viernes, 5 de febrero de 2021

La televisiones se están metiendo contra los usuarios

Poco a poco el lobo va enseñando más y más la cola. Los medios suelen estar más vinculados a las empresas que suelen defender preceptos de izquierdas en la nación a cambio de abrir sus fronteras a la globalización extranjera y dejar al país con el culo al aire ante la especulación del Imperio. Sin embargo, Youtube no funciona bajo esos esquemas, ni tampoco el resto de las redes sociales.

El llamado stablishment suele tender al progresismo en apariencia. Principalmente porque la cultura siempre tiende al progreso y, aunque es cierto que en EEUU odian todo lo que recuerde al socialismo, al final la ética material de establecer un contrato social siempre acaba prevaleciendo - por mucho que se quiera intentar evitar. Pero eso es porque el socialismo es inherente a la democracia, por mucho que se quiera negar este principio fundamental de todas las civilizaciones - y que es demostrable.

Lo primero que habría que hacer es reconocer la definición intensiva (o como decía Bueno, dermatológica) de lo que es la democracia, de manera que se ajuste lo máximo posible a la extensiva, la tecnológica, la de las fórmulas, el cómo... En este blog habré dado varias aproximaciones en formato de postulado sobre qué es la democracia, pero si tuviera que hacer un compendio de cómo acaba demarcándose sería algo así como: el sistema que permite transformarse en virtud de las exigencias de quienes estén siendo explotados. Lo que nos lleva a que la democracia debe ser un concepto que va a más y que escucha a un grupo de personas que hayamos podido demostrar que merecen ser escuchadas, no porque sean representantes - lo cual es absurdo, sino porque han sido víctimas del sistema y sus injusticias más materiales.

Dicho esto, sorprende que los influencers sean importantes para la sociedad y, al mismo tiempo, no se les reconozca su trabajo. Sorprende que se les llame antipatriotas porque no comparten que se tenga tanto apego por lo que generan y, al mismo tiempo, ni se molesten en darse cuenta de lo marginales que son con respecto a toda la sociedad.

La ley no reconoce al influencer, tampoco hay impuestos especiales, no hay un trato oficial reconocido desde los organismos públicos para reconocer ese nicho electoral, no hay campañas publicitarias dirigidas oficialemente hacia los influencers, no existe una extensión de la marca España a través de los influencers españoles, no hay protección de ningún tipo ante los vaivenes de las plataformas digitales por cómo trata a sus usuarios cuando éstos son influencers profesionales, etc...

Si ya de por sí a los informáticos no se nos hace caso por motivos políticos, de grupos de presión, mafias, etc..., difícilmente los influencers serán escuchados hasta que no entren en el juego de la socialdemocracia - cosa que no recomiendo, o hasta que caiga la propia socialdemocracia.

Lo malo de entrar en el juego de la socialdemocracia es que es como el que permite que esa buscona que no conoces de nada sea la que aporte el preservativo, sin saber que lo mismo está agujereado. Es una falsa seguridad, o algo meramente momentáneo - una incomodidad que puede que te lleve a una nueva gama de problemas.

Los partidos políticos, así como los sindicatos, son empresas o asociaciones que existen siempre que existe el caos, siempre que no haya un pacto social acordado entre las partes. Eso quiere decir que cuanto más caos haya más poder adquiere el partido o el sindicato. Por ejemplo, la ministra de Igualdad, jugando al juego del loco, propone una ley que promoverá aún más los asesinatos machistas, la violencia contra las mujeres, el paro, la corrupción machista, la brecha salarial, etc... Y, para hacerlo, sólo tiene que etiquetarlo como "Ley trans". Es decir, le pone una etiqueta de apariencia LGTBI pero cuyo contenido atenta contra los derechos más fundamentales.

Ya se comprobó en España que esa fórmula funcionaba bien (ley de violencia de género), cuando lo legítimo habría sido una denuncia a España ante el tribunal de la Haya por vulnerar los derechos más básicos, los que se aprobaron en la ONU tras la segunda guerra mundial. Pero poco a poco a los países se les cae la careta: todos están interconectados por ese stablishment, por esas empresas que quieren unas leyes de apariencia progresista para que se abran por completo a la globalización. Se le llama socialdemocracia, es un recuerdo de antes de terminar la segunda guerra mundial. La razón por la cual se redactó esa carta era precisamente para que no se repitiera la historia. La socialdemocracia sólo evoluciona de una única manera: hacia la tiranía, el estado policial, la dictadura institucional, la tecnocracia y, de ahí, a la idiocracia y la autodestrucción como civilización.

Ya hay evidencias de idiocracia con la llegada de la pandemia. No tendré que razonar lo dicho.

Más allá de que con suerte la pandemia se lleve lo peor de la clase política, idealmente debería de concedérsele a la ciudadanía el poder de decidir de manera directa y vinculante el mayor número de asuntos, considerando que vemos cómo los presupuestos son llevados con intereses mafiosos, clientelares y poco autoritarios.

Pero la televisión está muy bien pagada y subvencionada. No querrán que se acabe su chiringuito. Esos periodistas querrán fingir que son independientes, que no reciben dinero de lo público, que ocupan un puesto importante en la sociedad..., pero en realidad lo que están haciendo no es sino mantener el sistema clientelar y mafioso del gobierno. Están matando a muchas personas y no son conscientes de porqué puedo usar ese verbo - no tienen capacidad para asimilar la realidad desde un punto de vista estadístico.

Suena gracioso que le levantemos una estatua al Rubius en España por salvarnos la vida al irse a Andorra. Obviamente el lenguaje lo carga el diablo. A nadie le interesa saber las consecuencias de los actos, de lo que se defiende, de lo que se mantiene..., prefieren que Alcapone sea el dueño de Chicago porque moverlo del sitio es muy cansado, frustrante... Necesitamos unos intocables que nos ayuden a incitar el cambio. 

En aquella época el racismo pudo ayudar para ir contra Alcapone. Otro gallo habría cantado de haber sido un mafioso irlandés. Entonces ahora sería presidente o millonario, algún alto cargo haciendo experimentos con la sociedad estadounidense. 

La sociedad necesita más cultura, exponer más hechos que se contradigan en la gran pantalla. Como la película de Ted Kennedy hecha hace un par de años: donde se muestra una sociedad de votantes tan estúpidos como lo son los votantes de todo el planeta hasta hoy día. Hay que hacer las correctas lecturas de lo que significa el sistema de urnas, si eso se vincula con la democracia o si, por el contrario, es contrario a ella.

Son pequeños ejercicios que hay que hacer de vez en cuando.

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