domingo, 12 de noviembre de 2023

La paz agrava el conflicto

Cuando era veinteañero un hombre sabio se me acercó y me pidió una cita que incorporara la palabra "paz", y que sirviera para la posteridad para que todos los pueblos reconocieran su significado a través de mi definición. Le satisfice, más o menos, con algo que estuviera como a la altura - a mí no me convenció mucho, pero puede que le funcionara para su día a día, no sé.

Muchos hemos teorizado sobre cómo los pueblos deben entenderse, cómo debe entenderse la idea de eliminación de conflicto y que a ese proceso, a esa filosofía, se le llame "paz". Pero no basta con decir que no hay herramienta que te lleve a la paz, ni basta con recordar que la ley de la guerra es la ley del disparo en la propia pierna. Esas cosas es algo que se le enseña a los niños pequeños, los adultos trabajan a otra escala. Los adultos necesitan una filosofía más completa y concreta.

El cristiano aprendió el significado de la paz gracias a Jesús de Nazaret - no a Jesucristo. El personaje inventado, así como probablemente el personaje histórico, puede que no estén a la altura de la inspiración que necesitaron los pueblos para entender cómo abordar los conflictos. La cultura greco-romana descubrió el secreto de hacer las paces..., como una manera de ganar en el conflicto, de negar el conflicto. Así, se usa una palabra que se supone que es antítesis de conflicto para alimentarlo... Ahora desarrollaré este concepto. 

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Ha sido hoy cuando al final ha dejado de dolerme el pie, y solo noto debilidad en ambos. Una leve molestia que con el tiempo desaparecerá, supongo. Poco a poco voy asumiendo que jamás seré contratado, quizá sea demasiado viejo. Y sospecho que no hay manera de asegurarse de que los proyectos que pretenda terminar llegue a buen puerto - ni qué decir el pretender ganar algún concurso, porque para mí que están amañados y, una vez compartida la tecnología, se disponen al robo.

Por ello no veo ni la más leve esperanza de nada - no hay luz al final del túnel. El verdadero conflicto lo tiene el Gobierno con el Pueblo: recibe subvenciones que no traspasa a las empresas o, más en concreto, a quienes REALMENTE necesitan esas subvenciones. El dinero se lo quedan los intermediarios, no sin antes pasar por veintemil filtros que impiden que ese dinero no acabe en intermediarios de segunda: tienen que ser los nombres conocidos, tienen que ser los "elegidos" por el Gobierno. Así poco se va a avanzar.

Disidencia controlada, despotismo ilustrado, subvención mafiosa, propaganda informativa, elecciones parlamentarias..., paz.

Recuerdo al indigente que olía mal y pedía dinero delante de un supermercado, pero que la gente le daba directamente la compra con el fin de que no entrara sucio. Cuando hablaba con él me dijo un "..., ¡pero viva España!". Y lo leía en sus ojos: quería creer que esta abominación de país le salvaría justo al final, que no debía perder su patriotismo.

¿No habría ganado más él y todos si se hubiera convertido en un golpista? ¿No tendríamos todos mucho más si hubiera encontrado al "enemigo" y lo hubiera eliminado?

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No es lo mismo un terrorista que un golpista. El matiz es de sentido común: no puedes ir contra el Pueblo. Puedes atemorizarlo con una posibilidad honesta, pero no aterrorizarlo con un hecho innecesario. En ocasiones el Pueblo no tiene lo que necesita, sino lo que merece; porque es eso lo que pide a gritos. Por ello, se justifica que vivamos en una monarquía: creen que necesitan un amado líder, mejor que haya nacido bajo la mejor educación para serlo - a que tenga que ser alguien que negocie para ocupar ese puesto. Y en los tiempos que corren, de amnistías ilegales, mejor se deben entender estas palabras.

El terrorismo inaceptable de Hamás, solo comparable con el terrorismo inaceptable de Netanyahu, o de la apología a éste de la mayoría de los israelitas y palestinos..., solo demuestra que ningún pacto pacífico no servirá para resolver el conflicto. Más bien será como una nueva bandera a superar, o centro de una región de fronteras solapadas. Como pasó con Saboya para Francia y España. La pesadez y el olvido es lo único que frena el conflicto - el inconveniente económico. Sin palabras, ni citas, ni filosofías, ni firmas, ni cultura, ni educación... Cuando el ataque sea antieconómico frente a la defensa el conflicto se olvida. Si, por el contrario, al invertir millones de euros en un superataque consigues que los países árabes formen una coalición contra Israel para provocar un encarecimiento del petróleo, entonces los que hayan comprado acciones antes del conflicto tendrán una fuente de financiación para que el conflicto genere ganancias.

