lunes, 6 de enero de 2020

Si haces click te cobramos SIN AVISAR

Acabo de bloquear a Rakuten TV también. Al parecer también tiene la misma política de publicidad engañosa de botones bonitos y cláusulas escondidas en las que no "puedes" reclamar. El hecho de que si yo fuera una persona adinerada podría iniciar una demanda por lo civil para asumir la posibilidad de ganar un juicio me parece absurdo - prefiero romper las relaciones.

Yo no me he "matado" a ofrecer mis servicios gratis, así como consejos, para luego comprobar cómo las compañías hacen cosas tan rastreras: u ofreces el servicio personalizado o no lo ofreces. Si yo le digo a un cliente que puede tener una tarifa y hay una letra pequeña entonces en la propia publicidad DEBE haber al menos una marca que salte a la cláusula que desmienta el cartel. Y aún así, todavía me parece engañoso. Lo que no puede ser es que no exista tal marca y me envíen de manera personalizada y automatizada un engaño expreso del que no podría echarme atrás de hacer click.

No lo tolero. Ni tengo porqué tolerar formar parte de algo así.

Asumimos el papel de pringaos y de tener que tolerar cualquier tipo de atropeyo. Se ha demostrado que cuando ofreces un servicio de calidad gratuitamente entonces hay usuarios que empiezan a reclamar el tener una mayor exclusividad del servicio - y pagan por ello. El "gordo" de Megaupload no fue detenido por parasitar a los artistas, sino precisamente porque estuvo a punto de parasitar al sistema de las grandes productoras (la única industria de EEUU): porque encontró un modelo de negocio donde podía pagar a los artistas saltándose las licencias.

Cuando la costumbre es más moral que la ley entonces es cuando aparece la conspiración, y observamos cómo las fuerzas de seguridad son capaces de saltarse normativas vigentes. Todo se vuelve una mentira: así lo hemos visto con Assange ¿Su delito? Más allá de que no haya sido del todo fino a la hora de exponer los datos, peor es invadir una embajada extranjera y traicionar a un compatriota sólo porque haya ayudado a denunciar tu corrupción.

El mundo está podrido. Menudo descubrimiento.

Aún así hay algo..., que se escapa. Hay retrazos de posibilidades ¿Un segundo intento? No sé.

Yo estoy hasta los huevos, y cuanto menos consciente sea más feliz seré. Saber cómo son las cosas y no conocer absolutamente a nadie con quien compartirlas es otro tipo de tortura que no tiene parangón.

Si he mostrado una tecnología perfecta que resuelve los problemas más importantes del milenio..., ¿por qué no reaccionan de una puñetera vez y se tragan su orgullo? ¿Es miedo, envidia...? Quizás sea la frustración de no querer usar la llave que tienen en sus manos, si yo usara la mía invalidaría la de ellos, mis carceleros.

¿Cuál será la realidad que se imponga?

Como no cambien las cosas la gente optará por la disonancia cognitiva. Se someterán a un marco de lenguaje donde la sugestión, al menos, es coherente con lo que les da un placer inmediato - y negarán cualquier clase de afrontación a largo plazo, pues para eso no está diseñado el marco que poseen.

Y a largo plazo hay términos muy específicos: palabras técnicas que si se incorporaran en el lenguaje económico al menos la cosa podría aguantar. Palabras que fueron ignoradas en el 2008, cuando era el momento más propicio para aprender del cambio de ciclo. Aún siguen con la doctrina liberal..., aun con las evidencias de cómo ha salido el "final de crisis".

Es publicidad engañosa. Y yo no puedo formar parte de algo como esto. Sólo puedo bloquear sus notificaciones, no existe conversación posible. Si haces click te obligan a pagar, aceptar sus licencias, y si no lo haces se saltan la ley. Da igual qué ley. La banca siempre gana, y lo saben, y lo consienten.

Sólo sabemos que el país está perdido cuando vemos las resoluciones judiciales y nos suenan a chiste. La independencia judicial en EEUU aún no está tan comprometida como en el resto del planeta, pero será cuestión de tiempo. Porque el modelo que tienen, como pasa con la economía cubana, no puede moverse como un ente aislado.



domingo, 5 de enero de 2020

Me ha encantado Westworld 1T

Estaba tanteando la posibilidad de desahogarme dirigiéndome a mis amigos sucedáneos diciendo qué opino de la serie Westworld. Sublime. Toca los temas propios de este blog, los que yo siempre he escogido en mis obras..., salvo que ahí "no hay" extraterrestres..., quizá más bien se expone ese mundo paraufológico tal como yo los planteo también en mis novelas.

