sábado, 23 de mayo de 2020

El origen del Mal.

Actuar mal y la comisión de su delito según corresponda es una cosa, el origen del Mal hay que verlo en su correcta magnitud.

Ya habré teorizado sobre el meme que nos colorea el carácter cultural del mal, como algo moral. Pero existe un precepto ético que se esconde en la intencionalidad. Algo que lo hace más difícil de determinar científicamente. Es decir, si pudiéramos centrarnos exclusivamente en la conducta cualquier máquina podría adquirir los preceptos morales de la mayoría, o sus estándares. Pero hay un aspecto que hay que incorporar por encima de esas estadísticas triviales.

- Siempre que te encuentres con una espina, al comer, deberás acercar la servilleta a..., ¿Manostijeras me escuchas?
- Vete a tomar por culo.
- Tendré que reajustar la máquina.

El origen del Mal proviene de un criterio autónomo que tenemos para interpretar las cosas. Hay cosas que son importantes y cosas que no lo son. Al acto de atribuirle un carácter cultural o relativo (memético) a lo que persiste de manera natural por su carácter ontológico se le llama comúnmente cinismo.

El origen del Mal está en llevar a cabo actos cínicos. Pues es de ahí de donde nace la discrepancia teórica (conceptual) que afectará al resto de las decisiones. Bien se puede decir que el sucumbir en el cinismo no es más que un acto de mezquindad: sentirse orgulloso de ser un necio, sabiendo que el necio es el que ignora el hecho de ser ignorante. Sin embargo, entrando en el matiz de qué significa ser mezquino, el cínico se centra en trasvalorar la importancia de las cosas; y eso es lo que origina que otros le copien su moral cínica para volverse, en el mejor de los casos, en meros mezquinos y, algunos, aspirar a necios.

La clase política actual, repleta de su cinismo fustiga a los necios que se creen buena gente, y recompensa gracias a su formulación socialdemócrata al mezquino que saque un discurso hipócrita. Los suyos conocen la verdad, su mascarada. Y ante la discrepancia entre lo uno y lo otro mayor será la recompensa interna de partido.

Ya me lo advirtió una política de color erróneo sobre dónde se encontraba la verdadera lacra en la política. Esta señora tenía las ideas muy bien puestas, y de necia tenía poco. Pero estaba obligada a mantener el tipo; tenía aparentemente un gran referente muy cerca y con ella pude aprender cómo funcionan los entresijos de la política real actual: cómo actúa la dictadura socialdemócrata por dentro.

Asímismo, también fui advertido por una colega sobre cómo funciona la investigación académica - lo podrida que estaba por dentro; completamente podrida y sin remedio. Coincidía con el testimonio de un investigador que me comentó cómo dimitió de esos centros, pues la realidad que se cuece es bien distinta.

El cinismo se integra en las instituciones y el capital va marcando el ritmo: genera, genera, genera... Quien no siga el ritmo será alcanzado. Y eso quiere decir que, en ocasiones, hay que ser cínicos también. Porque tenemos miedo de que nos pille el toro. Produce, produce, produce...

- ¿Producir qué?
- ¡Seamos cínicos! ¡Hagamos como que trabajamos!
- ¿Quién se comerá toda esta mierda? ¿Qué hacemos con quien se dé cuenta?
- ¡Reprendamos al crítico! ¡Promocionemos al necio!

El mal se replica, pero porque hay una manera de alimentarlo, tiene un origen y un canal de reproducción. Podemos decir que el origen del mal está en el capitalismo, pero a la gente le da ya aversión esa combinación de palabras..., aún el liberalismo se puede salvar mediante otras fórmulas: las que invalidan la necesidad de seguir el ritmo inexorable por necesidad, las que empujan a la gente por su ambición personal y no por el miedo a ser arrasados.

- ¿Qué es lo que mueve al mundo?
A: El miedo a ser arrollado.
B: La ambición de ir a más.
C: Yo, como soy un imbécil, diré que es la ambición cuando defiendo de facto el miedo.
D: Me da igual la pregunta, pero que nadie me quite mis medallas.

La ambición que mueve las cosas hacia adelante puede ser destruida por el cinismo, por los necios que defienden el miedo, por las masas que siguen apoyando formas de dictadura encubierta o no... Cuando tenemos una tecnocracia sucumbimos a modelos corruptos que especializa a cada necio dentro de su redil, tal como decía Marx - y el pobre se equivocó en muchas cosas, pero adelantó otras, eso que llamamos "capitalismo" obliga a las personas a dedicarse a una sola cosa. Y es importante tenerlo en cuenta: nuestra ambición de manera natural nos suele pedir ir a más.

Hacemos cosas antinaturales y lo permitimos: no podemos ser felíces e, incluso, vemos la inmundicia que generamos - pero el cinismo nos gira el rostro para no ver lo que está delante. Cuando hay algo que realmente es relevante el cínico dice que no lo es, pero es que resulta que en ocasiones se plantea como importante lo que no es - otra clase de cínico, el mismo Mal.

- ¿Quién determina lo importante?
- ¡No seas cínico!
- Tú eres el que nos dice lo que es importante.
- ¡No seas cínico!
- Intentas comernos el coco.
- ¡No seas cínico!

Cuando se sueña con un enorme titán antropófago con dos rostros, el aparente y el verdadero, es común interpretar que el que lo sueña está siendo acosado por el personaje del rostro verdadero y que está proyectando su odio sobre el de rostro aparente. Pero el cinismo es el encargado de ayudar a que el sujeto proyecte mejor sus abusos recibidos: elegirá la víctima y su pesadilla mostrará sólo el rostro aparente, mientras un enorme agujero negro le engulle, que es algo reconocido de manera trasversal en todas las culturas - la eliminación del ánima.



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