miércoles, 22 de junio de 2022

Rematando la disonancia cognitiva

Tal como lo he visto en la serie American Crime Story T3, Paula Jones es contratada para trabajar para el gobernador y es invitada a entrar en un despacho privado donde estará su jefe. Entonces el jefe le muestra su pene y le incita a hacerle una felación. Ella se siente ultrajada y se marcha.

Yo entiendo que podría haber alguna clase de coacción, en el sentido de que ella podría pensar que si no acepta se queda sin trabajo. Pero si realmente se sintió ultrajada entonces con aceptar su dinero a modo de indemnización podría haber sido suficiente..., ¿o era una cuestión más moral?

Como fuera. El asunto es que un tiempo después ella se queda sin dinero y acude a Penthouse donde se compromete a que hagan unas fotos privadas "de buen gusto". Una señora que no suele ver esas revistas, ¿qué pensará sobre las fotos "de buen gusto"? Justo después de comprometerse y antes de hacerse la sesión pone esa información a conocimiento de sus amigos más directos y familia (su comunidad) y se reafirma diciendo que esa forma de actuar es la correcta porque no tiene dinero.

Entonces cuando llega a hacer la sesión descubre que tiene que desnudarse. Quizá el buen gusto era no abrirse de piernas, quizá el fotógrafo la trata con desprecio como si fuera un objeto..., quizá simplemente ella haya madurado y esa moralidad que antes le hizo pegar el portazo no valga para tanto. Quizá esté pensando en su niño, en ser independiente - en marcarse un futuro por sí misma. Ella ya decidió, y el fotógrafo le ayudará a terminar de definir su nueva moralidad. Será alienada, pero lo hará de buen grado.

Unos días después se verá en las portadas de la revista. Quizá no fue buena idea. Hay una cierta sensación de impunidad en todo esto. Como si algunas personas no tuvieran derecho a decidir sobre su futuro. 

Pero como hay un contrato de por medio la imagen es algo con lo que se puede especular. Si el fotógrafo te obliga a hacer algo que no quieres hacer, ¿por qué no ibas a ponerte la ropa y marcharte? Yo recuerdo un director que se cabreó conmigo una vez y, al ver cómo me vestía y me marchaba, me agredió por la espalda. Hay que tener mucho ojo con muchos profesionales que se ponen detrás de una cámara - son de todo menos profesionales.

Hay una mentalidad absurda: un jefe hay cosas que no puede hacerte en un despacho - correcto. Pero un fotógrafo puede pedirte lo que le dé la gana..., no lo veo nada claro. Quizá, precisamente, porque se dedican a lo que se dedican deberían de tener una muy especial manera de ofrecer sus contratos para no colar o engañar a nadie. Cuando vemos que no es así, que poseen un mercado basado en la mentira y el subterfugio, observamos no negocios, sino mafias, sectas... Estructuras que deben ser perseguidas como se hace con los jefes que podrían estar acosando a sus secretarias.

Pero da la impresión de que cuando la empresa lo hace a menudo todo se permite. Cuando en realidad debería de ser exactamente al contrario: al dedicarse a ello debería de ser raro que algo así pase. De lo contrario no podemos hablar de una deóntica en ese negocio: sin líneas rojas no hay criterios imitables en una democracia, no es posible interpretar la ley según como lo hagan en ese negocio. Es decir, ante cualquier demanda el juez siempre debería fallar en su contra. Un absurdo, si se pretende montar un negocio así en una democracia.


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