viernes, 26 de julio de 2019

Me habría gustado realmente ser un divulgador

La verdad es que no me parece justo; pero eso es lo que tiene tener una tecnología tan rompedora. Mañana me propondré programar algo, porque o si no me muero.




La ausencia de cafeína y el exceso de calor, combinado con un estado de depresión profunda, está provocando que no pueda mover un santo dedo. Ha sido venir de proteger el inventito por mi propiedad intelectual y, en vez de proceder a compartirlo por otro medio, que es lo que suelo hacer, estoy en un estado medio catatónico, sin ganas de hacer nada. Al fin y al cabo, es como si hiciera lo que hiciera, ya está todo hecho. Ya todo lo demás no importa.

Voy a ver si encuentro un tono que me levante un poco...

No tengo nada más que hacer. La gente de mi época no está interesada en mi tecnología. Veré si le envío otro correo más a mi último enlace en la universidad, el que decía que le interesaba probar mis máquinas, a ver si esta vez me responde. Todo esto me parece grotesco y absurdo.

La situación en la que me encuentro es que estoy como esperando a que pase el día, a ver si el siguiente tengo la suerte de empezarlo mejor. Es un absurdo continuo; a saber qué pasará si en una semana completa no consigo levantar cabeza.

Y es que, ¿qué se supone que puede pasar ahora?

Tengo como más de una decena de cosas apuntadas en una lista, y que tenía la intención de divulgar para que sirva de inspiración para usarlo. Sin embargo, alguna verdad incómoda ha tenido que despertarse entre los administradores de medium.com como para que me censuraran mis artículos de una manera tan cínica.

Ahora me estoy pensando meter en algún curso que me permita conocer los entresijos de las empresas; para conocer sus demandas. Puede que sea capaz de venderles productos informáticos exclusivos..., si no me muero del aburrimiento por el camino.

Tengo una gama de empresas a las que puedo ofrecer un producto exclusivo, y completamente increible. De hecho, tendré que venderme como si no fuera tan bueno para que no me llamen a engaño. Eso, para mí, con lo que sé sé que es exactamente lo que debo hacer.

Lo que pasa es que sé que ofertarse a las empresas ya de por sí es difícil - cuando no te conocen ni te dan una oportunidad de nada. Y no tengo poder de convocatoria para que me atiendan en una conferencia. Si me centrara en un producto, uno solo, ¿cuál sería? Existe más de 200 modelos matemáticos sobre los que ofrezco un producto milagroso y, de esos 200 modelos, se podría encontrar como unas 10 o 20 aplicaciones prácticas. Pero esas aplicaciones prácticas las desnozco; pues no tengo contacto con el mundo empresarial.


Y me sabe extraño.


La verdad es que era feliz escribiendo mis artículos. Preparando lo siguiente a exponer. Lo malo era que los pagos no me parecían trasparentes - pura apariencia profesional sí, pero realmente trasparentes no.

Decididamente intentaré ponerme de alta en uno de esos cursos que son gratuitos para autónomos. Con un poco de suerte me cogen en alguno y, a lo mejor, me inculcan una cierta cultura que yo pueda asociar con uno de los 200 modelos matemáticos para crear así alguna aplicación. No sé. Estoy demasiado anulado como para saber qué hacer.


Tener que convencer a la gente que este piltrafa es un figura es muy estresante.


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