Esta entrada puede que parezca una entrada de política, y lo es; sin embargo no hay que olvidar en qué consisten los qualia: la capacidad que tengamos para organizar mejor nuestra idea de democracia se vinculará con nuestra capacidad para enseñar a aprenderla y, por ende, a encontrar las correspondencias dentro de la máquina. Al final, el buen entendimiento del mundo exterior hace entender cómo se organiza eficientemente lo interior.
Ese principio en física puede que no se cumpla, o puede que sí y no se sepa, pero al menos en el mundo orgánico y social me consta de que así es - es un problema de distribución de responsabilidades.
Todo país lo suficientemente complejo como para ser considerado como tal debería de tener una ley que dirima y explique la diferencia que hay entre cometer un error en cada uno de sus cargos y hacer un acto doloso. Es decir, la prevaricación a mi juicio es el principal problema con el que se enfrenta la socialdemocracia, y si se quiere evitar problemas mayores la trasparencia es un buen salvavidas, pero no hay que olvidar que el sistema óptimo que ofrece la mayor de las trasparencias es una red social. Y ya sabemos cómo son las redes sociales: un hervidero de odio, a pesar de que no hay un verdadero poder detrás de cada mensaje.
Es algo que vemos muy a menudo: una persona sufre un calentón y recoge una información, de manera sugestionadora la incentiva para que parezca la cosa más horrible del mundo. En una sociedad democrática, tan pronto como haya una enorme trasparencia, la Inquisición adquirirá forma. Es terriblemente fácil que los agentes quieran pronunciarse ante cualquier circunstancia para incitar al bulo y la manipulación con la excusa de querer luchar contra el bulo y la manipulación.
En mis estudios personales sobre el modelo de juego de redes sociales, que a saber si querré divulgar o no, observaba que las emociones se aprenden dentro de la red y se redefinen. Esto quiere decir que el homo-red es diferente que el homo-sapiens. No pueden empatizar. Resulta que el mundo de las redes sociales exigen generar alter-egos que no se materializan en el mundo real; la ética que ahí se defiende, por tanto, no sería una ética material. Se trata de los sueños húmedos de Hegel y su progenie.
Así que, ¿de qué manera se puede practicar la máxima trasparencia sin sucumbir al bulo y la manipulación? La Unión Europea, que está llena de políticos manchados, es incapaz de redactar leyes en condiciones sobre la deóntica tecnológica. Lo sé y me consta por las aberraciones que empezaron a emerger desde alguna sentencia de Estrasburgo... Ni los que legislan ni los que juzgan tienen las manos limpias. Son muy marranos y no son capaces de redactar leyes o plantar doctrina en condiciones.
Creen que para frenar una manipulación en un foro hay que castigar a sus administradores, en vez de ir contra los usuarios que difundieran la mentira. Me recuerda la insidiosa sentencia de una jueza que determinó que en una brigada un ciudadano español fue torturado, pero que al no saber quién fue el perpetrador del delito entonces..., ¿entonces qué? ¿Dónde consiguen su cargo de juez? ¿Es que hay que recalcar las leyes de manera que se entiendan mejor? Una brigada tiene deber de vigilancia de lo que ocurre en la brigada: uno tortura, todos torturan. Si solo fuera uno entonces se le acusaría, y fin de la historia. Donde hay connivencia hay solidaridad en la acusación. Se llama deber de vigilancia. Si en un foro un usuario dice una estupidez el fiscal le preguntará al administrador, pero el administrador no tuvo el deber de borrar la estupidez - sí de comunicar quién la dijo a las autoridades. Sorprende que haya que explicar esto.
Hay quien dice que lo que se pone en Internet debe ser inmediatamente borrado por las administraciones cuando sea delito. Si eso fuera así los administradores serían jueces de lo penal. Y lo correcto es decir que debe haber un conjunto explícito y claro, bien tipificado y estandarizado, de cosas que se sepa que no se pueden divulgar - así como los tiempos para su borrado. Pero nada de esto se ha debatido, y adelanto que hasta que no se quiten a los que tienen esa mente tan sucia y emponzoñada será imposible iniciar un debate en condiciones.
El hecho de que un administrador de un foro de opinión tenga que hacerse cargo de los miles de mensajes que se vierten en la red es de tal nivel de aberración que sorprende que cuando la policía recibe una denuncia de amenaza de muerte éstos no tengan capacidad para discernir hasta qué punto la amenaza es digna de ser recogida. Y entonces vemos las calles de las ciudades llenas de personas gritando, amenazando y, en ocasiones, matando..., sin que la policía quiera administrar ese tipo de llamadas, ni hacerse responsable. Una tienda puede llamar a la policía porque le han asaltado y el agente, lo sé porque me ha pasado, determinará si quiere o no gestionar ese asalto.
Hablaba con otro empresario chino y me lo dijo: esto es muy típico de China, España se está volviendo como China. Pues bien, eso es justo lo que no me gusta de China. Exactamente es eso lo que impide que una sociedad se vuelva democrática: las manos sucias. Y con manos sucias China no puede ser democrática, y España tampoco.
Lo primero: lo más sencillo. Si no se sabe gestionar una ley de trasparencia y de la asunción del deber de vigilancia de los administradores en los sistemas digitales entonces me parece una aberración pensar que los jueces de lo contencioso tendrán instrumentos para determinar cuándo hubo prevaricación en los actos de la policía, administrativos, etc...
De ahí la necesidad de que haya una fórmula social que nos diga qué tipo de actividades son dolosas cuando sus agentes cometen errores. Esto es, un usuario inicia una conversación con un LLM y el bot en un momento dado llega a una conclusión: el usuario ha sobrepasado un límite legal ¿Pretenden esos políticos de mierda que seamos los informáticos los que les demos solución a este dilema cuando ellos al mismo tiempo no nos escuchan cuando les decimos que la tasa Google es un contrasentido?
No sé si el que lee se da cuenta de que en la Comunidad Europea el principal problema que tenemos es que nuestra jurisprudencia es contradictoria, y los que desarrollamos productos digitales lo sabemos. Pero como son los juristas y los políticos los que se mueven en el mundo de Alicia, éstos se creen que en realidad se rigen por alguna clase de criterio o política. Cuando lo que defienden no tiene ni pies ni cabeza: es inasumible.
Por ello, cuando plantean fórmulas imposibles siempre es posible hacer un paripé - y es así como viene trabajándose ese tipo de leyes en Europa. Los informáticos somos conscientes de que no hay margen y acabamos proponiendo paripés. Que sabemos que es una farsa, pero al menos menos tendenciosa que la ley misma.
Dicho esto, si se quiere tener una buena escala de valores hace falta antes unas fórmulas que ayuden a apreciar la diferencia entre el cínico, el mezquino, el pedante y el necio. Estos cuatro elementos fueron descritos en mi última entrada, y es una muestra de sentimiento de superioridad por parte del individuo, de sociopatía. Y para cada uno de esos rasgos debe haber un límite para la torpeza dentro del cargo que exija un deber de vigilancia. Así, cuanto más vigilante deba ser el cargo mejor definido debe ser su estándar para entender cuándo se reconoce su acto doloso.
Y, de la misma manera que decimos que un administrador debe frenar los bulos, también la policía debería de disponer de un test de psicópatas para poder actuar cautelarmente de manera automática sin necesidad de la tutela judicial; así como que los propios jueces ya podrían ponerse al día en LLMs y empezar a impartir una justicia más eficiente...
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