viernes, 23 de octubre de 2020

Mi madre estará bien, la tuya puede que no

Al final, como pasa con este virus y mis genes, todo falsas alarmas y fenomenalmente. Otras personas, con otros genes las pasarán canutas con los falsos positivos, problemas de neumonía por metales pesados, etc..., pero como no es mi familia ni conocidos no es asunto mío ¿Es así como funciona la gente no? ¡Qué bien!

Me he propuesto iniciar mi huída de este negocio. Vivir de mi talento ya lo he explotado por todos los medios habidos y por haber. Es cierto que ahora están redescubriendo mis aportaciones sobre filología en el campo de la pragmática, pero a saber si para bien o para mal. En cualquier caso son vistas reiteradas, persistentes... Puede que simplemente se ponga de gancho en algunos correos y el titular cumpla las espectativas. En cualquier caso, ya me fijaré mejor si hay lecturas rápidas o concienzudas en las estadísticas..., si realmente me interesara. 

Me he puesto música de lluvia, es relajante y puede que me ayude a estudiar. Si mi objetivo es acabar con mi destino de ser un indigente creo que esta es mi mejor jugada. La gente no se da cuenta de que relegar el talento a una esquina, o echar todo lo que se genera debajo de la alfombra, no es buena idea. Pero nada, con la histeria colectiva que se está viviendo actualmente en España - a saber si también en el resto del planeta - no puedo quejarme. 

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Quería recordarle a la gente que me lea que la tecnocracia no es meritocrática, puesto que se fundamenta en el corporativismo. De la misma manera, como los partidos políticos son corporativistas el objeto de los mismos consiste en vender un producto: los Principios. Pero como manosear Principios como cromos lo único que provoca es macularlos al final no serán los mejores moralmente hablando los que lideren los partidos políticos, como tampoco serán los más sabios los que lideren una tecnocracia.

Ya vimos a George Bush Jr. como presidente, gracias a la hermandad masónica a la que perteneció. Eso fue lo que le convirtió en líder de su partido político. Y hablamos de un país donde, por lo menos, hay separación de poderes. Podemos imaginarnos cómo serán los partidos políticos españoles: la clase de nivel que tienen los líderes - incapaces de cumplir la premisa más absurda y estúpida..., la coherencia. 

Lo curioso del tema es que conque sea coherente el político se gana tanto el voto privado como el público. Es decir: que no cumpla un político con la hemeroteca es algo que sólo puede explicarse por sus más bajas pasiones..., sus vicios, su ineptitud, su incapacidad. Es por ello que el poder de la prensa acaba teniendo en una socialdemocracia un papel demasiado importante - es tan importante que no se puede dejar en manos de grandes compañías que la financien. Y es aquí donde aparecen las redes sociales al rescate.

Si no hubiera aparecido Internet la sociedad hubiera sucumbido al caos y la idiocia muchísimo más rápido. Sin embargo, si fuera por cómo se ha estado pervirtiendo la tecnología en Internet... No hay que olvidar cómo empezó Youtube, luego mejoró de cara a sus usuarios, luego lo cogió la empresa Google y después se dio cuenta de que podía pagar a los autores, pero siguió evolucionando no de cara a los autores de contenido - sino a la manera más barata de sacarles el jugo (el algoritmo).

Cuando el gordo de Megaupload se dio cuenta de que podía pagar a los autores de las películas (directores, actores...), automáticamente la industria de Holywood se puso a hacer cuentas: no podemos consentir que el socialismo gane; las grandes industrias son las que tienen que cortar el pastel. Si hay que sobornar a la policía de Australia, pues se financia lo que sea.

El socialismo en las grandes compañías es un hecho: asalaria a unos profesionales para que den lo mejor de sí mismos; les ofrecen recursos para que no se preocupen de sus problemas. Las grandes compañías se quedan con la propiedad privada de sus empleados, negocia cosas que a mí me parecen impropias incluso en un país, pero eso se permite: intervencionismo es cuando lo hace un funcionario público. Claro.

Poco a poco la gente se acabará dando cuenta de que lo que defiende es una tecnocracia. No hay más que ver a los "provacunas". Cuando los antivacunas comprenden a aquellos que demandan que las vacunas cumplan unos requisitos de calidad (además de haber algunos perturbados que se toman la leche cruda), los "provacunas" simplemente se mueven por un ad autoritas.

- Esa vacuna en cuestión no cumple con los estándares fijados hasta el momento. Corres riesgos.

- Salvará a la mayoría de los que se la pongan. Es cuestión de estadística.

- No. Esa estadística se formaba con los estándares anteriores. Incluso han cambiado las leyes para que puedan irse de rositas.

- Eres un paranoico, no entiendes de matemáticas. Ellos son los expertos.

Ese modelo de vida tiende a que los líderes tecnocráticos no tengan que rendir cuentas por lo que hacen, para conseguir así que nuestro sistema sea una completa Idiocracia. Y así sucederá en unas pocas décadas. Puede que incluso antes, visto lo visto.

La ciencia, los premios que se conceden, los escritores, los conferenciantes..., toda esta gente son los que podrían evitar que acabemos en una tecnocracia. Sin embargo ya sabemos que toda esta gente se está convirtiendo en raras avis rodeadas de lo escatológico. Y es que cada vez me resulta más difícil encontrar gente que sea como mínimo lo que nos decía el ya fallecido Jesús Mosterín: gente coherente. Es decir, ya que es imposible exigirle a la gente que diga cosas relevantes dado como está el nivel, al menos que sean coherentes. Y ya la pluralidad bien nos podrá ofrecer un sin fin de posibilidades a la hora de dar con las teorías más relevantes...

Pero no: cada mesias quiere ser coherente y, al no ser relevante lo que dicen, en vez de rectificar, se vuelven incoherentes y maculan la relevancia de sus ideas..., sus Principios. Se convierten en grandes candidatos a comer y ser comidos por su amo el hortelano, como buenos perros palmeros que son.

Quizá la solución sea prohibir los partidos políticos y presentar un modelo democrático que permita una participación más áustera en su propaganda y más representativa en su consecución. Por supuesto, de lo que hablo es de un modelo asambleario y la eliminación del poder ejecutivo para que sea llevado por tecnócratas sometidos a la legislación de esa asamblea popular.

Como no es una utopía..., por eso da tanto miedo: un partido político puede ser controlado mediante su financiación por las empresas, los grupos de presión, pero un individual que no necesita propagandas caras porque sólo tiene que convencer a los de su distrito electoral..., ¡ay...! Ahí estarán las grandes empresas para decir que nada de eso es democrático. 

En fin. Yo doy esta sociedad por desechada. Sigo por inercia, otra cosa no me cabe en la cabeza.

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