miércoles, 30 de junio de 2021

Bueno, no ha sido para tanto

Ya sólo me queda la carta de presentación. Aunque el artículo tal vez lo cambie una y mil veces más. Además de que sólo he aprovechado la tercera parte de la bibliografía que tenía preparada, aunque la esencial creo que sí la he usado. Y me sigue reconcomiendo un poco la cabeza..., es un documento demasiado complejo como para no documentarlo un poco mejor.

Al mismo tiempo estas técnicas son de tal nivel de simpleza..., que hasta parece insultante entrar en detalles.

--

Ayer mismo andando observé una escena trivial para un animal y de difícil resolución para una máquina, atendiéndose a mi definición de consciencia. Hice mis propios cálculos mentales y creo que el deep learning no habría podido superar la prueba.

Consistía en que andando por la calle observé una pelota escapar de un recinto cerrado donde había una piscina y niños jugando. La pelota dando botes en mitad de la calle es algo impropio, pero difícil de ver en una máquina salvo que ésta haya sido programada así previamente ¿Cómo se entrena a una máquina que conduce de manera autónoma un coche para adivinar que la pelota de plástico no es más que eso?

La respuesta es que, con las técnicas que conocemos hasta ahora (supervisado, no supervisado y enfrentamiento) no es posible. Lo sé. Y esto me ha dado más alas. Porque mi teoría sobre el género único se va confirmando poco a poco. Es otro caso en el que funciona, aunque la aclaración sea difícil de ver.

En uno de mis artículos de Medium lo dije: hasta que no podamos poner a una máquina en nuestras rodillas y contarle un cuento ésta no comprenderá cómo creamos historias las personas. Y esas historias son las que marcaran nuestro rumbo moral.

Tras ver la pelota de plástico escaparse de la piscina observé un tiempo después a un adolescente salir del recinto mientras corría en dirección contraria de hacia donde estaba la pelota. Entonces igual que primero tuve que usar mi inteligencia moral para comprender lo que era una pelota fuera de sitio, luego tuve que usar mi percepción mental relativa para entender que ese chico era el héroe y que necesitaba saber que la pelota era calle abajo, y no calle arriba.

Es decir, el mucho era gilipollas: ¿por qué una pelota iba a salir botando calle arriba? Claro, era adolescente. Salía corriendo de su lugar de juego, todos hemos pasado esa extraña época. Y eso es algo que las máquinas tampoco pueden hacer muy bien: sentirse afines con un tonto ¿Por qué se iba a almacenar la información de un agente que no piensa correctamente? Es malgastar bytes. No hay ningún modelo matemático que justifique esas decisiones.

De hecho, lo primero que se me pasó por la mente era que el chico tenía que hacer un recado calle arriba; y lo ignoré. Sin embargo, después observé que se quedó quieto como mirando al vacío... Vamos, que muy listo no era el pobre. Y fue cuando se me cruzó por la mente, si se hubiera asomado hacia su derecha sólo por un momento habría visto esa pedazo pelota gigantesca aún botando. Pero se me ocurrió lanzar una hipótesis: ¿es posible que ese chico realmente estuviera buscando la pelota? Insinuarlo sería el equivalente a tratarlo como un estúpido.

Pero lo hice. Algo muy en mi interior me decía que no podía estar seguro, aun teniendo plena certeza de que debía ser así. Mientras, me daba cuenta de qué cálculos debía hacer para entender porqué tenía que ser así, y que una máquina hoy día no podría llegar a tales cálculos. Así que titubeé, mi voz no era capaz de escapar de mi boca. Estaba mediopetrificado, no sabía del todo porqué, seguía autoanalizándome mientras hacía señas para que el chaval encontrara la pelota. 

La señora que me vio debió pensarse que el gilipollas era yo. Así que, gritando, se dignó a completar mis casi ininteligibles frases; mientras yo, a lo lejos, asentía. Cuando me dio las gracias respiré aliviado y le saludé. Pero, eso sí, no paraba de pensar: ¿cómo había calculado la probable tontez del chaval? ¿cómo es posible que asumiera con este nivel de certeza lo que es de sentido común? ¿Acaso una máquina se daría cuenta de que la pelota de playa en mitad de la carretera estaba fuera de contexto?

Me hizo gracia ver cómo un coche paraba ante la pelota que cruzaba como si fuera un peatón, y tan pronto paraba mientras veía a un adolescente tirarse hacia la pelota, el conducto lanzo un leve pitido: era el pitido del conductor preocupándose por el chaval por si no se había dado cuenta de que había un coche. Otro tanto a favor de los humanos.

No. Los coches automáticos no tienen ese nivel. Pero no es incompatible con la tecnología el alcanzarlo. Hace falta una filosofía más integral sobre lo que es la inteligencia, las relaciones humanas..., no es una utopía. Es un objetivo. Como ya dije, hay que saber cómo colocar a las máquinas en nuestras rodillas para contarles historias.

Una historia es, como hizo Propp, una serie de funciones de lenguaje, unos aquetipos que hagan de agentes y unos objetos que representan conceptos universales en la historia. La pelota de playa es el objeto intruso dentro de una historia normal, el adolescente es el agente que protagoniza una subtrama y la función del lenguaje se mueve en una historia de una búsqueda. Si no puedes ponerle título a esa subtrama no verás la pelota, el adolescente, ni su búsqueda. Todo serán pixeles, unos y ceros... Como un borrón en la entropía. Puro ruido en la información.

Obviamente la consciencia es mucho más. Y es implementable.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

Ayer se produjo el punto de inflexión a escala mundial. Dependiendo de lo que hagan y no hagan los gobiernos tras lo sucedido ayer las dos c...

Entradas populares