Sea como sea, me encanta. Considerando que ésta no es la reseña que te piden en una publicación no tendré que esforzarme en entrar al detalle técnico, al fin y al cabo no tengo audiencia. Lo que me mueve a escribir todas estas cosas no es más que un mero desahogo, un pesar que, sospecho, desaparecerá con el apagón cultural que tengo previsto hacerme.

No hay mayor condena que la consciencia humana. Te obliga a contemplar la realidad de nuestro mundo, para formar parte del mismo. Pero esa clase de decisiones te lleva al drama, la oscuridad, de la que forma parte la mayoría de la especie humana. Nuestra sociedad no es digna de ser contemplada en toda su gloria: porque el éxito en nuestra sociedad se fundamenta en la supremacía, en la dominación..., el absurdo.

Visto así el éxito del humano es el fracaso del individuo y, por ende, de la persona.

Reconfigurar el éxito del humano para que aborde su personalidad es una meta fundamental para que la sociedad comprenda lo que es la meritocracia. Si quieres alcanzar el éxito lo más importante es descubrir tu papel dentro de una sociedad dinámica, la manera que tienen todos los individuos de seguir cuestionándote; luchando por una cuota de poder.

Perecer entre alabanzas sin juicio alguno, sin derecho a que te evalúen, eso es triste y absurdo. Es propio de fracasados. Es ahí donde se ubica la meta de los perdedores, los que ganan más que nadie - partiendo de un juego donde empezaron con suerte.

Por el otro lado, están las personas: aquellas criaturas que hemos deshumanizado en las guerras, los sacrificios, las torturas..., las injusticias, la falsa mala suerte de haber nacido o vivido en el lugar equivocado. Estas personas son heroificadas desde nuestros adentros: es como si no estuvieran hechas como nosotros. Y son glorificadas por ello. Porque el sesgo del status quo funciona así: no es un error de por sí, hay que entender porqué lo tenemos. Nuestros sesgos configuran lo que somos como personas, por encima de la idea del ser humano.

Una máquina puede adquirir nuestra consciencia como ser humano, partir de nuestro cuerpo, nuestro calor. Puede adquirir nuestras ansias y, llegado un punto, conformar una historia como la nuestra. Poco a poco adquirir un movimiento, formar parte de algún arquetipo dentro de las historias de los demás. Formar parte de una sociedad.

Entonces la máquina sería al menos humana. Pero porque parte de la personalidad que la convierte en otro individuo. Y después se ubica en el nosotros los humanos. Van al revés porque no nacieron, fueron hechos. Y hasta que no se hagan humanos no podrán reivindicar su individualidad, igual que el que nace humano debería de luchar por su personalidad - salvo que quiera convertirse en un monstruo.

Nuestra sociedad actual es comandada por monstruos, porque la meritocracia no se impone por encima del individualismo. Da la impresión de que se intenta hacer creer que a quien le va mal en la vida es por como por culpa suya, que a quien le va bien es porque se lo merece..., criaturitas...

Y lo veo en las conversaciones por Internet. Se me hace extraño que personas aparentemente adultas defiendan esas hipótesis tan utópicas. Tan fuera de la realidad fácilmente perceptible.

Puedes cegarte de ver seres humanos y hacerte sordo de que tu modelo no funciona, pero cuando te explican que te equivocas y te invitan a que reflexiones, no tener ni vista ni oído te deshumaniza al completo. Te saca del debate.

A mí me corresponderá adquirir la ceguera cultural, porque esta cultura es contraria a los intereses de la realidad meritocrática. Porque la realidad que veo no encaja con lo lejos que llega mi vista y los múltiples sonidos que perciben mis oídos. Este mundo es pequeño y no veo la manera de salir de mi encasillamiento.

Salvo que emprenda un viaje sin asideros, sin mapa, sin un plan bien definido..., salvo que emprenda el viaje a la locura.

Por eso mismo debo perder mi capacidad para leer noticias, entrar en el mundo de la cultura, relacionarme con la gente..., ha ganado mi odio al ser humano debido al enorme déficit de personalidad que manifiesta.

En ocasiones me da la impresión de que yo mismo podría programar una máquina mucho más humana que la mayoría de las personas con las que me tropiezo.


