viernes, 23 de febrero de 2024

Tecnología futura. Revistas multimedia

Allá en 2014 se me ocurrió una idea futurista para mi novela: la idea de que en el futuro se volvería al papel. Todo eso combinado con una suerte de lo que hoy día se llaman los transformers y los LLM. Entonces pensaba en que también se abandonarían los ordenadores portátiles para pasarse a los de sobremesa, a las máquinas recreativas caras interconectadas en una red, a los televisores, móviles, audífonos y gafas conectados al 5G..., y las revistas multimedia.

El hecho de que el smartTV no desaparezca sonaría raro. Pero eso es porque no hace falta un teclado para configurar tu programación, solo tienes que comunicarte con el televisor para decirle qué tiene que hacer, o qué quieres ver. Así, con la mentalidad que tenemos ahora de lo que es capaz de hacer la IA se puede entender a qué me refería en mi novela conque el televisor era capaz de ver también lo que mostraba - y el peligro que eso suponía (alucinaciones que ya preveía en mi novela).

Pero quería indagar en las revistas multimedia: ¿por qué se vuelve al papel?

La idea consiste en que en realidad los transformers actuales han sido diseñados como si fueran revistas multimedia, como predije en mi novela hace 10 años. Así que voy a ponerme detallar cómo son las revistas "de arqueología" que aparecen en mi novela. El porqué elegí que fueran de arqueología, para luego meter un contenido pornográfico es otra historia...

Una revista, de cara al usuario, consta de un índice desde el cual puedes ver qué esperar de cada página o apartados de la revista. Si es una revista de arqueología cabe esperar que haya un alegato inicial por parte del editor jefe, y que haya incluso un apartado para las cartas al director, así como un catálogo para comprar productos on-line y así sostener la publicación por otros medios. Sin embargo, aún quedan los apartados, donde cada página podría ser un desarrollo de tal apartado: configuración del apartado, entrada, referencias, descripción general y partes multimedia.

Es decir, abres la revista por una página, configuras cómo quieres que te describa el artículo y qué te interesa de él y entonces abres la página por la pantalla y ésta te desarrolla el contenido multimedia - que puede ser un vídeo, interactuar con los arqueológos que hicieron el hayazgo, texto descriptivo dentro de un corpus adecuado para el lector, etc...

Nótese que es más fácil para el lector acceder al experto indexando personalmente para configurarlo a su gusto que esperar que sea el megatransformer el que adivine cómo es el propio usuario y cuál es el tipo de experto que tiene que seleccionar. Es decir, los LLM tienen una manera más natural y eficiente de trabajo convertido en revistas multimedia.

Ahora pasaré a describir su hardware partiendo de que se utilicen semiconductores:

Una página de una revista multimedia no puede estar hecha por fibras de carbono proveniente de los árboles. Eso está claro: necesitamos que el material sea aislante, como de plástico. Así, ya sabemos que hay tres tipos de láminas (o incluso cuatro): la lámina opaca (que podría ser como el papel), la lámina aislante (que son como las trasparencias de plástico que se usaban antaño), la lámina multimedia (que pueden ser fluoforescentes o también que incorporen chips para emitir y recibir señales).

El montage de cada página consiste en una opaca, una lámina ROM no programable combinada con los buffers de entrada, la lámina ALU de registros y estructuración, la lámina CPU de control de instrucciones, la lámina de mapeo de salidas seguida de la lámina fluoforescente y multimedia (que activa los pixeles o las antenas).

Al final la CPU deberá entrar en comunicación con las otras CPU de otras páginas para administrar la energía de la que disponga la revista multimedia porque, supongo, debe recargarse con energía inducida o solarmente; debe haber algún sistema de baterías y una manera de gestionar tal energía para que solo se activen las páginas que deben en cada momento.

Así, dicho lo dicho, se puede observar que esta tecnología es factible. Porque la lámina ALU en realidad debe tener una lógica basada en implantar una red neuronal tipo transformer, mientras que la ROM consiste en la configuración inicial de tal máquina asignando pesos. Lo que quiere decir que la ALU y la CPU siempre serán iguales; que es como la relación que tiene el genoma (ALU) con el sistema regulador (CPU) de cada célula (página).

¿Es posible mejorar el diseño? Seguro. Eso es lo que pasa cuando modelo algo: mi modelo inicial es el más fácil de entender. Pero con los años va transformándose a estructuras más complejas y eficientes, que solo se pueden entender a partir de una cultura de la evolución tecnológica.

¿Habrá que esperar otros 10 años para ver cómo se acaba implementando?

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Ahora bien, ¿cómo sería el diseño si estuviera hecho con superconductores? ¿Tiene sentido hablar de una revista con redes neuronales calculados con programación cuántica?

En este caso podría imaginarme que la ALU se encuentra oculta en las solapas de la revista, para entrelazarla con la página activa. Supongo que una versión posterior de ALU se podría cambiar como se cambian las solapas... Pero bueno, hay que pensar que no tengo una idea clara de cómo es la programación cuántica, salvo por el detalle de que ya he programado matrices de ese tipo y algoritmos simples... Y claro, no es lo mismo un sistema secuencial síncrono que una CPU.

Quizá me plantee algún día cómo deben ser las CPU de un supercomputador, suponiendo que realmente no alcancen la decoherencia en demasiado poco tiempo.


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