Un momento vacacional

Me he ausentado las tres últimas horas del domingo para ir a la playa, quizá se conviertan en las únicas vacaciones que tenga en todo el año.




Puedo tomarme las cosas con calma..., decidí coger mis ideas y ceder poco a poco. No me gustan los tiempos universitarios: son demasiado calmados, y yo demasiado impaciente. El poco feedback, la poca atención, la poca rigurosidad, la poca intención..., nada que ver conmigo.

En ocasiones mis composiciones son como arranques que se autorrefrenan, para luego volver, como un corazón, a impulsar nuevos momentos de pasión. Sin embargo, como ocurre en ocasiones, todo eso me acerca a la tumba. No corresponde con mi instinto, el natural - el de mi día a día. Volver a la universidad, con todas las agresiones, tanto odio..., que sufrí entonces..., demasiados sentimientos enfrentados.

Ahora desde ese entorno me pretenden reciclar. Después de tantos años intentando por mi parte proponer justo lo que me proponen ahora (a las personas equivocadas).

Así que me tomo tres horas de vacaciones. Quiero un poco de zen en mi vida para que mi mundo no me intoxique. Fue caminar por esa carretera que ascendía montaña arriba para acceder a la playa. Fue mirar abajo y, como cuando era más joven, me asaltó un sentimiento que creía olvidado: ¿saltar? ¿Por qué? ¿Abandonar? ¿Por qué ahora? ¿Qué sentido tendría?

Ni miedo al éxito ni al fracaso. Es el estrés a tener que afrontar todo el cinismo, la hipocresía, la mentira, los fans, el odio, la falta de criterio, de lenguaje..., más sencillo si no tuviera que hacerlo. Más sencillo si lo dejara pasar. Quería tomarme un periodo vacacional, y las vacaciones que me proponía la mente era lanzarme al vacío y dejar al necio con sus ignorancias, dejar al mezquino con sus imprudencias y sus clases de odio; abandonarlos a todos como han hecho conmigo.


Pero me aterraba tomarme un periodo vacacional tan largo. Había que volver y seguir ascendiendo, como hago siempre.


Cuando observas que lo que pretendes es sobrevivir e ir en positivo, te exiges un cambio de rostro..., aceptar la pretensión de llegar algo, porque a menos será imposible en este mundo y con esta gente.