jueves, 23 de mayo de 2019

Calentando motores

Voy a probar a arrancar ya la máquina de hacer media, no sé si la pararé a mitad o qué pasará. Pienso ir alternando entre innovación técnica e innovación tecnológica..., sin embargo el croquis lo tengo muy vago.




En realidad no he considerado necesario hacer ninguna programación, ya que no es seguro que sea utilizada. Es como este blog, en principio empecé a escribir panfletos políticos, sin embargo se me ha antojado pensar que nadie los va a leer. Que nadie va a entender o pararse a pensar las agrupaciones y las motivaciones.

Pero como estoy aquí para desahogarme...


El Panfleto 5 - I

Una sociedad liberal debe tener el poder de ofrecerle a cualquier persona la oportunidad de crear cualquier clase de empresa, de proyecto. Desde Adam Smith, o Proudon, pasando por Marx, Keynes o Hayek todos han defendido un mismo principio: el que permita al ciudadano el poder crear su propio proyecto - lo que criticaban era la imposibilidad del contrario para hacer eso posible.

Decía Popper que él mismo sería comunista si el comunismo reconociera la libertad del individuo, sus deseos personales. La propaganda de las limitaciones del socialismo siempre han sido las mismas: el pensamiento colectivo limita a la sociedad. Ahora bien, ¿es cierto?

En EEUU cualquiera puede crearse una universidad como si fuera un McDonalds. No hace falta ni permisos ni licencias especiales. Esta manera de pensar bien puede ofrecernos una sociedad con médicos de mentira, ingenieros industriales que no saben hacer cálculo de estructuras o veterinarios que desconocen los protocolos de calidad que tienen que cumplir los alimentos para su sano consumo. Sin embargo aporta otros valores: la promesa liberal de que cada individuo puede emprender su proyecto personal.

Cuando en Cuba observamos que cualquiera puede montarse su pequeño negocio para estafar a los turistas, esa economía menor no es objeto de persecución por parte del gobierno. En España, al contrario, lo que resulta realmente molesto es ver a inmigrantes que intentan sobrevivir vendiendo en el top manta.

Existe unos principios liberales en donde al estado no le incumbe meterse.

¿Por qué cada universidad puede ofertar un título de ingeniero o de médico con las asignaturas que considere oportuno? ¿Acaso no es el mismo título y el mismo currículo? Ahí es donde debe estar el estado. La libertad de cátedra no debería de afectar a nuestro derecho a ser formados en exactamente lo que estemos demandando. Un médico no es lo que una empresa decida, un médico es lo que el Estado decida: lo que la legislación vigente espera del médico.

Cuando se crea una empresa, un ente jurídico, es normal incorporar unos estatutos. Estos estatutos, a mi juicio, no pueden ser de nuestra incumbencia: ¿para qué necesitamos conocer los estatutos de la empresa? Los únicos estatutos que puede tener una empresa y que sea de nuestro interés son las leyes previamente tipificadas por los legisladores y que el empresario aceptó en su solicitud a la hora de crear la empresa. Una empresa que afecte a la sociedad debe tener leyes previamente tipificadas por la misma.

De esa manera, quien quiera crear una clínica sólo deberá rellenar una hoja de papel: tres posibles nombres al ente jurídico, los códigos tipo de las leyes que conformarán su estatuto público, el código de la cuenta y las personas implicadas, ya sean los socios como los trabajadores. Así como la ubicación de la empresa.

Por alguna rancia razón antiliberal, crear una empresa en España (que es lo que conozco) reconoce la cumplimentación de documentos que exigen la reiteración y repetición de datos (TC1+TC2, Hacienda, edictos del ayuntamiento...), y todo eso para obtener una licencia cuya entrega no se da por silencio administrativo. Cuando se pregunta porqué siempre se habla en base a principios estéticos; si la estética es tan importante, ¿por qué no se legisla con respecto a ella y se deja a los ciudadanos crear en paz?

Vivimos en una sociedad que, al ser socialdemócrata, somete a los ciudadanos a no poder crear empresas, y a estar a la espera de que papá-estado te dé permiso para hacer cualquier cosa. Cuando lo legítimo sería disponer del estado para que sus consejeros visiten tu empresa y te animen a hacer las cosas como esperan encontrarlas para compartir sus recursos logísticos y así fomentar el crecimiento de dicha empresa.

Y es que, desde el punto de vista de como veo el socialismo, un ente jurídico no puede ser de una persona; un ente jurídico es otro ente y, por tanto, su presidente debería de tener un sueldo por gestionarla. De lo contrario, ¿cómo decir que su responsabilidad es independiente? Si el que me roba trabaja para X entonces quien se tiene que hacer responable es X, sobretodo si es su dueño. La Justicia y los cabezas de turco no funcionan bien.



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