viernes, 11 de enero de 2019

La teoría de la matriz

Hace muchos años desarrollé una teoría que muy pocos conocen, como reflejo de un juego de rol bastante famoso en EEUU por ser el precursor del mayor número de asesinatos por juegos de rol (Digital Integration). Hemos visto cómo efectivamente se puede observar cómo apareció una película cuyo ejercicio fue simplemente intentar darle la vuelta a la manera que tenemos de pensar el mundo.


Pero mi teoría no va sobre esa película, pues Matrix es, principalmente, una película que habla sobre dónde encontrar el camino de la trasgresión, de darle la vuelta a lo que se piensa que es cierto: a cuestionar nuestra idea de dialéctica si se basa exclusivamente en la introspección, o en otras formas de mayéutica. Al fin y al cabo, ¿podría una víctima de la Matrix saber que estaba encarcelado?

Quería tocar un tema que es un poco más tabú, que es el de la creación misma. Pretender comprender los orígenes del universo o el origen de la vida o el de las especies le corresponde a una ciencia, que no tiene porqué tener un modelo completo; en cuanto a inteligible puede ser impreciso, en cuanto a preciso puede ser ininteligible. Y, por supuesto, que sea completamente preciso hará que deba aceptar afirmaciones que ininteligiblemente serán imprecisas y, si nos aseguramos de que esto no sea así, entonces obtendremos afirmaciones ininteligibles que no se podrán decidir.

Visto así, no es tarea humana plantearse ese tipo de menesteres más allá de lo que la ciencia nos autorice.

Lo que iba a tocar ahora era otros asuntos más internos, los que corresponden con dos sentidos que no es de los cinco que nos enseñan en la escuela, pero que queda reconocido empíricamente: la nocicepción y la termocepción.

La ortodoxia científica asevera que la nocicepción es la percepción del dolor fisiológica, esta percepción tiene su registro en el cortex cingular anterior, que es vital para concepciones relativas a la propia ética y que afecta a la empatía y el lenguaje. Por otro lado, la termocepción consiste en percibir la temperatura a través de la piel o de órganos internos.

Adelanto que no he estudiado medicina y que, por tanto, lo que escribo aquí se debe saber coger con pinzas..., aunque, por otro lado, nadie me lee; así que puedo poner de manifiesto casi lo que me dé la gana.

A través de años de estudio (a mi nivel) y en relación con mi experiencia personal (que los libros actuales no dan explicación según mi necio criterio), he necesitado reconstruir mis teorías sobre la conformación de las percepciones hasta el punto de combinarlo con mi experiencia personal para dar justificación de los hechos que aún no se han querido aceptar y que, a mi juicio, son perfectamente explicables.

Para empezar, el cerebro no duele. No estoy autorizado para estar o no de acuerdo con esta afirmación, es un hecho que los científicos niegan esa posibilidad; si te duele la cabeza te dolerán músculos y vasos sanguíneos cerca de la cabeza, por la presión y tal..., pero eso no es el cerebro, es la cabeza. Sin embargo, existe una capacidad para sentir estrés, más allá de que te duela o no la cabeza, y que eso provoca un estado de calentamiento en el propio cerebro. Algo que se puede medir realmente.

¿Qué pasa cuando estresamos a un psicópata al trasgredirle las ideas que tiene él sobre lo que son los sentimientos? ¿Lo habéis experimentado alguna vez o siempre habéis sido demasiado sucedáneos como para siquiera intentarlo?

Hay mucha gente con graves deficiencias en partes importantes del cerebro que se usan para la empatía y que, cuando pruebo a aplicarle una prueba muy específica, proceden a estresarse sobremanera. Esto es debido a que necesitan hacer uso del neocortex para suplir las funciones que el cortex cingular anterior no le ofrece..., entre otras partes posibles. Pero me voy a centrar en este tipo de psicópatas en concreto: los llamaremos psicópatas-CCA, por simplicidad.

La prueba es la siguiente: tienes a dos personas conocidas, una de ellas comprende tu dolor y posee un lenguaje a través del cual recoge situaciones que te dañan como si fueran propias, la otra disfruta de tu dolor y se alivia. A la primera lo llamamos prueba de ciego y al segundo psicópata-CCA.

