miércoles, 13 de mayo de 2020

Cuándo y cuánto invertir. Y en qué.

Esta entrada no será para resolver, sino para decir que no sé qué hacer. Me he venido para acá para pararme a pensar un rato cómo debo virar el rumbo, y en qué sentido. Porque lo veo todo muy oscuro.

No sé. Lo mismo me vienen días donde me pongo a vender relativamente bien. Pero entonces la gente desaparece del mapa a los pocos días. No veo un patrón claro. Aunque encaja con el movimiento que se ve fuera del recinto del hospital..., ¿qué pasa? ¿Acaso debo esperar que se dé un suceso que motive a las personas a ir al hospital?

Mientras tanto, aún sigue el hospital con las puertas de emergencia cerradas. Ya lo he aceptado tal como vienen sucediendo las cosas, y no: sigo pensando que esas políticas de estancar los gases en el interior del edificio hacen más daño que prevención. Y puede que el repartir mascarillas y hacer labarse las manos sea una buena medida para fomentar el higiene y el comportamiento riguroso en los visitantes, no niego que eso es para bien, pero sigo pensando que no se ha hecho, por un lado legalmente, y por otro lado de la manera correcta.

Pero aún así por lo menos ahora hay dos puertas. Ahora puedo ir más rápidamente hasta donde me aseo. Pero aún así sigo con la duda... Mis proveedores chinos dudo que hayan abierto, pero no quiero costearme todavía un gran pedido, no sólo porque no me saldría rentable sino porque no sé con lo inestable que es la seguridad jurídica de mi negocio en el hospital con estos gestores mafiosos si el negocio aguantaría una segunda paranoia, ya no digo una segunda oleada.

Si Madrid enferma, paralizada toda España. Menudos centristas absurdos: Franco vive.

Así que para cuándo invertir..., no sé. Y cuánto. Tan imposible de saber como este mercado que pasa de largo, o con el que tengo una relación muy poco estrecha. Podría haber invertido en mascarillas, pero en su momento decidí no hacerlo - y sospecho que acerté. Estos negocios son realmente difíciles de mantener: un locutorio en un hospital. Son los primeros en caer y yo estoy sobreviviendo incluso en tiempos de pandemia.

Pero claro..., ¿supervivencia? Para cuando esto acabe de nuevo volverán a acosarme los inspectores de Hacienda de mi ciudad, sin que me den explicaciones sobre qué tienen en la cabeza, ¿qué les hace pensar que gano o facturo lo suficiente como para que me multen por haberles recordado que no tengo que declarar el IRPF? No lo entiendo. Y por mucho que lo pienso, eso de que me multan porque "así lo han establecido" no me parece una justificación - sí me parece antidemocrático, pero no la justificación que se le debe dar a un contribuyente que paga como el 90% de lo que gana en tributaciones sociales.

Me parece realmente lamentable.

Por otro lado, ¿qué pasa con la renta de inserción? ¿Por qué la han hecho condicionada? El cúmulo de problemas que va a generar y el posible paro estructural que va a generar demuestra lo poco útil que resulta tener políticos en el poder. La cosa no es decir: mejor esto que nada; no, el problema es que en cuanto se le caiga todo no le echarán la culpa al pensamiento socialdemócrata incompetente de crear clientelismos y de someter a la población a tener que vivir de una renta áustera a la espera de que el buen samaritano funcionario se la quiera conceder. El hecho consumado es que si los propios inspectores de Hacienda se comportan como los fascistas que son: atacando a la clase proletaria, respetando a sus amiguetes y razas superiores, fomentando los suicidios para propagar la mentira de que sostienen el estado de derecho..., considerando la clase de funcionarios que se permite tener, si encima se les da el poder de la concesión de una renta..., ¡ah! Todos sabemos qué pasará.

Si por trabajar tengo que dar explicaciones a Hacienda, sin importar las explicaciones, entonces no me vale la pena trabajar. Así lo digo.

Los señores que ganan un millón de euros pagan el 2% o así..., y todavía se quejan. A mi juicio no necesitamos ni un solo español viviendo en este país en esas condiciones. Para mí son unos completos apestados que son protegidos por los inspectores de Hacienda. Por eso quiero irme de este país..., y claro, ¿qué pasará cuando vivamos un episodio de estabilidad sin pandemias? ¿Aprovecharé el pasaporte para escaparme un momento? ¿Querré vivir la posibilidad y jugar alguna clase de baza en otro país? No lo sé..., no sería propio de mí. Pero mi cuerpo me pide desaparecer. No puedo seguir consiguiendo grandes logros contrastables y que la sociedad siga ignorándome. No quiero seguir viviendo esta mentira impuesta por mi medio ambiente.

--

Vuelvo a soñar, una y otra vez, esta vez sueño que camino y camino en sueños. En estos mundos diferentes donde encuentro parajes que nunca había visitado y que sólo en sueños se me aparecen como comunes. Vuelvo a sentir una y otra vez esa nostalgia falsa para volver a una tierra que no conozco, con el pesar de la muerte en cuanto la visite. Un sentimiento que parece haberse visto enmarañado con las experiencias de la Pandemia.

