martes, 22 de noviembre de 2022

Relato. Norecordoria

Algunos ganan y otros pierden. Es imposible saber en qué grupo te encuentras. Pero ahora todo ha acabado y todos los que somos podemos empezar de cero. Solo existe un problema, el pasado que no aceptaremos recordar ¿Qué país era éste? Ya da igual, ahora sí que somos iguales.

Los zumos que producimos cada vez más aguados, al menos también más vitaminados, pueden ofrecernos los complementos vitamínicos que necesitamos. Pero ninguna de esas vitaminas incorpora un recuerdo de nada que hubiera pasado. Y mejor así, es divertido volver a contar historias de cosas que nadie se cree. Ya son tantas que no es posible distinguir la leyenda de la realidad, salvo que lo estemos viviendo.

Toca ir a trabajar y todo es maravilloso porque si a alguien le interesa trabajar en algo solo tiene que acercarse donde lo hacen, y ya está. Nadie se preocupa de dónde viene cada cual, ni historias extrañas como las que leemos en Kafka. Es divertido pensar que de vez en cuando alguien le gasta una broma a otro diciéndole que no puede trabajar ahí - entonces le responderá: "pues yo vengo para cobrar por mi trabajo" ¡Qué chistoso! Y así todos riéndose.

Sales del trabajo y te apuntas a un menú en el comedor. Si no quieres ese menú puedes trabajar en la cocina. O puedes irte a vivir al campo, con los recordorios. Si quieres ser un recordorio, eso es asunto tuyo, pero a nosotros no nos compliques.

Luego vamos a la asamblea para que los que trabajan en la gestión nos cuenten cómo se han desempeñado en las cosas. Los fiscales confirman lo que dicen, y todos contentos. Y si hubo alguien que no lo esté, pues no me acuerdo. Luego termina el día y a tomarse la pastillita. Y empieza el viaje...

Uoahhh

Luisito tenía un perrito. El perrito se hizo caquita. Entonces metió la caquita en un papelito... Y luego no se acordó dónde lo había dejado.

Auoohh 

¡Qué bajón! El mundo está lleno de problemas porque las tardes no son para siempre. Y creo que he procreado, por lo que veo. Pero no me acuerdo.

Las guerras siempre traen lo peor, la inflación. Pero para ser competitivos solo hay que aguarlo todo, y edulcorarlo un poco más. Es increíblemente más barato quedarnos contentos que tenernos contentos, y eso es lo que al final quisimos los que sobrevivimos. Esos que se complicaban, nuestros abuelos, han acabado en los más simples de los mundos - en la tumba. Tienes que hacer esto, tienes que..., ¡qué sueño! A dormir.

fiuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu

Algunos ganan y otros pierden. Es imposible saber en qué grupo te encuentras. Pero ahora todo ha acabado y todos los que somos podemos empezar de cero. Solo existe un problema, el pasado que no aceptaremos recordar ¿Qué país era éste? Ya da igual, ahora sí que somos iguales.

Los zumos que producimos cada vez más aguados, al menos también más vitaminados, pueden ofrecernos los complementos vitamínicos que necesitamos. Pero ninguna de esas vitaminas incorpora un recuerdo de nada que hubiera pasado. Y mejor así, es divertido volver a contar historias de cosas que nadie se cree. Ya son tantas que no es posible distinguir la leyenda de la realidad, salvo que lo estemos viviendo.

#historiasdelfuturo

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