Es vivir en una especie de engaño: aquellos que tengan suficiente autonomía para crear su propia corporación serán contratados para formar parte de alguna empresa. Pero claro, ¿a santo de qué van a querer trabajar para nadie si ya tienen un perfil alto?
Hay a quien le gusta vivir bajo la espada de Damocles, y los hay a los que nos gusta cumplir con nuestros objetivos marcados por presupuestos autoasignados - pero sin tener que asumir la posibilidad de quedarse a la intemperie. La cosa es cuanto más nos restrinjan nuestra capacidad para controlar nuestro trabajo más nos tendrán que compensar con un buen paraguas.
En estos momentos me pregunto qué oferta empresarial será capaz de plantearme un puesto de trabajo que sea un reto y, al mismo tiempo, que me dé sensación de estabilidad. Si a la hora de aceptar entrar dentro de alguna casa veo que hay miradas llenas de desprecio hacia mi pasado, lo que son mis méritos, toda estabilidad que finjan que me ofrecen perderá todo su sentido. Cualquier día algún indeseable empezará a jugar al juego de los sabotages, y en esa clase de cosas tengo demasiada experiencia como víctima: el entorno académico tiene más actos de sabotage que trabajos a entregar por alumno.
Y no, no quiero volver a esa clase de entornos - sobretodo porque si no hay seguridad jurídica para los alumnos por parte del sistema judicial español entonces ¿cómo será el mundo de las grandes corporaciones y las puñaladas traperas por parte de los trepas?
Ya he tenido la oportunidad de llegar a hablar con sujetos que no me parecía que debieron haber conseguido nunca un puesto importante, y ahí estaban. Fallan los de recursos humanos a la hora de saber filtrar: porque los verdaderos intrusos no son los que tienen pinta de intrusos..., sino los que no tienen un lenguaje técnico, y ya ¿Quieres una empresa de gente honesta? ¿Elimina a los que mienten o exageran innecesariamente?
¿Qué puede ser exagerado en mi currículo a mi favor? ¿Que digo que conozco 5 idiomas que a estas alturas los tendré oxidados? Lo que no aparece en mi currículo son exageraciones que compensan mis oxidaciones. Y es que la honestidad es otra cosa, y el currículo puede llegar a ser una pérdida de tiempo absurda.
Son cosas que no me creo ya: eso de que voy a ser contratado, eso de que voy a conseguir nada más allá de donde estoy... Sé que haré una nueva gama de teorías y de descubrimientos, no sé cuántos de ellos serán más o menos innovadores, pero quizá haya errado en la creencia de que podría sacar provecho a mis innovaciones - yo o mi medio ambiente.
Allá donde miro solo hay inestabilidad. No me gusta. Tan pronto como se comprometen a X resulta que se desdicen. En un estado de derecho sería digno de demanda, pero jamás se me ocurriría recomendar a mis amigos que denuncien en España, igual que yo tampoco lo estoy haciendo. Las denuncias hay que reservarlas para cuando se hayan reunido las suficientes pruebas como para que la prevaricación judicial sea demasiado obvia, sabiendo que por muy evidentes que sean siempre necesitará el juez algún que otro año para procesarlas en su cabeza. El examen que tuvo que hacer lo hizo el mismo día, pero el examen que le pone el pueblo..., eso ya... Ni los estudiantes que presentan su tesis de fin de carrera necesitan tanto tiempo como un juez; parecería que esperan ganarse el premio Nobel por cada juicio.
Me pregunto qué es más arcaico: si el sistema judicial o el sistema de participación ciudadana. En cualquier caso, no necesitamos tantos funcionarios; aparece un sistema de automatización casi perfecto y eso no le sirve a las administraciones públicas para nada - no, solo al cine para abaratar en guionistas. De locos.
El mundo está en crisis, hay inflacción, mucha deuda... ¡Y una mierda! Lo que pasa es que la gente es completamente IMBÉCIL. Tienen la solución delante: en otros mundos ya se habrían tomado medidas, pero el homo sapiens es especialmente retrasado con respecto a lo que pudiéramos llamar zoom politikom. Aparece una tecnología que hace milagros y solo se le ocurre a la gente usarlo para el entretenimiento. Que nadie cuestione el puesto de los funcionarios... Son cargos muy meritorios, sí..., claro.
Esto me recuerda mi teoría de que una universidad podría funcionar mejor con solo unos conserges y el acceso a los recursos por parte de los estudiantes. Si estos quieren contratar a un profesor debería de ser por consenso, o como algo excepcional. El valor de un título debería depender de los mismos estudiantes, mayores de edad, que pensarán en su futuro. De esa manera las listas blancas, negras, grises y superblancas desaparecerían: nos cargamos la figura del profesor y las titulaciones ganan en calidad.
De la misma manera, en los institutos los estudiantes deberían de ir cumplimentando unos objetivos dentro de una agenda - esto es, serían ellos los que se preocuparían de asistir a las clases y apuntarse a las que les interese para suplir créditos. Esa obsesión de dárselo todo hecho no favorece ni ayuda en absolutamente nada: tener un horario no obliga al alumno a seguir tal horario ¿Qué valor le puede dar un adolescente a lo que se dice en un centro si está la mayor parte del tiempo con ganas a que toque el timbre?
Pero lo que más me llama la atención es la enorme inseguridad jurídica o lo terriblemente ineficiente que es el sistema para preguntar a los ciudadanos. El concepto demanda, denuncia, voto, veto..., todo eso, si está atorado entonces la democracia ni está ni se le espera. Sobretodo cuando se tienen medios triviales para desatorar el problema. Y es que en ocasiones para que las cosas avancen no hace falta nuevas leyes, ni nuevas perspectivas; solo hay que eliminar cargos y aumentar la responsabilidad de otros ya existentes..., planificar la orgánica.
Porque es cuestión de sentido común: si el poder ejecutivo está para paliar las urgencias administrativas, y no actúa de facto de esa manera; y si el poder judicial está para arbitrar en aras a lo que diga la ley, y no actúa de facto de esa manera..., entonces algo falla. Y es que la ley del enjuiciamiento judicial debería de ser un estándar, no una ley, y debería de haber una ley sobre el jurado popular con poder vinculante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario