La ontología no es un problema filosófico, sino filológico. La única filosofía que nos queda es cómo vivir lo que se nos presenta, no tanto el evaluar qué es lo que tenemos delante. Al fin y al cabo no puede ser una teoría completa la que describa la ontología de las cosas sin entender su significado, o incluso el significado del propio significado; y esa temática es problema de la filología.
Podemos partir de la historia de la filosofía occidental de Russel para considerar cuál es el papel que le conferimos a esa palabra: filosofía. En oriente la filosofía si bien podemos decir que es profunda también diremos que su papel fue muy independiente del que adoptó la filosofía occidental. Es por ello que quizá sea más adecuado decir que ambas palabras (filosofía occidental y filosofía oriental) simplemente no concuerdan.
El estudio de la eliminación de los mitos y la oscuridad que reflejan sobre nuestro entendimiento no es comparable al estudio de la comprensión de lo que trasciende a nuestros actos. Ambos estudios ocupan en sus respectivas civilizaciones un rincón donde no cabe la ciencia, ni las técnicas, ni el propio dogma religioso... Como ambas civilizaciones arrinconaron a unos saberes de manera parecida al final fue correcto pensar que ambas disciplinas debían de tener algún sema en común, y esa fue la idea de filosofía.
Sin embargo no voy a entrar en un trilema a la hora de explicar cómo no son comparables la filosofía oriental con la occidental. Tal vez esté hablando como un estudiante que leyó mucho a Platón y que practicó mucho kung fu en su vida, y eso es lo que me ha dado a entender que no es lo mismo leer a gente seria como Aristóteles que afrontar el significado de la vida a través de las artes marciales.
Así, una vez comprendido que no es posible pretender entender el significado de las cosas desde la filosofía, debido a que la palabra filosofía no tiene un verdadero sema ajeno a nuestros sesgos culturales, lo que nos queda es tener que afrontar el verdadero significado de las cosas desde un puntos de vista exclusivamente cultural - esto es, desde el punto de vista de la filología.
En este aspecto, cuando me pongo las gafas del filólogo con mis ojos de informático ya todo cobra bastante sentido y forma parte de mis estudios y mis teorías para constituir aplicaciones que desarrollen el entendimiento del habla.
El significado es el token ininteligible que adquiere un significante como resultado de hacer una auditoría de cuántos significantes se suceden a él y a qué distancia, en su contexto. Es decir, el significado es, por definición, inefable y no posee un sentido ajeno a la socioléctica del agente que lo percibe. De hecho, cuanto más se expande el corpus, y toda la córpora, con el uso de ese significante sus distintas acepciones encajarán mejor con el significado y éste tendrá un carácter más independiente de la propia cultura del agente.
No es difícil de entender: ¿cómo se entiende el significado real de una cosa? No es analizándola, ni tampoco es haciendo reminiscencia. El significado real es susceptible de ser atrapado psicológicamente hablando, y es mediante el contraste de los significantes que tenga asociado en el mayor número de contextos posibles.
¿Quieres saber lo que es un perro? Pues no te bastará con ser veterinario, con haber tenido uno, con haber sido salvado por un San Bernado en la nieve tras una avalancha, conque se te haya muerto de viejo o conque hayas tenido que limpiarle la caca... En el fondo sabes que el significado real de lo que es un perro te puede satisfacer a partir de cómo lo definas en tu idioma pero, muy en el fondo, la razón por la cual se justifica su compañía es porque alberga un misterio el perro mismo y todo lo que tiene que ver con él. Nadie vive para lo que no tiene misterio, pues del misterio nace el mito y la emoción que transmite. El misterio supino de lo que es un perro reside en su significado: su significado es un conteo de relaciones con otros conceptos que de manera instintiva acumulamos y no somos capaces de percibir. El hecho de que el significado sea inefable es el misterio mismo que aborda el tema en cuestión, y la sensación de incontinencia que percibe el que intenta usar una secuencia de significantes para abordar la definición de un perro se desarrolla como expliqué en su momento "la incontinencia del poeta" sobre el nacimiento de la religión y la fe.
