viernes, 5 de agosto de 2022

Metodología y aburrimiento

Al final la he constituido, un método para crear guiones partiendo de estructuras fraccionadas; en vez de crear primero la historia y luego fraccionarla, la idea es crear un esquema inicial, incorporarle los semáforos correspondientes y entonces se desarrolla cada escena escogida.

Es como si se escribiera el guion después de haber rodado la película. Tal como lo tengo gestionado es mucho más natural.

Así que ahora estoy en esa fase..., el aburrimiento. No he tenido ni que terminar mi primer guion, y ahora me lo planteo: el clásico "para qué". Al fin y al cabo no se espera nada de alguien como yo, y no creo en las oportunidades - o más bien me han convertido en un descreido.

Me he planteado formar parte de un concurso para hacer juegos, más que para ganarlo para imbuirme en una comunidad que pueda ofrecerme un aporte cultural que complemente mis estudios y carrera profesional. Aunque el problema ya me viene con otro grupo con el que contacté en mi propia ciudad, ¡qué gente más tóxica! Me dieron esquinazo en cuanto tuvieron la oportunidad - obviamente no quiero nada de gente que da esquinazos a las personas, que las echan sin decírselo.

Eso de que te den el hombro en una fiesta, que te vayan dejando fuera del grupo de gente, que te vayan como echando e ignorando, no lo veo propio de una buena comunidad. Y tampoco tengo ganas de ir metiéndome en grupos sin una buena razón para perder mi tiempo. Es más fructífero aburrirse solo. Así el siguiente reto que me plantee tendrá alguna clase de razón o sentido, por lo menos para mí.

Bien se puede probar a construir los prototipos que tengo pensado, pero claro: ¿acaso pretendo ser clasificado en concurso alguno? ¿Acaso daré con una comunidad realmente? El ser reconocido por tu trabajo es algo que me sabe a historia de fantasía.

Hoy mismo acabo de venderle a una clienta muy exigente mi novela, cuya sinopsis dijo que no le agradaba - que no le parecía novela seria. Pero claro, en cuanto me dijo que le gustaba Harry Potter, ¿cómo no le va a gustar mi novela? ¿Qué tiene de seria esa novela que no tenga la mía? Me desafió a comprarme el libro y que si el principio no le gustaba me la devolvería - yo acepté. Pero lo hice más que nada porque estoy aburrido, porque me gustaría recibir una crítica honesta por mi trabajo. Aunque sea de una simple desconocida que podría ser una pedante cualquiera, o una bien entendida en su campo.

Ahora bien, ya han pasado unas horas y no me ha devuelto la novela. Me pregunto si volviera a pasar por mi tienda..., si se sentirá agradecida como la mayoría de mis lectores, o si me pedirá disculpas como un caso aislado al no verse capaz de terminar mi novela.

Si no soy capaz de vender una novela en condiciones, ¿a quién pretendo venderle un solo guion, o cualquier tipo de historia fraccionada? Estoy en esa fase descendente en el que debo vencer al falso héroe, pero como voy tan sobrado sé que no recibiré ninguna clase de compensación y, por tanto, no podrá trascender mi investidura. Seguiré siendo el mismo, no podré alardear de ser experto escritor de guiones, o nada por el estilo. Se trata de una inversión solitaria muy ardua que no aporta nada cuando no tienes a nadie a quien dirigirlos.


miércoles, 3 de agosto de 2022

Cachondeo e impunidad en las telecomunicaciones españolas

La ley de los servicios de los sistemas de información fue una ley redactada por abogados para sacarle beneficio a su oficio, para hacer de consultores. Al mismo tiempo, está llena de estrecheces legales y descripciones que son un sinsentido para quienes las lean. Por supuesto, cada año, o cada poco tiempo, suelen meter más morralla sobre derechos de los usuarios en telecomunicaciones, así como llenan las instituciones de figuras públicas muy adineradas que albergan a protegidos de los dos partidos importantes - éstas son las encargadas de velar por el buen cumplimiento de todas las leyes y nuevos decretos y boletines públicos que son relativos a todos los asuntos de telecomunicaciones.

