domingo, 25 de octubre de 2020

Pan, circo y disonancia cognitiva

Para Marx la historia de la Humanidad es la historia de la lucha de clases y, posiblemente, no le falte razón. He estado leyendo la crítica que hace Mises al socialismo y, francamente, no me sorprende que haya tantas muertes debido a la OTAN..., una aportación tan triste es digna de todos los conflictos que acabarían ocurriendo.

Ahora mismo estoy sentado en el equipo sin saber exáctamente cómo organizar mis ideas. Más que nada porque tendría muchas cosas que contar, por las que desahogarme. Así que iré probando por mencionar la peculiar experiencia que me produce leer "Socialismo" de Mises: es otra parida cada pocas frases. Quizá, pensé, sea una aportación positiva en su tiempo..., pero luego lo pensé: como respuesta a los pensamientos marxistas o mutualistas esas aportaciones son, cuanto menos, infantiles.

Y es entonces cuando me paro a pensar sobre todas las anotaciones que estaba tomando: me daban para escribir un libro entero. Y, claro, si escribiera el libro, ¿quién lo leería? ¿Serviría para clausurar los errores del liberalismo orientado en la capitalización de las propiedades?

¿De dónde vienen las guerras? Según Marx de la existencia de clases sociales y según Mises del no reconocimiento de la propiedad privada. Desde mi punto de vista las guerras provienen de los falsos filósofos; de la falta de pedagogía para tildar al mal filósofo como tal en vez de hacer uso del relativismo y la falsa tolerancia. Las guerras existen porque un gran gurú transmitió a grandes masas unos conceptos que, con las generaciones, se mantuvieron y, al no ser los descendientes capaces de falsarlas o actualizarlas, se desprendió la incultura y el dogma. Y, con el dogma, tradiciones impuestas que se mezclaron con lo bueno, para los cuales sus opositores no serán dignos de vivir.

El extremismo se puede explicar y entender. Y se puede localizar al filósofo tóxico, al que ejerce de gran gurú valiéndonos de la paradoja de Popper - por lo pronto. Sin embargo, el verdadero objetivo es deshacer el nudo creado por el farsante: cerrar el debate.

Hoy día aún conservamos los errores propios de Mises en nuestra manera de hablar, y es una vergüenza:

- Tus derechos acaban donde empiezan los míos.

¡Qué frase más triste! Desde los juicios de Nuremberg, creo que esa frase quedó demostrada que se había quedado obsoleta: los derechos no son activos, no son contables porque, de serlo, no tendrían valor alguno. Cuando me dicen que yo tengo el deber de respetar sus derechos yo les respondo siempre de la misma manera: todos tenemos el deber de respetar los privilegios que están para defender nuestros derechos.

En todas las religiones, y esto debería de saberlo Mises, hay un origen común: suele ser el de dos hermanos, o dos amigos, uno agricultor y otro nómada. El agricultor sabemos que es más evolucionado que el nómada. Pero ambos sacrifican su trabajo por su dios, y entonces el agricultor es reprendido frente al nómada. Al final el nómada es asesinado por el agricultor..., y en la versión bíblica el agricultor se convierte en el rey de toda la Tierra, porque él fue el que creó ese privilegio por primera vez.

Efectivamente: si aras la tierra lo que no quieres es que un salvaje te la destroce con su ganado porque no sea capaz de distinguir lo natural de lo artificial. El agricultor se adueña de la tierra y, por ello, si no es capaz de dar a entender al nómada cuáles son las reglas de su propiedad entonces sólo quedará el desentendimiento: la guerra. Y ese es el verdadero y único nacimiento de la guerra y de todas las civilizaciones de la Tierra.

Con la aparición de las propiedades surgieron los recursos más preciados, y el trabajo que recae sobre ellos. Para apaciguar los enfrentamientos se crearon los privilegios; el nacimiento del bronce es el ejemplo más palmario de ello: unos señores empezarían a crear clases sociales y, de esos estamentos, nacería la verdadera civilización y todas sus evoluciones. Es decir, los privilegios no forman parte de un derecho natural al ser humano: es un parche.

Lo hemos visto en el famoso sketch de los caballeros de la mesa cuadrada: cuando llega el rey Arturo por vez primera a unas tierras y divisa un castillo, entonces le comunica al que trabaja la tierra que ese castillo es suyo y que ahora ese siervo trabajará para él. Efectivamente, la exitencia de un privilegio conlleva también la asunción de tener en propiedad incluso lo que no es tuyo: el noble, como tal, se cree con derecho y de nacimiento de poseer unas tierras. Sin embargo el liberalismo español lo dejó bien claro: no hay tierra de nadie y todos somos libres e iguales.

