Besugo 1: Señoría, exijo un trato de distinción por ser hombre.
Besugo 2: No da a lugar. Y no convierta mi instrucción en un circo.
Besugo 1: ¡Protesto!
Besugo 2: En España no se protesta, eso es en las películas de cine.
Besugo 1: ¡Protesto! La ley de igualdad dice en el preámbulo que vivimos en un patriarcado y reclamo mi cuota de privilegios.
Besugo 2: A partir de ahora vas a dejar de hablar y será tu abogado...
Besugo 1: ¡Protesto! Los tres jueces me están tratando peor que a la infanta.
Besugo 3: ¿Se está dirigiendo a mí? Yo soy el que le está acusando de robar una apalgata.
Besugo 2: Vd. no está autorizado a acusarme de nada porque se lo confesé a su ayudante en calidad de abogado de oficio bajo secreto profesional.
Besugo 3: ¡Me está hartando! Yo me voy a tomar un café.
Besugo 2: Vd. se queda aquí. Como juez se lo ordeno.
Besugo 3: Por la doctrina del banquero Vd. no puede condenar a nadie sin mi consentimiento. Así que me voy a tomar un café.
Besugo 1: ¡Se sobresee la causa por ausencia del fiscal y porque soy director de un banco!
Besugo 2: ¡Ah! ¿Es que es Vd. banquero? En ese caso yo no voy a perder mi tiempo por una condena que jamás se hará firme ¡Hala! Se acabó, ¡a tomar por culo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario