viernes, 16 de julio de 2021

Lo más importante en la vida

En esta vida lo más importante es saber lo que es más importante. Cuando una persona se deja llevar por intereses espurios dedica sus esfuerzos a proyectos de poca envergadura y de mucha levadura. Cuanto más tiempo y esfuerzo le dediquen al tema en cuestión más difícil será verlos sacados de ese tema, se creerán lo que dicen, sus conclusiones.

Hay cosas que son realmente lo más importante, es el primer paso que debe dar cualquier persona. Quien no sea capaz de curar el cáncer quizá su primer paso deba ser ir en cualquier dirección menos investigar la cura del cáncer. Pero quienes parece que podrían aportar algo más parece que lo que tienen es una gran cantidad de caminos a elegir, y que no pueden elegir cualquier camino.

De la misma manera nos vemos obligados a reconocer quiénes son los que más sufren. Y cuáles son las fórmulas que abordan de manera más contundente tales problemas. Y sí, eso es lo más importante en la vida: se supone que decidir hacer lo más correcto tiene que pasar por no ponerle trabas a quienes ya estén haciendo lo más correcto.

Existe una cierta estética dentro de la propia ética: se trata de ir vigilando cada acción que tomamos más allá de lo que la lógica nos haya estipulado. Ya no sólo es hacer lo que se nos permita, sino que además debemos cuidarnos de que nuestros instrumentos sean de calidad, que lo sean nuestros materiales de trabajo, así como los procedimientos, nuestros ayudantes y la relación con ellos, así como el resultado de nuestro esfuerzo. Todo tiene que cumplir una cierta estética creativa. Alcanzar este estado de gracia nos lleva a la creación y a la trascendencia de qué es lo siguiente que es tan importante que se debe ir resolviendo.

Como siguiendo un movimiento continuo, lo más importante es resuelto por un grupo de gente, pero también es cierto que hay otras personas que, dentro del engranaje del sistema, se encargarán de otra clase de asuntos cuya importancia también emergerá. Cuando la sociedad desmerece alguna de estas fases para trasvalorar qué es más o menos importante es cuando podemos decir que enferma de tontez.

Ya hice un test para comprobar si uno es tonto. E incluso a partir de cierta puntuación hablo de una penalización por idiota. Es decir, no se trata de actuar con ideologías: hay cosas que son más importantes que otras. Lo que debe resolverse siempre va con un cierto orden - hay que ser muy tonto para no entenderlo.

Así, si estamos en un desierto y no tenemos agua entonces lo más importante es el agua.

Si estamos en una casa abandonada siendo nosotras unas lozanas animadoras adolescentes en shorts y aparece un psicópata pervertido, entonces el que a una le dé sed como para sola a la cocina a beber agua la convierte en una tonta. Si la mayoría espera de todas ellas que prácticamente cada una haga lo mismo entonces es porque son idiotas.

Por eso sé que mi test no es ideológico, es de sentido común y está basado en la pirámide de Maslow.

Dicho esto, alguien podría preguntarme si la tontez es contraria a la creatividad; y efectivamente ése es el problema: cuanto más tonta es una persona menos capacidad tiene para dar con nuevas ideas. O al menos con ideas que acaben siendo innovadoras, útiles.

Es fácil moverse por un dogma, un lenguaje, la razón pura ideológica, los formalismos..., pero eso no te lleva a obtener más allá de tu cátedra resultados relevantes. La relevancia no se atiene a las normas de los conceptos que son creados por las personas, y las reglas de su entendimiento y lenguaje. 

Cuando una persona comprende que los nombres Caridad, Inmaculada y Concepción son el mismo nombre automáticamente le podrá venir una inspiración trascendente de inteligencia. Cuando era pequeño aún escuchaba en Cartagena cómo esas tres palabras tenían un mismo origen, eran el mismo nombre. Pero esa idea es algo tradicional que no encaja con el latín, ni con el árabe. Ni con el cristianismo, ni con el islamismo.

¿Cuál creéis que es el secreto de mi éxito en matemáticas y en lo demás? Mi llamada vocacional es un acto de caridad, que es inmaculado de toda clase de maldad, y eso me lleva a concebir la realidad tal como es - sin oscuros miramientos o añadidos. Es cierto que si una persona se obsesiona es posible que la fatiga le haga ver cosas que no existen. Por eso hay que entender bien cómo interpretar tu propia llamada y cómo cercar tus ideas a lo subjetivo.

Cuando se es un creador y ofreces tu obra no es posible que te lo acepten si posee impurezas, para que te hagan caso debes ser puro de corazón y automáticamente limpiarás el mundo de las impurezas de quienes te rodean dando ejemplo con tu propia obra.

De la misma manera, tu obra, como ejemplo a seguir, es muy susceptible de ser repetida, copiada, replicada, ofrecida, compartida..., imitada, adoptada, bailada, tarareada...., puesta como ejemplo a otros, usada de propaganda, siendo pilar de otras ideas...

El secreto del éxito está en entender esas tres palabras: Caridad, Inmaculada y Concepción. Y ver cómo las tres son la misma.

Cuando descubres qué es lo más importante sólo un tonto o no ve o no entiende. Puede que cree una religión en torno a estos temas, o puede que replique lo que no le corresponde por el lugar que ocupe en su sociedad. En cualquiera de los casos, puede que se comporte como un tonto, y su historia acabe llegando a su fin de mala manera. Entonces lo más importante lo tienes delante, y por mucho que señales a ese sitio no te harán caso, seguirán con sus estupideces, y no valdrá la pena ni abrir la boca. Porque no te escucharán.

Tú a lo tuyo, ya se les pasará. No hay nada que hacer cuando la idiocracia ha vencido en esta fase. Para cuando llegue la crisis recuperarás este episodio y se lo servirás en un plato bien frío. Es la única manera.


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