Esta entrada va a ser como un disparo a más de uno en la nuca, pero creo que es importante después de haber visto un vídeo que me ha parecido triste - triste si realmente los ejércitos del mundo creen que esa es la forma correcta de enseñarle a un soldado a matar. Nada más errado.
--
De vez en cuando debemos recordar que somos homo sapiens, más en concreto mamíferos frugívoros civilizados. Lo de mamíferos es porque tenemos sentimientos familiares, nuestra sangre caliente exige una vida familiar y alguna clase de cuidado por parte de los padres a sus hijos. Lo de frugívoros significa que no somos capaces ni de rumiar cesped, ni de comer carne cruda..., lo nuestro es la recolección de frutos, comernos los insectos que pillemos y perder algún diente por el camino. Lo de civilizados es porque nuestra esperanza de vida se triplica gracias a que somos conscientes de que podemos alterar nuestra manera de relacionarnos con la naturaleza: podemos cocinar carne para que la podamos morder aun no teniendo colmillos, que no nos haga daño al estómago, y ganar calorías contra el frío. Y hay otra cosa que nos da la civilización: nuestra capacidad para asesinar a nuestros semejantes.
Ya de por sí lo hacen los chimpancés: quizá sean los simios con el instinto asesino más desarrollado que existe. La razón es porque los chimpancés, muy parecidos a los bonobos y al homo sapiens, tuvieron que convivir con los gorilas: otra especie para ellos muy dominante con la que competir en comida.
Es cuestión de pensar qué habría pasado si los gatos hubieran tenido que convivir con los linces o las panteras. Esos gatos habrían mutado su ADN hacia alguna clase de especie que fuera altamente competitiva y voraz. Tendrían que aprender a olvidar el futuro de su acervo genético, a cambiar su hábito alimenticio o a matar. Es decir, todas las especies acaban desarrollando esos tres cambios, y es entonces cuando aparecen psicópatas, individuos con trastornos alimenticios raros y, por supuesto, psicóticos asesinos (los que les gusta matar de manera múltiple). Imprescindibles en la etapa evolutiva de la civilización.
Y esta entrada ya no será como las que suelo escribir, todo lleno de luces y hermosura: diciendo locos malos, cuerdos buenos... No. Ahora estoy explicando la enorme utilidad que representa el comportamiento asesino de cara a la sociedad, y por qué, en ausencia de civilización (soldados) las especies se benefician de quienes se vuelven locos para matarse entre ellos... La verdad es que no sé si llegaré a desarrollar tanto, no me gusta hablar de ese experimento que se hizo con ratas, el rey de las ratas y las ratas "gentiles"...
Prefiero tocar un tema más suave. La dinámica que hace que un soldado profesional aprenda a matar sin perder por ello su humanidad. El procedimiento consta de cuatro fases, al alcanzar la cuarta fase el soldado adquiere una capacidad autoconsciente de interpretarse a sí mismo matando para formar parte de la sociedad. Sin embargo, como esta entrada forma parte de la filosofía oscura se debe interpretar todo esto no como una manera de definir nuestra identidad dentro de una ontología ética, sino como una herramienta de la que nos valemos para entender cómo funciona la vida, el zen.
1. Ordenarle a que mate a sangre fría.
Lo vimos en la película Kingsman. Para enseñar a un soldado a matar debe aceptar el asumir la orden de fuego por encima de sus propios intereses. La prueba de fuego consiste en poner a un preso destinado a morir en sus manos para matarlo a sangre fría. Conseguir algo así en todos los soldados promete ser difícil, por eso existen los pelotones de fusilamiento. Pero hoy día esas cosas ya no se llevan.
Cuando se mata desde un simulador, se puede aprovechar esa tecnología para obligarle a simular el asesinato de su propia familia. De esa manera, esa experiencia le marcará lo suficiente como para recordar cuando dude qué es lo que tiene que tener presente. La bala tiene el nombre de un inocente, ¿o le hemos dibujado la letra del verdadero responsable hacia quien tiene que estar dirigida?
Cuando se le ordena a un soldado a matar a sangre fría y se niega es cuando llega la verdadera enseñanza: el instructor tiene que reirse de él y matar al sujeto para, acto seguido, demostrarle lo sencillo que era. Es más sencillo hacer que tener que pasar por todos los procesos de dudas que, además, son absurdos. Lo mate quien lo mate, el soldado ha pasado esa prueba de fuego y se pasa a la siguiente fase.
2. Responder ante la duda.
En un momento dado el soldado pregunta por qué hay que ser crueles con el enemigo. Esta es la primera gran pregunta y única que se responde en los Upanishads, y Visnu reencarnado (si no mal recuerdo) se encargó de responderle al gran rey porqué estaba obligado a matar a todos sus familiares en una cruel guerra abierta donde morirían cientos de soldados inocentes. Esos son los fundamentos de las castas y la civilización oriental.
La civilización occidental, sin embargo, no quiso desarrollar su filosofía en torno al papel que nos toca vivir, sino a la idea equivocada de hacernos poseedores de la verdad y la luz. Por eso, en estos aspectos, la civilización oriental nos ofrece más respuestas.
- ¿Por qué has sido tan especialmente cruel con el enemigo?
