Pesadilla

Anoche tuve una pesadilla, durante el minuto siguiente tienes la sensación de que ha sido real, de que tienes un imperativo y debes cumplir la promesa que hiciste al final. Pero claro, luego uno se fija en los arquetipos usados, en cómo no es más que una historia montada para hacerme temblar a mí mismo... Veré si encuentro una música que me transmita lo que sentí...



La casa en la que vivía en mi infancia al llegar la tarde, heme dentro. Recuerdo cómo en aquella otra tarde fatídica vino a caer algo del cielo para enturbiar la paz de nuestra familia. Y ahora caía de nuevo algo. Con la experiencia de tiempos atrás me vino al recuerdo lo que podría llegar a ocurrir, ante un rival que no tenía ni piedad, ni mirada más allá de la indeterminación de sus actos.

Alguien a quien proteger, no sabe lo que se avecina allí fuera; no se imagina el mundo cómo es en realidad. Le doy órdenes básicas: cerrar las ventanas, incluidas las cortinas. Cualquier clase de resquicio que quede para observar lo que sucede fuera supondrá la muerte inmediata. Y es que, al fin y al cabo, eso que caía del cielo eran claramente semillas de algo que, al cabo del tiempo, explotaban en fragmentos más diminutos para quedarse anclados en paredes o cualquier clase de tejido. Para acto seguido volver a explotar, pero de una forma realmente abrasiva.

No había tecnología que retuviera esa acción. No había medios para evitar la invasión que, después, no dejaría rastro de su naturaleza devastadora. Han venido para acabar con todo aquello que sea testigo de su presencia, y castigarán a quien se atreva a cuestionar su poder.

Aprovechando una última rendija de la ventana observé cómo una de esas semillas caídas del cielo se rompió, para conformar una crisálida de la que, poco a poco, fue formandose una estructura antropomorfa.

No me cabía duda de quién era. Desde el primer instante comprendí qué había venido a hacer. Cualquiera que sea testigo de su presencia muere al instante. No dudé en absoluto: salí corriendo hacia un dormitorio recóndito en el hogar antes de que encontrara la manera de entrar a mi casa.

Sin embargo, el peor de mis temores se hizo real. Sin a penas tener que andar rápido, dobló las esquinas oportunas para mostrarse ante mí. Estaba ante él, indefenso y con plena certeza de que mi vida no tenía ni el más mínimo valor ante un ser tan poderoso.

- No nos ha gustado las cosas que has escrito sobre nosotros en tu blog.

- ¡Prometo borrarlo todo! No haré más publicidad de esos relatos.

El ser se quedó pensativo, un solo gesto sería suficiente para arrancarle a este mundo la sal de mi vida; pero decidió aceptar el compromiso.

- Borra esos microrrelatos sobre el mundo sideral.

- Juro que lo haré.

Entonces despierto con una sensación horrible ¿Pasó de verdad? ¿Qué debo hacer? Estaba claro..., pero, por otro lado, ¡ha sido fascinante! Una pesadilla... ¿Por qué no ofrecerle a la sociedad mi mundo de pesadilla?