El ser humano hay una parte del lenguaje y el comportamiento que recuerda y otra parte que olvida. Nunca se olvida uno de cómo se monta en bici, también se recuerda por siempre que hay palabras que adquieren un significado y lo más importante de la gramática - su parte más común a todas las gramáticas de la Tierra.
Los ritos son procedimientos que obtienen resultados sobre un sistema complejo. Mediante la prueba y el error se van perfeccionando. Sin embargo hay ritos que no están asociados a resultados compatibles con la ciencia - no contienen un silogismo material (en palabras de Aristóteles). Es posible que encontremos ritos que han conseguido mantenerse gracias a una correlación fuerte entre cada uno de los pasos, y eso a nuestro cerebro le parecerá suficiente; pues para eso está el cerebro, para encontrar correlaciones.
En la medida de que el rito ha conseguido un efecto deseado el cerebro y las álgebras internas que lo manejan podrá simplificarse extrayendo parte de la información que necesita para sobrevivir. Para eso se valdrá de la moralidad y, en el caso de animales más complejos, del lenguaje.
La adquisición del lenguaje en el homo sapiens es tremendamente simple. Ya Chomsky se percató de ello: todas las lenguas humanas se parecen lo suficiente como para especular que pudieran ser dialectos de un idioma original. Es decir, todos los idiomas tienen un sujeto, un predicado, un objeto..., se trabaja en ellos el pasado, el presente y el futuro. Cuando no hay futuro se usa por igual el verbo ir en todos los idiomas. Además, en todas las culturas se confunde lo que va a suceder con lo que se implica: la sucesión es confundible con la inferencia.
Todo eso son sesgos que provienen del cerebro para conseguir su objetivo: sobrevivir. Y para sobrevivir hay que crear un modelo de la realidad exterior dentro de la mente, y que ese modelo sea objeto de manejo consciente por parte del animal mediante su propio lenguaje. Lenguaje, que en el caso del humano, además puede ser muy abstracto y de términos persistentes a la vez.
Algo tan abstracto como saludar es algo que hasta un gato es capaz de hacer. Algo tan abstracto como amenazar también lo hacen los perros, y son conscientes de ello. Algo tan abstracto como enseñar lo hacen hasta las ballenas asesinas. El matiz está en las herramientas de metalenguaje de las que se dispone para que puedan afianzar sus conocimientos... Y tampoco son tan necesarias, porque si la adquisición del lenguaje se rige por el descriptivismo entonces sólo hay que trabajar la empatía animal para que adquieran los símbolos dentro de su propia forma de operar.
En cualquier caso, si los ritos son tan importantes: ¿por qué se olvidan? ¿qué ritos se olvidan y cuáles no? Un ejemplo está en los ritos religiosos: la única forma de no olvidarlos es repitiéndolos constantemente, estudiándolos..., si no, no hay forma de recordar el procedimiento. Ahora bien, ¿por qué se olvidan? Tiene explicación dentro de la teoría de la evolución: olvidar nos hace más sociales.
Por un lado necesitamos recordar los ritos que funcionen bien para tener comportamientos que permitan reducir la carga al cerebro. Pero por otro lado, ¿acaso no se nos llenará la cabeza de falsos procedimientos? La cosa es mucho más grave: sin entrar en abstracciones como la de la existencia de Dios, que no es compartible en todos los homo sapiens - pues exige un lenguaje que incorpore abstracciones de futuro y promesas, existe en psicología algo llamado proyecciones.
Cuando un ser humano tiene una mácula, mediante esas neuronas espejo, es capaz de vincular la misma mácula en sus semejantes. Ese vínculo es un sesgo cognitivo, pero que también reduce muchos problemas: es normal que quien es líder cometa errores que serán repetidos por sus vástagos. Por eso es interesante que el líder crea que sus vástagos repetirán sus errores. Así es como el líder, mediante proyecciones, diseñará un rito de castigo que, muy probablemente o siempre, será injusto y desproporcional. Si todos los humanos tuviéramos una memoria perfecta entonces el rito injusto podría contagiarse para hacer que otros necesiten proyectar todas las máculas que le fueron impuestas..., por lo que la sociedad no podría evolucionar del salvajismo atroz.
Partiendo de que el ser humano proyecta irracionalmente sus errores en víctimas indefensas es natural que aparezca el olvido: es el arma perfecta para olvidar, perdonar e indultar. Para hacer más laxo un ritual se olvidan de las partes menos racionales, las que tengan menos justificación material - que suelen ser las más injustas. Así se va constituyendo un sistema judicial en el clan.
Lo malo de juntar ritos, proyecciones y olvidos es algo que todos conocemos muy bien: las religiones. Sólo en sociedades donde se proyectaban los errores en sus semejantes y había ritos de iniciación que corrían el riesgo de olvidarse al mismo tiempo eran muy propensos, como explicaba Propp, a crearse un rito religioso y, de ahí, la creencia en una abstracción de la que no tienen constancia que conecte la correlación olvidada con el silogismo material.
Cogemos un hueso, lo enterramos bajo un árbol, emergen frutos, se repite el rito con otros huesos..., nace la agricultura con el rito ceremonial. Se van olvidando que los huesos eran humanos, y se dividen los ritos para no volver a mezclarse - pero no recuerdan la correlación que justificó la creación de la espiritualidad.
De la misma manera, una abuela se comporta con mucha rudeza con los padres; pero los padres, con el afán de repetir lo que vivieron, sólo recuerdan parte de ese rito de iniciación, y así tienen la oportunidad de ser mejores padres. Además, con el fin de mantener la relación de dureza los abuelos serán más pacientes con los nietos que como lo son sus padres más directos. Todo completamente irracional y, al mismo tiempo, se entiende su justificación. El objeto es hacer evolucionar la sociabilidad de la especie.
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