Cuando vayan a pediros los diezmos a fin de mes y la Santa Inquisición os invite a confesar...
Esta entrada no lo entendieron las bases de Podemos..., y ahora, según mi perspectiva, les toca joderse.
Mientras rememoro el videoclip de la fiesta pagana, me surge un videoclip, que es el que me ha inspirado esta entrada: la entrevista que le han hecho a Borrell. Una cantinela diferente: un periodista de un país soberano que pone entre las cuerdas a un representante de un país sometido ¿Cómo van a poder seguir engañando a los españoles con esa clase de preguntas?
Desgloso el extracto desde mi punto de vista:
1. El periodista pinta al partido de Borrell como un partido renovador y progresista.
2. El periodista desencaja la visión chovinista sobre los encarcelados mostrando a Carme Forcadell como una abuelita de 65 años aislada 15 horas al día durante meses y meses sin haber sido condenada en ningún tribunal.
3. El periodista establece una correlación entre cambiar la Constitución como reclama un 70% de la ciudadanía como algo de obligado cumplimiento por parte de un partido renovador y progresista.
Hecho esto, la entrevista se dio por finalizada: ¡la matrix se rompe!
Sería muy gracioso que se pudieran recoger datos y colorearlos de esa manera..., ¡estos alemanes! Como ello sí tienen derecho a elegir a su presidente, ¡cómo se ríen de nosotros los españoles! ¿Acaso nosotros podemos elegir al presidente alemán o a la Troika?
El panfleto VIII
Antes de continuar con el modelo monetario quisiera salirme de mi programación..., porque me lo pide el cuerpo. Vamos a contaros utopías varias con el tono adecuado.
¿Qué pasa cuando les dices a todos los tuyos que todos tienen derecho a la petición? De antemano les estás vendiendo una ilusión de democracia, una sensación de poder. Sin embargo, ¿es eso realista?
Te levantan como alcalde, presidente, líder..., y les has prometido que todo cuanto te pidan será escuchado ¿Alguien se puede creer algo así? ¿De verdad somos serios?
Con la llegada de las grandes cantidades de individuos aparecen los problemas, en cuanto empiecen a acumularse los problemas y a condensarse al final la utopía no tiene más remedio que acabarse.
Es decir, en una verdadera democracia hay una orgánica y una estructura que regula el derecho de petición; que le pone cotas. Algo que establezca a quién le toca hablar y hasta qué punto tiene derecho a repreguntar ¿Qué es aceptable y qué no entra en consideración?
La cosa en sí es mucho más sencilla cuando hacemos balance de quiénes desean ocupar puestos de relevancia y hacerse con el poder por el poder. Está claro qué clase de cargos son los que no necesitamos ¡Ay cuánto desean algunos el poder y lo narcisistas que son! En cuanto los zarandeas con asuntos importantes te consideran un disidente, un pesado... O se reglamenta cómo manifestarse, quiénes pueden pedir y qué, cuál es el régimen disciplinario, qué normas se van a cumplir y en qué sentido..., si no se tiene eso no se tiene nada.
Se trata de fijar un programa de principios básicos que establezca los acuerdos sobre qué es lo que motiva a los integrantes del grupo, un programa de relaciones con otros principios y acuerdos que se planteen qué sean más o menos aceptables y un tercer programa de normativas internas para evaluar a posteriori si se está logrando con él los dos programas anteriores.
¿Cuántos partidos tienen eso? - No me lo creo ¡Ah! ¿Habíais dicho cero? Perdonad, no os estaba escuchando. En cualquier caso, se adivina que hacer las cosas bien obliga a anular la existencia de líderes, y es entonces cuando nos llegue un periodista alemán y nos pregunte:
- ¿Qué hace una anciana de 65 años aislada?
- Retenida preventivamente porque un juez alemán incumplió los acuerdos bilaterales con España y tememos que se ponga a la fuga sabiendo que el estado alemán ha considerado competente en torno a la interpretación de las leyes españolas alguien que no sabe ni español.
- ¿Por qué no renovaron la Constitución teniendo un 70% descontentos?
- Porque esa renovación es para independizarnos de vosotros y no nos dejáis.
Y así podría seguir la entrevista, por ejemplo, desenmascarando la perfidia de Borrel y su partido y cómo a un preso preventivamente no se le puede tratar así, o cómo la política española ha decidido venderse a los poderes fácticos europeos (Troika) gracias a la acción de los superclase a los que no les afecta las aberraciones que votan.
Y es que no hace falta explicar cómo funcionan los vertederos: cuando no se regula algo que es necesario, cuando el programa está incompleto, entonces el que lo resuelve o es un superclase o es un poder fáctico, pero hay que estar seguros de algo: a la gente decente nos tocará tragar, salvo que hagamos algo.
Y eso fue lo que me sucedió en Podemos: los miembros de la cúpula sabían que si dejaban el programa a medias las bases siempre necesitarían tener a superclases y, de vez en cuando, cuando incumplieran sus propias normas (como borrar mensajes en el foro de Plaza Podemos) las bases intentarían justificarlo pensando que el derecho de petición no puede sostenerse: ¡pero si eso mismo fueron los mensajes borrados! (El usuario lo creé expresamente para comprobar si se practicaba alguna clase de censura en Podemos; no fue un usuario troll, sino algo molesto)
Hasta la próxima sucedáneos
A ver si empiezo
a proponer cosas
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