Hablamos, por tanto, de muchísimo dinero en crear la apariencia de proteger al consumidor. Sin embargo, puedes tener un problema conque tu proveedor de servicio no te ofrece el servicio en cuestión, o que los datos de titularidad son incorrectos y debe corresponder un cambio de titularidad. Todo eso está ahí y no te atienden por muchos derechos de los que dispongas.

Esta ley que mencionaba obliga a las compañías a ofrecer una dirección postal o mecanismo para ejercitar tus derechos. Así que, como en Jazztel no me han atendido he procedido a enviarles el fax. Pues bien, el asunto es que el fax que tienen no responde (hacen el equivalente a apagarlo nada más crearse la conexión). Por tanto, lo propio sería pasar al siguiente nivel: la denuncia civil.

Ahora es cuando tiro de mi experiencia leyendo denuncias y observo que todo es una mentira. La Agencia de Protección de Datos le impone una sanción a la compañía de telecomunicaciones, y claro..., ¿cómo es posible que puedan asumir la multa constantemente? La multa consiste en que pagan a la agencia un dinero, que siempre es el mismo a pesar de la reincidencia..., y todos calladitos ¿Realmente se lleva a cabo el pago? ¿Realmente atiende la Agencia de Protección de Datos todas las demandas? Yo recuerdo cuando me dejaron a dos velas en una de las mías.

También puede iniciarse un litigio por lo mercantil, en cuyo caso la minuta debe ser desproporcional para poder suplir una sádica broma cínica y macabra por parte de los agentes de Jazztel. Está todo medido. Todo quedará impune. Y, mientras tanto, aparece una nueva ley por la que esos señores, incluido el Fiscal, llevarán coche oficial ¿Hemos elegido nosotros al Fiscal? No. Quienes fiscalizan son los que forman parte del problema.

A mí me pueden preguntar cómo acabar con el Hambre en el mundo. La respuesta pasa por hacer desaparecer los organismos que pagamos para evitar que algo así suceda y dar el dinero que se destinaba a esos organismos para salvar un país íntegramente con una renta básica áustera. Si, con el tiempo, el país prospera como para sostener su propia renta básica entonces se podrá usar ese dinero para salvar a otro país.

¿Qué ha hecho Europa? Europa determinó dar desde el año 2000 grandes cantidades de dinero a países con gran proyección de futuro, como España. Pero España ha aprovechado desde entonces hasta ahora para financiar la corrupción; y ese dinero han encontrado la manera de que se lo debamos a los bancos, que es donde tienen el dinero los políticos que determinaron dar dicho dinero. Buenos clientes, buenos intereses.

Si a mí me preguntan lo tengo bastante claro: la falta de ejemplaridad, la no fiscalidad, la creación de instituciones públicas pantalla, chiringuitos..., todo eso es lo que hace que se repita la misma historia. Y claro, cada vez los usuarios tenemos más derechos en materia de telecomunicaciones y, al mismo tiempo, los teleoperadores se creen Dios.

¿Qué pasará para cuando a alguien se le cruce los cables? Tal vez provoque un planteamiento de porqué tenemos un poder ejecutivo inútil, o unos fiscales que deberían de guardar prisión por prevaricación.



martes, 2 de agosto de 2022

Playstation en las cárceles

La linterna se apaga todas las noches aun no teniendo pilas.

Se me ha visto estar de acuerdo con la existencia de las cárceles y el carácter reinsertativo que tienen para algunas personas. Asímismo, no todos son culpables de lo mismo y no a todos se les debería de meter en prisión. Algunos actuaron por necesidad, y deben ser tutorizados; otros actuaron con desprecio a la vida misma, y no debemos esperar ninguna clase de reinserción; el resto será puro orgullo, y eso se baja entre rejas, bajo el aislamiento de una sociedad tóxica que les obligará a ver el mundo desde lo más simple.

Hoy quería volver a tocar el tema de los criminales más peligrosos; esta vez pretenderé ser aún más polémico, porque poco a poco creo que he estado entendiendo mejor cómo funcionan las mentes criminales. Esos que son realmente asesinos en serie, como Ted Bundy, pude comprenderlo mejor gracias a la película que hizo Frodo Bolsón.

Se me cerraron todos los círculos, y entendí con claridad la mente del asesino.

