martes, 15 de noviembre de 2022

El FRACASO de las redes sociales

Me fui a Twitter y me censuraron. Así que me fui de allí y monté este blog. Luego volvieron a admitirme, por un tiempo, y me volvieron a censurar. Así que lo abandoné para siempre.

La censura siempre era por un sinsentido: sigo pensando que seguirle el juego a quienes amenazan a la familia de los políticos se merecen el apelativo de zorras, sobretodo si ellas se dedican a la política. Esto es, porque esperan sacar rédito electoral de esa clase de especulaciones.

Pero luego me fui a Youtube, con el fin de no necesitar desahogarme en este blog. Y allí descubrí uno de los mayores sinsentidos de la censura: no solo censuraban los comentarios de mi propio canal sin mi consentimiento, sino que además esos comentarios ni siquiera era motivo de que fueran censurados - incluso alguno de ellos era mío. Y, por si fuera poco, empezaron a manipular algunos de mis vídeos. Más en concreto, cortaron algunas secuencias de video de manera que se desincronizaba con el audio. En definitiva, empezaron a vulnerar mi propiedad intelectual. Aberrante.

Así que, ¿para qué voy a seguir en Youtube? Formulé la queja con respecto a lo que acababa de ver en esos dos vídeos - además de que volví a aconsejar el despedir a esos empleados. Y es que el problema es que incluso una máquina es menos imbécil que la gente que hay detrás. Los empleados que contratan esas redes sociales, con un afán quizá sádico y narcicista, suelen escoger a una lista negra y les hace la vida imposible. 

Y es cierto que es fácil pensar que lo que hacen esos empleados es asumible, que no pueden hacer daño a quien mira la realidad desde un punto de vista estoico. Sin embargo queda latente hacia dónde van encaminándose las redes sociales. 

Mi consejo es el que mantengo, desde que abrí el blog: deberían de llevar a cabo un proceso de despido masivo en esas redes sociales. Los propietarios no tienen ni puñetera idea de cuánto dinero están perdiendo por mantener a esa gente en plantilla. Por lo pronto, lo que se conserva es una idea de que los más participantes serán los menos críticos no a la plataforma sino a quienes gestionan la plataforma. Y eso acaba tirando piedras sobre el tejado de la materia gris de quienes vayan a conformar el perfil de esa red social.

Ya me pasó en medium.com, empezaron a juguetear con la interfaz para hacer parecer que mis entradas estaban mal escritas. Sin embargo lo que se veía no era un bug, esa fue la excusa que dieron. De hecho, bien pudieron haber sido más explícitos con el tipo de bug, algo así como pretender demostrar que realmente existía ese bicho conspirativo - pues habría sido realmente interesante de compartir. Y es que cuanto más absurda es la excusa que ponene más fascinante habría sido una explicación sincera.

Por eso es cuestión de tiempo antes de que otras redes se lleven el gato al agua: algunas que sí sean capaces de ofrecer un servicio que no fomente la idiocracia a través del actual postmodernismo basado en el corporativismo. De una forma o de otra, los trabajadores deben tomarse en serio su trabajo y no valerse de los usuarios como si estuvieran por debajo, o no valieran para nada.

Ya he diseñado modelos de redes sociales y, de hecho, me estoy preparando un modelo de red social que..., luego a luego..., por su sencillez e innovación, podría ser una manera de ver el séptimo arte que rompería los moldes de lo establecido para nunca más volver atrás. Una manera de dejar obsoletos los videojuegos, el cine y en parte la televisión. Aunque esas fórmulas no tendrían que desaparecer, claro.

Pero ya se verá si avanzo o no en esa dirección. Ya veré si desarrollo mi tecnología, pero tendré que empezar a jugar con la cámara para ver si las ideas funcionan y cómo desarrollo el meta-lobbie.


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