Ha vuelto a suceder, debido a que no soy capaz de recordar dónde dejé unos apuntes de un gran matemático - un ensayo original, ahora mismo estoy un poco desbocado: lo necesito para culminar un algoritmo y justificarlo dentro de la literatura reconocible de las demostraciones.
Por alguna extraña razón cuando me he puesto a mirar en la Wikipedia he descubierto que esa referencia no la encontraba - me pasó lo mismo en una ocasión con la cucaracha de Wittgenstein ¿Por qué desaparecen las referencias y las entradas? Cuando la referencia es muy útil alguien se toma el lujo de hacerla desaparecer.
Algo así tenía entendido que pasaba en las bibliotecas técnicas: se decía de profesores y alumnos que escondían libros que les gustaba mucho poniéndolos en rincones donde no correspondían. De esa manera sólo ellos serían capaces de encontrarlos y desarrollar sus investigaciones a partir de ellos. Es una manera de tener una cierta exclusividad a un conocimiento.
Y eso mismo me estaba pasando con Cramer: ¿por qué cuesta encontrar los originales? ¿Por qué hay documentos que desaparecen de las referencias bibliográficas? Todo esto no nos hace mejores personas: la globalización de la información debería usarse justamente para evitar eso mismo, la gremialización.
Poco a poco he estado recuperando las ganas de volver a publicar, pero una vez más me lo he vuelto a plantear: ¿por qué quieres publicar? ¿Para qué? Bien pensado es cierto que mi identidad es la de una persona que investiga en temas de computación - pero también es cierto que si no hay nadie con quien dialogar, que haga de par, entonces ¿para qué? Una y otra vez vuelve a ser una razón de peso.
El journal que me dio más alas, entre los que parece que sí tienen un prestigio que pudiera plasmarse en algo que la prensa reconocería, me pidió un correo corporativo - institucional, y me trató como doctor. Todo eso para mí es un problema: ¿y si no soy doctor? ¿Y si no tengo ningún correo corporativo?
Por eso esta misma noche tuve esa pesadilla: de entrar a la universidad sólo para buscar un cuarto de baño y observar comportamientos impropios en ese entorno. Luego ir a la biblioteca para buscar un libro editado de cierta manera, y observar cómo estaban desmantelando la biblioteca. Y, no sólo eso, conseguí rescatar de la biblioteca un atlas que yo sabía que era muy útil, pero que en realidad no era de esa biblioteca, era de unos bucaneros que estaban haciendo estragos en la universidad y lo estaban dejando todo patas arriba. Pero terminaba yo el sueño huyendo con el atlas en mi mochila dejando ese entorno tan caótico y hostil detrás.
El sueño me recordaba uno de mis proyectos: la edición de una especie de atlas, que no es atlas, que correspondería con la propia psique cultural del ser humano y sus géneros literarios. Un recorrido sobre la creatividad misma: de ahí podría emerger no sólo cualquier historia o cuento de hadas, sino también una explicación de tanto las revoluciones históricas como las científicas. Obviamente nunca esquematizaré ese atlas, pero me consta de que la historia de la humanidad y su cultura creativa se puede resumir como rezaba esa "Guía del autoestopista galáctico". Y después de analizar la guía un superordenador devolvería un número, que sería la solución codificada en sus mismos términos.
No seré yo quien plantee cómo aunar los hitos de la Tierra cuando no soy capaz de encontrar los originales.
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