El asunto está en la idea de desmitificar que suelo usar: para mí desmitificar consiste en hacer que la figura que tienes delante pierda su interés. El violador para desmitificar la figura necesita violarla. Por ejemplo, si un violador ve de refilón un trozo de algo que le excite entonces empezará a mitificar ese pedazo de posibilidad. La clave, para que no emerja el criminal, consiste en conseguir un proceso de desmitificación.

Lo he estado pensando muchas veces sin llegar a definirme, porque era muy complejo: en China los niños van con el culo al aire, y no hay una especial protección en oriente a la figura desnuda del menor; al mismo tiempo la pederastria es menor en oriente que en occidente. También sabemos que en la Irlanda donde los curas son católicos hay más casos de pederastria que en la de los protestantes; y según se dice ambas Irlandas son iguales - salvo en la represión sexual que vive el cura, en cómo algunos curas mitifican el sexo y trabajan con niños que se visten y desvisten con una vestimenta trivial.

El dilema era: ¿deben las películas prohibir imágenes de niños desnudos o, por el contrario, debe mostrarlos? Ahora estoy un tanto más seguro: Las películas deberían mostrar de manera exagerada el cuerpo desnudo del niño o no mostrar ni un solo cacho. Es decir, hay que tirar de los extremos: el erotismo es para adultos, y la naturalidad del desnudo es admisible en el mundo infantil, siempre y cuando se muestre tal cual.

A mi juicio, esa manera de hacer las cosas reducirían los abusos. Pero claro, si queremos que haya menos violaciones, ¿no debería de prohibirse el erotismo? Estaríamos hablando del vouyerismo del que aprovecha los rincones y el subterfugio para "pillar". Hay un punto sádico en esa manera de actuar. Una cámara no oculta apuntando en una playa nudista que emite sin censura, según este punto de vista reduciría las violaciones entre sus televidentes. Los nudistas serían actores solidarios que se prestan para mejorar la seguridad en su entorno.

Pero claro, ¿eso significa que habría que multar o incluso penar a las películas que muestren violaciones sin un giro dramático? Ese enfoque que busque la mitificación de la violación forma parte de la libertad de expresión del artista. Libertad para motivar la violación, si se demostrara que esas emisiones son tóxicas...

La ópera de Wagner, al fin y al cabo, ¿generan ganas de invadir Polonia? Mientras no se demuestre expresamente, y sometido a una posible rectificación, lo mejor es no prohibir nada.

Aún así, el planteamiento que pongo sobre la mesa no está nada claro: se trata de jugar con la serotonina y la oxitocina, el sistema SABE. Es decir, ¿es posible que una sociedad muy abocada al exceso de serotonina tienda al cansancio? Y, de la misma manera, ¿una sociedad que ponga a disposición de quien lo requiera toda su oxitocina tienda a la represión al resentimiento?

Por eso, este principio que he puesto sobre la mesa puede que sea una buena idea..., pero también es posible que nos lleve a una sociedad diferente, menos eficiente, más desbocada y disidente; pero como más de cristal y aburrida. Más abocada por el show. En definitiva, puede que la oferta del placer esté saciada por encima de la oferta cultural y educativa. O puede que no..., que el problema esté en la oferta educativa exclusivamente (teniendo en cuenta la enorme diversidad cultural que existe hoy día).

Un adulto que se quiera formar lo puede hacer casi gratuitamente; y lo ideal sería que los gobiernos faciliten las herramientas para que sea capaz de acceder a tales cursos. Pero los que pueden motivar a adultos y profesores para que se adhieran al acceso tecnológico son los "coachs" - llamémosles coordinadores o dinamizadores. Son coordinadores tecnológicos, ayudan a entender la tecnología para adecuarla a la cosmovisión del individuo. Podemos colocar su profesión dentro de la rama de la psicología, en combinación con un conocimiento especializado en lo tecnológico. Es decir, los coordinadores psicólogos aportarán algo especial, igual que los coordinadores informáticos tendrán algo que no tendrán los demás.

Sin embargo, esas figuras deberían de ser sostenidas por el estado; consideradas oficiales, porque es díficil que se presenten para ayudar a mejorar un centro y sean atendidos. Cualquier gurú del amor podría sustituirlos, y además está el precio... ¿Quién le da valor a lo que se degrada con el tiempo?

