domingo, 22 de diciembre de 2019

La amenaza fantasma que hay que pillar

Algo internamente me ha clamado a tener que escribir algo como esto. De empezar poniendo el título que he puesto. Recuerdos de personas con las que hablé y que me parecieron terriblemente verdes en justo la materia de la que halardeaban ser expertos..., de cómo el técnico se imposibilita para mantener las estructuras y deja pasar como un idiota al poder del tecnócrata.

La tecnocracia es algo que, en sociedades superpobladas, tiende a la idiocracia por necesidad. Cuando todas las personas tienden a especializarse en un área pronto lo que algunos llamaríamos "de cultura general" se acaba convirtiendo en un acto demasiado genial o refinado.

Poco a poco alguien dejará colar los tecnicismos con la excusa de que no es posible encontrar un individuo que albergue todos los conocimientos universales, lo cual ya se demostró en la primera mitad del siglo XX tras el desengaño del romanticismo del XIX. Pero que no exista el individuo que sepa de todo no quiere decir que no deba existir un campo bastante amplio que enraice en todas las ramas.

Es decir, nadie le va a discutir a un médico cómo hacer un trasplante de corazón; salvo otros cirujanos. Lo que sí veremos es si se pone en cuestionamiento el derecho que tiene el paciente a asumir cualquier clase de técnica experimental. En este sentido existe en el pacto social una comunicación entre médico y paciente que no puede ser desestimada - forma parte del código deóntico del buen médico.

Y ese código deóntico no es un conjunto de reglas que hayan pactado los propios médicos, no: es la definición y razón de ser que tiene que ver la ocupación de médico dentro de una democracia. Es decir, la definición de un médico es algo que pacta el que hace el servicio y el que lo recibe.

Por eso, cuando observamos personas que ocupan un lugar en exclusividad bien haríamos en plantearnos hasta qué punto podrían ser unos intrusistas, si realmente están llevando a cabo su función o son una amenaza fantasma: si podrían ser unos señores colocados en mal lugar que aprovechen la confusión de las masas para encauzarlas hacia un proceso de idiotez extrema. Y no hay nada que más les guste a los idiotas que un canciller, un alfa. Volver a las cavernas.

En Internet, alguien pregunta:

- ¿Cuál es la probabilidad de conseguir una innovación?

- Un buen investigador está el 90% del tiempo inspirándose y un 10% obteniendo resultados que sirven para algo - respondí.

- No, te equivocas. El porcentaje debería de ser mucho mayor. Yo me dedico a la investigación y no puede ser así.

- Tú lo que eres es un fantasma - pensé.

Un porcentaje 90-10 para el I+D+i es una medida aproximada, pero significativa. En un mundo más o menos lógico las cosas deberían de ser así. De lo contrario, podemos imaginarnos cómo sería un mundo donde cada dos por tres otro inventor deja obsoleto el invento que se acaba de inventar. Además de que sonaría estrambótico, una de las cosas que a cualquier imbécil se le ocurre es el pensar: si lo ibas a dejar obsoleto, ¿por qué no te juntaste con el primer inventor y lo sacáis a la vez mejorado?

La cosa es que no es creible de que cada dos por tres aparezca una nueva idea que desmonte a la anterior dejándola por obsoleta. El área de conocimiento que se comporta así se le considera demasiado inmadura como para enseñarla como área en sí; como para publicar nada. Y la más rápida es la que tiene que ver con la informática y las telecomunicaciones - ésta es la que suele generar un producto el doble de potente con respecto a dos años antes. Aunque esta tendencia parece que ya está llegando (o ha llegado) a su freno, como apuntan algunos estudios.

