domingo, 26 de diciembre de 2021

El pecado más luminiscente del comunismo

Quería aprovechar para poner de nuevo mis fórmulas, de volver a decirle a todo el mundo dónde se equivoca y seguir desahogándome un poco - cuando idealmente sería el poder mantener una discusión para falsar las ideas, al menos yo tendré que conformarme con estas misivas.

El comunismo es el futuro. Sin embargo la poca sinceridad de quienes se le oponen ya sea desde fuera como desde dentro, tanto por parte de detractores del socialismo como por parte de sus defensores, o ya sea tanto por parte de la derecha como de la izquierda... El asunto es que, según sospecho, los que odian el comunismo no admiten porqué lo odian tanto - de lo contrario usarían esas afirmaciones como argumento.

La propaganda anticomunista no es como la propaganda anticapitalista. Cuando se critica al capitalismo se habla de ausencia de fórmulas; así que cuando se critica al comunismo se suele dar a entender que es imposible dar con tales fórmulas - lo cual es anticientífico. Ya habré comentado que no se puede aseverar que algo sea imposible, así sin más: no es el mismo imposible el del ingeniero, que el del abogado o que el del vecino de enfrente. Cuando se habla de manera técnica el ingeniero tiene que demostrar la imposibilidad o usar otro término; como que es un problema abierto, o que incluso muchos conjeturan que es imposible.

Pero claro, si se habla mal y de manera expresa contra - en este caso - el comunismo tiene que haber una razón. Bien podría desviarme en mis explicaciones dentro de esta entrada y hablar de Rusia/URSS. Parecería que cuando un país ha pasado por una etapa en su historia de ser un adversario cultural de la hegemonía del imperio deberán pasar varias generaciones antes de que se olvide el rencor; ¿cuánto tiempo? ¿50 años? ¿100 quizás? Efectivamente, los que mantengan la fobia, el resquemor, contra lo que sea el país actualmente en recuerdos de lo que fue, ¿qué argumentos esgrimirán ante la pregunta forzada a tener que hacer? ¿Qué razones darán para justificar su miedo irracional?

Pues bien, esta entrada intentará ir a por las razones del miedo.

El pecado más luminiscente de algo es lo que más brilla por su frecuencia de uso, independientemente de que sea declarado como tal. Es decir, lo más frecuente suele ser lo más reprimido. Y suele ser reprimido porque no tenemos palabras para explicarlo. Más en concreto, con mis últimos estudios del lenguaje he comprobado cuáles podrían ser los procesos más sencillos de adquisición de cualquier lenguaje y, por ende, he creído especular cómo se hackearía a un sistema de información para que no adquiera según qué conceptos - cómo crear un marco tóxico que impida al sistema adquirir aspectos importantes de un lenguaje. Me refiero a aspectos racionales, que provocarán represiones y miedos infundados. Voy a ver si empiezo ejemplificando uno de ellos con la excusa del comunismo.

Os pongo en escena: hace años estudié durante unos años bajo la formación profesional subvencionada por los fondos europeos para ser instalador electricista. Esos años me valieron para entender muchas cosas sobre el autosabotaje de las torres gemelas, cómo sí funcionan las energías renovables, la domótica, memorias técnicas..., pero también aprendí cosas muy malas y perversas. Por un lado adquirí un lenguaje (porque odio estudiar para perder el tiempo) y por el otro me llevé varias decepciones (una de ellas ya la habré comentado, cuando denuncié a España el incumplimiento de uno de sus protocolos, al permitir que un miembro de la Junta de Delegados no tuviera derecho a que se le corrigiera un examen).

Así que desarrollaré una decepción: al terminar el curso, tras dos años oficiales (y tres reales debido a la denuncia) en ningún momento adquirí ninguna experiencia real. Y por experiencia real me refiero a entrar en una casa y meter un cable guía, abrir un muro con un pico y enyesarlo, montar un cuadro industrial... Todas las prácticas, de hecho, eran prácticas básicas y triviales que, como es de esperar, se usaban como excusa por el profesor para despotricar contra algunos alumnos u otros para atormentarlos con sus problemas personales... Y aquí va la primera pista sobre el tema que nos ocupa en cuestión.

Continúo. El pecado más repetido contra la socialdemocracia - que no el comunismo - y que jamás se le dará solución es que la formación es una formalidad. No olvidemos las bases más importantes de la socialdemocracia: si tienes un problema te tienes que sindicar o votar a un partido político. Todo eso es muy bonito y teórico, pero no olviden que yo era de la Junta de Delegados, y no tuve derecho a que se revisara mi examen, ni a poder compararlo con el de mis compañeros. Y, de hecho, hay constancia oficial de mis quejas, y mi membresía como subdelegado de clase era oficial. Es decir, que de facto la socialdemocracia no funciona para este problema que se denuncia de manera expresa. O, dicho de otra manera, el Consejo de Estudiantes, la Asociación de Padres, la Junta de Delegados..., todo eso es disidencia controlada. Es decir, si hay que denunciar algo relativo a esos asuntos simplemente no se puede. Ojo, que hablo de primera mano y oficialmente. No vale decir que lo mío fue algo inaudito y raro: ¿pondrías a un zorro en un gallinero diciendo que sólo es un zorro y no pasa nada? ¿Aludirías a que hay muchas gallinas? Si el zorro sobrevive en tu gallinero lo estúpido es decir que no es un animal más en tu granja, como también es estúpido dejarlo ahí. Y peor es darles a las gallinas la opción de denunciarlo para que quede constancia del papel mojado de la denuncia.

Pero quería tocar el tema del comunismo... El asunto es que si quieres levantar un imperio, y que esté bien planificado, no puedes dejar las cosas al azar. Es decir, ¿y si resulta que estoy dos años estudiando en un centro donde no me alimentan la vocación de electricista sino, más bien, donde se alimenta la red clientelar de los formadores? En un sistema planificado, imaginemos al joven Stalin, lo primero que se hará será poner en cuestión el papel de esos formadores - ¿se comportan así para ocupar un puesto de trabajo? ¿Están saboteando el buen funcionamiento del partido comunista? Vamos pillando la idea, ¿no?

El principal problema, y la razón por la que no lo admitirán, es que el problema que resuelve el dictador autócrata no se resuelve en una socialdemocracia. El autócrata impone su poder por encima de todo y de todas las instituciones. Si le damos a las asambleas el poder de legislar cómo deben funcionar las instituciones tendremos un efecto parecido - pero el problema es algo que el socialdemócrata jamás admitirá: el enorme caos que dejan las instituciones públicas cuando no son investigadas.

Cuando se critique al comunismo nadie dirá que al gulag, por ejemplo, fueron sujetos que sí formaron parte de grupos mafiosos, que tenían fuertes relaciones clientelares, que intentaron sabotear..., etc. Es más que probable que quien parezca inocente a nuestros ojos también lo haya sido si realmente incorporamos entre las acusaciones la capacidad del autócrata a no recibir crítica alguna, y es que el estalinismo fue un especial error precisamente por eso: porque se le dio demasiado poder a un único hombre, que no admitía contradicción. Pero ese no será el mayor de los pecados del comunismo, porque el comunismo es una forma de democracia, y el que critica al comunismo no suele señalar a Stalin - sino que lo usa de excusa. No nos desviemos.

Cuando el socialdemócrata, o el anarcoliberal, critica al comunismo generalmente lo que no nos dice es que no quiere tener que rendir cuentas a ninguna asamblea ¿Cómo debe trabajar una persona? El comunismo lo tiene bien claro: como lo establezcan los trabajadores. Ya sólo queda aclarar la fórmula. Pero claro, lo que nadie va a querer admitir es que el resto de los trabajadores tienen derecho a cuestionar tu cátedra; aquí el mayor de los tontos lo que no quiere es que se lo recuerden.

De esa manera la socialdemocracia lo que hace es levantar un trono en torno a un idiota. Ese idiota observa que nadie le puede poner en cuestión lo que hace - y es terriblemente cómodo. Idiotiza a la gente. Es como tirar pienso a los pavos para que engorden. El pecado del comunismo supone abrirle las puertas a esos pavos para que se busquen el grano, pues hay un deterioro económico en el modelo del engorde.

Es como cuando se practica alpinismo: el que baja por la cuerda debe esperar que, al otro lado, alguien le sujete - pero el que sujeta debe esperar que el que baje deba hacerlo poco a poco, con sus pausas. Es una comunicación, y cuando una de las partes se engorda en su puesto sin contradicción tenemos una dictadura. En el caso de la socialdemocracia, como ya he dicho otras veces - y como denuncié ante CEE - hablaríamos de una dictadura institucionalista.

El pecado más luminiscente del comunismo es el de pedirle a los pavos que salvan a hacer ejercicio.

Y es que, ¿qué pasaría si eliminamos los dos años de formación de instalador electricista y lo sustituimos directamente con la mínima formación para trabajar en una empresa? O, mucho mejor, ¿qué pasaría si fueran las empresas las que diseñaran la programación de lo que se tiene que dar en clase? O, ya no digo, ¿qué pasaría si hubiera seguridad jurídica en las denuncias contra los funcionarios?

Es decir, el hecho de que un funcionario pueda ser expulsado de su puesto y sea degradado es algo que hoy día en España está incluso hasta mal visto. Lo cual demuestra lo increiblemente denigrante que es el nivel ético de la gente en general: alguna clase de problema patológico se ha tenido que alimentar como para pensar que un cargo deba mantenerse por derecho, en vez de por méritos o ausencia de infracciones.

De sólo sospechar que un comunista pudiera llegar al poder ninguno lo admitiría: ¿qué haríamos nosotros los hijos de puta? ¿Qué haríamos nosotros los extorsionadores y los vagos? ¿Qué haríamos los que exigimos ganar más por hacer menos? ¿Qué haríamos los que tenemos listas blancas y negras? Entonces no es de extrañar que el comunismo dé pánico. Le da pánico a enormes mayorías que no quieren oír hablar de algo así. Como jaurías de perros quieren seguir devorándose los unos a los otros en pleno canibalismo en una orgía socialdemócrata. Aunque peores son los lobos anarcoliberales.

Por eso no es de extrañar que haya comunistas que defiendan el entrismo: la imagen que da el tertuliano que no admite las verdaderas razones lo que demuestra es que es otro perro canibal con ganas de aprovechar su puesto heredado. Y algunos lo llamarán "defender sus derechos". Tan tóxico como que falsean la definición "libertad de cátedra". 

Y luego mi sospecha habitual: que de esto no se debata en televisión. Es decir, un debate extensivo sobre la libertad de cátedra, la definición de meritocracia y el trabajo como un derecho. 

Sospecho que no activarían un debate así porque el defensor de la planificación lo ganaría con creces.


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