Cuanto más experto es una persona en una materia más se come de la misma. El investigador es un gran comilón de investigaciones basura, el periodista se tiene que comer cientos de bulos, el cocinero prueba combinaciones imposibles... Y hay un concepto que algunos llamarían resilencia, pero que no es la idea debida a mi juicio - porque lo que te empuja no es una forma de "resistencia", sino una forma de vocación. Una llamada al servicio.
Recuerdo en una ocasión cuando me preguntaron cómo me gustaba dormir. Respondí con muchos matices: que si las sábanas sin ninguna arruga, cuanto más limpias mejor, la colcha equilibrada, la almohada mullida... Entonces me paró mi compañero y me acusó de no saber dormir, de que en cuanto algo no esté de mi agrado no seré capaz de dormir en condiciones.
Tal como lo veo, la burguesía ha hecho mucho daño a este mundo. Nos ha hecho creer que ser exigente equivale a saber más de la vida. Si le pides a tu ayudante un café con canela moteada por encima y, en vez de eso, te pone una rama de canela una persona muy cafetera probaría el café, o simplemente se reiría por dentro pensando lo inútil que es su ayudante. En cualquier caso, nunca le tiraría el café a la cara - como se suele ver en las películas, que queda más dramático.
Ser una estrella, una diva de la ópera, no implica ser asquerosamente exigente. Parecería propio de genios el estar malhumorado y tratar como una mierda a la gente, parecería que eso es lo que se entiende por talento - cuando en realidad es justo lo contrario.
Cuando mi amigo pensó que yo no sabía dormir sólo porque le describía lo que significa dormir bien tuve que explicarle la diferencia que hay entre ser sociable y ser antisocial. Una persona es sociable cuando conoce a mucha gente, no cuando tiene exigencias imposibles a la hora de aceptar amigos. Es decir, cuanto menos exigente eres con las cosas más específico eres en tus preferencias más personales.
Cuando le preguntas a una persona muy sociable cómo es su mejor amigo no se limitará a decir cualquier cosa (salvo que no quiera perderte como amigo), si se sincera contigo te dará una descripción muy precisa sobre lo que él entiende por amistad. Esto es porque tiene una enorme cultura para saber mantener a los amigos, porque disfruta teniéndolos y manteniéndolos. Así es, por ejemplo como funciona el que gestiona los asuntos del poder: que debe tolerar las inclemencias de quien le contradice más que ninguno, como describe Maquiavelo, y hacer posible una república (que las familias se autogestionen al margen de las apetencias del Príncipe). Es la única lectura posible para entender a ese autor.
A mi amigo le tuve que explicar que cuando dormía en mi cama me resultaba muy fácil dormir, él pensaba que todo en mi cama me molestaba. Se pensaba que yo era como la princesa del cuento de los siete colchones. Y eso es un error que arrastra la burguesía: porque sólo el que trabaja tiene cultura del trabajo, quien se acolcha no sabe lo que es trabajar el colchón.
Le expliqué que dormía profundamente todas las noches, más allá de que la mayoría no eran noches idóneas, de mi más profunda preferencia. El hecho de que sea consciente de lo que es una muy buena noche también provoca que sea difícil que encuentre muy malas noches.
Para que lo entendiera le expliqué que eso mismo le pasaba a los que tienen perros: cuando le preguntas a alguien que tiene perro qué es lo que más le gusta de él te responderá cosas muy específicas... Que cuando se acurruca contigo, no te molesta, te hace compañía y te comprende... Después de dar una lista increible de razones descubres que eso que te describe no es un perro, pero claro, hay que pensar que si lo tiene es porque la mayoría de los comportamientos que tiene un perro le vale la pena. Lo que hace que hagamos lo que hacemos es porque nuestro objetivo nos llena lo suficiente como para seguir adelante.
Tenemos un objetivo real y claro, algo que nos hace sentir bien. Esa es nuestra llamada, es una vocación de servicio, algo que nos dice que tenemos que ponernos a trabajar. Si yo como informático se me aparece un trabajo de reparación de ordenadores entonces esa sería la peor de mis ocupaciones, pero si eso me acerca a poder dedicarme a lo que más me gusta entonces estaré dispuesto a eso o a lo que sea.
Cuando el objetivo que te llena está a la vista entonces eso es lo que te atrae para aceptar las penurias. Si, por el contrario, en vez de enseñarle a una persona técnicas para dormir, lo que se le enseña a una persona es a tener que aguantar los ruidos, las arrugas de la cama, etc..., entonces lo que se está haciendo no es fabricar su vocación, sino su sociopatía. Y tenderá a deprimirse.
Si una persona no puede dormir lo que hay que hacer es enseñarle que dormir es una técnica, como lo es comer, correr, nadar, etc... Y, como toda técnica, tiene una cultura de aprendizaje y desarrollo personal. Lo aprendemos de manera instintiva, pero siempre es mejorable. Cuanto más mejoras en la técnica menos cosas te perturbarán el sueño.
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