Se trataba de una situación forzada para que el soldado pregunte y, por otro lado, una buena oportunidad para recordarle la diferencia entre un soldado y un criminal de guerra. El invasor puede que lo haga porque es su cometido, es su rol. Pero el criminal de guerra, al actuar como actúa, puede provocar que la guerra nunca acabe. Por eso el invasor, si es un buen soldado, dormirá por las noches sabiendo que habrá matado sin ser responsable de ninguna muerte - pues la responsabilidad se la achaca a sus superiores o al enemigo. Pero el que se salta las reglas de la guerra no puede simplemente morir.
Esto lo hemos visto en varias películas de espías y mafiosos, donde se hablaba de un código de honor. Quien se sale del código, cuando se empieza por lo personal, entonces se actúa con especial crudeza. Cuando preguntan solo hay que recordarle al soldado qué pasa cuando uno del grupo comete un error...
- ¿Qué pasará cuando alguien así te persiga volviendo a casa y mate a tu familia? ¿Qué pasará si dejas vivo a quien podría disparar a tu compañero?
Ese momento de lucidez es un buen momento para darle esa enseñanza, ni antes ni después.
3. Frivolizar con los cadáveres.
Aguanten sus estómagos, quizá ahora venga algo aún más incomprensible. A lo largo de toda la instrucción se les estuvo dando órdenes frívolas a los soldados que deben aprender a matar. Más en concreto: en su instrucción básica aprendieron a coger el fusil, a pensar en colmena, a anteponer las órdenes, a mirar cara a cara a su enemigo..., pero no aprendieron a matar. Aprendieron a encajar golpes, a que les recuerden que si no refuerzan sus convicciones querrán volver a casa, a que todos son prescindibles y pura carne de cañón..., pero eso no siempre encaja con los que querrán que matar forme parte de su lenguaje.
Es por ello que hay que darles órdenes absurdas, que las hagan y, acto seguido, decirles la verdad: que no servían para nada ¿Para nada? Tal vez manipulen un cadáver y lo deshumanicen por ello. Pues bien, si era el del enemigo, perfecto.
Puedes intentar mentirles como que son de una raza superior, puedes comerles el tarro con propaganda barata sobre lo inteligente que es el amado líder..., todo eso es filosofía oscura, no durará, y no forma parte de su lenguaje..., salvo que quieras crear un asesino múltiple en potencia, un imbécil radical capaz de matar a su propio sargento - para hacerlo de hierro. Quien a hierro juega a hierro muere, aquí sí podemos tirar del Nuevo Testamento.
El lenguaje que hay que buscar no es el de la muerte, sino el de la manipulación de los muertos. El de aceptar que eso es lo que se hace: el asumir las consecuencias de la muerte. Como en la India: acostumbrados a limpiar en las aguas de la muerte.
¿Por qué los japoneses estaban dispuestos a matar, morir y morir matando? Se llama shintoísmo y budismo, que es de la escuela del induísmo. Hay que partir de ahí, ninguna enseñanza occidental les habrá otorgado la capacidad para comprender cómo se gestiona la muerte - porque eso es propio de cada cultura. La moralidad japonesa tiene una estructura muy conglomerada: ¿permitirás que tu familia perezca? ¿Cuál es tu objeto en la vida tú, como hijo torpe que intenta hacer lo que le piden y solo sabe ocurrírsele una santa cosa por muy bruto que suene? Ese dios japonés es la referencia clave que usan para entender cómo se sienten identificados, como los musulmanes con Mahoma. Y eso es lo que explica el comportamiento mártir, no la deshumanización.
Japón tiene barbaridades absurdas dentro de su cultura, una de tantas es la instrumentalización de la envidia - donde llevan a cabo venganzas en colectivo (represalias). Ese comportamiento es terriblemente tóxico por su carácter infántil y sin sentido. Pero no tiene utilidad ni para enseñar a los soldados a matar.
La frivolización consiste en hacer que un soldado haga algo que no tenía porqué hacer, o que asuma esa palabra que aparece en "Salvar al soldado Ryan": la palabra alemana que significa que en ocasiones se hacen cosas que no tienen ninguna razón. Cuando se comprende que no hay comprensión posible a lo que se hace la percepción del soldado adquiere sentido: se pierde el sinsentido de ver a ese saco de huesos como lo que fue en otro tiempo. Se ha echado del cuerpo algo que no tenía sentido que estuviera dentro.
4. El metaentendimiento.
La última fase consiste en que éste descubra que todos los sinsentidos y bromas, los absurdos y tonterías tenían una razón de ser. Consiste en verse a sí mismo como un proyecto completo y convertir esa experiencia en un símbolo que identificar. Los piratas solían hacerse un piercing, las maras suelen tatuar a los suyos..., personalmente no me parece bien hacer esas cosas, pero marcarse con una idea imaginable puede ser un buen referente para asirle un significado propio.
Es decir, la última fase consiste en que se conviertan en filósofos sobre las experiencias vividas y sean capaces de hablar de ellas.
Cuando alcancen la última fase sabrán a quién, cómo, cuándo, con qué, hacia qué, por qué o para qué matar. Y lo harán sin pestañear, porque no será un conocimiento, sino un comportamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario