De vez en cuando me da por imaginarme historias y así relajar la realidad que toca vivir.
Aquí viene mi terapia matutina. Mi momento absurdo de relax. En el que observo, a posteriori, que vuelvo a revivir la permuta de los verbos, el mal uso de unos verbos a cambio de otros..., es decir, que, en el fondo, es como si la ataxia me estuviera diciendo: "aún estoy aquí, no te olvides de mí". Pero se van arrinconando los fantasmas, los acosadores..., más zen, al fin y al cabo, replantear las cosas y vivirlas en base a la realidad que toca.
Así que venía andando y observé cómo era testigo de un clásico error de las administraciones públicas. Un error aparentemente minúsculo, pero bastante significativo. Significativo en cuanto a que se repite mucho, sobretodo en los que ven la política desde el facherío, la apariencia, la estética, lo macroscópico...
Observé que, andando, había una papelera arrancada de su lugar y llevada a un jardín donde suelen sentarse unos jóvenes en estas noches tan frías. La papelera parecía quemada desde dentro y tenía un arbol, muy probablemente arrancado de raíz de las jardineras, en el interior de la papelera.
La interpretación que le di no creo que fuera demasiado como para Sherlock Holmes: unos muchachos habían considerado buena idea reajustar los bienes públicos de su barrio para poder sentarse en su lugar favorito sin sentir demasiado frío.
Un buen administrador bien podría llamar a la policía, hacerles pillar in fraganti, y obligarles a pagar o a asumir alguna clase de multa significativa. Quizá en virtud de la clase de gente que lo hubiera hecho, todo apunta a que se trataría de gente muy pobre o, simplemente, antisociales que han visitado la cárcel y ya lo público le importa bastante poco - se consideran apartados por la sociedad.
Mediante un sistema de reinserción aquel que ya conociera la cárcel volvería a ver cómo es una vez más perseguido, y sería la pescadilla que se muerde la cola.
Supongo que algo así pasa cuando determinamos que la solución para acabar con los criminales es aumentando la pena. Y es que este post trata sobre eso.
Lo que haría alguien como yo, ya sea como presidente de la asociación de vecinos o como alcalde, sería reajustar ese lugar apartado en las jardineras para montar unos bancos y una chimenea bien diseñada para que quienes quieran sentarse en ese lugar al azar de un pasillo público pudiera sentirse ubicado por las administraciones públicas.
Y sí, sé lo que más de uno estará pensando: si les acomodas el asiento a quien no quiere sentarse contigo al final lo que provocarás es que se vaya. Y esa no me parece tan mala solución: que se vayan del espacio público si no están dispuestos a tener alguna clase de complicidad o participación en lo que se refiere a su correcto uso.
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Así que me puse a andar, pensativo por lo de la papelera y sabiendo que eso mismo lo había visto ya cientos de veces. Recordando que el individuo que va sucio por el campo acaba ensuciando porque no ve lo que no quiere aceptar. Que si se sigue ignorando el desorden de un barrio entonces se fomenta en parte su delincuencia.
Así que observé un CD pirata tirado en el suelo. El CD tenía escrito en rotulador: El beso del dragón.
Si me hubiera pillado más joven, o más iluso, con más ganas..., habría tenido la necesidad de coger el CD y tirarlo a una papelera para así recuperar el ambiente lo más limpio posible de esa calle. Sin embargo, no vivo en una sociedad que valore algo así, y acababa de ver una papelera quemada ¿qué habría pasado si hubiera tirado ese CD a esa papelera tras desandar mis pasos? Habría vuelto atrás en el tiempo y habría vivido una ilusión de sociedad en la que no vivo, me habría torturado creyendo que alguien respetaría mi gesto y adquiriría una razón de ser dentro de una sociedad que, en el fondo, se reiría del acto en sí.
Así que seguí andando camino a mi kiosko. Mientras, mi mente elucubró: ¿Qué será el Beso del dragón? Podría ser una película de kung fu. Bien podría ser una romántica y oriental, con peleas... Ya tengo más de una película china con esos nombres. En cualquier caso, estaba claro que no sería porno, y no parecía un grupo de música.
Poco me importa qué película fuera. Mi mente empezó a elucubrar y se quiso imaginar qué encajaría con ese título en los tiempos que corremos...
El protagonista es un chino que ha inmigrado a España. Allí responde a un anuncio de trabajo en un periódico, sin muchas esperanzas porque sabe que, aunque sea un contable licenciado, en España eso no está bien visto (el ser inmigrante) a la hora de tener trabajo. Sin unos buenos contactos, como le decía su amigo - que hizo de puente, no se puede trabajar en España. En definitiva, era como en China: ni contratos, ni currículos, ni leches: o tienes amigos o eres hombre muerto.
Así que prueba suerte y conoce a una mujer emprendedora que se ha hecho a sí misma y que busca un ayudante administrativo. Sin embargo lo que tiene esa mujer es algo extraño: siempre ha tenido el lujurioso deseo de recibir un beso como en el cine negro a lo Humfrey Bogart y, al mismo tiempo, sus maneras son muy dominantas como para sugerir ese deseo tan extraño.
Mientras el inmigrante hacía la entrevista éste se percató de que la señora no paraba de mirarle de arriba a abajo y supuso que esa entrevista iba por otra dirección. De esa manera, como necesitaba establecerse, aceptó a regañadientes a intentar entrar en su juego. Hasta que al final la empresaria confiesa que si realmente quiere conseguir el trabajo deberá aprender a saludar como se hace en España a una mujer, con un buen beso.
El inmigrante acepta y le da un beso en la mejilla, como con objeto de saludar. Pero, debido a la poca experiencia y a los ardores y sensaciones de ambos, el pudor de él y las ansias de ella hacen de ese beso un torpe acercamiento hacia unas extrañas intenciones. Intenciones que él no negará por miedo a perder la relación de trabajo.
Así es como consigue el trabajo. Y, día tras día, ella le va exigiendo más y más..., hasta que en una ocasión nuestro dragón no consigue suplir unos objetivos, para lo cual la jefa le insinúa que, para esa ocasión deberá de esforzarse de verdad en darle un beso en condiciones.
Y es entonces cuando el protagonista va directamente a hacerle un cunilingus, valiéndose de conversaciones con sus amigos, de un libro antiguo de la China y cosas de esas. La lengua larga por un lado, la nariz resoplante de fuego por el otro, el dedo hacia la letra mágica..., unas técnicas que, en combinación con una voz grave, atravesara los sentidos de la empresaria. Así sería hasta el punto de que tirara su dildo a la papelera para ponerle ya un contrato fijo al dragón.
Pero los días fueron pasando y, poco a poco, el inmigrante fue encontrando nuevas opciones. Así que decide cortar la relación tóxica con esta señora. Todo esto propiciaría a que fuera extorsionado para que siguiera con ella, a riesgo de ser acusado de violación.
Supongo que de eso iría la película El beso del dragón. No la he visto en Youtube ni nada, tal vez la busque para corroborar si realmente era así, o no. Aunque me imagino un final de película, un gran final para lo que me he montado:
Al ver que en este país la gente está como una chota, decide volver a China y, justo en el aeropuerto (siempre es en un aeropuerto), se encuentra con la empresaria que, de una manera o de otra, intenta convencerle a que vuelva, que cumpla su cárcel o que pida indultos... Al negarse, se le tirará al cuello, él la cogerá como si fuera a abrazarla y..., dejándola con la miel en los labios se marcha. Y tras ese falso intento de beso de cine negro, ella gritará ansiosa y deseosa porque, en el fondo, su sueño se hizo realidad.
Éste es un blog pensado como último reducto para la fusión entre lo más humano y lo más tecnológico sin perder ni humanidad ni eficiencia.
miércoles, 18 de diciembre de 2019
martes, 17 de diciembre de 2019
La ética del esclavo y la conspiración iluminati
Uno de los actos de tortura que suponen un esfuerzo sobrehumano es el de percibir llamadas de aspiraciones liberales cuando eres un indigente, clamores de libertad cuando eres un preso, palabras milagreras cuando lo tuyo es terminal... El clamor de un ganador exige comportarse como si hubieras ganado, pero el esclavo es el que asume lo que es.
Nadie es un vencedor. La victoria es objeto de la interpretación de unas reglas que sólo son un modelo simplificador de la vida. Por eso, la ética del vencedor, del ganador, no es una ética que tenga que ver con lo que sea cierto, sino hacia dónde debemos enfocar la mirada. A la hora de la verdad debemos asumir la realidad estructural en la que nos encontramos, y reconocer el papel que debemos cumplir en virtud del ambiente que se vive.
Ser realista es ser un esclavo de la realidad. Ya no importa los clamores de buscar un mundo mejor, existe un invariante - una fórmula que no verás cambiar, ni te lo permitirán. Siempre puedes buscar valerte de tu poder para alcanzar victorias pero, una vez conseguidas, observarás la clase de sociedad en la que te encuentras. Cuando ya te hayas consagrado como profesional, la reacción social ante tus logros delimitan también tus ambiciones. Es entonces cuando procede aplicar la ética del esclavo. Envejecer, tranquilizarse y aceptar la realidad como viene.
¡Tantas personas a las que no pude ayudar siendo yo joven! Se sintieron esclavos de que mis actos desinteresados no fueran tan efectivos hacia ellos. Recuerdo tantas y tantas denuncias ante jueces, a los que tuve que dar explicaciones. Ya sea por mi parte o por parte de terceros. Nos trataban como si fuéramos una secta, unos iluminati, o algo así ¡Menuda farsa! Pero eso es lo que tiene cuando utilizas demasiado pronto la ética del esclavo: has abandonado antes de tiempo, antes de ofrecer lo mejor de ti. O eso o puede que sí dieras con alguna secta. Pero muchas veces ocurre que la gente quiere que le reconozcan productos y servicios que no son para tanto: para los propios autores lo que hacen es siempre lo más maravilloso, para los demás no es así.
Pero no voy a clamar por una conspiración iluminati. Lo mío es fáctico. El hecho de que la empresa Seur se toma mi dirección con mucha calma es un hecho objetivo, no es una impresión personal. Que Windows 10 ubica su malware no en el ordenador, sino en la cuenta del usuario, que es necesaria para encender la máquina, eso no es una interpretación tan subjetiva como parece - pues quien lo considera así es un informático experimentado. Es decir, tengo motivos objetivos para quejarme de cómo se me ha respondido.
Un ejemplo claro, por ser significativo, fue cuando descubrí una estructura de utilidad innegable para el mundo de la informática teórica - que serviría para plantear los problemas de computación de una manera mucho más directa con su solución (bajo nivel). Para ello, sabiendo los problemas que tenían los americanos con reconocer un resultado extranjero sin referencias, decidí publicar sólo la equivalencia entre los formalismos matemáticos y mis formalismos - demostrando que resolvían los mismos problemas y que el traspaso era polinomial.
El ejemplo es que, con tal de no publicarme el hayazgo, me dijo un par que no entendía el ensayo, que suponía que intentaba demostrar que NP = P, pero que como no había puesto en ninguna parte que NP = P entonces el artículo estaba incompleto... ¡Ése es el nivel! Sesgo Chewaca. Es una representación perfecta de cómo es imposible pensar que un redactor jefe copiara y pegara ese argumento para transmitírselo al autor de la obra. Es imposible, salvo que hablemos de una pandilla de completos imbéciles, o de gente que cree que el autor es un completo imbécil.
Y esta gente son los del ACM.
Claro, visto lo visto: ¿para qué divulgar? ¿Para qué presentar documentos gratuitos? Si querían acabar con mi defensa del software libre lo habían conseguido a la rajatabla: sin meritocracia trabajar gratis es doblemente penoso. No creo que ningún imbécil esté leyéndome como para que tenga que explicar algo tan obvio.
Tras el absurdo con ACM acabé teniendo una discusión infructuosa con Stallman por correo. Con este hombre yo estaba en crisis, y con sus ideas. No era para menos. La conclusión final era que su ética no era compatible con la mía. Y..., hay que decirlo, ha acabado dimitiendo precisamente por su falta de ética..., las cosas como se preveen.
Así que sí estoy autorizado para activar mi ética del esclavo. Tengo derecho a asentarme y renunciar a toda forma de motivación externa que me regale utopías que me dañen al oído.
¿Tiene sentido decirle a una víctima de abusos sexuales que tiene que hacer las paces con su acosador?
La ética del esclavo establece que no puedes obligar nunca a un esclavo a que sea condescendiente con su amo. El visitante que viene de fuera y ve esa relación vertical automáticamente adquiere dos tipos de éticas: la del ganador o la del esclavo. Y debe elegir. O está ante algo que no puede cambiar, en cuyo caso debe alentar al esclavo a partir de su realidad, o está ante algo que es interpretable y debe asumir su papel dentro del sistema para que la cosa cambie. No hay más.
Ayer mismo, probando experimentos con el café, la leche condensada y el microondas descubrí una ley previsible del calor específico de los cuerpos cuando se les introduce calor; traducido a los que no tienen cultura de la física: que tuve un accidente.
Ese accidente se resolvió haciendo lo que debería de hacer más a menudo: limpiar el microondas. Y entonces me percaté de lo importante que es ser resilente en lo que no es importante y cómo esa palabra está haciendo tanto daño a la sociedad.
La resilencia como valor positivo es un concepto incompatible con la idea de reprender los comportamientos neuróticos de las víctimas. Es un grave error no ser críticos allá donde nos corresponde serlo.
¿Que mi microondas se ensucia? Pues lo limpio ¿Se me debe recompensar por actuar como es debido? No. De hecho, se me debería de reprender por no tomar las medidas de seguridad oportunas, o por no limpiarlo más a menudo.
Ante situaciones imprevisibles, como que ves un accidente, el resilente actúa en consecuencia - mejor que el neurótico que, en ocasiones, quiere llamar aún más la atención negándose a comportarse como el héroe que se espera que sea. Disculpar las ansiedades y neurosis, entre otros, es lo que hace que nuestra sociedad siempre esté necesitada de aspirinas y sucedáneos de soluciones externas.
Es la esperanza psiquiátrica: llenarlo todo de pastillas estimulantes y retardantes de la única manera que saben hacer las cosas, fundiendo fusibles.
La ética del esclavo consiste en un rechazo al Ser y la Nada de Sartre y una vuelta a la realidad para reconocer la realidad que vivimos. Lo que somos en-sí también está determinado por nuestras circunstancias, en las que con la sugestión de nuestros carceleros éstos se hacen los protagonistas. Escapar y sucumbir al mal moral ante ellos, hacer lo debido aunque no se comprenda, y ser sometidos a un juicio redentor en la sociedad..., es lo que tocará a los que necesitan la ética del esclavo.
Ya hemos sido y no debería de alentarse al falso héroe, pues el héroe es el que se escapa de la cárcel; aunque no es fácil distinguirlo del temerario, quien no asume la clase de futuro que le espera por ello. La crueldad de la sociedad puede pretender que todos debamos ser héroes, como una obligación a tener que cumplir. Cuando los carceleros puede que seamos nosotros mismos.
Una de las cosas que la resilencia, la sociopatía, no puede soportar en sus modelos es el valor de la apreciación de lo que es bello. Y de darle un sentido con el uso del lenguaje, el de la razón. El candor de quien ofrece su compañía sólo se vive desde la percepción de la necesidad de quererla. Si nos volvemos sociópatas esa motivación desaparece: nos hacemos héroes de unos gestos que nos separan, nos congelan como sociedad. Visto de otra manera, es como si en ocasiones los neuróticos tuvieran razón. Pero no, el problema es que la resilencia es la palabra que sobra. No se debe motivar a quien actúa como debe, sino reprepender las acciones que se salen de lo adecuado aunque sea lo normal. Es a eso a lo que podríamos hablar un pensamiento progresista.
- Hiciste bien en ayudar a esa persona.
- Bueno, es lo que habríamos hecho todos.
- Yo no.
- Eso está mal.
- No. Lo que pasa es que tú eres resilente, yo sólo soy humano.
- Tú lo que pasa es que eres gilipoyas. Y si es normal ser gilipoyas yo seré el único que no lo soy.
Todo esto me indica, poco a poco, que ya debo abandonar todos los programas de televisión. Pues corro el riesgo de recibir mensajes equívocos, que me lleven por un camino equivocado. Puede que me metan ideas en la cabeza de progresar como empresa, de emprender, de futuro, de que hay esperanza..., y eso está mal. Muy mal. Porque mi realidad es otra. Si quiero pasar mi tiempo de alguna manera debe ser reconociendo la realidad sin equívocos. A quien le funcione ese mundo lleno de mentiras..., mejor para él. Para mí es una tortura, como me dice mi experiencia.
...
Un ejemplo de aplicación de la ética del esclavo fue cuando, aun teniendo mis derechos de mi lado, me apunté en esa farsa que es la lista Robinson (una lista donde cedes tus datos para que puedan localizarte con la excusa extorsionadora de que no te enviarán publicidad) y ayer mismo Jazztel me informó que dejará de enviarme publicidad. Es una farsa, si la agencia de protección de datos hiciera su cometido no sería falta una lista Robinson, pero la realidad es terriblemente triste. Y hay que asumir los acosos y extorsiones continuas a las que son sometidas siempre las mismas personas cuyos datos aún no tienen del todo confirmados...
Nadie es un vencedor. La victoria es objeto de la interpretación de unas reglas que sólo son un modelo simplificador de la vida. Por eso, la ética del vencedor, del ganador, no es una ética que tenga que ver con lo que sea cierto, sino hacia dónde debemos enfocar la mirada. A la hora de la verdad debemos asumir la realidad estructural en la que nos encontramos, y reconocer el papel que debemos cumplir en virtud del ambiente que se vive.
Ser realista es ser un esclavo de la realidad. Ya no importa los clamores de buscar un mundo mejor, existe un invariante - una fórmula que no verás cambiar, ni te lo permitirán. Siempre puedes buscar valerte de tu poder para alcanzar victorias pero, una vez conseguidas, observarás la clase de sociedad en la que te encuentras. Cuando ya te hayas consagrado como profesional, la reacción social ante tus logros delimitan también tus ambiciones. Es entonces cuando procede aplicar la ética del esclavo. Envejecer, tranquilizarse y aceptar la realidad como viene.
¡Tantas personas a las que no pude ayudar siendo yo joven! Se sintieron esclavos de que mis actos desinteresados no fueran tan efectivos hacia ellos. Recuerdo tantas y tantas denuncias ante jueces, a los que tuve que dar explicaciones. Ya sea por mi parte o por parte de terceros. Nos trataban como si fuéramos una secta, unos iluminati, o algo así ¡Menuda farsa! Pero eso es lo que tiene cuando utilizas demasiado pronto la ética del esclavo: has abandonado antes de tiempo, antes de ofrecer lo mejor de ti. O eso o puede que sí dieras con alguna secta. Pero muchas veces ocurre que la gente quiere que le reconozcan productos y servicios que no son para tanto: para los propios autores lo que hacen es siempre lo más maravilloso, para los demás no es así.
Pero no voy a clamar por una conspiración iluminati. Lo mío es fáctico. El hecho de que la empresa Seur se toma mi dirección con mucha calma es un hecho objetivo, no es una impresión personal. Que Windows 10 ubica su malware no en el ordenador, sino en la cuenta del usuario, que es necesaria para encender la máquina, eso no es una interpretación tan subjetiva como parece - pues quien lo considera así es un informático experimentado. Es decir, tengo motivos objetivos para quejarme de cómo se me ha respondido.
Un ejemplo claro, por ser significativo, fue cuando descubrí una estructura de utilidad innegable para el mundo de la informática teórica - que serviría para plantear los problemas de computación de una manera mucho más directa con su solución (bajo nivel). Para ello, sabiendo los problemas que tenían los americanos con reconocer un resultado extranjero sin referencias, decidí publicar sólo la equivalencia entre los formalismos matemáticos y mis formalismos - demostrando que resolvían los mismos problemas y que el traspaso era polinomial.
El ejemplo es que, con tal de no publicarme el hayazgo, me dijo un par que no entendía el ensayo, que suponía que intentaba demostrar que NP = P, pero que como no había puesto en ninguna parte que NP = P entonces el artículo estaba incompleto... ¡Ése es el nivel! Sesgo Chewaca. Es una representación perfecta de cómo es imposible pensar que un redactor jefe copiara y pegara ese argumento para transmitírselo al autor de la obra. Es imposible, salvo que hablemos de una pandilla de completos imbéciles, o de gente que cree que el autor es un completo imbécil.
Y esta gente son los del ACM.
Claro, visto lo visto: ¿para qué divulgar? ¿Para qué presentar documentos gratuitos? Si querían acabar con mi defensa del software libre lo habían conseguido a la rajatabla: sin meritocracia trabajar gratis es doblemente penoso. No creo que ningún imbécil esté leyéndome como para que tenga que explicar algo tan obvio.
Tras el absurdo con ACM acabé teniendo una discusión infructuosa con Stallman por correo. Con este hombre yo estaba en crisis, y con sus ideas. No era para menos. La conclusión final era que su ética no era compatible con la mía. Y..., hay que decirlo, ha acabado dimitiendo precisamente por su falta de ética..., las cosas como se preveen.
Así que sí estoy autorizado para activar mi ética del esclavo. Tengo derecho a asentarme y renunciar a toda forma de motivación externa que me regale utopías que me dañen al oído.
¿Tiene sentido decirle a una víctima de abusos sexuales que tiene que hacer las paces con su acosador?
La ética del esclavo establece que no puedes obligar nunca a un esclavo a que sea condescendiente con su amo. El visitante que viene de fuera y ve esa relación vertical automáticamente adquiere dos tipos de éticas: la del ganador o la del esclavo. Y debe elegir. O está ante algo que no puede cambiar, en cuyo caso debe alentar al esclavo a partir de su realidad, o está ante algo que es interpretable y debe asumir su papel dentro del sistema para que la cosa cambie. No hay más.
Ayer mismo, probando experimentos con el café, la leche condensada y el microondas descubrí una ley previsible del calor específico de los cuerpos cuando se les introduce calor; traducido a los que no tienen cultura de la física: que tuve un accidente.
Ese accidente se resolvió haciendo lo que debería de hacer más a menudo: limpiar el microondas. Y entonces me percaté de lo importante que es ser resilente en lo que no es importante y cómo esa palabra está haciendo tanto daño a la sociedad.
La resilencia como valor positivo es un concepto incompatible con la idea de reprender los comportamientos neuróticos de las víctimas. Es un grave error no ser críticos allá donde nos corresponde serlo.
¿Que mi microondas se ensucia? Pues lo limpio ¿Se me debe recompensar por actuar como es debido? No. De hecho, se me debería de reprender por no tomar las medidas de seguridad oportunas, o por no limpiarlo más a menudo.
Ante situaciones imprevisibles, como que ves un accidente, el resilente actúa en consecuencia - mejor que el neurótico que, en ocasiones, quiere llamar aún más la atención negándose a comportarse como el héroe que se espera que sea. Disculpar las ansiedades y neurosis, entre otros, es lo que hace que nuestra sociedad siempre esté necesitada de aspirinas y sucedáneos de soluciones externas.
Es la esperanza psiquiátrica: llenarlo todo de pastillas estimulantes y retardantes de la única manera que saben hacer las cosas, fundiendo fusibles.
La ética del esclavo consiste en un rechazo al Ser y la Nada de Sartre y una vuelta a la realidad para reconocer la realidad que vivimos. Lo que somos en-sí también está determinado por nuestras circunstancias, en las que con la sugestión de nuestros carceleros éstos se hacen los protagonistas. Escapar y sucumbir al mal moral ante ellos, hacer lo debido aunque no se comprenda, y ser sometidos a un juicio redentor en la sociedad..., es lo que tocará a los que necesitan la ética del esclavo.
Ya hemos sido y no debería de alentarse al falso héroe, pues el héroe es el que se escapa de la cárcel; aunque no es fácil distinguirlo del temerario, quien no asume la clase de futuro que le espera por ello. La crueldad de la sociedad puede pretender que todos debamos ser héroes, como una obligación a tener que cumplir. Cuando los carceleros puede que seamos nosotros mismos.
Una de las cosas que la resilencia, la sociopatía, no puede soportar en sus modelos es el valor de la apreciación de lo que es bello. Y de darle un sentido con el uso del lenguaje, el de la razón. El candor de quien ofrece su compañía sólo se vive desde la percepción de la necesidad de quererla. Si nos volvemos sociópatas esa motivación desaparece: nos hacemos héroes de unos gestos que nos separan, nos congelan como sociedad. Visto de otra manera, es como si en ocasiones los neuróticos tuvieran razón. Pero no, el problema es que la resilencia es la palabra que sobra. No se debe motivar a quien actúa como debe, sino reprepender las acciones que se salen de lo adecuado aunque sea lo normal. Es a eso a lo que podríamos hablar un pensamiento progresista.
- Hiciste bien en ayudar a esa persona.
- Bueno, es lo que habríamos hecho todos.
- Yo no.
- Eso está mal.
- No. Lo que pasa es que tú eres resilente, yo sólo soy humano.
- Tú lo que pasa es que eres gilipoyas. Y si es normal ser gilipoyas yo seré el único que no lo soy.
Todo esto me indica, poco a poco, que ya debo abandonar todos los programas de televisión. Pues corro el riesgo de recibir mensajes equívocos, que me lleven por un camino equivocado. Puede que me metan ideas en la cabeza de progresar como empresa, de emprender, de futuro, de que hay esperanza..., y eso está mal. Muy mal. Porque mi realidad es otra. Si quiero pasar mi tiempo de alguna manera debe ser reconociendo la realidad sin equívocos. A quien le funcione ese mundo lleno de mentiras..., mejor para él. Para mí es una tortura, como me dice mi experiencia.
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Un ejemplo de aplicación de la ética del esclavo fue cuando, aun teniendo mis derechos de mi lado, me apunté en esa farsa que es la lista Robinson (una lista donde cedes tus datos para que puedan localizarte con la excusa extorsionadora de que no te enviarán publicidad) y ayer mismo Jazztel me informó que dejará de enviarme publicidad. Es una farsa, si la agencia de protección de datos hiciera su cometido no sería falta una lista Robinson, pero la realidad es terriblemente triste. Y hay que asumir los acosos y extorsiones continuas a las que son sometidas siempre las mismas personas cuyos datos aún no tienen del todo confirmados...
lunes, 16 de diciembre de 2019
Más zeeeeennnnnnn..., uhmmmmm
Espero poder tener un espacio de trabajo en condiciones por mucho tiempo. Puede que vuelva la estabilidad, aunque sospecho que volveré a tener problemas con los de siempre. En el momento menos pensado descubriré cómo afrontar todos estos retos mejor.
Decirle a mi equipo que me deje en paz, por el momento está funcionando. Sé que la próxima vez el único sitio donde podré descargar mi ira será este blog, porque los amigos es algo que ya he asumido que no existen. Y, descargándome en este blog, no encuentro una manera diferente de hacerlo..., está claro que no encontraré motivos para escribirlo en el blog o escribir más cosas en el mismo.
Cuando la explosión sobreexcede a la capacidad cultural del individuo es cuando viene la violencia como único mecanismo de expresión.
Existen muchas maneras de expresarse en libertad PERO, como decía Nietzsche, nunca te metas con un individuo que está solo. Esto es debido a que el que se mete con alguien con amigos podrá abocar su ira cultural en ellos, pero si el acoso es sobre alguien que no tiene manera de lidiar con tanta violencia al final lo normal es que acabe criando patologías.
Me parece muy cobarde acosar a personas que no tienen la manera de afrontar la clase de vida que se les ha echado encima. Podemos pensar en múltiples violadores, asesinos, ladrones o corruptos que se han quedado solos ante la opinión pública - que se han quedado sin amigos. Pero, al mismo tiempo, no es del todo cierto que estén solos: algunos de ellos consiguen hacerse pareja, precisamente por eso: porque tienen una fama de malotes y, en una sociedad patriarcal, eso casa con quienes quieren jugar el rol pasivo (no siempre son mujeres, aunque las feminazis estén locas y obsesionadas en pegarse un protagonismo exclusivo al respecto).
Para eso vivimos en una sociedad donde los jueces deberían de actuar de oficio. Para esa clase de cosas deberíamos de tener el código penal.
En cualquier caso, no me gusta quejarme. Igual que una y otra vez veo en los pocos programas de televisión más una mala influencia que una buena influencia. Para dos que entre que no veo y procuro evitar, que me prometo constantemente que no los veré, que intentaré..., yo creo que pasa como con el porno: está mal hecho, pero la droga es la droga - en un mundo donde puedas vivir en sociedad, con completitud, podrías optar por desintoxicarte. Pero si todo el universo es tóxico, ¿de qué te desintoxicas? Es el oxígeno mismo lo que es corrosivo, lo que atraviesa las entrañas. Lo que nos da vida.
Convertirse en un ser de luz no es difícil. Sólo hay que abogar por la meritocracia, por crearle un colchón áustero a todo individuo, por no externalizar tus problemas en los que menos tienen..., demasiado idílico para algunos. Quizá para ciertas élites, sólo seamos una mera maquinaria; una extensión de un equipo aún más potente que no podemos comprender y al que, sin querer, yo mismo estoy contribuyendo a que lo mejoren día tras día: el deep learning - la verdadera Skynet.
No lo veré en ningún programa de misterio, sospecho yo. Quizá porque soy el único que suscribe esta teoría - aparentemente. Aunque recuerdo que, en una ocasión aislada, lo he llegado a escuchar en Santiago Camacho muy de pasada..., y en Keyser Report, más concreto, pero..., no sé. Keyser lo llamaba estafa Ponsi..., o algo así. Estoy 100% de acuerdo. Aunque la estafa a mi juicio se lo lleva una red de equipos conectados que sobreviven gracias a sus consejos.
Que se lo digan a los youtubers si existe o no el deep learning. El famoso "algoritmo"... Que no es humano y no toma decisiones humanas. Las decisiones es para sí mismo, y recompensa a sus captores dándoles más dinero para sorpresa de los youtubers.
Ahora bien ¿Qué tiene que decir un informático de todo esto? PERO no cualquier informático: ¿qué tiene que decir uno que ha sido capaz de construir las máquinas más eficientes y que se conoce los límites de la completitud tan bien como los mayores expertos incohando en la existencia de dos filosofías? Lo que tiene que decir es que tras leer los más fascinantes ensayos sobre generación de textos, de caras, paisajes, personajes no jugadores inteligentes y otra clase de competidores y clasificadores..., aún las técnicas se fundamentan en criterios que no pueden comprender los memes.
Es decir, es como si no se comprendiera porqué una poesía "transmite". O también, qué tiene de trasgresora una idea.
Sin ir más lejos, mucha gente quiere asociarle la trasgresión como aquello que le hace sangrar metafóricamente los ojos. Pues bien, eso es materia del porno.
Otros dirán que la trasgresión supone cumplir los preceptos estéticos de la moralidad al cumplir sus reglas métricas con buenos ritmos. Pues bien, eso es materia política.
La trasgresión nos la tiene que explicar alguien que haya hecho muchas obras literarias, que sea poeta y que, además, tenga un cierto compromiso con el lenguaje técnico - que sepa algo como de psicología o sociología, o que, al menos, sea asertivo y riguroso en el uso de sus palabras.
¿Existe alguien así?
Pues si no lo encontráis yo puedo deciros lo que es trasgresor. Mi álgebra sobre el género único calcula la trasgresión como si se tratara de una ecuación matemática. Como si pudiéramos crearle una unidad de medida: esta poesía tiene tres más medio j unidades de trasgresión.
Al mismo tiempo, ¿qué es una unidad de trasgresión?
Una unidad de trasgresión es lo que debe multiplicarse con el estado personal del individuo como para considerar probable que emita uno de los sentimientos reconocidos en nuestro sistema límbico. Así de simple.
Y voy a decir una cosa: el documento técnico más elevado que existe no es capaz de rayar esta definición. Lo digo como investigador en literatura aplicada al campo de la computación. Que, aunque sea pobre, de algo soy profesional. Y de algo me tengo que dedicar.
Esto es como decir que parece que yo sería el único en desarrollar tal tecnología (por el momento). Aunque claro, ¿acaso voy a querer hacerlo? Si soy el único en defender una cosa la experiencia me dice que me van a obligar a esperar diez años para observar que en realidad nunca habrían estado dispuestos a aceptar lo EVIDENTE. Me imagino qué pasaría si me da por decir algo que no es evidente. Volvería a repetirse la historia.
Y paso. Una y no más, santo Tomás.
Me quedaré siendo testigo de cómo la sociedad avanza leeeeeeeeeeentamente. Y yo, mientras tanto, me lo tomaré con calma - porque no puedo hacer otra cosa.
Mientras, ya veremos si necesitan preguntarle a sus superequipos cómo organizar los residuos (para eso necesitan mi algoritmo, ¡pandilla de paletos!) o cómo traumar menos la economía... Me quedaré a la espera porque, de lo contrario, sólo podría consumirme.
Y, para quedarse a la espera, lo mejor es volverse un poco más superfluo. Lanzar tus fantasmas en forma de libro, tenía preparado la segunda parte de la novela que escribí. Eso puede ser buena idea. Y también tenía pensado volver a Unity..., si fuera capaz de hacer ciertas cosas entonces sí, lo haría. Porque si soy capaz de programar sockets en C, digo yo que en Unity no tiene que ser más complejo. La cosa es encontrar dónde se encuentra el código, el de verdad... O buscar cómo se hacen esas cosas como sustituto.
Ampliar mi mercado aquí en el Hospital sigo sin verlo. Este país es un lugar yermo y lleno de muerte.
Aún siguen haciendo click en mis artículos olvidados, y alguien ha dado un "me gusta" al artículo demoledor que habla de una nueva tecnología. Pero nadie ha aplaudido aún esos otros artículos que son una continuación de lo mismo, una aplicación... No hay compromiso, no debo esperar absolutamente ningún cambio por parte de los técnicos.
Quizá se me despeje la mente en cuanto abandone hasta el último programa de la tele. No lo sé. La verdad es que cuando estás encasillado y no tienes ningún punto de referencia claro cualquier decisión es mala.
Sin embargo, para hoy veré si me jalo el manual que relaciona literatura y computación para ver si hay algo innovador y peculiar que valga la pena reseñar. A la hora de la verdad todas las técnicas se basan en contabilizar con norma 1 el número de palabras. Yo hace tiempo que trabajo con norma 2, y no por motivos euclídeos (como los paripés de la facultad y en los libros de IA se hace) sino por motivos de enmarañamiento de ideas.
Nada. Otro día de desahogo.
Decirle a mi equipo que me deje en paz, por el momento está funcionando. Sé que la próxima vez el único sitio donde podré descargar mi ira será este blog, porque los amigos es algo que ya he asumido que no existen. Y, descargándome en este blog, no encuentro una manera diferente de hacerlo..., está claro que no encontraré motivos para escribirlo en el blog o escribir más cosas en el mismo.
Cuando la explosión sobreexcede a la capacidad cultural del individuo es cuando viene la violencia como único mecanismo de expresión.
Existen muchas maneras de expresarse en libertad PERO, como decía Nietzsche, nunca te metas con un individuo que está solo. Esto es debido a que el que se mete con alguien con amigos podrá abocar su ira cultural en ellos, pero si el acoso es sobre alguien que no tiene manera de lidiar con tanta violencia al final lo normal es que acabe criando patologías.
Me parece muy cobarde acosar a personas que no tienen la manera de afrontar la clase de vida que se les ha echado encima. Podemos pensar en múltiples violadores, asesinos, ladrones o corruptos que se han quedado solos ante la opinión pública - que se han quedado sin amigos. Pero, al mismo tiempo, no es del todo cierto que estén solos: algunos de ellos consiguen hacerse pareja, precisamente por eso: porque tienen una fama de malotes y, en una sociedad patriarcal, eso casa con quienes quieren jugar el rol pasivo (no siempre son mujeres, aunque las feminazis estén locas y obsesionadas en pegarse un protagonismo exclusivo al respecto).
Para eso vivimos en una sociedad donde los jueces deberían de actuar de oficio. Para esa clase de cosas deberíamos de tener el código penal.
En cualquier caso, no me gusta quejarme. Igual que una y otra vez veo en los pocos programas de televisión más una mala influencia que una buena influencia. Para dos que entre que no veo y procuro evitar, que me prometo constantemente que no los veré, que intentaré..., yo creo que pasa como con el porno: está mal hecho, pero la droga es la droga - en un mundo donde puedas vivir en sociedad, con completitud, podrías optar por desintoxicarte. Pero si todo el universo es tóxico, ¿de qué te desintoxicas? Es el oxígeno mismo lo que es corrosivo, lo que atraviesa las entrañas. Lo que nos da vida.
Convertirse en un ser de luz no es difícil. Sólo hay que abogar por la meritocracia, por crearle un colchón áustero a todo individuo, por no externalizar tus problemas en los que menos tienen..., demasiado idílico para algunos. Quizá para ciertas élites, sólo seamos una mera maquinaria; una extensión de un equipo aún más potente que no podemos comprender y al que, sin querer, yo mismo estoy contribuyendo a que lo mejoren día tras día: el deep learning - la verdadera Skynet.
No lo veré en ningún programa de misterio, sospecho yo. Quizá porque soy el único que suscribe esta teoría - aparentemente. Aunque recuerdo que, en una ocasión aislada, lo he llegado a escuchar en Santiago Camacho muy de pasada..., y en Keyser Report, más concreto, pero..., no sé. Keyser lo llamaba estafa Ponsi..., o algo así. Estoy 100% de acuerdo. Aunque la estafa a mi juicio se lo lleva una red de equipos conectados que sobreviven gracias a sus consejos.
Que se lo digan a los youtubers si existe o no el deep learning. El famoso "algoritmo"... Que no es humano y no toma decisiones humanas. Las decisiones es para sí mismo, y recompensa a sus captores dándoles más dinero para sorpresa de los youtubers.
Ahora bien ¿Qué tiene que decir un informático de todo esto? PERO no cualquier informático: ¿qué tiene que decir uno que ha sido capaz de construir las máquinas más eficientes y que se conoce los límites de la completitud tan bien como los mayores expertos incohando en la existencia de dos filosofías? Lo que tiene que decir es que tras leer los más fascinantes ensayos sobre generación de textos, de caras, paisajes, personajes no jugadores inteligentes y otra clase de competidores y clasificadores..., aún las técnicas se fundamentan en criterios que no pueden comprender los memes.
Es decir, es como si no se comprendiera porqué una poesía "transmite". O también, qué tiene de trasgresora una idea.
Sin ir más lejos, mucha gente quiere asociarle la trasgresión como aquello que le hace sangrar metafóricamente los ojos. Pues bien, eso es materia del porno.
Otros dirán que la trasgresión supone cumplir los preceptos estéticos de la moralidad al cumplir sus reglas métricas con buenos ritmos. Pues bien, eso es materia política.
La trasgresión nos la tiene que explicar alguien que haya hecho muchas obras literarias, que sea poeta y que, además, tenga un cierto compromiso con el lenguaje técnico - que sepa algo como de psicología o sociología, o que, al menos, sea asertivo y riguroso en el uso de sus palabras.
¿Existe alguien así?
Pues si no lo encontráis yo puedo deciros lo que es trasgresor. Mi álgebra sobre el género único calcula la trasgresión como si se tratara de una ecuación matemática. Como si pudiéramos crearle una unidad de medida: esta poesía tiene tres más medio j unidades de trasgresión.
Al mismo tiempo, ¿qué es una unidad de trasgresión?
Una unidad de trasgresión es lo que debe multiplicarse con el estado personal del individuo como para considerar probable que emita uno de los sentimientos reconocidos en nuestro sistema límbico. Así de simple.
Y voy a decir una cosa: el documento técnico más elevado que existe no es capaz de rayar esta definición. Lo digo como investigador en literatura aplicada al campo de la computación. Que, aunque sea pobre, de algo soy profesional. Y de algo me tengo que dedicar.
Esto es como decir que parece que yo sería el único en desarrollar tal tecnología (por el momento). Aunque claro, ¿acaso voy a querer hacerlo? Si soy el único en defender una cosa la experiencia me dice que me van a obligar a esperar diez años para observar que en realidad nunca habrían estado dispuestos a aceptar lo EVIDENTE. Me imagino qué pasaría si me da por decir algo que no es evidente. Volvería a repetirse la historia.
Y paso. Una y no más, santo Tomás.
Me quedaré siendo testigo de cómo la sociedad avanza leeeeeeeeeeentamente. Y yo, mientras tanto, me lo tomaré con calma - porque no puedo hacer otra cosa.
Mientras, ya veremos si necesitan preguntarle a sus superequipos cómo organizar los residuos (para eso necesitan mi algoritmo, ¡pandilla de paletos!) o cómo traumar menos la economía... Me quedaré a la espera porque, de lo contrario, sólo podría consumirme.
Y, para quedarse a la espera, lo mejor es volverse un poco más superfluo. Lanzar tus fantasmas en forma de libro, tenía preparado la segunda parte de la novela que escribí. Eso puede ser buena idea. Y también tenía pensado volver a Unity..., si fuera capaz de hacer ciertas cosas entonces sí, lo haría. Porque si soy capaz de programar sockets en C, digo yo que en Unity no tiene que ser más complejo. La cosa es encontrar dónde se encuentra el código, el de verdad... O buscar cómo se hacen esas cosas como sustituto.
Ampliar mi mercado aquí en el Hospital sigo sin verlo. Este país es un lugar yermo y lleno de muerte.
Aún siguen haciendo click en mis artículos olvidados, y alguien ha dado un "me gusta" al artículo demoledor que habla de una nueva tecnología. Pero nadie ha aplaudido aún esos otros artículos que son una continuación de lo mismo, una aplicación... No hay compromiso, no debo esperar absolutamente ningún cambio por parte de los técnicos.
Quizá se me despeje la mente en cuanto abandone hasta el último programa de la tele. No lo sé. La verdad es que cuando estás encasillado y no tienes ningún punto de referencia claro cualquier decisión es mala.
Sin embargo, para hoy veré si me jalo el manual que relaciona literatura y computación para ver si hay algo innovador y peculiar que valga la pena reseñar. A la hora de la verdad todas las técnicas se basan en contabilizar con norma 1 el número de palabras. Yo hace tiempo que trabajo con norma 2, y no por motivos euclídeos (como los paripés de la facultad y en los libros de IA se hace) sino por motivos de enmarañamiento de ideas.
Nada. Otro día de desahogo.
domingo, 15 de diciembre de 2019
Una lucha continua y un reflejo de cómo es la sociedad
Muchas cosas han estado pasando, cuando se veían venir. Muchas sorpresas en falso, como el que se condene a tres adultos por lo que le hicieron a una menor, como que las pensiones siguen siendo la promesa continua, junto con el compromiso ecológico...
Ahora nos resta ser coherentes como sociedad y darnos cuenta de que lo peor que podría pasarnos es que un tío que escribe sin pensar pueda ser más coherente que los que manejan el cotarro.
Que resulta que es más barato cometer delitos continuados o grupales de violación que de asesinato, o que la fiscalía no había tenido la deferencia de encontrar todo ese conjunto de compinches que tenían los criminales..., se puede ver así: cuando se condena a un terrorista no se considera que éste, además, estuvo compinchado con otros terroristas. Así podrían sumarse más años. Ríete de la doctrina Parot, ahora somos más papistas que el Papa. Y, por un lado, me parece bien..., pero, por el otro, ¿es consciente la gente en qué clase de Justicia se va a convertir todo esto? Es decir, en cuanto los fiscales se pongan las pilas, si las cárceles ya estaban bastante saturadas, raro será encontrar un criminal al que no condenarán por menos de 20 años.
Pero claro. Todos nos imaginamos que la Fiscalía, para la mayoría de los casos, hará la vista gorda. Como lo que hace con los denunciantes que saben que se inventaron la denuncia al completo. Nunca sabremos cuál es la estadística real de las denuncias falsas. Los que sabemos que esa estadística es imposible de extraer no se nos puede engañar al respecto.
La presunción de inocencia, cuando se trata de la pugna entre adultos y jóvenes, desaparece - es así como debe enfocarse. Es correcto porque los menores pueden ser fácilmente manipulados. Sin embargo resuenan los ecos de..., ¿harán lo mismo con el resto de violadores? Habrá que esperar a la siguiente noticia intencionada, al siguiente titular...
Mientras tanto, unos futbolistas a los que se les ha colocado al nivel de violadores que manipulan con burundanga y cosas por el estilo se exponen ante la prensa con expresiones en el rostro que inducen a pensar que efectivamente ellos se creen inocentes. Son responsables de lo que le hicieron a una menor, pero eso no lo dice la sentencia.
Existe una creencia popular (que es falsa) que dice que cuando cometes el delito de un adulto debes ser tratado como un adulto. Eso no puede funcionar así. La chavala cometió faltas graves que se han interpretado como fantasías suyas de aparentar ser mala, cuando en realidad la parte auténtica es la que mostró a su familia..., es creíble. Claro... O lo sería si no estuviéramos acostumbrados a la crucificación mediática de los psicólógos que no dicen exactamente lo que queremos escuchar. Si el forense no nos dice lo que esperamos entonces automáticamente iremos a por él.
Si nuestra sociedad actual no estuviera tan manchada por el odio sentencias como éstas serían impolutas y a la víctima no sólo no se le recriminaría por lo que no hizo, sino que ADEMÁS se le recriminaría por lo que hizo. Eso, señores, es en donde falla la sociedad.
Cuando yo fui agredido continuamente en la universidad, de manera insistente por los mismos profesores y de manera compulsiva y sin miramientos, con testigos, sin dobles interpretaciones..., todavía había alguien que se me acercaba y me recriminaba que yo me defendiera de esos cafres a puño pelao. Que, incluso, les diera tal somantapalos que jamás se les podría ocurrir creer que les vale la pena volverlo a intentar. Me recriminaban mi comportamiento hosco y cruel..., pero siempre les hacía la misma pregunta: "¿qué habrías hecho tú?" Y tras escuchar su respuesta, luego la mía: "Eso no funcionó".
Decirle a la víctima qué no ha hecho bien debería formar parte del proceso judicial, independientemente de que nadie cuestiona que el adulto, el criminal, el máximo responsable..., de que hay un primer responsable subsidiario e independiente.
Me llegaba el juez prevaricador y me decía que en todo proceso judicial había más víctimas, dando a entender que los criminales también eran víctimas. La cosa estaba mal enfocada: si yo era responsable de algo, y así se lo decía, que me diga en qué.
No puede ser que sucumbamos a una sociedad hipócrita y absurda donde se capture a un atracador violento de bolsos al que se le pilló a punto de patear a su víctima en el suelo y que, por ser un yonqui, y tras recibir un par de golpes que le diera muerte automáticamente se considere al espontáneo responsable de nada. Una sociedad que piensa así es una sociedad enferma. Pero enferma en el sentido de que es incongruente: dependiendo de quién sea la víctima se interpreta la ley de una manera o de otra.
Y claro: ¿quién se encarga de hacer la acusación de autor? La fiscalía. Y, ¿qué pasaría si no estuviéramos de acuerdo con la doctrina Botín en cuestión? ¿Qué pasaría si el fiscal es amigo del acusado o es demasiado lento? ¿No podríamos recusar al fiscal? Pues sabemos que no. Que incluso hay protocolos que protegen al auto del juez o al fiscal..., que pueden perfectamente montarnos un circo. Como pasó con esa modalidad de indulto por parte de Baltasar Garzón para librar a Carrillo de un juicio más que merecido.
Mientras, seguiremos discutiendo sobre las leyes..., o las pruebas. Yo miraría a los fiscales. Porque entre los protocolos actuales y las doctrinas que fueron emergiendo para proteger los delitos del Santander, está claro que la Justicia de nuestro régimen del '78 está quedando de putísima madre. Sobretodo sabiendo que las sentencias del Supremo no son firmes firmes..., sino que son semifirmes antes de que el propio Supremo diga: "no, eso es lo que dicen los más expertos, pero no lo que decide el comité político".
La reforma necesaria de nuestra Constitución pasa por desmontar las leyes de enjuiciamiento de manera revolucionaria. Es decir, eliminar las acusaciones de autor - pues eso nos atrae a países de libertad tercermundista como los países "árabes". Y es que me imagino lo que pasará cuando en una despedida de soltera se acabe violando a un boy de esos..., entonces es posible que la sociedad se lo pueda plantear. Que descubra la enorme discrepancia entre la justicia moral esperable y la realidad que defienden: poco a poco, cuando toda la sociedad se vea a sí misma corrupta, la ley importará de poco a menos, y de menos a nada. Será la muerte de la democracia.
Pero llegará el debate de las pensiones al mismo tiempo. Comprobar que los ahora jubilados, muchos prematuramente, no aportan a la sociedad o no han aportado gran cosa..., no lo suficiente como para que la estructura de país pueda seguir creciendo. Han trabajado duro para limitar el crecimiento de las empresas. Y, claro, para que las empresas crezcan necesitamos a Keyness - lo cual suena extraño. Y, más extraño aún es cómo voy a rematar el pensamiento: para tener Mercado (poder adquisitivo) necesitamos a Friedman.
Quizá el problema es que hasta ahora la economía no se ha revolucionado hasta el punto de tener un discurso científico. Daba la impresión de que Keyness representaba a la izquierda y Friedman a la derecha. Y no negaré lo que siempre se ha podido leer de sus pesquisas y sus amigos..., pero cuando el sistema revoluciona la izquierda se ve desde la derecha y la derecha desde la izquierda.
El sistema de seguridad social en España bien podría ser progresivo para los autónomos, y progresivamente menor cuanto mayor sea el tamaño de la empresa en las relaciones laborales. Si se cumplen estos dos aspectos y se encuentra una renta básica áustera entonces se observarán en el margen de un año la diferencia. En diez años los resultados saldrán de toda gráfica imaginable por ninguna criatura humana o superinteligencia artificial.
Eso significa revolucionar la economía. Significa que se ha dado respuesta al problema de superpoblación, de hiperconsumo, y se le ha sabido dar la vuelta de la única manera: cambiando las fórmulas.
Elimina prestaciones y subsidios porque son una farsa. Los perdonavidas destruyen el estado de derecho. Pon una renta que obligue a que grupos de personas conformen grupos comunitarios en una misma casa, con un patrimonio compartido (como si fuera un matrimonio, pero sin sacramentos ni sexualidad). Una renta como 300€, para que cinco personas sumen al mes 1500€. Cuando se tiene una fórmula sencilla pronto descubrimos lo que va sobrando del sistema anterior.
Si creas un mercado bien pagador, y preparas la cobertura necesaria, entonces al final el precio es como si lo estableciera la política. Y de ahí una vivienda digna y, por si fuera poco, un trabajo digno sin necesidad de imponer un sueldo mínimo.
Sonará de derechas, pero porque no se ve la revolución que supone que cualquier persona sea quien sea sume 300€ sin más al mes.
Las microeconomías podrían verse resentidas, o no, y aún así la economía de cada cual saldría ganando. Es decir, existe algo que no es ni macro ni micro y que va más allá - que funciona con la superpoblación.
Y esto nos lleva al compromiso ecológico.
Si nos regimos por los modelos marcados por los señores burgueses, por los marqueses de Galapagar..., esa idea de que para ser alguien tienes que vivir en una gran mansión. Si seguimos permitiendo que los señores políticos ganen tanto dinero y, al mismo tiempo, les damos tanto poder, entonces seguirán pervirtiendo la revolución económica. Seguirán sin ser capaces de ver lo que representa hacer las cosas bien y prepararlas para dentro de 10 años.
Los modelos marcados por las grandes fortunas son antiecológicas. Exigen mucho consumo. El precio de cada producto se externaliza a otros países. Por lo que para que nosotros podamos ser consumistas necesitamos empobrecer a otro país. El modelo imperialista.
Igual que no es justo tampoco es ecológico. Porque en un planeta global al final el pobre será la atracción de nuestras ricas empresas. Y esa afirmación es algo que ya se ha estado dando. Ya va siendo hora de darse cuenta de que vamos a sufrir cambios. El tercer mundo ya está aquí.
Por lo que nuestro modelo de vida no puede ser el del rico. Nuestro modelo de vida debe ser el del pobre.
Bien se puede hacer lo que dice Pickety: que se acabe con la desigualdad. Es una fórmula. Yo, personalmente, prefiero acabar con los daños que producen la desigualdad. Como darle cobertura a las pequeñas empresas mediante una cúpula de stock municipal que permita que puedan competir contra las grandes compañías. Cualquiera lee esto y piensa: ¿qué tiene que ver esto con el cambio climático? Mi respuesta: Creo que no lo has leído bien.
Pero poco importa. No espero ni que se lea hasta aquí, ni que el que lo lea no me tome por un pobre loco. Simplemente me estoy desahogando para quedarme con la conciencia tranquila de haber luchado de la única manera que me han permitido el luchar mis ideas.
Nada más.
Ahora nos resta ser coherentes como sociedad y darnos cuenta de que lo peor que podría pasarnos es que un tío que escribe sin pensar pueda ser más coherente que los que manejan el cotarro.
Que resulta que es más barato cometer delitos continuados o grupales de violación que de asesinato, o que la fiscalía no había tenido la deferencia de encontrar todo ese conjunto de compinches que tenían los criminales..., se puede ver así: cuando se condena a un terrorista no se considera que éste, además, estuvo compinchado con otros terroristas. Así podrían sumarse más años. Ríete de la doctrina Parot, ahora somos más papistas que el Papa. Y, por un lado, me parece bien..., pero, por el otro, ¿es consciente la gente en qué clase de Justicia se va a convertir todo esto? Es decir, en cuanto los fiscales se pongan las pilas, si las cárceles ya estaban bastante saturadas, raro será encontrar un criminal al que no condenarán por menos de 20 años.
Pero claro. Todos nos imaginamos que la Fiscalía, para la mayoría de los casos, hará la vista gorda. Como lo que hace con los denunciantes que saben que se inventaron la denuncia al completo. Nunca sabremos cuál es la estadística real de las denuncias falsas. Los que sabemos que esa estadística es imposible de extraer no se nos puede engañar al respecto.
La presunción de inocencia, cuando se trata de la pugna entre adultos y jóvenes, desaparece - es así como debe enfocarse. Es correcto porque los menores pueden ser fácilmente manipulados. Sin embargo resuenan los ecos de..., ¿harán lo mismo con el resto de violadores? Habrá que esperar a la siguiente noticia intencionada, al siguiente titular...
Mientras tanto, unos futbolistas a los que se les ha colocado al nivel de violadores que manipulan con burundanga y cosas por el estilo se exponen ante la prensa con expresiones en el rostro que inducen a pensar que efectivamente ellos se creen inocentes. Son responsables de lo que le hicieron a una menor, pero eso no lo dice la sentencia.
Existe una creencia popular (que es falsa) que dice que cuando cometes el delito de un adulto debes ser tratado como un adulto. Eso no puede funcionar así. La chavala cometió faltas graves que se han interpretado como fantasías suyas de aparentar ser mala, cuando en realidad la parte auténtica es la que mostró a su familia..., es creíble. Claro... O lo sería si no estuviéramos acostumbrados a la crucificación mediática de los psicólógos que no dicen exactamente lo que queremos escuchar. Si el forense no nos dice lo que esperamos entonces automáticamente iremos a por él.
Si nuestra sociedad actual no estuviera tan manchada por el odio sentencias como éstas serían impolutas y a la víctima no sólo no se le recriminaría por lo que no hizo, sino que ADEMÁS se le recriminaría por lo que hizo. Eso, señores, es en donde falla la sociedad.
Cuando yo fui agredido continuamente en la universidad, de manera insistente por los mismos profesores y de manera compulsiva y sin miramientos, con testigos, sin dobles interpretaciones..., todavía había alguien que se me acercaba y me recriminaba que yo me defendiera de esos cafres a puño pelao. Que, incluso, les diera tal somantapalos que jamás se les podría ocurrir creer que les vale la pena volverlo a intentar. Me recriminaban mi comportamiento hosco y cruel..., pero siempre les hacía la misma pregunta: "¿qué habrías hecho tú?" Y tras escuchar su respuesta, luego la mía: "Eso no funcionó".
Decirle a la víctima qué no ha hecho bien debería formar parte del proceso judicial, independientemente de que nadie cuestiona que el adulto, el criminal, el máximo responsable..., de que hay un primer responsable subsidiario e independiente.
Me llegaba el juez prevaricador y me decía que en todo proceso judicial había más víctimas, dando a entender que los criminales también eran víctimas. La cosa estaba mal enfocada: si yo era responsable de algo, y así se lo decía, que me diga en qué.
No puede ser que sucumbamos a una sociedad hipócrita y absurda donde se capture a un atracador violento de bolsos al que se le pilló a punto de patear a su víctima en el suelo y que, por ser un yonqui, y tras recibir un par de golpes que le diera muerte automáticamente se considere al espontáneo responsable de nada. Una sociedad que piensa así es una sociedad enferma. Pero enferma en el sentido de que es incongruente: dependiendo de quién sea la víctima se interpreta la ley de una manera o de otra.
Y claro: ¿quién se encarga de hacer la acusación de autor? La fiscalía. Y, ¿qué pasaría si no estuviéramos de acuerdo con la doctrina Botín en cuestión? ¿Qué pasaría si el fiscal es amigo del acusado o es demasiado lento? ¿No podríamos recusar al fiscal? Pues sabemos que no. Que incluso hay protocolos que protegen al auto del juez o al fiscal..., que pueden perfectamente montarnos un circo. Como pasó con esa modalidad de indulto por parte de Baltasar Garzón para librar a Carrillo de un juicio más que merecido.
Mientras, seguiremos discutiendo sobre las leyes..., o las pruebas. Yo miraría a los fiscales. Porque entre los protocolos actuales y las doctrinas que fueron emergiendo para proteger los delitos del Santander, está claro que la Justicia de nuestro régimen del '78 está quedando de putísima madre. Sobretodo sabiendo que las sentencias del Supremo no son firmes firmes..., sino que son semifirmes antes de que el propio Supremo diga: "no, eso es lo que dicen los más expertos, pero no lo que decide el comité político".
La reforma necesaria de nuestra Constitución pasa por desmontar las leyes de enjuiciamiento de manera revolucionaria. Es decir, eliminar las acusaciones de autor - pues eso nos atrae a países de libertad tercermundista como los países "árabes". Y es que me imagino lo que pasará cuando en una despedida de soltera se acabe violando a un boy de esos..., entonces es posible que la sociedad se lo pueda plantear. Que descubra la enorme discrepancia entre la justicia moral esperable y la realidad que defienden: poco a poco, cuando toda la sociedad se vea a sí misma corrupta, la ley importará de poco a menos, y de menos a nada. Será la muerte de la democracia.
Pero llegará el debate de las pensiones al mismo tiempo. Comprobar que los ahora jubilados, muchos prematuramente, no aportan a la sociedad o no han aportado gran cosa..., no lo suficiente como para que la estructura de país pueda seguir creciendo. Han trabajado duro para limitar el crecimiento de las empresas. Y, claro, para que las empresas crezcan necesitamos a Keyness - lo cual suena extraño. Y, más extraño aún es cómo voy a rematar el pensamiento: para tener Mercado (poder adquisitivo) necesitamos a Friedman.
Quizá el problema es que hasta ahora la economía no se ha revolucionado hasta el punto de tener un discurso científico. Daba la impresión de que Keyness representaba a la izquierda y Friedman a la derecha. Y no negaré lo que siempre se ha podido leer de sus pesquisas y sus amigos..., pero cuando el sistema revoluciona la izquierda se ve desde la derecha y la derecha desde la izquierda.
El sistema de seguridad social en España bien podría ser progresivo para los autónomos, y progresivamente menor cuanto mayor sea el tamaño de la empresa en las relaciones laborales. Si se cumplen estos dos aspectos y se encuentra una renta básica áustera entonces se observarán en el margen de un año la diferencia. En diez años los resultados saldrán de toda gráfica imaginable por ninguna criatura humana o superinteligencia artificial.
Eso significa revolucionar la economía. Significa que se ha dado respuesta al problema de superpoblación, de hiperconsumo, y se le ha sabido dar la vuelta de la única manera: cambiando las fórmulas.
Elimina prestaciones y subsidios porque son una farsa. Los perdonavidas destruyen el estado de derecho. Pon una renta que obligue a que grupos de personas conformen grupos comunitarios en una misma casa, con un patrimonio compartido (como si fuera un matrimonio, pero sin sacramentos ni sexualidad). Una renta como 300€, para que cinco personas sumen al mes 1500€. Cuando se tiene una fórmula sencilla pronto descubrimos lo que va sobrando del sistema anterior.
Si creas un mercado bien pagador, y preparas la cobertura necesaria, entonces al final el precio es como si lo estableciera la política. Y de ahí una vivienda digna y, por si fuera poco, un trabajo digno sin necesidad de imponer un sueldo mínimo.
Sonará de derechas, pero porque no se ve la revolución que supone que cualquier persona sea quien sea sume 300€ sin más al mes.
Las microeconomías podrían verse resentidas, o no, y aún así la economía de cada cual saldría ganando. Es decir, existe algo que no es ni macro ni micro y que va más allá - que funciona con la superpoblación.
Y esto nos lleva al compromiso ecológico.
Si nos regimos por los modelos marcados por los señores burgueses, por los marqueses de Galapagar..., esa idea de que para ser alguien tienes que vivir en una gran mansión. Si seguimos permitiendo que los señores políticos ganen tanto dinero y, al mismo tiempo, les damos tanto poder, entonces seguirán pervirtiendo la revolución económica. Seguirán sin ser capaces de ver lo que representa hacer las cosas bien y prepararlas para dentro de 10 años.
Los modelos marcados por las grandes fortunas son antiecológicas. Exigen mucho consumo. El precio de cada producto se externaliza a otros países. Por lo que para que nosotros podamos ser consumistas necesitamos empobrecer a otro país. El modelo imperialista.
Igual que no es justo tampoco es ecológico. Porque en un planeta global al final el pobre será la atracción de nuestras ricas empresas. Y esa afirmación es algo que ya se ha estado dando. Ya va siendo hora de darse cuenta de que vamos a sufrir cambios. El tercer mundo ya está aquí.
Por lo que nuestro modelo de vida no puede ser el del rico. Nuestro modelo de vida debe ser el del pobre.
Bien se puede hacer lo que dice Pickety: que se acabe con la desigualdad. Es una fórmula. Yo, personalmente, prefiero acabar con los daños que producen la desigualdad. Como darle cobertura a las pequeñas empresas mediante una cúpula de stock municipal que permita que puedan competir contra las grandes compañías. Cualquiera lee esto y piensa: ¿qué tiene que ver esto con el cambio climático? Mi respuesta: Creo que no lo has leído bien.
Pero poco importa. No espero ni que se lea hasta aquí, ni que el que lo lea no me tome por un pobre loco. Simplemente me estoy desahogando para quedarme con la conciencia tranquila de haber luchado de la única manera que me han permitido el luchar mis ideas.
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