Por tanto, sabemos lo que es una acepción de una palabra: consiste en una explicación dentro de un idioma que intenta a través de sus semas combinar sus significados mediante operaciones vectoriales para acercarse al sema de lo que se intenta definir. Sin embargo, como queda demostrado en el teorema de Post, esta empresa es matemáticamente imposible: como prentender entender la filosofía oriental desde la occidental o viceversa.
Eso es lo que genera una incontinencia: un sentimiento que tienes dentro y que no puedes expresar a través de tus formas. Entonces es cuando nace el lenguaje, como una expresión de la función de la conciencia del yo relacionado con cómo ve cada una de las experiencias que vive en su parte frontal. Y no, no es poesía lo que acabo de escribir.
Las cosas no adquieren significado si no es a través de una cultura. Entonces, para cuando aceptemos que la mayoría de las cosas son independientes de la cultura entenderemos mejor cómo se enjaula el significado de algo. El multiculturalismo no es un ismo: es la lucha por entender qué significan realmente las cosas.
De hecho, gracias a este enfoque, podemos comprender un poco mejor cómo nace una lengua, funciona como la evolución religiosa, pero ampliando los conceptos a algo más genérico:
Lengua tipo 1. Escultor. Unos autores han vinculado símbolos y los han dejado persistentes en algún medio. Ellos ven algo que otros no han visto, y han intentado revelar su percepción de manera simbólica. El símbolo es usado como señal de una revelación. Los símbolos están fuertemente ligados a algo natural. La lengua solo es un conjunto de palabras.
Lengua tipo 2. Bardo. Aparece un mediador que asevera saber el significado de esos símbolos. Sin embargo se ve abocado a atribuir sonidos y un significado elemental. El símbolo es evocado por todas sus apariciones allá donde los que acuden al intérprete le señalan. De manera imaginativa el intérprete deberá ser consistente con todo lo que monta y el símbolo empieza a tener un significado más abstracto, que trasciende a lo natural. La lengua son cópulas de conceptos: sintagmas simples.
Lengua tipo 3. Lector. Un autor intenta hacer un compendio de todas las maneras que tienen los distintos intérpretes de leer los símbolos y conforma una suerte gramatical más compleja, donde la lengua empieza a parecerse a lo que entendemos por lengua: sujeto, predicado, etc... Los símbolos empiezan a desarrollarse al margen de cómo se escriben y se desarrolla una semiología.
Lengua tipo 4. Mitómano. En este punto el autor no duda en desarrollar el significado de las cosas matando al resto de los autores, para así conformar la idea de lengua moderna. La cultura y sus mitos son resultado de un constructo fuertemente intencionado para transmitir el pesar de sus autores. Todas las cosas que perduran lo hacen dentro de la mentira de su persistencia, porque el autor que las pensó era otro preso de su tiempo. En este punto, el lenguaje ha desarrollado una literatura que, a su misma vez, deberá evolucionar antes de alcanzar el zénit de su madurez cultural.
Así, observamos que la lengua, si ha evolucionado lo suficiente, tiene poder suficiente como para encerrar a sus hablantes dentro de sus trampas y, al mismo tiempo, si es burda entonces no le da herramientas lo suficientemente buenas al hablante para expresar el significado que tiene en su mente - sabiendo que el objetivo que se ha marcado solo existe en su cabeza como resultado de lo que él entiende por cultura.
Un ejemplo gráfico de lo que pretendo explicar se encuentra en los caracteres chinos: hoy día entenderíamos que la filosofía que hicieron montar esos símbolos es terriblemente machista, por lo que el significado de las cosas estaría muy encerrado a ese tiempo. Obviamente, el hablante de chino no está obligado a pensar de manera machista solo por haber tenido que estructurar su mente con los caracteres chinos, pero tampoco se me puede negar que exista alguna clase de condicionamiento que, según explico, sería inefable.
Quizá ese sea el peligro que alberguen las lenguas vernáculas, al someter al lector a desarrollar el significado a través de las limitaciones de los significantes también mantienen la moralidad y los ritos a través del habla. Y de ahí el desarrollo religioso.
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