domingo, 29 de noviembre de 2020

Náuseas

No sentía náuseas en años. Si fuera mujer creería que estoy embarazada. Pero bueno, enfermar - o verse enfermo - es bueno: te recuerda que eres mortal. Será otra intoxicación... Estas cosas se me suelen pasar de un día para otro, ya veremos qué pasa.

Ayer fue mi cumpleaños, me toca hacer revisión de si estoy enfocando bien las cosas - por ejemplo: ¿debería de intentar abrirme un poco más a las redes sociales? ¿Debería de ser youtuber, por ejemplo? 

Anoche soñé que estaba en un streaming con otros youtubers y que, justo cuando terminaba el diálogo, al despedirme vi como esta vez me había terminado la botella de licor 43 de principio a fin con tal de estar a tono. Todo sin darme cuenta. No como otras veces que me contenía, y la dejaba por la mitad.

Creo que hay motivos sobrantes para no hacerme influencer. Entre otras cosas porque creo que no me lo pide el cuerpo, ni tampoco voy a necesitar compartir unas ideas que están destinadas a morir a pocos centímetros de mi boca. Además, sospecho cómo piensa el algoritmo: las ideas conclusivas le ponen nervioso. Un progresismo estúpido y un conservadurismo indagador..., es el secreto del éxito en las redes sociales, medios de comunicación, etc... Es, como ya expliqué en mi blog de Luces y espectros, la partida interminable.

Pero quería centrarme en lo que tengo detrás, ya que mi cabeza no da para sí en estos momentos:

1. Mi objetivo en la vida se vio cumplido hace unos días cuando mi nombre se encontraba en una lista de investigadores sobre el lenguaje humano, yo por mi innovación a Cohmetrix mostrando una supersimplificación a su programación descomunal, y sería cuestión de tiempo antes de que ese código que he compartido pueda usarse para fines incluso sociales, psicológicos y de estudios sobre la manipulación de masas. Cosa que en el artículo con a penas unas míseras 2000 palabras era imposible de mencionar. Ya me ha dicho mi colega que intentará seguir publicándolo pero sin cortar en otro journal - ya sólo la repercusión en filología era para triplicar su tamaño como mínimo.

Según sospecho, ese artículo al tener su fundamento en un campo en el que no soy experto, pues yo era el informático, quizá hubiera sido aprobado en otros journals más serios si no se hubiera puesto mi nombre. Pero mi colega insistió..., y ya veré si le convenzo de quitarlo para la siguiente versión.

Ya hace años publiqué en un journal una innovación que quiebra todos los esquemas. Me sentí la criatura más poderosa del planeta. No sé cómo me verán en la India, que es el único sitio donde trascendió mi conocimiento. Me dio cierto mal sabor de boca al pensar de que, no sé..., tal vez los pares que pasé fue porque tenía que pagar para que estuviera en abierto. Desde mi punto de vista no sé si el journal no era importante o si fue la relevancia de esa tecnología la que provocó la envidia del resto de journals y quisieron anular mis dos artículos (porque relativo a esa tecnología publiqué dos).

2. El objetivo de resolver un problema de calado mundial e histórico también lo suplí. El problema llegaba hasta un cierto baremo y lo sobrepasé, primero hackeando todo el problema desde su planteamiento, luego aumentando la potencia de dificultad de los problemas, después... En fin, incluso se podía reconocer una cierta metodología mediante matrices de Jordan para resolver problemas parecidos, que es como resolví el QAP - problema que es EXACTAMENTE el que tienen ahora todos los países del mundo a la hora de distribuir las puñeteras vacunas a medida que las vayan fabricando... Veremos si me lo agradecen, porque sé que mi código está siendo hipervisitado - pero absolutamente nadie me lo agradece, ni me lo critican (porque funciona). Bueno, he recibido un único aplauso en una red social donde cada visitante puede dar varios. La humanidad merece morir.

3. El objetivo de hacerme la víctima por ser censurado por las grandes empresas está claro que también lo tengo. No sé lo que le pasa a Google que no reconoce ni la existencia de mi kiosko..., más o menos. O que no me reconoce mis páginas..., más o menos. O, simplemente, que hace más o menos lo que le da la gana - sin criterio. Así como el techo de cristal que me pusieron en donde estuve divulgando. El único sitio donde he campado a mis anchas ha sido archive.org, donde al menos he podido compartir mi tecnología. Aún recuerdo cuando en youtube me bloquearon porque denuncié ilegalidades en vídeos, coincidiendo esa época cuando lanzaron esa mezquina campaña de los caballeros blancos. O cuando me bloquearon en Facebook por hacer una captura de pantalla en una página y publicársela a los de esa página donde había sido linchado socialmente, en apariencia. Una página de filosofía... Bloqueado por los administradores de Facebook sólo por la foto. O cuando fui bloqueado en Twitter porque me dio por defender la presunción de inocencia de un youtuber y, acto seguido, en cuanto los linchadores se enfriaron empecé a lanzarme yo con ironías... Sólo tuvieron que ponerse de acuerdo con cuál ironía podría estar según el algoritmo en "amarillo". De ahí la creación de este mismo blog. Así que puedo fardar de haber sido una víctima del sistema.

