Cada vez vivo con más intensidad la ansiedad y me bloquea: yo no puedo vivir sin trabajar, sin ser útil. Han aumentado los impuestos sociales, el grifo familiar se me ha cortado y el mercado no se ha repuesto; no es como hace dos años. Ha habido un cambio en el mercado, y si volviera de nuevo a casa entonces... Sería como acabar en un agujero imposible.
Los IMBÉCILES hablan de la zona de confort, y por eso es imposible encontrar apoyos. Lo que permite despegar es justamente lo contrario: no se trata de salirse de la zona de confort sino más bien de tener confianza en la existencia de una zona de confort. Si toda tu vida ha sido una vida inestable entonces es imposible que veas los cambios con perspectiva, un cambio se convierte en signo de nuevas pérdidas - de perder incluso lo poco que conserves.
Esa gente que no ha vivido nunca la realidad han tenido la SUERTE de tener una vida donde han sido apoyados. Otros tienen que vivir sus apoyos con cortapisas. Y lo veo: o te protituyes o te estrellas. Y lo que veo es que mi orgullo es el secreto de mi creatividad, de mis ganas de seguir adelante: es lo único que me queda. Y será lo último que acabaré por perder, junto con mi vida.
No paro de dormir y despertarme, luego dormir de nuevo y volverme a despertar. Con esa sensación horrible de que haga lo que haga, por muy bien que lo haga o lo increible que sea, nada importará; que da igual que tenga un buen producto para vender, porque no sabré venderlo, que da igual que tenga un sitio donde desarrollarme, porque no habrá un objetivo deseable por las empresas. Me da la impresión de que todo es puro azar, de que nada es relevante para nadie. De que todo, en definitiva, es una completa mentira de principio a fin. Y que no importa qué hagas o lo que demuestres; incluso aunque se lo estampes a la cara y lo puedan corroborar - nada importa. Absolutamente nada, y no sé cuántas personas habrá como yo.
Da igual que seas inigualable en el momento de pasar a la acción. Que seas el mejor en tu propia categoría. Lo que hacen es tan simple como anular esa categoría, pasar a otro tema de interés. Fingir que el concurso ha quedado desierto. El nepotismo es lo que importa, la hermandad, los grupos de siempre. Luego se quejan de las crisis que aparecen, los cisnes negros..., ¡vaya sorpresa!
También me da la impresión de que se apoya exclusivamente a los que me hacen daño. Lo que quiere decir que no solo se me da esquinazo, sino que además hay como una especie de..., no sé, ¿premios a la luz de gas? Es una impresión. En cualquier caso, todas esas crisis financieras y asuntos no repercuten sobre mis proveedores y, aun así, no vienen a mi tienda a comprar. El mercado no tendrá la culpa, se habrán atiborrado a comida al por mayor debido a toda esa sensación de crisis; y por eso mi tienda está sobreabastecida. La gente está como una chota.
Los mercados se mueven y se transforman. Para aquellos que tienen mucho dinero solo les afecta para ganar más o ganar menos; pero para los que intentamos sobrevivir puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. En cualquier otro país europeo no tendría que pagar tantos impuestos; no tendría que plantearme la cárcel. Y luego están las inventivas de Hacienda, las ganas que tienen de fingir que estoy en deuda con ellos para que no pueda pedir subvenciones al Gobierno. Todo fingido, todo falso. Las subvenciones son para los que le siguen la propaganda a los políticos - raro es que algún funcionario deje colar el dinero hacia quien lo necesite. Yo, al menos, no me lo creo.
Yo solo sé hacer una cosa realmente bien: resolver de manera creativa. Y mi mayor miedo es que tenga que ver cómo se me atrocia mi músculo más preciado; como me pasa tarde tras tarde, incapaz de abrir un libro, de encontrar un motivo. Me cansa mi insistencia en continuar, en aguantar hasta..., ¿dónde está la luz al final del túnel? Si no puedes adivinar la forma que tiene entonces puedes estar seguro que no ves luz alguna. Y no se puede ver luz alguna porque no hay ningún universal estable en mi mente, no hay una idea de proyecto que crea que se pueda mantener en el tiempo sin que aparezca Hacienda, la Seguridad Social o la ausencia del mercado.
Todo, en definitiva, es una farsa y mi perfil es acabar en la cárcel. La pregunta que me hago es cómo.
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