domingo, 7 de enero de 2024

La crueldad del espectador

Ya puede ser profesor de escuela, como puede ser el usuario que enseña al LLM, así puede ser llamado el espectador en una sala de cine de igual manera que el lector de una novela: el crítico, el que juzga la belleza de tu trabajo.

Cuando un niño está aprendiendo a escribir necesita una persona que le corrija las impurezas, y para ello debería de hacer uso de unos criterios objetivos. La cosa es que cuando el niño ya ha aprendido a escribir y solo resta prestar valoraciones subjetivas lo que debería hacer un buen profesor es empezar a enseñarle otros alfabetos: para mejorar el estilo de escritura de las letras latinas debe aprender a escribir, por ejemplo, en árabe.

Muchos pensarán que he debido equivocarme, o que quizá sea una valoración subjetiva lo que acabo de decir. Pues bien, para mejorar en la parte de valoración dice mis teorías que lo que debe hacerse es ir más allá del significante para encontrar el significado oculto de esos trazos: eso es lo que vengo llamando semiología. Ese proceso de auditoría consigue desarrollar mejor los semas cuando no se someten a una moralidad localizada y específica a la hora de desarrollar los significantes. Es decir, el desarrollo de una lengua vernácula no te ayuda a aprender más idiomas - pero el aprendizaje de lenguas no vernáculas sí.

Si quieres mejorar en tu escritura debes aprender a escribir objetivamente bien y, una vez hecho eso, aparender a escribir en otras escrituras - en vez de emparanoiarte sobre cómo perfeccionar el modelo que conoces. Ésa es la manera que se tiene de darle carácter a la manera de trazar y adivinar el significado de las partes del carácter; lo que en los lenguajes pictográficos llaman radicales.

Es por ello que un profesor que se hace cruel frente a un alumno por cómo escribe puede ser otra piedra innecesaria en su camino. Es decir: si ya sabe escribir y solo recibe críticas por cómo no escribe según los gustos del profesor es más que probable que sea él el máximo responsable de todo el estrés que no le sirve para nada acumular. Es más sencillo inspirar enseñando cosas nuevas: impensable en los esquemas de ciertos funcionarios, igual de impensable creer que cuando un alumno se sale de los esquemas de lo normal deba seguir recibiendo una educación normal.

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Con esto presente planteo la siguiente situación: hace siglos los cuentos para niños eran increíblemente crueles. Tal es así que podríamos decir que el "maestro" tenía por intención traumar al niño solo contando historias. Cuanto más atrás vamos más difícil es encontrar "cuentos para niños", pues es un concepto más del romanticismo - y, sin embargo, las leyendas siempre fueron la literatura favorita de los infantes. Todas esas historias de fantasmas y demás mitos bien podrían ser los primeros cuentos para niños. Cuanto más morbosa era más infantil sonaba, y menos escolástico.

Entonces los malos eran supermalos y los buenos eran superbuenos. Son las historias más infantiles: las estructuras están llenas de propagandas morales, donde al primero al que le sucederá algo malo es al que se comporta de peor manera - quien nos caiga peor. La cosa es que, y en esto Disney ha sido la empresa pionera, era posible plantearse que el malo no fuera tan malo - sino una víctima de las circunstancias, alguien a quien influenciar para ver si cambia de actitud. Ya no digo lo que se plantea en la película "Malicia", y es que el mal en realidad sea un concepto equivalente a salirse de lo cánones de la moralidad - no necesariamente a ser una persona destructuva. Se trata de un concepto que, según he creído observar, no se llegó a comprender después de lanzar incluso una segunda entrega.

Es decir, Disney está probando cosas "raras", no se conforma con hacer y ya está. De la misma manera, otras compañías se han juntado para probar por su cuenta, hay una idea de cambio - y la cuestión que hay que plantearse es hasta qué punto seguir con los modelos anteriores sería realmente cruel.

Cuando el malo es realmente malo el niño agudiza su sentido sádico y empieza a lincharlo: todas las crueldades que vivió el niño las proyectará sobre el villano, disfrutando de cada segundo mientras sufre la más cruel de las humillaciones dolorosas ¿Es eso una correcta enseñanza? ¿Es correcto que aprendan a mirar a otro lado y a proyectar sus problemas sobre un personaje ficticio? ¿Hasta qué punto podría ser considerado algún día como un final tóxico?

"Entonces Gretel empujó a la bruja en el horno y lo cerró para acto seguido liberar a su hermano..."

Parece cruel, pero claro, ¿por qué no...?