Sin embargo me ha encantado Westworld 1T. Es una serie que ha puesto de manifiesto un mensaje, dentro de sus rasgos turbios; porque es una serie demasiado adulta. Necesita ser entendida por encima de "lo bueno" y "lo malo". Hay que comprenderlo más bien como lo haría Espinoza, por ejemplo: "lo constructivo" y "lo no contructivo". Si no, es imposible.

La historia que desarrollan tanto Ed Harris como Anthony Hopkins son una maravilla. No sé si son las caras conocidas, pero con el primero casi me salta una lágrima por el guión, y con el segundo..., quizá fueron los monólogos.

En cualquier caso no quería hacer una reseña en sí. Sólo poder ponerlo de manifiesto para quedarme como en paz. Dentro de un tiempo no sé si tendré la necesidad de seguir siendo tan sensible con la cultura, si querré volver a revivir no sólo las canciones de mi tiempo - mis canciones, sino también aquellas que las inspiraron desde la prohibición familiar y la cerrazón...

Quizá tenga explicarlo algún día, el origen de ese videojuego que nunca hice, su banda sonora basada en la de los Rolling Stone (Paint it black), el hecho de que tenía la memoria bloqueada y, como una llave, al escuchar HatcheT se me activaba... Todo muy programado. Pero ya se ha cerrado el círculo y no he encontrado mi lugar en la sociedad, no he alcanzado el éxito en la realidad que vivo (cuando sí en mi mundo personal), ya no hay nada más que pueda hacer.

Por eso me conviene privar a la gente de mis pensamientos. Y hay dos formas de hacerlo: la elegante y la absurda. Y la absurda consiste en no querer aceptar la realidad que me toca vivir.

Si no puedes cambiar algo, ¿por qué atormentarte? Las evidencias las ves y las oyes, nadie tiene tanta percepción como tú. Nadie podrá negarte lo que es evidente para ti. Porque tú has sido el que veías y oías por los demás, y dijeron que eras grande por ello; ahora que he alcanzado mi zénit perceptivo nadie podrá cuestionar mis decisiones por muy encasillado que esté.

No voy a ser reconocido por nada. Y ya está. Y cuanto más me revuelva más testigo seré de más monstruosidades que son aceptadas en mi entorno.

Sólo espero que la parte que se comparte (el hecho de que la gente tiene la oportunidad de desarrollarse "gratis" gracias a un pacto social) pueda seguir avanzando hasta convertirse en la parte evidente de la vida de la gente.



viernes, 3 de enero de 2020

Un par de docenas de días para el apagón

Tenía ganas de llegar a este punto. Este mismo mes pondré fin a mi acceso al mundo de la cultura en términos generales. Siempre por una cuestión de Principios, no espero que nadie haga lo mismo que yo ni que sirva de nada. Simplemente, esa clase de mundo no lo quiero para mí - y necesito dar ejemplo con mis actos.

Tanto HBO como Rakuten tienen la misma política, y posiblemente Netflix también. En cualquier caso, no quiero averiguar cómo pago por un acceso para luego ver que la conectividad no es ni meridianamente decente. Y, por encima de todo, si me publicitan que tengo derecho a un tiempo de prueba a mi propia cuenta de usuario y, al darle click al botón, me hacen un recargo sin avisar, lo que sí que no me parece razonable es que no me devuelvan el dinero - cuando aún no había hecho uso del servicio, nada más comprobar que me habían puesto un recargo.

Pues bien. Como es así como se mueven los directivos, sólo puedo boicotear desde mi personal punto de vista esos servicios: dejar de usarlos. Como me obligaron a comprar por ellos, esperaré a que termine la fecha, aprovecharé tales servicios, disfrutaré de esas películas y series de calidad y me despediré del mundo de la cultura. Porque no tendré otra oportunidad y sospecho que la sociedad no se tornará meritocrática.

Algunos ven el fin del mundo como un apoteosis o revelación de cosas; sin embargo, lo que todos tienen en mente como apocalipsis no es la idea de ninguna revelación - sino la idea de un apagón. Por mucho que se nos insista en el sentido de la palabra, sus orígenes, el origen del término, la historia..., la idea viene a ser la misma. Es como en esas películas en las que el protagonista descubre que está perdiendo la vista, y la historia va girando en torno a esa idea. Esa es la sensación que tengo: la realidad me obliga a perder la vista, pero lo tengo asumido como algo necesario.

