Hay muy pocos conceptos que son universales, y que cuando hay escasez en esa clase de consistencia el resultado es una sociedad menos social, más caótica. Se trata cuando se castiga al obediente. Esta es la principal causa de abstención de cualquier institución formativa o laboral.
Sólo hay una razón fundamental por la que debe ser un profesor de primaria despedido. Una puede ser la violencia que ejerza contra el alumnado, pero la violencia es catalogable como la heroicidad: una cuestión de grados de persistencia. Es decir, el profesor es un héroe más persistente que un policía, y el policía lo es más que el bombero; en el sentido de que los malos actos de uno provocará el sobreesfuerzo del otro.
De la misma manera, hay actos violentos automáticos que pueden reducirse en un daño corporal, otros actos pueden ser más sutiles pero podrían provocar un efecto a más largo plazo - de manera que no se olvide. Y se quedan con más persistencia. El daño más persistente que se deja contra un alumno es cuando se le castiga por ser obediente. Parece una estupidez, pero es algo por desgracia muy habitual y común en nuestra sociedad. Y, por tanto, especulo que es la principal causa de abstención estudiantil en Europa.
Hay muchas maneras de castigar al obediente, yo puedo citar formas que aplicaron en mi contra mis profesores como ejemplo... Como cuando me puse a adelantar trabajo cuando mis amigos dedicaban su tiempo libre para divertirse, y entonces el profesor decidió anular todos esos ejercicios que sólo yo había hecho - porque el resto de mis compañeros no tenían ganas de trabajar tan a destajo. Es un principio que se repite mucho: el profesor quiere ver cómo sufre el alumno, quiere sentirse partícipe de su esfuerzo y atribuirse el mérito de su avance. Cuando en realidad lo que debería de hacer es dejarle avanzar más allá de su tutela cuando éste sea demasiado autodidacta.
Son formas de castigo asociado con una filosofía conductista/positivista y con una fobia a la inteligencia no reconocida. Ellos mismos dirán que son admiradores de los más grandes genios, ojo: fans. Los fans odian a sus ídolos, no los aguantan; y quieren acabar con su existencia mientras los adoran en formato de reliquia. Son un objeto de deseo (puede que sexual) para ellos, un arraigo muy profundo para su líbido. Una cosa que les ayudará a satisfacer sus instintos más salvajes y ocultos. Es decir, tienen un odio no reconocido.
Es como el caso de ese profesor de física que decía adorar a los genios. Entonces más de uno pensaría que yo, siendo el único genio en esa clase, tendría la asignatura aprobada..., pues no, resultó que hice un examen sin tacha cuando absolutamente todos mis compañeros de clase habían suspendido - o dado un resultado muy deficiente. Ese profesor lo que hizo fue castigarme poniéndome un notable porque decía que no era razonable que todos hubieran suspendido salvo yo. Es decir, el primer día de clase pidió a todos los alumnos que se agruparan y yo fui el único que no pudo hacerlo porque nadie me quería en su grupo. Entonces fui llevado hasta la otra punta de la clase donde estaban los más desamparados... Y se supone que yo tenía que influenciar no sólo a los de mi grupo, que eran los más repetidores, sino que además a toda la clase. No hace falta decir que ese castigo desproporcional que exige un mérito subjetivo nunca puede desencadenar un comportamiento meritocrático en el grupo. De hecho, en ese año el comportamiento de mis compañeros se fue haciendo más y más laxo, para provocar que el profesor tuviera que reducir las espectativas del examen... Sin ir más lejos lo veía incluso diciéndoles a algunos elegidos las respuestas del examen.
Ése es el perfil del profesor en España ¿Sorprende? No debería.
Hay muchas formas de ser obedientes: puede que en vez de escribir gravedad = 10 pongas gravedad = 9'8. Puede que el exceso de rigor sea algo que más de un profesor no acepte, pero que no lo acepte porque no le da la gana - sin avisar. Puede que el lenguaje lógico se interprete como un acto de pedantería y, por tanto, se vea en una posición suficientemente válida como para castigar al alumno. La subjetividad es clave, sobretodo si se reconoce oficialmente.
España ahora mismo está cayendo a los niveles más mediocres de la historia de este país en educación. Con el actual ministro, que debería ser denunciado ante la Comisión Europea por su trabajo contra la Educación en España, se va a terminar de rematar a este país para ver cómo la generación de cristal española se hace incapaz de trabajar, o rendir cuentas por lo que haga.
Vamos a perder un tejido intelectual que no recuperaremos en décadas y décadas. Y todo por maquillar porcentajes, en vez de abordar la razón por la cual hay abstención.
En mi colegio nadie se abstenía, pero hubo un profesor que provocó una enorme abstención a grandes sectores de mi clase. Distintas familias, y en especial los padres, fomentaron la abstención de los alumnos para ir a clase - y con razón. Resulta que al llegar la tarde del viernes se tenía presupuestado ir a una piscina, pero los alumnos en general tenían comportamientos infantiles de más: a la hora de ir a los vestuarios no se iban a los vestuarios. Incluso el propio profesor se quedaba con los alumnos y hacía competiciones con los alumnos; para prolongar el momento en el que ir al vestuario. Es decir, los más obedientes se vestían primero para aburrirse mientras veían que los menos obedientes se divertían y se reían de los que ya estaban vestidos. Eso provocaba largas esperas, hasta el punto de que el autobús no aguantaba para provocar esperas muchísimo mayores - ahora todos vestidos, a la espera de un autobús que no llegaba. Era como si ese profesor hubiera raptado a los niños. Inaceptable. Y más inaceptable al descubrir que ese profesor de educación física sí era capaz de hacer que los mismos niños hagan ejercicio bajo el sol a muy altas temperaturas.
Otros casos de abstención se pueden dar cuando se observa cómo un profesor se lanza contra un alumno, lo acosa. Por desgracia es muy común y, al mismo tiempo, las autoridades - en especial el sistema judicial - no adoptan medidas. Lo normal sería que cada institución por su propia cuenta adopte medidas ante casos de abusos de poder, sin tener que esperar que otra institución se encargue. Sin embargo, ni Europa, ni el sistema judicial, ni el ejecutivo..., nadie hace nunca nada. Luego se quejarán de que las cifras de abstención son altas. Y se inventarán leyes para maquillarlas.
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¿Y por qué me ha dado por escribir esto? Porque tengo que rematar un ensayo que me gusta bien poco por lo poco... Para ser un giro copernicano es una vergüenza de ensayo. No sé cuál es la palabra. No me..., conformo. No sé. ME sabe a poco. Hay algo que no... Me lo van a echar a la cara diciendo que no es para tanto, que no se entiende, que me las doy de listo, que menos lobos.... Que debería de ser más diáfano, que soy un puto pedante, que me escudo en terminología técnica, que,......
Demasiadas tesis, demasiadas posibilidades, demasiado presuntuoso...
Otras veces he escrito cosas más diáfanas y ya me reprendían. Cuando hacía las cosas bien me reprendían. Ahora que estoy haciéndolo de la única manera que es posible... Me da muy mala impresión. Pero no arranco. Me quedo aquí escribiendo para así prolongar el momento en el que deba empezar a escribir.
Pero ya está bien, debo terminarlo y ya.
Me lo echarán a la cara, me cabrearé..., pero será la última vez que uno de esos lo haga. A partir de ahora lucharé en otras ligas, y el que no se ligue a mí se escaldará solo.
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