Mises en su obra estuvo centrado en definir la propiedad de todas las formas posibles. Sin embargo en ocasiones decía joyas como que los consumidores sociales son los dueños de los que financian las empresas, o de que la dirección de la empresa se rige exclusivamente por la negociación que se tiene con el mercado. Obviamente, Mises nunca fue empresario - o buen empresario.

Igual que Marx se equivocó al centrar toda su atención en la fuerza del trabajo, Mises se la pegó de una manera aún más utópica y épica en cuanto centró su atención en la fuerza del mercado. A saber cuál es más tonto - y sí, al menos el marxismo sí podría levantarse con un modelo donde el proletariado creara su dictadura basada en el trabajo, en ningunear la propiedad..., pero el enfoque Mises de orientar un país en torno a la fuerza del mercado... Ay... Admito que no soy un buen pedagogo ¿Cómo se desarrolla el sentido común en una persona después de que haya invertido tanto en utopías?

Cuando una persona ha perdido tanto invirtiendo en ideas absurdas al final necesita mantenerse. En eso consiste la disonancia cognitiva, que es el origen del desentendimiento más profundo. Para lidiar con toda esa disonancia los romanos inventaron el pan con olivas y el circo. Así es cómo se sustancia la paz: mientras tengamos personas que nos enfríen los ánimos al menos no habrá tanta violencia. Y es legítimo, no sabemos por dónde nos habrán estado intoxicando con ideas absurdas. No sabemos cuánto habremos invertido durante años y años como para no saber echarnos para atrás.

Ya mencioné que, personalmente, me inclino a las cinco fuerzas de Porter: pues parece un modelo mucho más completo. Sin embargo, la apreciación de Marx no es baladí: la razón por la cual existe un mercado no es porque le sea natural al ser humano, sino porque "el burgués" ha creado esa falsa necesidad. Esa es la razón por la que deshecha el valor del mercado - no porque no exista, sino porque es superflua. Asímismo, el comunismo no es incompatible con la propiedad - lo que pasa es que las propiedades tienen un valor superfluo. Como superfluo es el dinero. Como superfluo es la especulación. Como superfluo es..., el mercado de la inversión bursátil. 

Si, por un momento, les arrebatáramos a los señores de la Bolsa las comodities, para que pudieran seguir jugando a su Monopoly pero con objetos que no nos sean necesarios al ser humano..., entonces ni a Marx, ni al resto de los comunistas, les habría importado. Y la guerra habría acabado ¿Propiedades? ¡Qué absurdo!

Decía Mises que una comunidad de bienes no puede funcionar compartiendo sus bienes de uso: y ahí constantemente se hacía un tremendo lío entre los bienes de producción, de consumo... Y luego entraba en peculiares contradicciones... Según parece si admiras una puesta de sol esta puesta de sol acaba siendo de tu propiedad, según Mises, y le puedes dar un uso compartido. La preocupación de incorporar la palabra "propiedad", como si la experiencia y la perspectiva tuviera que mezclarse con un posesivo es lo que a mí me parece preocupante. Quien escucha una música es porque se hace propietario de la misma, según Mises - si usáramos su fórmula las leyes se complicarían bastante con los derechos de autor.

Ni qué decir tiene que puede hablar de agua, como puede hablar de comida o ropa..., y no se para a pensar que son bienes que funcionan de manera demasiado diferente.

Entiendo el problema que puede haber con el estado: podría ser manejado por mala gente y, de ese miedo, puede emerger un tipo liberalismo. Sin embargo el liberalismo que emerge de las propiedades no lo hace por miedo a las intromisiones del estado más que a las propias pérdidas de la propiedad. Podemos hablar de un tipo de sujetos que se ubican en la derecha por el tipo de cobardía que tienen: cobardía que si estuviera justificada podríamos tildarla de prudente. Pero si somos capaces de constituir un marco donde el estado estuviera bajo el control del Pueblo entonces podría no estar justificado.

La paz en el mundo es fácil y factible: pero a las fuerzas más adineradas del planeta les resultaría demasiado antieconómico. Por otro lado, si se descubriera que el verdadero poder de muchos se fundamenta en fondos fiduciarios, sin una buena base económica..., al final tan pronto como tienen luego podrían dejar de tener. Las fórmulas las ponen ellos, y nosotros les seguimos el juego: es una estafa, pero da igual.


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