En este punto los que hayan estudiado psicología tienen que estar tirándose de los pelos, pero claro, ¿no pretenderán que disponga yo de medios para hacer una prueba científica? Que si con muchas muestras, practicando cuadros de patentes, estudiando la actividad cererebral, los roles que ocupa cada uno en la sociedad..., dejémoslo conque es una teoría, pero que nunca en mi vida me he atrevido a compartir con nadie porque sería una desfachatez por mi parte.

El asunto es que a ambos en momentos diferentes se les transmite una situación en el que deberán hacerte un favor, o tener un acto de complicidad: como por ejemplo que intercedan por ti ante una chica o chico que os guste porque te da vergüenza. La vergüenza es un dolor que creo que está fuertemente vinculado con el CCA - de ahí que se les atribuya a los sinvergüenzas el ser mezquinos (orgullosos de ser necios en su trato con los demás), en vez de ser extrovertidos (orgullosos de mostrarse ante los demás con sinceridad).

La prueba consiste en que el sujeto deberá aceptar ayudarte para, acto seguido, justo cuando se haya conseguido el objetivo, tú mismo actuarás de forma contradictoria con tener vergüenza para dar muestras de auténtica madurez. En este punto es donde habrá discrepancias entre ambos comportamientos: el sujeto de prueba de ciego se reirá, mientras que el psicópata-CCA se enfadará.

El psicópata-CCA suele tener un caracter dominador frente a sus acólitos, y necesita supervisar y controlar todo lo que hacen - de manera que no se salgan del redil. Sin ir más lejos, el placer y la risa bien pueden provenir de una reacción de las glándulas basales con el fin de frivolizar una situación, mientras que la reacción que se centra en el CCA suele buscar mediante la ira una estimulación partiendo de un modelo que es persistente.

Esto es como decir que lo que yo llamo psicópata-CCA creo que es una persona que se toma en serio lo que no es para tanto.

Pero no quería hablar de psicópatas..., quería centrarme en un tema que es incluso aún más heterodoxo. Por si no me había atrevido bastante con lo que he escrito hasta ahora.

Lo que me escama un poco es más bien la capacidad que podemos llegar a tener para adivinar los pensamientos de los demás, o de poner nuestros pensamientos en la mente de los demás. En principio, hace años siempre lo he querido asociar a una técnica basado en el olor: la emisión y percepción de feromonas. Sin embargo, esta teoría siempre hacía aguas por un motivo u otro.

La teoría de la matriz viene a decir que todas las personas estamos envueltas en un enorme campo magnético y que, de una manera o de otra, bien pudiera ese campo hacer de corriente portadora para valernos de nuestro sentido de la nocicepción. El estrés interno que sufre el cerebro, sin ser dolores de cabeza, se fundamenta en que en el fondo todas las personas que pensamos igual más o menos debemos organizarnos de la misma manera y, de ahí, que el cerebro busque la forma de simplificar su gestión interna valiéndose de un trabajo externo, como inducido de fuera.

Bajo esta teoría, si dos personas están cerca la que sea más inteligente (la que se organiza mejor) tendrá facilidades para pensar de manera que la otra, si estuviera centrándose en lo mismo, acabe por copiar sus pensamientos. Lo que en otras jergas es una especie de sincronicidad, pues los objetivos personales es algo que no reconozco dentro de las funciones cerebrales.

Es decir, el menos inteligente lee el pensamiento al más inteligente. O también, el más inteligente le impregna pensamientos en el menos inteligente. Sin embargo esta teoría es muy simple: la meditación consiste en organizar mejor los pensamientos (no pensar reduce los costes intelectuales), por lo que la capacidad para meditar se convierte en una especie de interruptor que podría provocar que tan pronto tú eres el que lee, luego eres el que escribe.

Claro, esta burrada que acabo de escribir sería así, al menos, en teoría. Quizá la sugestión se encargue de hacerme creer que tengo razón, que realmente atino con lo que digo.

Sabemos que un monje budista al que le han empapado las ropas y le han puesto en un ambiente helado puede, mediante la meditación y su propia termocepción centrarse en calentar sus ropas con su propio cuerpo y así no morir de hipotermia. Cuando las células pierden eficiencia aumentan su calor, que es proporcional a la temperatura. Gracias a la termocepción podemos fijarnos cuál es el estado de nuestro cuerpo para transmitir o recibir mensajes.

Por ejemplo, a lo largo de los años he estado preguntando sobre mí a adivinas que tiran el tarot. Quería comprobar las condiciones en las que trabajan. Si realmente el proceso de adivinación, lo que hacen las brujas poniendo velas y tal, fuera correcto, tendrían que tener una temperatura corporal muy excesivamente alta, para percibir las historias que te cuentan los vivos. Así uno adivina la historia personal, porque la lee, y luego la reinterpreta mediante la lectura cartas o de manos para desarrollarla según los cánones de la civilización y sus arquetipos para contar historias cotidianas.

Las personas protagonizamos historias cotidianas, no somos tan originales como creemos. La razón por la cual ocurre es porque sólo trabaja nuestra sugestión con los arquetipos que nos llamen la atención. Por esa razón, los procesos de adivinación deberían de funcionar con cierta facilidad y dar buenos consejos.

Sin embargo, nunca he conocido - o creo recordar el haber conocido, a una bruja o brujo con tales dotes.

La otra habilidad que es necesaria es cuando se pretende manipular los elementos a los que he llamado en mi otro blog eones: los objetos. Tenemos dos tipos de objetos (cuando tienen un factor especial): amuletos y trofeos. El vivo trata con un elemento que lo está menos: llamamos vivo a quien depende dentro de un ámbito temporal (y espacial), el que lo está menos no depende del tiempo (por eso lo llamo eón, su factor temporal es una forma de cristalización - tal vez algún día escriba la continuación de mi novela para que se entienda la idea).

He llegado a desarrollar una teoría realmente mucho más estrambótica y compleja que podría aunar como en un videojuego todas las formas de entendimiento de la magia de manera que se conforme una álgebra que justifique sus vínculos. Pero claro..., ¿hasta dónde puede llegar nuestra capacidad de sugestión? ¿Hasta dónde los modelos pueden estar indagando en temas que nos son completamente ininteligibles? Poco a poco me adentro en aspectos que sé que no voy a poder confirmar, y eso hace que se convierta en juego, un hobbie..., una chanza.

Pero entre chanza y chanza la sugestión juega su papel y la teoría persiste con los años. Las herramientas que usan los arcontes (arquetipos de nuestra civilización, como lo podría ser el patriarcado responsable de que una sociedad sea machista) son los propios eones y, por lo que veo en el tarot de Marsella, no soy la primera persona que descubrió este hecho.

¿Quiénes son los autores de tales arcanos? ¿Por qué no tenemos conocimiento de quienes tenían este tipo de creencia? ¿Eran gente importante y no querían manchar su reputación con afirmaciones que podrían provocar que les persiguiera la Inquisición? ¿Es posible que realmente fueran perseguidos tales autores y sus libros científicos quemados? Estamos hablando de filólogos o, más bien, de una mezcla entre psiquiatra y filólogo: un neurofilólogo. Si eso tiene sentido.

Pero nada..., la idea que tengo de esa matriz que podría explicarlo todo bien puede reducirse a meras operaciones con deltas de Dirac y estudio de probabilidades, como hacen mis colegas informáticos. No me cuesta en absoluto seguirles su ritmo... Y en cuanto a mis colegas filólogos, que se manejan con técnicas para hacer traducciones, veo las semejanzas con enorme sencillez: ¿son conscientes del parecido que hay en tales técnicas, que todo es fusionable?

Por mi parte, en este mundo tan sucedáneo seguiré en una posición pasiva. No estoy en situación como para decirle a nadie cómo debe pensar, o qué libro recomendar..., qué técnica puede ser interesante o qué prueba hacer. Es un hecho incontrovertible, no me hacen caso los míos, ¿qué caso me harán los que sí que tienen estudios que yo no alcanzo a tener?

Pero nada, este documento era más que nada para desahogarme....



Hasta la próxima sucedáneos

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