4. También he escrito libros: el primero una manera de simplificar la informática, el segundo una novela que merecería ser leída por filólogos y otros frikis, el tercero un compendio explicado de lo mejor que tenía y podía compartir en archive.org. Aún habría más tecnología por divulgar, ya que decidí dejar de hacerlo al ver que no existe comunidad científica. Gracias a la novela que escribí los recursos que usaba (que estaban basados en el panteón ejipcio y sus historias) lo perfeccioné creando una teoría de recursos literarios basados en egrégores, arcontes y eones. Después, a medida que fui aumentando mi compromiso por la filología, desarrollé la teoría del género único y, de ahí, una justificación de cómo casa la química del cuerpo de nuestros sentimientos con la interpretación de las emociones que vivimos. Por lo que acabaría por modelar los límites de la consciencia mediante un estudio de la propia pragmática... Resultados que nunca verán la luz, empero.

5. Mi obsesión de pequeño, crear videojuegos, lo he visto cumplido. Juegos que tienen objetivos bien definidos y que sirven para algo: en mi caso para vencer los problemas de memoria. He podido clasificar todos los tipos de juegos en virtud de lo que aportan, porque ya no supone para mí una barrera el hacerlos, pues estuve jugueteando con herramientas diversas autoimponiéndome limitaciones a la hora de resolver técnicas conocidas. También he diseñado cosas en 3D, animaciones... Un proyecto completo que nadie me compraría ó usaría sería una pérdida de tiempo. Así que los productos finales los tengo para mi uso personal.

6. Mi otra obsesión cuando era más pequeño, tener y dejar al alcance de todos toda la información de los más grandes pensadores y tecnología. Hacer desaparecer los gremios... Eso lo conseguí a mis 17, cuando impulsé entre otros ese gran proyecto llamado Internet. Absolutamente nadie me reconocerá esa filosofía, mis apuntes, mi visión del presente actual... Así como mis advertencias de porqué evitar lo que hoy día se llamarían redes sociales para dividirlo en foros, correos y chats. El código deóntico de los usuarios ya se redactó hace más de dos décadas... Y gracias a ello ya pude leer a los más grandes, compartir libros, conocimientos... Nada de conformarse con los apuntes del profesor.

7. En el terreno de las relaciones ya he alcanzado todo mi zénit más natural. De pequeño, con tres años, observaba que sólo había una chica capaz de dirigirme la palabra con naturalidad - los adultos, sin embargo, me parecían gente desbocada, incapaz de actuar racionalmente. Sólo podía sentirme identificado con unos indeseables que hacían abucheos y balbuceaban absurdeces. Cuarenta años después, me responden en Youtube a mis comentarios de la misma manera: que si demasiado largos, saltan con abucheos, etc... Si he querido estar con mujeres, me puedo dar por satisfecho porque ya sé lo que significa enamorarse, sentir melancolía, nostalgia... Recuerdo la primera vez que sentí envidia con mi primo pequeño porque él era capaz de jugar a un juego de fútbol mejor que yo: me sentí pletórico, ¿era eso la envidia? ¡Me sentía maravillado por la sensación y, al mismo tiempo, quería matarlo!

Cuando era realmente pequeño lo que tenía realmente era miedo a que esos animales me pudieran matar. Así que, con el tiempo, me he llegado a convertir en una auténtica bestia, imparable. Mi cuerpo nauseabundo achacado por la edad y las traiciones sociales puede sentirse orgulloso de ser un macho alfa al que no le interesa mantener relaciones familiares. Al fin y al cabo, mi apariencia débil y mi falta de iniciativa en nuevos proyectos me hace una persona muy deseable como marido viejo, pero no como novio joven.

Si nos paramos a pensar, de todo esto emanará el deseo del mundo en el que quiero vivir. Ya he hablado con muchos políticos y gente de la cultura, he repercutido sobre muchos grupos de presión y muchos se han visto dispuestos a cumplir a la rajatabla mis esquemas... Bueno, lo máximo que he conseguido es que se hicieran "gráficos", que pudiera ser representado para que la gente lo asumiera en su imaginario. He puesto las herramientas en forma de palabras sueltas a lo largo de toda nuestra cultura..., memes que han quedado resonantes en toda nuestra civilización. Si se juntara todo eso sería lo que defiendo. Pero hasta ahora no he encontrado absolutamente a nadie que quisiera vivir en el mundo que planteo - y el mundo que planteo es democrático, así que no tengo ni la más leve intención de hacerlo posible (en el sentido de que si lo compilo todo presupongo que la gente votaría en contra).

Así que aquí me apeo.

Mi mayor preocupación ahora mismo será intentar evitar acabar en la indigencia.


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