoyo en especial. Razón por la cual estuve criticando gestiones y asuntos varios... Sin embargo, al final, creo que le he estado sacando provecho. Hay que admitirlo: quizá pequé de pesimista. Puede que en parte no fuera para tanto. Puede que siga sin encontrar un empleo, pero la verdad es que resulta que la situación actual la veo con buenas perspectivas.
Mis conclusiones después de estos días es que puedo definir mi perfil de otra manera, además de que he podido dejar mi currículo a la vista de alguna que otra empresa. Estaría bien que consiga una sensación de estabilidad, la creencia de que puedo fiarme de que hay cierta tendencia hacia la meritocracia - de que puedo encontrar mi nicho de mercado.
Si encontrara mi estabilidad financiera - que para mi caso es simplemente económica - con eso me quedaría completamente satisfecho. Un mínimo sueldo y tirar para adelante... Dar lo mejor de mí mismo en un equipo que no te da codazos ni te da puñaladas. Si alguien quiere aspirar a más, yo le dejo pista..., si así me lo quito de encima, mejor que mejor...
Por mi parte, en vez de continuar con mis investigaciones (que ya tengo demasiadas innovaciones como para darle valor a otra más), he preferido centrarme en reciclar mis frameworks - en actualizarme. Porque sé que hay muchas empresas que, aun teniendo grandes innovaciones, no van a querer ni mirar un currículo que no encaja con su perfil corporativista; pero también es cierto que justo en ese perfil de empresa es en donde no quiero estar.
Y aún quedan otras cuestiones que puedo ir rellenando en mis ratos libres: probar a hacer el guion de una película. Más que nada, porque sospecho que si después de haber escrito un libro y haber desglosado sus técnicas internas encontré unas álgebras que encajaban mejor con los recursos literarios que montaron la obra, entonces me pregunto hasta qué punto podría encontrar otros recursos en cuanto termine el guión de una película. En el sentido de que las películas te obligan a recoger una historia y, al mismo tiempo, incorporarle una interpretación.
El juego semiótico puede ser muy intenso y ayudaría a una visión complementaria que le vengo dando a mis investigaciones de programación del lenguaje natural.
Lo ideal ideal sería que una empresa se sintiera a gusto conmigo, para que yo pueda echar raíces y seguir desarrollándome con esa nueva experiencia: la experiencia de ver el mundo como un lugar donde la sociedad podría salir adelante - en vez de tener la impresión de que ese enorme ladrillo solo está pensado para que sobrevivan unos pocos, malvivan la mayor parte, vivan en la abundancia una pequeñísima parte y se suiciden o mueran tortuosamente el resto. Me gustaría pensar que este mundo no es un infierno, no es el mismísimo Abismo gobernado por los demonios más funestos que jamás hubiéramos soñado imaginar que podían existir. Criaturas creadas por nosotros y a los que hemos programado para paliar nuestras penas o atormentar al que años atrás fue nuestro compañero de colegio.
Desde una posición de poder, ¿tendré fuerzas para provocar cambios en mi propio ámbito o me acobardaré al convertirme en alguien incapaz de gestionar mi nueva realidad? Espero que la capacidad para actuar no me lleve a la frustración por no saber por dónde empezar a actuar. Sería deprimente.
En cualquier caso, es el instinto el que me tiene que llevar por el camino correcto: el factor suerte y otras fuerzas externas azarosas, como son los inspectores de Hacienda - que deberían de ser despedidos debido a que su manera de actuar es contrario a una democracia, me animarán a mantenerme conservador con mis ahorros hasta que vea que mi dinero es mío, y no de un funcionario fascista que le haya guiñado un ojo a mi banco.
Tal vez lo primero que haga sea cambiar de banco. Pero por el momento debo centrarme en abandonar mis nuevos productos para pasar a limpiar lo que tengo.
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