Dada mi situación, no podré ir al cine porque mi negocio es cruelmente ineficaz; dudo por otro lado que pueda salir de mi encasillamiento - no tengo confianza alguna en los papanatas que van a controlar la economía, por muchas intenciones sociales que aseguren tener. Los de abajo, si es por ellos, siempre nos quedaremos muy abajo, pisoteados y en silencio. Para ello usan la disidencia que pueden controlar y afianzar a su favor: una cruel disidencia que obra contra los derechos más fundamentales, y la ONU no hace nada; quizá porque a más de uno le pilla por sorpresa lo fachas que son.

Ahora me centro en el segundo capítulo de la serie Westworld, en las palabras del principal programador: "En este mundo todo es magia, menos para el mago". En una serie que parece pretender mostrar imágenes especulares al espectador: pequeños detalles que se irán desarrollando de una manera como dadaísta, para que cada cual le otorgue su propia personalidad. Podría ser así... Ya tienen un par de temporadas, y sólo he visto tres capítulos.

Pero lo poco que he visto me ha gustado. Es algo que abandonaré en unos días, para no volverlo a ver jamás. Ni el trabajo de sus actores. En el fondo la vida es así, y la gente disfruta poniéndole un comienzo y un final a las cosas - para tener la oportunidad de colorear la melancolía de una manera de hacer nostalgia, siempre y cuando no terminemos de quebrar del todo el recuerdo, que le permitamos revivirlo mediante invocaciones a futuras experiencias.

Lo que pasa es que no seré yo quien viva las futuras experiencias. Han pretendido los señores con corbata que prevalezca la publicidad desleal, y que el usuario tiene que apechugar. Eso a mí no me parece aceptable - si aceptara esas condiciones no sería yo, sólo sería otro borrego más. Y me niego a ser borrego para nadie.

No clickearé unos botones que sospeche que pueden mentir.

Cuando voy atrás en mis recuerdos el recuerdo más horrible que he sentido nunca fue cuando cogí el coche del jefe, no estaba en condiciones para cogerlo - pero me obligó, en cierta manera. El golpe que recibió por culpa de un insensato que me chocó de frente, y que pude esquivar en el último momento, sospecho que dejó en malas condiciones la palanca de cambios y, a la hora de dar marcha atrás, el coche ni avisaba ni era coherente al desembragar: podía ir tanto adelante como para atrás.

Nunca he tenido tanto miedo como entonces. Un miedo atroz por lo que le pudiera hacer a alguien por mi insensatez, por pretender creer que esta vez tenía la situación bajo control. Pisar el pedal y estar seguro de que esta vez sí había desembragado correctamente: seguridad e inseguridad, un coche que mi jefe me obligaba a coger para hacer un recado cuando no estaba en condiciones... Al final fui despedido igualmente.

Pero no podré perdonarme ese enorme miedo por mi insensatez. La insensatez de pretender cumplir porque te lo ordenan cuando corresponde no hacer nada. Si vas a ser despedido igualmente es doblemente insensato actuar.

En este mundo, al fin y al cabo, para lo importante...

Recuerdo el segundo enorme gran miedo que entró en mi cuerpo, un miedo tan grande que no podía aceptarlo. Fue el día en el que encontré una serpiente en mi cubo de detergente Dixan, que usaba de papelera. Ésta debía haber estado sobreviviendo de mis manzanas mordidas exclusivamente durante, al menos, un mes, o varios...

Pero la memoria es lo que más daño me hace: porque recuerdo que metí la mano en varias ocasiones, cada vez que la papelera se removía era como cuando las cosas inanimadas se mueven y tengo que poner orden - estaba acostumbrado a eso. Pensaba que algún cartón habría cedido y por eso los papeles salían por sí mismos ¿Cómo imaginarse que había una culebra en el interior moviéndose? Esa papelera escondía oscuros secretos que un adolescente no habría querido desvelar: mis primeros bocetos de figuras humanas, efigies que acabarían por verse reflejadas en el azulejo, intromisiones sobre la física y el control dinámico..., y de ahí emergió la historia de la serpiente que se metió en el cubo de detergente.

Resulta que unos meses o semanas..., no sé, estaba la ventana abierta y una serpiente se asomó por ella. El susto que me supuso no podía imaginarse, porque cuando era pequeño ya vi una serpiente por primera vez y un enorme miedo me asaltó porque estuve a punto de pisarla - y me sentía culpable por mi insensatez.

Entonces me acerqué sinuosamente y empujé el cubo de Dixán y, con un almanaque antiguo, lleno de dibujos desechables, simulé una boca gigante y bailoteé con la serpiente. Y le comandé que entrara en el cubo. Lo que no quise aceptar fue el hecho de que me obedeció, de que no correteó por la habitación para infundir el caos en mi realidad. Su ansiedad aceptó la historia, y como un pacto entre dos especies, convivimos por un tiempo en la misma estancia porque me olvidé del suceso - no quise aceptarlo del miedo que me producía.

Ciertamente, en este mundo todo es alquimia menos para el niño que entiende los mecanismos. Recoges una pista que no es suficiente como para deducir nada, y entonces le das forma para comprobar como, en parte, te dan la razón y, al mismo tiempo, desarrollan teorías alternativas que no terminan de quitarte la razón. Dadaísmo puro..., pero con un formato estético que le ofrece el pulimiento necesario como para que cada cual se vea reflejado en esa historia.

Eso mismo hice en mi novela..., una de luces, y otra de espectros. De ahí una explicación posible a los espectros: una versión de nosotros mismos para unos leves retrazos que se han quedado por ahí. Una obra maestra digna de locos y esquizofrénicos que no se valorará convenientemente, la gente como yo está condenada a la soledad. A la ceguera social.

Así que hoy ya he probado a ver Arrival. Me alegro tanto. Porque se cierra el círculo de lo que pretendo decir ahora. Para cuando escribo esto ya he puesto el "Paint it black" de la serie Westworld, porque su mensage corresponde con el de ahora.

Es un mensaje que no toca esclarecer, porque entonces quienquiera que lea esto no le sacaría nada en claro. Si sabes lo que va a pasar y aún no eres consciente de cómo te va a llegar entonces, ¿qué derecho tienes de cambiar nada? Aún hay cosas que pueden ir a mejor, pero a mí no me hacen caso. Así que nos ahorraremos los discursitos - ya hemos tenido bastantes durante todo este proceso y ni aún habiendo acertado se me ha escuchado.

Por otro lado, ¿qué ha pasado cuando he sido claramente vencedor con fórmulas diáfanas y útiles? Tampoco se ha querido asumir que ya era hora de levantarme el castigo inmerecido de la discreción. Yo he sido cobarde y no he querido asumir mi papel, pero eso mismo se puede decir que otros tantos.

Si todos somos así, ¿qué pasará para cuando la serpiente robotizada se levante y os muerda? ¿No habrán sido suficientes ni aún con esas las señales del camino? Si alguien tiene que empezar a hacer algo ése no seré yo.

Sólo diré una cosa sobre el mundo que yo creé: se elija lo que se elija estará bien decidido porque de lo contrario todo tiempo vivido habría sido una pérdida de tiempo. Toda lectura que se haga..., en fin, de qué sirve hablar de álgebras, previsiones, pistas... Es en definitiva como cuando me preguntan sobre un tema y sólo doy vagas exigencias que se vuelven sistémicas. Es tener en mente varias perspectivas y desarrollarlas de manera que ninguna colapse, porque la certeza de alguna implica la eliminación del resto.

Bueno..., pues para cuando acabe todo esto perderé un lenguaje cultural que veré si compenso escribiendo... Pero claro, ¿acaso podré escribir si se me explota antes la cabeza?

A saber qué pasará.




jueves, 2 de enero de 2020

Estructuralmente sometido

He querido jugar a ese juego..., el de probar suerte. Pero no la ha habido. Veré si poco a poco lo consigo: pero parece que esta exclusa es la que uso para evitar hablar solo. Y esta misma mañana me he visto sorprendido por un cliente, que me ha pillado casi vociferando.

Mi memoria me impide recordar qué era de lo que yo hablaba, qué necesitaba sintetizar en voz alta. Da mala imagen. No me gusta. Estoy acostumbrado a que la gente me mire mal por ello, y no tengo el sentido del ridículo adecuado para la contradicción que supone admitir que pueda escribir esto mismo en un blog.

Sigo sin verlo nada claro. Tal vez me haga youtuber, no por el dinero - eso está claro - sino para tener una excusa para hablarle a una cámara y así desahogarme. En cualquier caso algo no funciona: estoy limitado estructuralmente a tener que escribir o emitir mensajes.

No descartemos que me ponga a escribir la secuela no confesada de mi novela "Luces y Espectros", porque la sinopsis la tengo preparada; podría darle forma a partir de lo que ya tengo previsto. Pero claro: ¿para qué hacer otra novela? Podría hacerla gratuitamente pública. Me podría valer la pena, al fin y al cabo sigo sin esperar ganar dinero. Y una y otra vez reaparece el mismo problema: la incapacidad para ganar dinero. Para ubicarme en este mundo, independientemente del talento, el esfuerzo, la inversión, las ganas, etc... Este medio que observo es un lugar yermo y muerto. No veo la manera de hacer nada sin que me llegue un ataque de aburrimiento total, y esas imágenes de que lo que hago no va a ninguna parte porque no encaja con ninguna realidad coherente de un futuro factible.

