Es un hecho incontestable: siempre son los más simpáticos. Han encontrado una fórmula social de manera que te tengan entretenido, entonces aprovechan el tumulto para generar caos y, entre simpatías y promesas de comprar muchos productos, te cogen cosas sin que te des cuenta.
Luego haces recuento, ¿qué ha pasado? Pues lo que ha pasado es que te han robado dos móviles un USB con forma de muñeco..., decía el tío: "han llegado los reyes".
Así es como piensa esa clase de gente.
Y la idea es clara: esas personas que son tan generosas no existen, y te generan una sensación horrible en lo que se refiere a la relación con la gente.
Espero que esta nueva depresión se me quite pronto - aún no sé qué haré si se me cruzan los ladrones: ¿tendrán el morro de fingir que como no les he visto entonces enfadarse conmigo? Eso ya me ha pasado antes, es asqueroso - porque aun sabiendo que no pudieron ser otros...
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