Ya lo dije en su momento: igual que para acabar con la pobreza hay que olvidarse de las riquezas y centrarse en la cercanía a todos los recursos de productos y servicios, para acabar con el conflicto hay que olvidarse de la cercanía ideológica y centrarse en las riquezas que genera la guerra. Actuar de otra manera supone frivolizar y no aprender de la historia, no pensar de manera racional o pensar a favor de mantener el problema.

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Mientras venía andando me sentí feliz: ya no cogeaba. Andaba con delicadeza en los pies..., pero podía andar con normalidad. Entonces se me cruzó por la mente un problema de nuestra civilización, otro problema que cargaba yo contra mis espaldas..., como si tuviera que hacerme responsable de esas cosas, y entonces un pinchazo completamente nuevo me atravesó la espalda. Y ya me gustaría decir que pudiera ser un niñato con un perdigón para echarle la culpa a alguien de fuera, pero no: el pinchazo emergió desde mis vísceras, cerca de mi espina dorsal - vinculado con el estrés, la frustración, la decepción..., y una mala postura al caminar.

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Ayer sentí una sensación agridulce al ver un capítulo de una serie. Me dormía, no aguantaba hacer nada, sentía que perdía el tiempo y, al mismo tiempo, que no servía para nada ni lo que hacía ni lo que no hacía..., indigencia, indigencia, indigencia..., pero entonces vi algo que me gustó y provocó lágrimas de felicidad. Según el cálculo de mi superestructura no es posible que algo te motive y, al mismo tiempo, estés cansado. O estás cansado y abatido o estás eufórico. Pero entonces lo recordé: esto se da cuando la euforia se da a corto plazo y la depresión a largo plazo. Mi modelo lo tenía previsto, era un marcador que se podía poner en un test de psicología para aprovechar mejor mi modelo... Pregunta que muy probablemente los psicólogos ya lo tengan presente, pero al menos para mis estudios sobre la inteligencia de la máquina me parece un avance.

Tengo mi pequeño bálsamo que hará acallar a mi mente mientras mi cuerpo sigue deteriorándose.

Me pregunto cuántas más personas estarán pasando por lo mismo que estoy pasando yo: una comunidad mafiosa que silencian según qué resultados, unos jueces que se centran en los sobornos deportivos y que alientan la mafia académica, unos gobernantes que solidifican su casta y las prebendas..., así como un pueblo adormecido que cada vez se va pareciendo más a China - cada vez menos crítico.

¿Os suena el Bob Dilan chino? - No existe.

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Para que la administración de una región sea replicable en otro país antes debe tener el suficiente tamaño de población, la suficiente historia y el suficiente valor geopolítico. Un imperio tiene excedente de los tres elementos, o de la población - que es lo mismo. Podemos estudiar un peculiar trilema:

Los conflictos en un país se pueden resolver con una buena política: si hay mucha población y mucha historia entonces eso se traducirán en guerras internas entre clanes, una gran cantidad de pactos medio agravados, en formas de avivar los conflictos para mejorar las economías personales, etc... Si hay mucha población y muchos intereses geoestratégicos entonces las mafias querrán tener un control sobre los recursos o, peor aún, los países extranjeros con capacidad para el chantage. Si hay mucha historia y muchos intereses geoestratégicos entonces habrán fronteras solapadas y distintas formas de hacer negocio mediante la corrupción. 

Lo único que destruye un imperio es la existencia de otro imperio económico más fuerte que influya desde dentro. El conflicto es una fórmula económica, no filosófica.

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Hemos descubierto que los países escandinavos por separado funcionan mejor que juntos y, al mismo tiempo, tienen políticas parecidas. Un Gobierno único no solo no es necesario, sino que además es conflictivo por antieconómico. Donde hay Gobierno hay empresas con intereses de repartirse los bienes públicos, de socializar sus pérdidas, de esperar doctrina judicial que las proteja... Donde se referende la firmeza judicial, donde el jurado popular tenga un veto vinculante, donde todo fiscal sea elegido por los vecinos de su barrio..., el ataque al estado de derecho se volverá antieconómico.

YO: Asigna a la variable T2 el siguiente texto: "Donde se referende la firmeza judicial, donde el jurado popular tenga un veto vinculante, donde todo fiscal sea elegido por los vecinos de su barrio..., el ataque al estado de derecho se volverá antieconómico."

BARD: Se ha producido un error. No olvide que Bard está en fase experimental.

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