"Los dos niños, queriéndose asegurar de que la bruja no escapaba para perseguirles vigilaron el horno mientras escuchaban a la bruja hervirse en fuego lento gritando de manera entrecortada. Los dos hermanos se apretaron las manos fuertemente sabiendo que ese habría sido el destino de Hansel si su hermana no hubiera encontrado el valor suficiente como para perpretar esa acción contra la bruja. Mientras, ya no quedaba ningún animal cerca, espantados por la agonía de la bruja, los gritos de súplicas, los lloros, los golpes infructuosos, las negociaciones que nunca hay que escuchar, los falsos piropos, los rugidos y la sensación de dolor incesante que atravesaba el cuerpo de esa mujer".

¿Suena cruel? Podemos mejorarlo...

"Mientras estaba en el interior del horno la bruja recordó cuando era niña y lloró al ver cómo su madre cocinaba unos animalitos vivos. Entonces era ella la que consideraba que esa crueldad era inaceptable. Pero con el tiempo se hizo adolescente, se enamoró de un joven, y éste intentó encerrarla en un horno al enterarse de que su madre era una bruja. Eso provocó que, con el hambre que ella sentía, porque el negocio de repostera no le funcionó al saberse quién era su madre, necesitó comerse a su captor y, poco a poco, aquellos que la visitaban siempre era para darle caza..., y ella los cocinaba."

¿Qué derecho tiene el autor de convertir al villano en víctima? Pero claro, ¿qué derecho tiene el crítico de pensar que los villanos tienen que desempeñar el papel de chivos expiatorios?

El crítico quiere hacerse partícipe de la obra juzgando el conjunto de la obra, pero lo que permite desarrollar al autor no es especializarse en la moralidad del crítico sino cuando desarrolla las distintas maneras de expresar los distintos signos en la obra. Es más fructífero cuando se experimenta con una caperucita roja que sea negra, con una cenicienta varón, un quijote chino o cualquier combinación que sutilmente pueda ser interesante. Como toda buena receta, lo mejor es cuando se descubre una combinación explosiva que a nadie se le habría ocurrido.

Es entonces cuando se descubre la cultura woke, un concepto que siempre ha existido - independientemente de que hasta ahora no se le había puesto etiqueta. La cultura woke se defiende desde dos frentes independientes para obligar a cualquier mecenas o productor el animar a que se cumplan tales esquemas:

a) Enfoque egoísta. Si los autores pueden ser blancos, negros, mujeres, bajitos, etc..., entonces habrá más autores compitiendo entre ellos y los resultados serán más productivos, gracias a la meritocracia y el aumento de la calidad de las obras.

b) Enfoque altruísta. Si nuestros hijos crecen en un entorno culturalmente homogéneo entonces no podrán desarrollarse con una visión de conjunto que sea realista. Estarán sometidos a sus miedos, sus discriminaciones, sus barreras..., y en ocasiones esas mismas barreras podrán estar vinculados con los grupos en los que ellos mismos o sus amigos pertenecen.

El enfoque altruísta coincide con el sueño de Martin Luther King, la eliminación del sentido de pertenencia de los que están en grandes guetos y en pequeños guetos: que las minorías puedan integrarse entre las mayorías sin pedirles el carné. Esa utopía es una forma de egoísmo si pensamos en nuestros hijos como una extensión de nosotros mismos: se trata de crear un contexto propicio para que el superhombre no se vea abocado a vincular el significado del símbolo con el icono que se usa para representarlo.

En este proceso de experimentación los críticos pueden volverse crueles y desear el modelo anterior. Se centrarán en casos particulares y serán muy duros cuando se les presente situaciones objetivamente válidas... ¿Por qué les molesta que la sirenita sea negra? ¿No es un musical? Debería de molestar que la actriz no fuera la mejor cantante..., y en este caso ella da el tono. Al experimentar con distintos tonos eso genera afecciones sobre el personaje y su significado al margen de la cultura por el tono de piel.

Por eso la cultura woke se puede desarrollar bajo los dos enfoques: 

a) el egoísta que hace que el guion sea más fácil de crear al haber más conflictos sociales, y expone situaciones para que la gente se conciencie ya sea como la trama principal o como subtrama

b) la altruísta que hace que el conflicto social esté solo en la cabeza de quien no ha experimentado esa combinatoria, para ver las cosas con otro color, otra forma, etc... Y que los que vean por primera vez esa combinación luego no percibirán en la vida real la necesidad de ser crueles para crear conflictos sociales.

Al final, se trata de un win-win. Otra cosa es que no se sepa cómo enfocarlo para que los críticos no se den autobombo. Las redes sociales premian a la opinión más burra y animal, razón por la cual esa clase de influencers, si tienen esa postura, deberían de ser domados como animales salvajes que son - en vez de ser tomados en cuenta. A la larga sus propios seguidores madurarán y se darán cuenta por sí mismos: el animal salvaje acabará siendo domado.





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