domingo, 21 de mayo de 2023

El genio y la figura a la hora de contar las cosas

He pretendido probar a iniciar algunos proyectos, y rematar otros. Y probando, probando he visto que los guiones que redactan las IAs no solo son inocentes, que ya se preveía, sino que además no respetan los cuatro principios del suspense que expliqué con las siglas MICA hace unos días. Puede parecer un cliché, pero la máquina aún no sabe pillar lo que se escribe entre líneas; de hecho, he comprobado a través de mi novela que se le va mucho la pinza:

Atribuye descripciones alienígenas a la protagonista de mi novela, cuando es ella quien se enfrenta contra esas miradas. Asímismo, tras terminar de citar el nombre de un personaje al que estoy describiendo, continúo haciéndolo en el siguiente párrafo pero sin mencionarlo, y la IA no es capaz de darse cuenta de que sigo describiendo al mismo personaje.

Cosas así...

Esas limitaciones son debidas a los propios límites del transformer: el hecho de que reconozca un máximo de palabras y que no sea capaz de gestionar de manera inteligible el contexto.

Pero claro, si me da por pedirle una conversación entre dos chicas que se llevan mal, resulta que me crea una conversación inocente y sin sentido - ¿dónde está el conflicto?

De la misma manera he querido probar una de esas IA's capaces de crear música (idea que nunca he compartido que fueran capaces de hacer, precisamente por el tema que hoy trato), y he comprobado lo que cualquiera: si le digo (en inglés) que unos violines introduzcan al rey en la corte, como si le digo que lo hagan con un payaso, como si le digo que haga la marcha fúnebre de un héroe que dio su vida por nosotros o si le pido que haga la marcha fúnebre de un payaso..., los resultados son completamente azarosos y, de hecho, ni percibo los violines, ni la marcha fúnebre..., todo lo más, la del payaso. Si querían hacer que una máquina aprenda la parte inteligible de la música solo tienen que ir a los Final Fantasy, buscar el desarrollo de los personajes en la Wikipedia y vincularlos con el theme musical. No se llega ni a eso.

Algo parecido se podría contar sobre mi manera de calcularle la gracia a un chiste, de hecho podemos partir del siguiente chiste clásico:

Un cliente de un hotel mira la factura del hotel de 4000 y se dirige al metre para quejarse E

- Oye, que aquí pone que me cargan 200 euros por el minibar, y yo no he usado el minibar I

- Ya, ¡pero eso a mí qué! El minibar estaba a su disposición, si no lo ha aprovechado es asunto suyo J

- ... P

El cliente vuelve a mirar la factura E

- Oye, y que aquí pone que me cargan 500 por la biblioteca, y yo no he usado la biblioteca I

- Ya, ¡pero a mí qué! La biblioteca estaba a su disposición, si no lo ha aprovechado es asunto suyo J

- ... P

El cliente vuelve a mirar la factura E

- ¿Y qué me dice de la piscina? Me cargan 700 euros por usar la piscina cuando ni sabíamos que había I

- Ya, ¡pero a mí qué! La biblioteca estaba a su disposición, si no lo ha aprovechado es asunto suyo J

- ... P

Finalmente el cliente decide pagarle al hotel E

- Pues aquí tiene 2000. J-I

- Oiga, que me debe pagar toda la factura I-J

- Ya, ¡pero a mí qué! Son 2000 por valerse de los servicios sexuales de mi esposa. Mi esposa estaba a su disposición, si no la ha aprovechado es asunto suyo P-P

El chiste empieza con una introducción de fábula EIJP, mientras el metre explica cliente porqué tiene que cargar con los gastos dejándolo sin palabras; acaba siendo una confabulación EJIP. Sin embargo, para entender o aumentarle la gracia al chiste hay que fijarse en los números de las facturas, en las reiteraciones gramaticales y en la idea de moralidad en la relación de pareja. En principio cabría esperar que el cliente callara y pagara la factura con la moraleja subsiguiente de que no hay que ir a un hotel sin leer la letra pequeña, pero entonces cambia la naturaleza de la historia reinterpretando la intención de pagar de menos como una justificación y la aclaración del metre como una utopía.

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Esto nos demuestra que la manera de contar las cosas repercute en la calidad de un chiste bien contado, como ocurriría en los propios textos ¿Qué pasaría si los guiones no fueran fuertemente supervisados por personas? Lo que pasaría es que las conversaciones enlatadas no generarían tensión, ni confrontación.

Sin ir más lejos la técnica de desarrollo de personajes mediante su previa transformación en objetos parece que la IA sí lo entiende: 

1. Explicas a la IA qué es cada personaje, y cómo habla.

2. Le expones que simule una conversación donde uno es un objeto, y otro otro que esté relacionado (como un perro y una correa). Además le incorporas como petición que no incluya las dos palabras de los objetos y le pides que centre la conversación en un tema específico.

Al hacer eso la IA puede desarrollar una conversación que cualquier estudiante primerizo podría mejorar bastante, a mi juicio, pero que elimina el reto de la hoja en blanco por lo menos.

Hay que notar que cuando decimos que dos personajes adoptarán una conversación como si fueran dos objetos específicos de ahí deben emerger dos tipos de ausencias, por ejemplo: el perro se siente molesto con la correa, aunque es la conexión que tiene con su amo - mientras que la correa siente que el perro y el amo siempre tiran de ella y teme que el día que entre los dos la rompan la tiren a la basura.

De ahí surge una historia de superación, o una parodia, o una sátira..., dependiendo de cómo afronten los personajes los acontecimientos y cómo consigan que la historia se remate a su favor. 

Historia de superación: 

- De tanto tirar de la cuerda ésta acabó rompiéndose, así que la tiraron y un día es reciclada para otros propósitos llegando a ser usada por un hombre muy rico. La cuerda se valió de su nueva influencia para ser un ejemplo para su antiguo dueño y perro.

Básicamente podría ser esta la misma historia de David Copperfield. Solo habría que adaptarlo a la época victoriana sin que se note que se habla de perros y cordones. Ahora bien, todo este ejercicio de dirección e inspiración para la actuación y desarrollo de los personajes aún no está puesto de manera automática.

Se trata de una defensa del genio y la figura de los autores que la máquina aún está muy verde como para percibir. Algo así parecía defender Umberto Eco en la "Estructura ausente", obra que estoy redescubriendo en el apartado que habla sobre el demonio de Maxwell; considerando que implementé ese demonio me veo en la obligación moral de leer sus perspectivas para ver si las puedo reciclar. Al fin y al cabo, ya sea el sistema MICA, VAWM o SABE que no paro de reinventar, al final esas técnicas va sobre lo mismo: va de ofrecer una interpretación a una información específica a partir del uso de los significantes, como describe el propio Eco. Es decir, el genio y figura es una técnica gramatical de la semiología.

Pero ya desarrollaré ese concepto mejor.


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