Y vuelvo a mi castigo habitual. A mi cárcel de cristal.

¿Cómo puede visualizar cambios quien ha sido encorsetado con una visión que no va más allá de su día a día? Lo sigo pensando, y realmente parece que seré feliz si acabo en una prisión. Es el único futuro con final coherente que encuentro: al menos veré los barrotes. Es asumir un destino que me parece razonable.

Este mundo se me hace más soportable cuando veo que se hacen grandes obras de ficción. Significa que las cabezas están bien amuebladas. Que si alguien dice algo no se les explotará las cabezas.

Por ejemplo, ¿y si digo que con 130000 euros al año una persona vive con una extremada holgura? ¿Podría la gente ver como su cabeza explota? ¿Y si digo que la vivienda debería de ser accesible, que todos deberían de tener derecho a una vivienda sin tener que pagar por ello? ¿También podrían explotar algunas cabezas?

La idea de tener que asumir que muchas cosas que usamos provoca la esclavitud de países lejanos no sé si acabará por hacer explotar cabezas. La idea de que muchas personas no puedan crearse autoempleo, o que la legislación no nos permita compartir trabajo o recursos comunitarios cuando es lo habitual en los inmigrantes..., ¿todo eso explota la cabeza?

Y luego está esas cosas que explotan muchas cabezas: que las feminazis sean machistas ¡BOOOUM! O que el Supremo, al aplicar la "perspectiva" de género, en realidad lo que está aplicando es una "perspectiva" Patriarcal. Claro, ¿qué es la perspectiva? No es ni doxa ni episteme: consiste en que si no desarrollas un lenguaje compatible con el mío entonces te catalogaré como conspirador del Mal.

Si a mí me da por decir que el sistema Patriarcal mata a más hombres que mujeres, o si me da por decir que los feminicidios no tiene nada que ver con el Patriarcado, sino más bien con el afán dominador del mismo meme - pero puesto al revés, entonces sí que le explota a todo el mundo la cabeza.

Si se me ocurre citar películas donde se expone la cultura de lo que defiendo entonces, para evitar que se les explote la cabeza, procederán a etiquetar tales películas de todas las formas del Mal posibles. Por eso, yo nunca hago eso. Ya paso de argumentar usando las obras de otros. No quiero que a la gente se le explote la cabeza o vayan tocando los huevos ajenos en su lugar.

Intentar hablar con una persona es tremendamente complejo sin que se le explote la cabeza. Le dices que la manera que tiene supone un mecanismo de alienación de una palabra; y la palabra suele ser "tolerancia", "libertad", "derecho a votar"..., le das la oportunidad de que desarrolle su argumento: la pregunta de tercer grado es "¿por qué dices que yo estoy contra X?" Y entonces, alguno aún balbucea un poco, otros vuelven a repetir la monserga alienante..., pero están a punto, les dices: "pero eso implica que eso que haces va contra X" y se les explota la cabeza.

Saben que son incoherentes. Tremendamente incoherentes. Pero tienen razón ¿Por qué? Porque de lo contrario se les explotaría la cabeza.

Yo ya he renunciado. No puedo salvo comprender en qué clase de mundo estoy. Estoy en Westwood. He pagado un billete a modo de condena. Y acepto mi condena, como tienen que hacer los condenados, voluntariamente. Porque de lo contrario la condena podría ser mayor, porque los que me condenan, si tuvieran que asumir mi inocencia, se les explotaría la cabeza.

Esta historia no es producto de mi propia creación. Y los robotitos no están bajo mi mando. Es cierto que no me pueden hacer nada, que soy Bruce Lee y esas cosas, pero no es justo. Yo no he pedido esto ni para mí ni para nadie. Esta historia se ha montado de esta manera por la sencilla razón de que siempre me he negado a aceptar cualquier clase de corporativismo o enchufismo, ya sea a mi favor, como en contra de otras personas. Y mi pena es vivir en esta distopía tan cara diseñada para mí, que sucumbe a un mundo donde haga lo que haga siempre haré mal.

Y quien no lo entienda..., en cuanto lo intente se le explota la cabeza.

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Ayer se produjo el punto de inflexión a escala mundial. Dependiendo de lo que hagan y no hagan los gobiernos tras lo sucedido ayer las dos c...

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