domingo, 18 de abril de 2021

Te retiras y el gusanillo te persigue

La vocación es imperecedera, está por encima de cualquier clase de plan que tenga el individuo. Por eso la inmortalidad sería la claudicación de cualquier clase de plan maestro por parte de un individuo de cara a los suyos.

En estos momentos el gusanillo me clama: he visto gente muy bien arraigada en la sociedad lanzando conferencias absurdas, terriblemente mal documentadas; ha muerto el sabio, y sólo clama su espacio el erudito que no sabe qué estudiar. Un erudito sin criterio es peor que un sabio de pocos libros.

Por esa razón algo me está llamando desde dentro, es como si lo hicieran expresamente: como una extraña teoría de conspiración para que divulgue la realidad de la consciencia, de la inmortalidad del alma, de la inexistencia de Dios..., o vete tú a saber qué más. Cualquier cosa menos una lectura es como espero que se lo tomasen -  nada que ver con conseguir nada en absoluto. De ahí mi sentimiento enfrentado.

Bien podría redactar ese documento, crear la invención, perfeccionar las técnicas offline... Y así esperar a que me llegue el momento - no necesariamente ahora, para cuando alguien tenga la deferencia de plantearse de que a lo mejor tengo algo que aportar sobre el tema. Y no antes.

Algo así ya le pasó a Newton, sus aportaciones no habrían tenido eco alguno si le hubieran preguntado antes de haberlas desarrollado - pero tampoco habrían tenido eco si no le hubieran preguntado después, porque ese campesino habría sido un perfecto desconocido toda su vida. Nadie le habría escuchado, salvo que ya le hubieran estado escuchando.

Otros tienen mucha más suerte: han nacido en un entorno menos hostil, o cuando fueron a la universidad se dejaron violar por sus hermanos. La comunidad científica se ha prostituido, y lo saben.

Y ahora he perfeccionado aún más lo que sabía que se podía mejorar porque no me cuadraba tal como estaban las cosas - aunque sea sacrilegio, he superado las diatribas de Turing y sus cuestiones porque las mías son más duras. Pero no por ello se tienen que aceptar.

Paradójicamente tengo plena consciencia de que escribir un ensayo de cualquiera de esos temas que tengo preparados es tremendamente sencillo: ya tengo la parte tecnológica, las fórmulas, las aclaraciones triviales..., la parte complicada es organizar las explicaciones para abordar todas las cuestiones subyacentes - pero ha habido tanta y tanta bibliografía que copiar de aquí, de allá, hace que sea muy sencillo imitar una estructura, recoger su bibliografía y, acto seguido, substituir sus errores por las respuestas correctas.

En definitiva, no es dificultad: son ganas. Y el gusanillo está ahí - no gano nada haciendo algo que tengo a mi alcance. Pero, no sé... Me costaría dinero divulgarlo, además de un montón de tiempo esperando encontrar un journal cuyos pares se tomen en serio lo que leen y no se contradigan de manera descarada. Y, una vez conseguido, divulgado para nadie salvo para mí: para obtener un certificado de que otra persona lo leyó y le dio el visto bueno. Para eso tampoco me vale la pena.

Sin embargo, luego está la rabia - la sensación de que la gente sufre innecesariamente. El mismo sufrimiento que tendrán después de leer el prospecto que les doy: receta que nadie se tomará, porque nadie me toma en serio. Creerme importante es un error: si no soy una persona influyente es así como debo comportarme. De ahí mi última de las conspiraciones: la creación de un techo de cristal que me recuerde que no tengo influencia con mis coetáneos. Algo que me frene la rabia de ver cómo se dan de hostias, que me frene la angustia de no poderle hablar al que se tapa los oídos. No tengo fuerza ni capacidad para expresarme para que se quite los dedos de ahí.

Así que te retiras y el gusanillo te persigue. Pero me hice un canal de Youtube para acabar con mi imagen y, al mismo tiempo, decir verdades como puños. El que me descubra será porque es una persona genial, no porque yo le haya convencido. Mientras tanto, aquí seguiré.

Creo que no volveré a subir más vídeos - mi experimento se puede dar por terminado. Veré si continuo con mi código con investigaciones personales: mi lucha real será acabar con el hambre que me pergigue, el miedo a acabar siendo un indigente. Si voy a luchar por algo en estos momentos no puede ser otra cosa salvo la independencia económica. 

Justo en Febrero del año pasado el negocio empezó a irme bien y fue en Marzo cuando apareció la pandemia oficialmente. Espero que tras tantos fracasos internacionales sean capaces de organizarse y recuperar lo que quede del año para que el año que viene algunos países se recuperen de la crisis financiera provocada por el percance económico. 

Llegarán las vacas gordas, sólo hay que esperar. Y con las fuerzas preparadas ya embestir con gastos que se convertirán en inversiones personales que cambiarán mi cosmovisión y, con ella, mi manera de ver la sociedad y mi participación en ella, tras filtrarse las toxicidades.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

Ayer se produjo el punto de inflexión a escala mundial. Dependiendo de lo que hagan y no hagan los gobiernos tras lo sucedido ayer las dos c...

Entradas populares