lunes, 6 de junio de 2022

Redención para el antihéroe

Cuando vemos Pesadilla en Elm Street y cuando vemos Alien Covenant existe dos figuras en común: el antihéroe. Consiste en que el héroe es despiadado, con más o menos motivos, pero tiene alguna especie de poder que le coloca en una situación de privilegio - y lo usa para hacer el mal.

Ya mencioné que el mal se le otorga a quien tiene una motivación ética superior; debe existir alguna clase de código deóntico. En Freddy sería la venganza y en David..., parece que hay una mezcla en David de deseo de convertirse en su propio dios, en no servir a nadie... Pero eso no es ningún código deóntico, eso es más bien no tener código deóntico. 

Cuando escuchamos las críticas que recibió esa entrega de Alien parece que todos coinciden en lo mismo: buena música, buenas interpretaciones por parte de los actores, buenos efectos especiales... Es como si dijéramos que era bueno en todo. Si observamos la "historia" podríamos decir que además era coherente, relevante, interesante... Y creo que la crítica coincide en ello. Pero, ¿entonces? La gente cuando se queja parece querer echarle la culpa al guión, a las malas decisiones de los personajes, a agujeros, malas perspectivas... Yo refutaría esos apuntes.

Empezaremos mirando más de cerca algunas de esas críticas: dicen que en la entrega anterior los personajes estaban mejor equipados, y con mejor armamento, la tripulación tenía una mejor preparación militar, etc... No es difícil de entender: la nave estaba destinada a acabar en un planeta que no albergaba ninguna clase de peligro; en cuanto llegaran la responsabilidad pasaría al mando de los civiles. Todo eso se expuso en la película. Y cuando se preguntan porqué fueron a ese planeta, si el otro era el seguro, la razón es porque tenían miedo de que volviera a pasar otro accidente cuando la computadora había encontrado otro candidato más cerca. Si alguno se pregunta cómo es posible que a nadie se le ocurriera que unas esporas podrían matarlos, o cómo es posible ponerse a fumar en un planeta desnocido, se entiende fácilmente porque hablamos de la confrontación no del hombre contra la naturaleza, sino del tripulante armando proveniente de un mundo pacífico en un planeta colmado de armas perfectamente camufladas. Si la gente no se hubiera dormido en el cine se habría dado cuenta. Pero no, no creo que no se hayan dado cuenta.

Yo creo que lo que pasa es que volvemos a tener un problema de confusión: los héroes van cayendo uno detrás de otro, y da mucha rabia. Tan pronto como parece que podía caernos bien alguien éste cae, y luego el siguiente. El exceso de realismo dramático rompe con la camadería, y de ahí la sensación de angustia al ver cómo uno detrás de otro irá cayendo.

Cuando vemos "Las colinas tienen ojos" los malos tienen un punto dramático: han sido sometidos a una redención forzada. Esa película es horrible de ver, aunque de vez en cuando hay momentos heroicos que permiten tolerarla. En cualquier caso, si hay unos monstruos que van a castigar a inocentes que nos caen bien entonces tiene que haber algo de víctima en ellos; tiene que haber alguna clase de redención. Se portan así porque han sido malditos por nuestras explosiones nucleares, nos castigan por haber nacido en el lugar correcto del planeta. Si nos saltamos esa parte, si no contemplamos la redención, entonces la angustia se hace insoportable. Y cuando la angustia se hace insoportable y no se ha leído a Kierkegaard, lo que hace la gente es echarle la culpa al director, al guión...

La interpretación que se da a la historia sabe mal cuando genera una angustia indescifrable. Es la sensación de completa impunidad que recibe David, esa sensación de que ha ganado quien menos se lo merece. Ningún crítico le echará la culpa a la actuación del actor, tampoco se quejarán de la historia, pero el instinto de ese crítico apunta a la forma pedagógica, a cómo se interpreta la historia.

Ahora bien, ¿cómo se resuelve esto? ¿Qué es la redención? La redención es la escalera de Jacob que aparece en la Biblia: en un momento dado David recibe un maravilloso regalo, pero no lo agradece. Tan pronto como tuvo la oportunidad de acabar con su amiga, luego se crece sin arrepentimiento para acrecentar su sed de sangre. Ese final podría ser confuso cuando las estructuras parecen heroicas. Si se trata de la historia de un héroe, David, si éste está en las funciones del antihéroe entonces en un momento dado recibirá la escalera al paraíso. Pero ese acto le obligará a rebautizarse como lo hizo Jacob, el malvado, y pasará a llamarse Israel - representante del pueblo hebreo. El problema es que David en ese final no llamaba a redención alguna - a lo largo de toda la película no hubo sitio para un atisbo de humanidad, tal como la entendemos. Y racionalmente se entiende, de hecho, encaja con la película y su historia. Si no fuera por el hecho de que la película enciende la ira de la gente.

Nuestra sociedad no entiende el poder absoluto sin redención. Cuando el héroe ha acabado con todos sus rivales, ya sea con argucias o de cualquier otra manera, entonces se le presenta la oportunidad de ocupar el trono de Dios; pero así sin más no se comprende. Es demasiado gratuito. Se espera que se arrodille y se humille ante un poder que le perfecciona. Ése es el poder de la redención.

A lo largo de la historia no ha sido posible encontrar el imperio que no haya conocido la horma de su propio zapato: el contraimperio que le humillaba para generar una historia de cambio continuo en la hegemonia. Podemos leer, por ejemplo, las ideas antiguas que defendía Stalin sobre cómo conservar un imperio, la idea de patria que tenía ese demente: en realidad eran las mismas que las de Isabel la Católica, salvo que ella aceptaba la justicia internacional de su tiempo: los Estados Pontíficos.

Cuando un imperio evoluciona también lo hacen sus historias y, de ahí, su cultura que crecerá al mismo tiempo que decae el poder autoritario del imperio. Y, como el ser humano no ha entendido lo que es la redención, entonces el imperio es sucedido por otro que albergue un pequeño avance en la manera de entender no el poder, sino la política.

¿Qué es lo que hizo a David no sentir arrepentimiento? Porque había alcanzado el poder ¿Qué es lo que hace que no sea convincente todo eso? Que el poder no existe, es un constructo de la civilización para substituir la política por dogmas corporativistas - hoy día para alimentar la socialdemocracia en sustitución de la democracia.

Sin embargo estas apreciaciones esos críticos de cine no las pueden compartir, porque muchos serán socialdemócratas, querrán ver la política como una lucha de poder, pensará que el poder es un objetivo... Pero ya lo decía Bertrand Russell en su discurso de obtención del premio Nóbel de literatura: la ambición de poder, que es la más fuerte de las ambiciones por insaciable, en realidad no es más que una forma de trauma producido por un recuerdo del hambre de algo material. Si la política es vestida por el lenguaje de los locos no es de extrañar que no podamos interpretar las sensaciones que nos producen unas imágenes.

La ética es algo que se ubica por encima del individuo: ¿qué código deóntico tenía David? ¿Tiene sentido que alcance el poder absoluto? Cuando en "El silencio de los corderos" veíamos a Lecter salirse con la suya y escapar podíamos tolerarlo porque a pesar de ayudar a la investigación de la verdadera heroína (él no era el héroe, era un donante) le engañaron, y tocaba resarcir la traición.

Es decir, de una forma o de otra la angustia que se genera no debe sobrepasar ciertos límites: si va a convertirse en un dios tipo único entonces debe estar a la altura. Y ese es el verdadero significado de esa escalera.


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