La apatía me bloquea tanto... Y el tonto soy yo porque sé que cuando me ponga a interactuar en Twitter me encontraré con otro usuario que sólo investigará lo que necesite para intentar hacerme daño psicológicamente, o ese otro usuario que sólo indagará para volverse un experto intrusista y decir barbaridades constatables por quienes tengan la experiencia mínima suficiente. No sé qué hago en Twitter si no tengo nada que ganar allí, la verdad.

Y ahora me planteaba tocar cierto modelo matemático, ideal para epidemias, que ayudara a esclarecer qué políticas son las más eficientes - que sería ideal combinado con simuladores para que coincidan ambos parámetros y tengan un mecanismo de contraste. Sin embargo, ya hemos visto cómo funcionan los gobiernos: los científicos y sus fórmulas a la basura, son los políticos los que tienen que llevarse el mérito. La socialdemocracia es Twitter ampliado. Para llevarse las manos a la cabeza: creo que mi instinto no me falló al decirme que me dejara de modelos antipandemias... No me equivoqué en absoluto: si llego a tener ese modelo y me toca observar con mis propios ojos cómo se está devastando la vida de mucha gente al no querer reconocer los cálculos, ya me da algo. La depresión sería de tal calibre..., ansiedad, pena, asco, interpelación, ansia..., serían tantos sentimientos acumulados que puede que no pudiera aguantarlo. No lo sé.

A demasiados factores le repercute el tema de la pandemia como para que no genere una cantidad descomunal de disparadores que genere en suma un estado de parálisis demasiado profunda.

Quizá por eso sigo bloqueado.

Quizá por eso en momentos de crisis sólo los poderosos son los que pueden sacarnos de ésta. Justicia poética, supongo.

O hubo meritocracia o sucumbimos en la idiocracia.

Y claro, para cuando tengamos un momento de intermitencia para esta pandemia..., ¿se seguirán haciendo las cosas de la misma manera como ocurrió con la crisis del 2008? ¿Se optará por la autodestrucción complaciente o se revolucionará para estar mejor preparados para la siguiente?

Ya por lo pronto, con lo mal que se está haciendo dudo que se puedan aprovechar los datos técnicos que han ido apareciendo en las bases de datos de cada país. Principalmente porque para poder juntar los datos de una muestra éstos deben cumplir un principio de homogeneidad y homocedasticidad que no se da cuando los políticos empiezan a enmarranar la información con distintas maneras de afrontar una misma crisis.

Así que tenemos múltiples muestras pequeñas, por lo que sólo tenemos la muestra pequeña de mayor tamaño. Aberrante. Y, para aberrante, lo que vemos en el listillo de turno: cómo se pone a juntar datos y datos que no tienen nada que ver los unos con los otros..., pero porque, claro, muertos son muertos, están en la caja igualmente, ¿no?

Exceso de políticos. Exceso de idiotez.

--

Mientras venía andando a mi kiosko me vino a la mente la única política que podría haber pasado a la historia de este país para cuando pasen los siglos. Una política que sobrepasará las tonterías del feminismo, economistas cegatos o tontás ideológicas... Yo creo que a Soraya Sáenz de Santamaría no se la recordará por su éxito ante el Ébola en España o por su fracaso en las prenegociaciones de la República Catalana. Alguno es posible que la recuerde como hoy día los historiadores recuerdan a Carlos II, el hechizado. Sus coetáneos pensaban que sería el rey más mediocre de la historia del reino de España, y que peor que él nunca habría otro igual en mucho tiempo. Sin embargo los historiadores (serios) suelen recordar algo que muy pocos tienen en mente: la revolución industrial, o al menos la intención de modernizar España y empujarla más allá del feudalismo.

Si alguna vez hacen una película sobre ese rey, sería imperdonable que el guionista dejara pasar el momento más clave de la historia de España: la intención de objetivizar o, lo que años después se llamaría liberalizar, el poder.

Nada más inteligente que eliminar del poder al político, como lo que intentó Soraya cuando decretó que las bases de datos de todas las comunidades y administraciones tendrían que ser únicas. No sé cómo se plasmó ese intento, como que también es cierto que el intento de Carlos II no pudo materializarse del todo. Pero sólo el ir contracorriente, contra el periodismo de entonces, contra todos los políticos sin importar su color, contra todos los expertos cegatos que no querían algo así..., sólo el tener esa visión de futuro inapelable conque ésa debería de ser la dirección correcta... Se me ponen los pelos de gallina de sólo pensar que, por un momento, pudimos tener una buena política - aun de derechas - en este país.

Cójeme uno de estos que hagan de fontanero y que no les preocupe que sus coetáneos aprecien su trabajo. Pero cuando hay que objetivizar el poder del Pueblo es de obligado cumplimiento continuar ese proceso hasta conseguir la automatización de todo lo que debe ser manejado de manera no interpretativa.

El movimiento liberal del Pueblo es el movimiento que inhabilita al poder ejecutivo en las tareas en las que las fórmulas le permiten al cargo actuar sin impunidad ante los afectados. No se puede ser liberal sin ser trasparente, sin demostrar las razones de sus planteamientos. Una sociedad sin el entendimiento de lo que es un par, sin la cultura del escéptico..., es una sociedad de borregos que no tienen derecho a ser tomados en cuenta ni para preguntarles por cuánto es 2 más 2.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

Ayer se produjo el punto de inflexión a escala mundial. Dependiendo de lo que hagan y no hagan los gobiernos tras lo sucedido ayer las dos c...

Entradas populares