A la gente le gusta tener a su disposición herramientas que no usará nunca, sin saber que necesitan la ayuda externa que les diga que esas linternas necesitan pilas, que esos actos que eran valiosos hay que empezar a invertir en ellos, que hay que crearse un horario y un hábito saludable, que hay que ser realistas con los objetivos, que hay que buscar el porqué del porqué se hacen las cosas, que el que dinamiza nunca juzga por mucho que pregunte y proponga..., que no es un psicopompo, no sirve para hacer trascender al individuo a ninguna esfera multidimensional... Es el propio individuo el que debe encontrar la manera de salir del bucle, de dar con su Peter Pan.

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Hace tiempo planteé la posibilidad de que en ciertas cárceles hubieran Playstations. Vemos algo curioso, en la cárcel la televisión es gratuita, pero en los hospitales hay que pagar por ella. El hecho de que en la cárcel se mezcla gente de todo tipo, junto en los hospitales, es difícil no hacer comparaciones ¿Acaso debe el Estado ser coherente hasta este nivel para asegurar la meritocracia? La cosa es: para mí el sistema penitenciario separa a la gente, no es posible las comparaciones - si realmente hablamos de un sistema donde no se cumple una pena por X años, sino que es perpetua periódicamente revisable.


lunes, 1 de agosto de 2022

Malos productores: malos proveedores

Puedo hacer alarde de haber estado acumulando experiencia durante estos 10 años gestionando el kiosko en el hospital. En el sentido de que he tenido que tratar con varios proveedores, buscando la manera de lidiar con sus productos, de mayor o peor calidad, para también ver si te trataban con desprecio dándote la remesa mala o si, por el contrario, eran serios contigo y se hacían responsables.

Parecería, porque así lo diría la teoría, que cuando tienes un buen proveedor en un aspecto ése mismo no lo será en otro. En el sentido de que buscarán compensar, o intentando ofrecer un servicio de calidad la política de unos hace que sean más fuertes en unos aspectos y no en otros... Sin embargo hay una cosa que se va aprendiendo: los que son malos proveedores en algún aspecto tarde o temprano acaban mostrando toda su mala faceta en todos los aspectos.

Eso me ha pasado con la venta de prensa en el hospital. Está claro que los mejores proveedores suelen ser los que trabajan algo tan frío como la electrónica; es más difícil gestionar productos alimenticios, con una fecha de caducidad oficial de la que se hacen responsables ellos. Pero luego me he encontrado con un tipo de proveedor que es aún menos serio: cuando he intentado traer prensa al hospital, para empezar, los propios distribuidores decían que no repartían en mi zona - por lo que de antemano era imposible encontrar un solo proveedor.

Ahora bien, ¿qué pasa? La prensa tiene el detalle que el proveedor se encarga de reponer el producto diariamente - es aún más caduco que la comida. Y ha llegado el caso de que conseguí un proveedor de prensa y, por un tiempo, estuve vendiendo prensa. La sorpresa me ha llegado hoy: ayer y hoy no me ha venido a reponer la prensa el habitual, ¿qué ha pasado? Ni idea.

Alguno podría pensar que el trato impropio de esos proveedores hacia mí podría ser culpa mía; sin embargo, según mi caso, no pudo ser así: pagaba al momento, no teníamos riñas con el que distribuía... Pero claro..., ¿qué pasó? Para empezar la contabilización que tenían ellos era casi un azar: no sabían contar los periódicos que vendía, ni tampoco acordaban unas reglas claras sobre lo mal que supuestamente lo estuviera haciendo yo - no me cuestionaban mi manera de hacer las cosas (por lo que supongo que eran ellos los que tenían el problema). Por otro lado, una de mis mayores demandas era la venta de revistas, y para cuando me dieron ese producto me dijeron que ese producto no se reponía - yo me hacía responsable si se vendía o no al término de la semana. El problema radicó cuando les pregunté cuánto me costaba la revista y a qué precio debía venderlas, porque nada más decirles que las vendería a 2 euros me dijeron que me cobrarían 1'80 por cada revista..., lo cual era una aberración. Al final resultó que las revistas las distribuían con el periódico por 90 céntimos: es decir, la gente las compra por la mitad de precio con las que yo las debo comprar y, además, asumiendo las pérdidas de no poder venderlas. En definitiva: un engaño, y una posible estafa.