Cuando preguntas a un experto sobre su eficacia en el campo de la innovación y te dice que todo cuanto hace es una innovación con respecto a la última vez lo más fácil es pensar que este sujeto aún le queda el 90% de la madurez de su área. De hecho, algo así pasaba con el colisionador de partículas: constantemente mejoraban más y más su calibración, poco a poco las partículas explotaban más y mejor. Cada vez tenían más pintarrajos y más modelos que intentaban explicar el pintarrajo siguiente... Lo único sistemático que he llegado a escuchar era lo de la partícula de Dios, y sus bases están ausentes de todo sentido de cara a la física en cuanto intenten justificar el movimiento browniano..., pero ya se darán cuenta, claro..., no son imbéciles ¿verdad?

En cualquier caso, si en informática (que es mi fuerte) no me hacen ni el más remoto caso, me sale la risa floja en cuanto se me ocurre la genial idea de extraer el más leve de los pensamientos discordantes con respecto a la física. Ya comenté hace décadas a un director de cine cómo nuestra realidad estaba comprendida en un retículo y que, visto de otra manera, el mismo retículo podía conformarse con lo que ahora los físicos les ha dado por llamar la energía oscura. Y es que, ya que es tan fácil explicar estas cosas por palabras y no usar fórmulas, para eso estaban los directores de cine, pero a la hora de la verdad pude comprobar que, cuanto más diáfano era en mi inocencia con mis explicaciones, más acomplejados se sentían esos señores de letras diciéndome que se sentían a sí mismos como si fueran un hexágono.

Luego pienso mis torridas discusiones sobre modelos que no eran convincentes, sobre cómo podrían afrontarse desde otro punto de vista..., pero claro, ¿cómo se falsea? ¿De dónde sacamos la prueba de que es así? Me alegro de no meterme en física..., lo clausuré con mi estudio de las dimensiones..., pasando.

Si hay algo que me repugna casi como que me traten como a un dios es que exponga una teoría y que todo el mundo me siga sin cuestionarla. Es como si me trataran en ambos casos como si fuera un loco, como si necesitara algún tipo de tratamiento racional o sentimental. Una degradación completa del individuo y lo que tiene que aportar.

Es justo el papel que tiene el chivo expiatorio del Patriarcado: vamos a darles a las mujeres siempre la razón, vamos a decir que son víctimas, vamos a decir que el violador es a quienes ellas señalen..., ¿qué consiguen con ello? Pues lo mismo que cuando sacamos a nuestros perros a pasear, cuando los peinamos y los labamos..., son nuestros muñecos, somos esclavos suyos, pero también somos sus amos. La domesticación de la mujer está en el feminismo moderno, que reclama por subvenciones y quedarse a cuidar a sus hijos, mientras son violadas haciendo el misionero. El varon se responsabiliza por ella, cuida de que se encuentre bien..., ningunea su criterio y aplaude sus gritos.

- ¡Tenemos razón! ¡Tenemos razón!

- Como pueden ver, esta es la nueva manifestación a favor de las víctimas de la tomatina en oposición a los otros manifestantes que querían más tomatinas...

- Gracias Paula, ahora abramos conexión con los manifestantes a favor de la tomatina...

- ¡Tómate y razón! ¡Tómate y razón!

- Parece que tenemos unos manifestantes muy intelectuales. Deberemos estudiar su rito de baile para que nuestro público pueda averiguar los motivos que les empuja a defender eso...

Poco a poco la idiocracia va tomando forma. Volvemos a las cavernas, a los ritos de baile, a los griteríos, la unión tribal de clanes... La gente se deja impresionar por toda una revolución tecnológica, cada vez el móvil más potente: cuando en realidad desde los años 80 ya se sabe que eso es una estafa al consumidor. La mercadotecnia ha encontrado en la obsolescencia un mercado de garrulos que desean lo que no necesitan mientras externalizan el daño a terceros.

La verdad es que no tengo ni pajolera idea de cómo va a acabar todo esto, sólo sé que esto algún día petará y justo los que tengan que encargarse verán cómo la mierda les llega al cuello, para luego ningunear a los repipis que tengan algo que decir o alguna pista que aportar.



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