Me estoy preparando tal nivel de detalle en torno a un algoritmo que..., ¡vamos! Puedo plantearme al detalle hasta qué punto una estructura tan simple, más eficiente que el algoritmo de Dijkstra, puede pretender entrar en la pretensión de ser nisiquiera considerado.
Aun después de que comprueben de que es irrefutable, aún más que nunca lo negarán.
Se me ocurrió la posibilidad de incorporar en qué sentido otros algoritmos son transcomputacionales, pero si con sólo un algoritmo el documentarlo me lleva tanto tiempo... Me pongo a analizar cada línea, explico su invariante, los pasos que da, las excepciones... Y poco a poco lo veo más diáfano, se me simplifica en parte, y se reafirman mis tesis iniciadas hace más de diez años.
He tenido la oportunidad de observar cómo escribía mis primeros trabajos, y sigo pensando que tenían una altísima calidad - más allá de la apariencia externa de no ser muy técnicos. Lo técnico debería de extraerse del lenguaje riguroso, no de mantener una literatura que no ha sido creativa en décadas.
De todas formas, otros documentos bastante técnicos al más puro estilo fachizoide que espera el sector académico tampoco fue aceptado - y obviamente esto ha sido así sin entrar en aclaraciones.
Las recompensas, los logros, todo eso no existe. No es cierto que paguen por demostrar algo. No es más que un engaño para vender los libros que aseguran que esos problemas están abiertos. Y para cuando le plantee el ensayo al journal que tengo pensado, sólo espero que no me haga perder demasiado el tiempo porque el que me lo acepte no es más que el plan B.
El plan A es lo que me estoy preparando: marcharme de este puto país. Por dos veces le pedí ayuda a la Casa Real para que se valiera de sus influencias para que mi tecnología fuera confrontada a pares. No es para menos: si realmente hay discriminación exijo un árbitro incondicional. Y el mejor que existe en un país es su propio monarca. Pero por dos veces, tras emitirle el documento en cuestión, fui delegado a los políticos que gobernaban... Al ministerio oportuno que, por supuesto, ignoró a su modo la cosa en cuestión.
En vista de que en España no voy a conseguir absolutamente nada, está claro que debo marcharme de este bloque de estupidez. Y ojo, hablo de estupidez: justo ahora que estamos viviendo el fin de la era tecnológica en hardware EL PAÍS QUE COJA LA BATUTA DEL SOFTWARE SE FORRA. Es decir, lo pongo en mayúsculas porque considero que hay que ser realmente estúpido como para no tirar de universidades y catedráticos para investigar la viabilidad de estos productos.
¿Hasta cuántos idiomas podría aprender? ¿Me conviene apostar sólo por uno en concreto?
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Mejor tomárselo con calma. Le meteré más caña a la documentación mientras me preparo para irme de este país - haciéndome a la idea, principalmente.
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