Al observar el problema que subyacía de todo esto, como es lógico, intenté entrar en contacto con el proveedor: otra señal de que algo no funciona bien es cuando no consigues hacer algo tan básico como ponerte a hablar con el proveedor. Y, efectivamente, el ruido de fondo era macabramente sospechoso: se oían griteríos, tonos llenos de ira, sentimentalismos... Nada que ver con un comportamiento asertivo, algo que nunca perdí yo. No era como cuando hablo con atención al cliente de Jazztel y observo a una cínica metiéndome en un laberinto de estupideces, mientras finge que me resuelve algo que no me resuelve. Digamos que cuando tratas con un proveedor de productos para acordar una venta tratas directamente con el responsable, y se huele cierta horizontalidad en la relación - algo así como oferta y demanda. Por lo que esos comportamientos airados y poco trasparentes estaban fuera de lugar.

Al final se pudo acordar alguna clase de precio con el que compraba el suplemento y, acto seguido, comuniqué la incongruencia a la central - cosa que no sirvió de nada porque ni me dieron acuse de recibo.

Por eso me llamaba la atención ese pequeño principio: cuanto más responsables se hacen de la devolución del producto más caliente es la relación y más fácil es encontrar a un mal proveedor. Sin ir más lejos he tenido que deshechar proveedores que me venían a mí debido a su mala calidad, y he tenido que ser más duro con los que tenían que ver con la alimentación que con los que tenían que ver con la tecnología.

Los productos que se vuelven caducos en poco tiempo están muy vinculados con la calidad a la hora de producirlos. El ejemplo más perfecto se encuentra en los chocolates españoles o en los chips españoles: auténtica basura. La experiencia nos dice que hay que intentar evitar cierta clase de productos ¿Qué tipo de prensa española hay que evitar debido a su carácter perecedero?

Cuanta más calidad tiene el producto y menos perecedero es mayor es la calidad de su distribución. Es un principio que formalmente no tiene razón de ser, pero que empíricamente se mantiene. Tiene un cierto sentido formal, y nos sirve para comprender muchas cosas que suceden en la vida en general.

Si tenemos a un mal creador de contenidos entonces es probable que lo llene todo de propaganda para hacer que su producto no sea tan perecedero. Esa, en definitiva, podría ser la lógica. Ahora bien, la deducción en sentido contrario no funciona: he visto muy malas distribuiciones en malos proveedores con productos que estaban muy bien producidos. El truco está en darse cuenta que ese buen fabricante podría distribuir sus productos con otros proveedores. Esa es una de las pocas virtudes que tiene la oferta y demanda..., aunque deba ser vigilada mayormente.

Por eso, si sospecho que en un periódico hay malos periodistas muy probablemente acabe viendo cómo su modelo de negocio empieza a dar también malos frutos en su distribución: su manera de tratar con los kioskos también se volverá pésima. Es un principio que me sorprende que sea así, quizá porque no reconozco el marco de la idiocracia en la que vivimos, donde los que tienen la capacidad para dirigir no son los mejores, sino gente de buena familia, amigos, y buenos propagandistas...

Me pregunto cómo sería un sistema meritocrático: en éste supongo que estos principios cambiarían. Pero claro, los que venimos comprando y vendiendo seguiremos desconfiando de algunos proveedores, por lo que nuestro comportamiento tendrá unos vicios innecesarios. Es decir, no es fácil volver de un sistema postmoderno (corporativista) a un sistema moderno (meritocrático). Esa transformación no puede hacerse nunca localmente, sino estructural y solidariamente - porque no le compensaría a las empresas aisladas que ofrezcan esa perspectiva. Solo favorecerían a las empresas que se centren en la producción y la calidad, pero por fuera deberían seguir siendo corporativistas junto con sus competidoras y evaluar a sus proveedores desde un punto de vista corporativista.

Esa medida planificadora debe tomarse desde el Estado o desde una federación empresarial de varios sectores interconectados por alguna clase de sinergia en los productos que ofrecen. Pero no individualmente: la lucha contra el corporativismo debe ser de aceptación múltiple, porque supone un nuevo marco y la eliminación de un vicio social producto del liberalismo.


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